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El Canarias de Madrid: pioneros en tiempos difíciles

Los primeros representantes canarios en disputar la Copa fueron estudiantes residentes en Madrid que disputaron la Copa del Generalísimo en la temproada 1946-47. Esta fue su historia

El Canarias de Madrid, los pioneros en la Copa (Foto Elirerto Galván)
© El Canarias de Madrid, los pioneros en la Copa (Foto Elirerto Galván)
  

La Laguna, 3 Feb. 2014.- Ni el legendario RC Náutico de finales de los años 50 y principio de los 60; ni el CB Canarias ochentero; ni siquiera las primeras apariciones destacadas del Granca a nivel nacional, aglutinaron a los primeros canarios en abrirse camino en la Copa del Rey. La hemeroteca esconde un caso todavía anterior, realmente curioso y desconocido para muchos.

Los primeros jugadores canarios en disputar la entonces denominada Copa del Generalísimo fueron los integrantes del Canarias de Madrid, un equipo formado por estudiantes palmeros y tinerfeños residentes en la capital de España, que llegó incluso a disputar la final de Copa de la temporada 46-47, cayendo precisamente ante el FC Barcelona, rival este viernes del Iberostar Tenerife.

Aquel Canarias, que nada tiene que ver con el actual CB Canarias, fue realmente el que encarnó el papel de pionero y el que puso por primera vez en la historia al baloncesto canario en el epicentro de la canasta nacional. La suya es una historia curiosa, plagada de anécdotas y vivencias dignas de los más sibaritas en bucear en las raíces del baloncesto patrio, un relato que nace en el corazón de lo que muchos historiadores han bautizado como la "Liga Fantasma".

Aquella presencia del Canarias de Madrid en la Copa, reconocida como tal en los propios archivos de la ACB, y desmenuzada al detalle en obras como “70 años de Copa” de Carlos Jiménez o en el blog “El Bisturí” del periodista y abogado palmero JJ Rodríguez-Lewis, autor del libro Historia del baloncesto en la Isla de La Palma (1928-1997), habla de una hazaña de lo más meritoria, salpicada de curiosidades y jalonada por el tremendo esfuerzo de un puñado de jugadores vocacionales totalmente amateurs.

Presidido por el arquitecto palmero Pelayo López, el Canarias de Madrid tuvo una fugaz e intensa vida, exactamente de 1943 a 1949, entre las penurias de la fría posguerra española y durante los años en los que la mayoría de sus integrantes, de procedencia isleña, coincidieron estudiando en Madrid. Tiempo suficiente para inscribirse y competir de manera significativa en la Federación Centro, para ir escalando desde Tercera hasta la Primera Categoría y formar parte incluso del primer intento más o menos serio de División de Honor.


Basket amateur en pistas de tierra

Aquel equipo, que comenzó a jugar sus partidos de anfitrión en la pista de tierra del distrito madrileño de Barceló, terminaría jugando en una Primera División Nacional formada por ocho equipos (cuatro catalanes y cuatro madrileños), que luego desaparecería como tal (de ahí el nombre de Liga Fantasma), pero que muchos señalan como la semilla de la Liga Nacional que vería la luz ya avanzados los años 50, embrión a su vez de la posterior Liga ACB.

Una de las figuras del Canarias de Madrid, probablemente el único aún con vida, fue el palmero Elirerto Galván Escanaverino (10/12/1921), vecino actualmente del barrio de San Antonio, en Breña Baja, y dueño de una memoria prodigiosa a sus 92 años. Elirerto defendió los colores del Canarias al tiempo que estudiaba Medicina en la capital (a la postre se convertiría en un prestigioso pediatra) y trabajaba para el Servicio de Reaseguro de Accidentes de Tráfico del Ministerio de Trabajo, empleo que sacó por oposición para costear su carrera.

“Aquella”, recuerda con nostalgia Galván, “fue una experiencia muy bonita de un grupo de amantes del baloncesto que vivía este deporte con el entusiasmo de los jóvenes, una afición que permitió juntar a varios canarios residentes en Madrid en torno a un proyecto realmente bonito”. El Canarias de Madrid llegó a plantarse incluso en la final de la Copa del 47, después de haber sido tercero en la mencionada “Liga Fantasma” con un balance de 7/5.

Los seis primeros de aquella Primera Categoría y los dos mejores de Segunda (Canoe y Moncayo de Zaragoza) disputarían el título copero. El equipo canario se impuso al Liceo Francés madrileño en cuartos de final y eliminó luego al Montgat catalán en una semifinal no exenta de polémica arbitral y con ambas eliminatorias disputadas a doble vuelta.

Una vez en la final, acontecida en el CN Helios de Zaragoza, el Canarias de Madrid, dirigido por el que luego fuera seleccionador nacional y técnico del Real Madrid, Jacinto Ardevinez, perdió ante el potente FC Barcelona de Eduardo Kucharski (39-25), una de las figuras del basket español de la primera mitad del siglo pasado y el primer español en dirigir fuera de nuestras fronteras (entrenó a la Virtus de Bolonia del 60 al 63).

Amén de Elirerto, formaron parte de aquel Canarias de Madrid en la segunda mitad de los años 40 los también palmeros Sergio Pérez, Manolo Perera, Ramón Ramos y Mariano Rodríguez, además del tinerfeño Eugenio Machado von Tschusi, a la postre fundador de la sección de baloncesto del RC Náutico de Tenerife, fallecido en 2012 a los 88 años y Premio Leyenda de la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife (APDT).

Caprichos del destino, tras su etapa como jugador del Canarias de Madrid y ya de vuelta en las Islas, Machado fue uno de los impulsores de aquel glorioso Náutico que, de la mano, entre otros, de otro palmero célebre, el profesor Pepe Cabrera, asumiría de alguna manera el relevo de estos pioneros estudiantes canarios en Madrid.

“La Marea”, nombre popular con el que siempre se ha conocido al equipo nauta, haría crecer su prestigio hasta alcanzar la Liga Nacional. De hecho, llegó a firmar una decena de participaciones en la Copa del Generalísimo, antecesoras en el tiempo de las posteriores comparecencias del propio CB Canarias, el último bastión tinerfeño en mantener vivo el insigne legado de aquellos estudiantes isleños en Madrid, pioneros en tiempos difíciles.