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La fiesta de las aficiones

¿Un torneo capaz de reunir a ocho aficiones diferentes en una misma cancha sin que pase nada? Se trata de la Copa del Rey, una cita anual para los aficionados en la que brilla la deportividad. La verdadera fiesta de los amantes del básquet

ACB Photo
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Redacción, 16 Feb. 2015.- "El año que viene, la Copa en bañador". Todavía resuena el eco de las aficiones en el Martín Carpena, gritando juntas en la pasada edición un cántico que va mucho más allá de la anécdota. Haga sol o llueva, en abrigo o bañador, ese curioso grito de guerra oído hace un año en Málaga es el más fiel reflejo de lo que es una Copa del Rey. De lo que será la edición de Gran Canaria.

La Copa del Rey es baloncesto, claro. La Copa del Rey es emoción, por supuesto. La Copa del Rey es adrenalina, vaya cuatro días. Pero también la Copa del Rey, desde su nacimiento, es una fiesta que va mucho más allá de la competitividad vista en la cancha o de los colores que cada seguidor defiende. Es la fiesta de las aficiones.

"Después de ver lo que ha sucedido estos últimos tiempos, es un ejemplo lo que ocurre en la Copa del Rey. Que se reúnan ocho aficiones para vivir el baloncesto y que nunca haya habido ningún altercado demuestra que el baloncesto es un juego muy limpio. Como en cualquier deporte, vamos a muerte en cada partido, pero fuera se intenta respirar un ambiente muy sano". Son palabras de Tomás Bellas, jugador del Herbalife Gran Canaria, que esta temporada vivirá el privilegio de jugar en casa. Su entrenador, Aíto García Reneses, asiente. El orgullo de ser anfitrión. "Hay un ambiente festivo que se produce año tras año que convierte a la Copa en la joya de la corona del baloncesto ACB. El atractivo que tiene para el espectador es impresionante".

Valencia 2003. Unicaja y Joventut disputan un partido agónico en cuartos, con triunfo malacitano in extremis. Al final del choque, tenso como pocos, en lugar de surgir alguna polémica en las gradas por los nervios a flor de piel, los aficionados de ambos equipos empezaron a aplaudirse entre sí, unos consolando a los caídos y otros felicitando al vencedor. La deportividad se contagió a todo el pabellón, con un inolvidable trenecito a ritmo de la charanga que empezó a dar vueltas por el anillo superior de La Fonteta. En el tren infinito no faltaban representantes de los 8 equipos coperos e incluso había de otros que no habían conseguido clasificarse para el torneo.

No sería extraño ver algo similar en esta Copa del Rey. Y los aficionados baskonistas, protagonistas destacados durante estos años por el color, ruido y ambiente que crean en las gradas, tienen muchas papeletas de ser algunos de esos que llevan orgullosos sus colores de su equipo durante todo el torneo aunque su equipo no esté en liza. Hace cinco años, tras otro momento amargo, protagonizaron una de esas anécdotas que hablan por sí solas de lo que significa una Copa. El Real Madrid acababa de ganar al cuadro vasco por 28 puntos pero los seguidores vitorianos aplaudieron a rabiar a los suyos al finalizar el partido. Que no, que no se iban. Al grito de "campeones, campeones", obligaron a sus jugadores a salir de vestuario a final del partido a subirse a las gradas con ellos. Y el deliro fue total. Tanto que los periodistas de televisión que querían hacer, con el pabellón vacío, la pieza previa de la final del día siguiente, tuvieron que esperar más de media hora para poder grabar.

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Es un clásico de este torneo. La afición de Cáceres en Málaga 2001, la del Fuenla en Barcelona 2012. Tantos y tantos ejemplos, muchos de ellos de color amarillo. Bien lo sabe uno de los jugadores más protagonistas de esta Copa del Rey de Gran Canaria 2015, Sitapha Savané. Ídolo absoluto de la afición local y en esta Copa rival en cuartos con el FIATC Joventut. Lo más curioso es que él fue uno más de los seguidores del Granca en la edición de 2013 en Vitoria-Gasteiz. La afición insular, una de las estrellas del torneo con su pegadizo “Pío”, una de las que siempre se quedaba para animar a los suyos tras una derrota, celebró a lo grande su primera clasificación para semifinales. La locura. ‘Taph’ acabó entre abrazos con sus antiguos aficionados y con algunos de los jugadores que en esta Copa serán sus oponentes. Pura Copa.

"Es la magia del baloncesto. Ocho aficiones con voluntad de participar en una fiesta, sin peligro de enfrentamiento entre ellos, eso también es magia", dijo una vez el mítico Antoine Rigaudeau. "En Estados Unidos se vive la rivalidad en muchos deportes, pero nunca había vivido un ambiente así", comentó el ex barcelonista Christian Drejer. Ya más recientemente, una década más tarde, Bojan Dubljevic le dio la razón: "Es increíble, no había visto algo así en mi vida, con ese ambiente y todas las aficiones animando". Por su parte, Kostas Papanikolaou, habló de "gran atmosfera" y de un caso único en Europa: "No creo que en muchas partes puedas poner a los aficionados de ocho equipos en una misma pista sin que pase nada". Todos intentan definirla sin darse cuenta de que quizá, la más certera de las definiciones, sea la suma de cada relato de los que fueron o son sus protagonistas.

"La competición más bonita y especial", para Txus Vidorreta. "El ambiente más bonito de Europa" según Johny Rogers. "Un torneo diferente a cualquier otro, con las aficiones conviviendo juntas y en armonía", en palabras de Manolo Hussein. "Un mosaico de aficiones variopintas con el denominador común de la deportividad y una tensión en los partidos que solo se vive ahí", dijo Roger Esteller, mientras que Santi Abad lo comparó con una cita anual en la que ponerse al día con los viejos colegas: "Es un momento muy especial para juntarse las aficiones con las aficiones, los clubes con los clubes y los ex jugadores con los ex jugadores para reunirnos y ver cómo envejecemos".

Y es que ese es otro de los grandes atractivos del torneo. Se disfrutan las victorias, se disfruta el espectáculo y se saborea el baloncesto, mas también, dicte lo que dicte la bola, es una oportunidad para conocer gente, para hacer amigos y para volverlos a ver año tras año. Y todo en el más seguro de los contextos. "En la Copa, y ese es uno de sus principales valores, da gusto ver a las aficiones juntas, cambiando bufandas... Nosotros nos limitamos a poner la organización al servicio de la afición. Nuestros protocolos de seguridad son muy serios, pero la afición no lo nota, porque nos facilitan esta tarea con su actitud", asegura Gerard Freixa, Director de Eventos de la ACB.

ACB Photo / Arrizabalaga
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Hace doce años, unos usuarios del Foro ACB.COM, la comunidad virtual de baloncesto más importante del país, decidieron celebrar un torneo paralelo durante el evento. Acababa de nacer la Copa Forera. La tradición sigue y cada año, los aficionados de todos los equipos–clasificados o no para la Copa- siguen acudiendo a esa cita. Es solo una parte más de esa gran fiesta que, más allá del Gran Canaria Arena, tendrá su epicentro en la Playa de las Canteras.

Imposible reunir más alicientes para un amante del basket que en la Copa Fan Zone. 6.600 metros cuadrados de actividades lúdicas para todas las edades. Desde concursos de dibujos a concursos de tiro, pasando por regalos y risas, muchas risas. Por si fuera poco, los aficionados que se acerquen podrán disfrutar de la Minicopa Endesa, viendo a algunas de las futuras estrellas del torneo. El futuro y el talento, a la orilla del mar en uno de los lugares más representativos de Gran Canaria.

La playa, un clima privilegiado, espectáculo deportivo, fiesta asegurada y la guinda de un Carnaval mundialmente reconocido que llenará de color y risas esta tierra durante los días que dura el torneo. ¿Quién llevará el mejor disfraz al Gran Canaria Arena? ¿Qué afición triunfará por su originalidad y será la reina en las gradas? Los anfitriones, destacados en cada edición, venderán cara esa corona.

La Copa de Gran Canaria 2015 recoge el testigo de la de Málaga, que acabó con una de las instantáneas más famosas de la historia del torneo. El tiro de Llull… la canasta de Llull, cuando el tiempo se congeló, petrificado con el balón en el aire. Las caras de los aficionados de detrás de canasta, muchos de ellos neutrales, el mejor símbolo de lo que se vivirá en el Gran Canaria Arena del 19 al 22 de febrero. Emociones, alegrías, cánticos, nervios y color, mucho color. Deportividad y nervios, hermanamientos y rivalidad. Bufandas cruzadas, caras nuevas. Parqué y playa. Juegos, anécdotas y recuerdos. Los recuerdos de una fiesta. La fiesta de las aficiones.