Crónica

Un Carpena de magia, un Unicaja de cine (94-79)

El Unicaja tumbó al Real Madrid, el equipo de los récords y vigente campeón, por un claro 94-79 tras bordar el baloncesto. Thomas (15) máximo anotador de un equipo que va por el título que le falta

Germán Gabriel presiona el avance de Felipe Reyes (ACB Photo)
© Germán Gabriel presiona el avance de Felipe Reyes (ACB Photo)
  

Redacción, 2 Oct. 2015.- Un ambiente infernal y una actuación impecable tumbaron al equipo de los récords. El Unicaja jugará la final de la Supercopa Endesa tras arrasar al campeón de las últimas tres ediciones Real Madrid por un contundente 94-79.

Los de Laso, que ganaron 5 títulos seguidos en su año más perfecto, sucumbieron frente a un Unicaja que jugó como si el equipo llevara meses compactado, con 5 minutos mágicos en el segundo cuarto y un final del tercero letales para volver, 9 años después, a la final del único título ACB que le falta, la Supercopa Endesa.

Unicaja frente a Reyes


Qué complicado hablar de estrenos con 7 medallistas europeos en pista que hace 13 días estaban jugándose la gloria. Qué difícil hablar de vuelta a la competición con los blancos conquistando la Intercontinental hace menos de una semana. Y qué imposible imaginar un ambiente más caliente y un cuarto más intenso en el partido que arrancaba de forma oficial para ambos la temporada ACB.

Reyes, como si el Carpena se encontrara en Lille, demostró su gran momento (¿acaso nació con él?) martilleando el aro cajista en los primeros compases de un partido que el Unicaja inició con nervios y a merced de su rival (2-10, m.4), insultantemente fluido en pista. Hasta que Thomas dio un golpe en la mesa con un bello reverso seguido de un triple, que alentó la remontada local. Markovic también vio aro desde el exterior y, en plena catarsis de un Carpena ya en llamas, Thomas culminó lo que él mismo inició con otra canasta de tres para darle la vuelta al partido (13-12, m.6).

El parcial malacitano llegó hasta el 15-2 después de los aciertos de Hendrix y Jackson (17-12, m.7), antes de que Reyes, solo contra el mundo (9 puntos y 4 rebotes en el primer periodo), consiguiera fabricarse otro par de encestes en la zona para cerrar el cuarto con empate a 17. Olía a partidazo.

Una pareja de oro

Nedovic acecha la defensa del Real Madrid (ACB Photo)
© Nedovic acecha la defensa del Real Madrid (ACB Photo)

Se llaman Nedovic y Kuzminskas. Kuzminskas y Nedovic. Tanto monta, monta tanto. Estrella el uno, estrella el otro. Juntos iban a protagonizar cinco minutos de locura colectiva en ataque más propios de febrero o junio, más propios de una final. El serbio avisó con una penetración y el lituano con un triple, que repitió Nemanja (27-23, m.12). A continuación contraataque culminado por Mindaugas y canasta de 5 metros del balcánico para poner a su equipo 8 arriba (31-23, m.13).

En el Real Madrid, el Chacho tomaba el testigo anotador de Reyes pero no era suficiente contra una pareja poseída por la perfección en esos instantes, con una jugada que fue metáfora. Robo de Kuzminskas, contraataque eléctrico dirigido por Nedovic, pase al jugador báltico y triple para poner abajo el pabellón en el ecuador del segundo cuarto. 38-28, 21 puntos en menos de 5 minutos para Unicaja. Diez para cada uno. Imparables.

El lituano aún estiró un poco más su magia para el +12 y solo Sergio Rodríguez, a base de triples, evitaba que la diferencia fuera de escándalo. Suárez hacía mucho daño a su ex equipo con trabajo oscuro y rebotes muy importantes y el propio Markovic, tras taponazo de Vázquez, estableció la máxima en el marcador (46-32) con dos minutos aún por jugar, el tiempo que necesitó Reyes, con otros 5 puntos seguidos cuando su equipo peor estaba, para que su Real Madrid llegase con vida al descanso (46-37). Casi una victoria blanca tras tantos méritos verdes.

Catarsis verde

Mindaugas Kuzminskas celebra el triple (ACB Photo)
© Mindaugas Kuzminskas celebra el triple (ACB Photo)

Al descanso, tras una enorme ovación a los campeones del Eurobasket -Maciulis y Kuzminskas sonreían menos-, un mate al arrancar de Maciulis ponía a 7 al Real Madrid. Sin embargo, lejos de dibujarse un escenario nuevo, el Unicaja mantuvo la cabeza fría gracias a la sangre caliente de Smith, que puso el +10 con un triple.

Todo funcionaba en la maquinaria de Plaza. Suárez luchando bajo el poste, Markovic asistiendo, Thomas colgándose y Smith acertando otra vez desde Illinois para ponerle cada vez más difícil la final al equipo de los récords (56-43, m.24). Para colmo, Hendrix se apuntó a la fiesta con un tapón memorable, que celebró mirando fijamente a la grada y jaleando con sus brazos para que no quedara ningún aficionado sentado en el Martín Carpena, que aplaudía a rabiar.

Pese a que Llull recodaba que el Real Madrid permanecía aún con constantes vitales (58-48, m.26), el Unicaja se dejaba llevar por uno de los mejores ambientes vistos jamás en una Supercopa. Le debe mucho el cuadro verde a aquella serie de semifinales de 2014 contra el Real Madrid. La serie del himno, la serie del infierno verde, la serie en la que la afición de Málaga se reencontró consigo misma, como tanto pedía un Plaza consciente de que la vida es mucho más sencilla cuando el viento sopla a favor.

En plena cartarsis colectiva, Gabriel se hacía un jabato en la pintura con 4 puntos seguidos y, a partir de ahí, cada jugada malagueña fue una máxima en el luminoso. La puso Nedovic tras rebote en ataque, la colocó Díez con un triple y la culminó a lo Hendrix -con un tapón por el camino de regalo- para el +20 al final de cuartos (72-52). El Unicaja acariciaba su final.

Un pabellón en pie

El Carpena, rebosante de baloncesto (ACB Photo)
© El Carpena, rebosante de baloncesto (ACB Photo)

Como si su brillante recta final del tercer cuarto aún no hubiera acabado, el Unicaja todavía tuvo tiempo de estirar su máxima renta un par de veces más, después de mate de Vázquez y de un triple de Díez (77-54, m.31) que volvía a poner en pie a un Martín Carpena colosal.

El campeón, herido en su orgullo, recordó quién había ganado las últimas tres ediciones del torneo. Quien era vigente campeón de Liga Endesa, de Copa, de Euroliga, de Intercontinental. Quien rompió récords, quien se vistió de imbatible durante un año único. Con mucha dignidad y el descaro de Doncic como banderas, fue remontando hasta ponerse a 13 a falta de tres minutos (85-72), mas Thomas estaba en uno de sus días más inspirados con la elástica verdimorada y, con 5 puntos seguidos, le gritó a su público que el billete a la final estaba más que sellado.

Y antes del bocinazo final (94-79) llegó la ola. Y el pegadizo himno. Y un "A por el Barça" que empezó a cantarse hace 20 años, cuando Ansley falló el triple. Y que volverá a sonar este sábado en una final que, por el nivel de uno, el nivel del otro y el ambiente de los que miran, promete ser excelsa. El Carpena mira.

Estadística completa del partido