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Germán Gabriel, un pilar fundamental de nuestro baloncesto

Idas y venidas haciendo y deshaciendo maletas, dejando en cada uno de los lugares un poquito de su magia. Málaga, Ourense, Bilbao, Madrid, Girona y Anzoátegui recordarán siempre su legado. Desde la Generación del 80 a los libros de historia. Se ha retirado Germán Gabriel...

Gabriel, con el Ourense (ACB Photo)
© Gabriel, con el Ourense (ACB Photo)
  


Galería fotográfica de su carrera

Redacción, 8 Nov. 2016.- Este 16 de noviembre Germán Gabriel cumplirá 36 años y, orgulloso, puede decir que durante casi la mitad de su vida ha jugado a baloncesto de forma profesional. Un sueño cumplido que llega a su fin, ya que este miembro de la dorada generación del 80 ha decidido, como se dice en el mundo del deporte, colgar las botas.

El internacional español, nacido en Caracas, ha sido una de las piezas fundamentales en el desarrollo de este deporte en los últimos años. Junto a Pau Gasol, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, Raül López, Carlos Cabezas, José Manuel Calderón o Berni Rodríguez, entre otros, el pívot hizo historia siendo uno de los Juniors de Oro.

De Mannheim a Lisboa, pasando por Varna. Aquella época lo cambió todo y el 99 siempre será una página importante en nuestros recuerdos. Aquel grupo, en el que Germán destacaba, nos enseñó que nada es imposible. Nos enseñó a no tener miedo. Nos enseñó a ganar.

Y de ello se aprovecharon en años posteriores muchos equipos que quisieron apostar por el talento nacional. Entre ellos, el Unicaja. Que vio crecer al interior hasta tal punto que no tuvo más remedio que hacerle debutar en la ACB en 1998, viendo que la EBA se le quedaba pequeña a sus 2.07 de altura.

En esa primera etapa en el club de sus amores pudo presumir de un subcampeonato de la Copa Korac en el año 2000. Eso sí, el comienzo del nuevo milenio no le iba a traer tranquilidad. Empezaba el 'maleta va, maleta viene'.


Pocos días después de comerse las uvas del 2001, el Unicaja le cortaba por Frederic Weis y le enviaba cedido al Ourense. Era su primera experiencia fuera de casa y allí permaneció una temporada, donde se fogueó hasta que el Estudiantes también se interesó por la cesión del jugador. Y, cómo no, la consiguieron.

Madrid marcaría una época. Dos años en la capital aprendiendo conceptos que pronto le servirían para el futuro. Allí, disfrutó junto a Jiménez, Jasen, Gonzalo Martínez, Azofra, Miso o los hermanos Reyes y supo lo que es jugar un Playoff por el título. En ambas temporadas llegó a semifinales tras vencer al Madrid y al Gran Canaria en cuartos de final.

Con más experiencia, regresó a su ciudad al siguiente curso, el 2003-2004, siendo su segunda etapa defendiendo el verde y morado.

Junto a sus amigos de la juventud tuvo un rol algo mayor, siendo un gran jugador de equipo y quitándole minutos a aquel Weis que había entrado por él años atrás. Aún así, parece que ya le había pillado el gusto a eso de cambiar de aires y, de nuevo, levantó las ruedas.

Gabriel, con el Bilbao (ACB Photo)
© Gabriel, con el Bilbao (ACB Photo)

De Málaga a Bilbao para su año de explosión. Se adaptó a la perfección a la cultura y, como nuevo 'vasco' de pura cepa, hacía lo que quería en la pista. Su dominancia total se vio entre las jornadas ocho y doce, con partidos de más de 20 puntos y hasta de 40 de valoración, robándole de nuevo minutos al propio Weis, que hizo el mismo trayecto que su compañero. Cosas de la vida.

Ese año su juego se elevó al siguiente nivel y el poderoso Akasvayu Girona se interesó por él. Al norte de Cataluña, donde estuvo otros dos cursos, se hinchó con las nominaciones de jugador nacional de la semana. Además, acabó levantando el primer título de club de su carrera, la FIBA Eurocup.

Gabriel, levantando la Eurocup con el Akasvayu (ACB Photo)
© Gabriel, levantando la Eurocup con el Akasvayu (ACB Photo)

En ese momento fue consciente de que subir a lo más alto era posible, y ya que se podía, quería hacerlo en casa. En 2007, por lo tanto, el hijo pródigo regresó a Málaga tras sus experiencias en tierras catalanas y vascas.

Las ansias de darle al Carpena un título eran muy grandes como para no intentarlo. Y estuvo cerca. Muy, muy cerca. Tanto que hasta lo rozó con sus manos y lo saboreó con la boca. Pero no.

Pete Mickeal, con su TAU Cerámica, les bajó de la nube en aquella final de Copa del Rey de 2009 con una canasta decisiva y un tapón sobre la bocina de la prórroga. Un sueño robado. Un subcampeonato.

Defendiendo con el Estudiantes (ACB Photo)
© Defendiendo con el Estudiantes (ACB Photo)

Dolió, y mucho, ese final. Por lo que volvió a coger sus maletas para regresar, en otra de sus segundas etapas, al Estudiantes, donde ya había estado durante dos años. Su comodidad en el club madrileño, superando los 20 de valoración en 14 partidos, le llevó a estar convocado con la selección absoluta en el Eurobasket de 2013, y junto a sus amigos, los del 80, levantaron el bronce.

Fue un premio a una carrera que no había terminado, y como no hay dos sin tres, quiso vivir su tercera 'segunda etapa'. En esta ocasión, en Bilbao. No podía ser en otro lugar. Sus recuerdos, sobre todo numéricos, le provocaban nostalgia.

Y lo volvió a hacer. El internacional, en la 2013-2014, no bajó de las dobles figuras en anotación en 28 de los 35 partidos disputados entre la Liga Endesa y la Supercopa Endesa. ¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas?

Pero si algo tenía pendiente el 'center' era jugar en su país natal, y tras acabar la temporada en el País Vasco, cogió el avión para su primera aventura fuera de nuestras fronteras. Allí le esperaba el Marinos de Anzoátegui con los brazos abiertos.

Mira que jugó años en España. Pues en Venezuela solo necesitó unos meses para conseguir su primer título de liga. Su 'veni, vidi, vici' particular y la LPB fue suya.

Con un objetivo más cumplido, regresó de nuevo a Bilbao, en su tercera etapa, para luego cerrar el ciclo donde todo empezó... En su hogar. En su casa. Ante los suyos. En Málaga. En su Málaga.

Anotando con el Unicaja (ACB Photo)
© Anotando con el Unicaja (ACB Photo)

Ahora, según parece, ha decidido poner freno a su movida carrera como jugador para dar el salto a los banquillos. Su nuevo proyecto podría estar en Estados Unidos, como asistente de los Iowa Energy, equipo de la NBA D-League y vinculado de los Memphis Grizzlies, donde ayudaría a Matt Woodley.

¡Mucha suerte, Germán!