Redacción, 1 Sept. 2017.- Qué sencillo hablar de magia cuando algo no tiene explicación. Qué recurso culpar a la magia de aquello que cuesta escribir. La Selección Española, una vez más, volvió a hacer magia, ese concepto a caballo entre el encanto y el hechizo, entre lo complicado de describir y lo imposible de no disfrutar.
España, a diferencia de otros campeonatos, empezó el Eurobasket a lo grande, mandando un mensaje contundente a sus rivales directos, tras estrenarse con una victoria por 39 puntos ante Montenegro, un conjunto con mucho más baloncesto del mostrado este viernes. En su versión más coral, en su versión más salvaje, la Selección regaló otro partido para la historia de esta generación inacabable luciéndose de principio a fin frente a un rival apagado y sin alma.
El arranque de Abrines y Pau Gasol, la insultante puesta en escena del Chacho, los bailes en la pintura de Willy, la muñeca de Juancho, la velocidad de Rubio, la conexión taronja dejándose notar, la enésima resurrección de Navarro... muchos fueron los factores para explicar un partido roto ya al descanso (51-29). Pocos los adjetivos para explicar tanta magia.
El tiempo no pasa
Como si el tiempo no pasara, como si la vida fuera un bucle, un salto temporal de un momento feliz a otro, un conjunto de recuerdos que, de repente, se reproducen en tiempo real. Aquellos que lloraron el bronce olímpico de España, aquellos que incluso se atrevieron a despedirse de una generación entera liderada por Pau Gasol, otra vez se sentían en ese limbo de espacio y tiempo que solo esta generación -generación de generaciones- supo crear. España jugaba, algo mágico iba a pasar.
Normalmente, cuando empieza un campeonato internacional, las sensaciones son tres. La primera es la ya mencionada, ese extraño déjà vu sin final conocido. La segunda, el recordar que el verano se acaba: bienvenido, septiembre. La tercera, otro clásico, el viejo debate de las dudas y del posible fin de ciclo. Y es que, cierto es, muchas de las páginas doradas de la Selección Española llegaron tras un mal inicio o después de una situación límite. Esta vez, España salió dispuesta a ser España desde el primer balón, sin más disfraces de camuflaje.
Del tapón inicial de Pau al mate en contraataque de Abrines para contrarrestar el sólido arranque montenegrino. La inspiración de Rice le dio el único momento de tregua a Montenegro (5-8, m.4) en todo el partido. Desde que Abrines empató con un triple y Ricky elevó la defensa y la velocidad en ataque, el partido fue otro. El mayor de los Gasol intimidaba en la zona y anotaba con fluidez, celebrándolo con rabia. Y su hermano culminaba el 10-0 de parcial en solo tres minutos desde la línea de tiros libres antes de la irrupción del Chacho.
Qué locura, qué placer, qué regalo verle. En Madrid o en Rusia. En Philadelphia o en Rumanía. Sergio Rodríguez empezó a jugar su particular partida a la consola, con él de estrella, con él capaz de todo. Asistencias mágicas, de vídeo y relato, robos, puntos. Si miraba hacia otro lado mientras soltaba el balón, ahí estaba Sastre para el +11 (21-10, m.8). Si se quitaba a su rival de encima con una filigrana gourmet, ahí estaría Willy para cerrar el cuarto con la máxima: 26-14. Era solo su presentación.
De magia y bailes
De contraataque en contraataque, de delicia en delicia, España había hecho suyo el partido de la mano de Sergio. El base, incansable, prolongaba su estado de gracia nada más arrancar el segundo cuarto con Willy, bien agradecido él, transformando en canasta cada regalo del genio canario, capaz de sumar en sus primeros 5 minutos 4 puntos, 3 robos... ¡y 6 asistencias!
Por su lado, el de los Knicks, por momentos, parecía tomarle el testigo generacional al líder de aquellos juniors del 99. Palabras mayores. Vucevic parecía el juvenil después de cada uno de sus bailes. 10 puntos en 8 minutos, superioridad insultante en la pintura y mirada al cómplice Chacho, el que lo empezó todo. La ovación fue atronadora cuando regresó al banquillo en el ecuador de cuarto, con su equipo 16 arriba (38-22).
Y habría más. Los cambios funcionaban, los suplentes daban un paso al frente. Juancho omnipresente, Navarro respondiendo triples rivales, Rubio manteniendo la chispa chachista, Marc forzando faltas y sumando desde la línea y la sensación en el ambiente de que la primera parte frente a Montenegro pertenecía ya al club de los grandes momentos que este equipo protagonizó en su dorado camino. Un clásico instantáneo, una gozada. Un 51-29 sin paliativos. Un partido finiquitado.
Un clínic para asustar
La capital histórica de Transilvania, vieja colonia romana, pequeña patria de Muresan, es hoy ciudad universitaria. Como en Granada, como en Salamanca, en Cluj-Napoca también se aprende más y mejor disfrutando. El docente vestía de blanco y, pese a los 5 puntos de inicio de una Montenegro que pareció recordar las ganas con las que esperaba este Eurobasket tras su ausencia en 2015, el partido se había cerrado en la primera parte.
Normalmente, tras exhibiciones tan redondas, queda más que perder que ganar tras volver de vestuarios. No fue el caso en el cuadro de Scariolo, que devolvió el 5-0 de su oponente sin inmutarse. Si Pavlicevic iba de tres en tres, Navarro replicaba desde Sant Feliu. Si Vucevic tiraba de orgullo para que la renta no aumentara, Rubio convertía triple en carrera. Montenegro, simplemente, no podía aguantarle el pulso a España, que estiraba poco a poco su renta desde la líne de personal (70-43, m.29), sin que los de Tanjevic encontraran la forma de resistir dignamente en el partido.
Los últimos diez minutos, territorio basura, esta vez sirvieron. Vaya si sirvieron. Para avisar que hay relevo, para avisar que hay futuro, pero especialmente para avisar que hay presente y que el campeón quiere volver a conservar su corona. El Chacho y su alquimia, la conexión taronja Sastre-Oriola, con San Eme haciendo todo y haciéndolo bien. El rugido de Juancho y la diferencia vistiéndose de escándalo (86-51, m.35) antes del carrusel de técnicas en contra del equipo de Tanjevic, desquiciado e impotente.
Un 1-7 rival pareció maquillar el resultado antes de que la Selección Española decidiera cerrar el encuentro como lo empezó, como lo continuó, como lo saboreó: a lo grande. Sastre robando, Vives estrenándose y los Hernangómez al poder. Juancho lo empezó, Willy lo culminó. 99-60 y el choque pereciendo en las manos de Oriola. Minutos de magia, recuerdos en tiempo real. El viejo bucle de esta generación, la rueda vuelve a girar. Si el partido fue metáfora, toca volver a soñar. Si solo fue un aviso, toca volver a asustar.
ESPAÑA | 99 | |||||||||||||||
N | Nombre | Min | P | T2 | T3 | TL | RT | RD | RO | AS | BR | BP | T | FP | M/M | EFF |
4 | *P, Gasol | 18 | 10 | 1/2 | 1/2 | 5/8 | 8 | 8 | 0 | 5 | 0 | 1 | 2 | 1 | 16 | 19 |
6 | S, Rodriguez | 13 | 7 | 1/1 | 1/2 | 2/2 | 0 | 0 | 0 | 10 | 3 | 2 | 0 | 1 | 17 | 17 |
7 | J, Navarro(C) | 12 | 9 | 0/0 | 3/3 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 | 9 | 8 |
9 | *R, Rubio | 20 | 7 | 1/2 | 1/2 | 2/2 | 2 | 1 | 1 | 5 | 5 | 2 | 0 | 1 | 16 | 15 |
13 | *M, Gasol | 20 | 9 | 2/6 | 0/0 | 5/6 | 5 | 5 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 2 | 20 | 10 |
14 | W, Hernangomez | 19 | 18 | 6/7 | 0/0 | 6/7 | 9 | 8 | 1 | 1 | 1 | 3 | 0 | 3 | 19 | 24 |
15 | J, Sastre | 19 | 4 | 1/2 | 0/1 | 2/2 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 25 | 4 |
16 | G, Vives | 7 | 3 | 0/0 | 1/1 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 6 | 4 |
18 | P, Oriola | 19 | 2 | 1/3 | 0/0 | 0/0 | 1 | 1 | 0 | 2 | 0 | 2 | 0 | 1 | 23 | 1 |
19 | *F, San Emeterio | 17 | 10 | 3/4 | 1/2 | 1/2 | 4 | 4 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 19 | 11 |
21 | *A, Abrines | 15 | 7 | 1/3 | 1/2 | 2/4 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 3 | 10 | 3 |
41 | J, Hernangomez | 16 | 13 | 1/4 | 2/2 | 5/7 | 5 | 2 | 3 | 0 | 0 | 0 | 3 | 1 | 15 | 16 |
Total | 99 | 18/34 | 11/17 | 30/40 | 39 | 33 | 6 | 24 | 12 | 12 | 6 | 14 | 195 | 132 |
MONTENEGRO | 60 | |||||||||||||||
N | Nombre | Min | P | T2 | T3 | TL | RT | RD | RO | AS | BR | BP | T | FP | M/M | EFF |
2 | *T, Rice | 22 | 7 | 2/8 | 1/4 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | 3 | 1 | 3 | 0 | 2 | -22 | -1 |
4 | *N, Vucevic | 26 | 16 | 6/15 | 1/3 | 1/2 | 5 | 2 | 3 | 0 | 1 | 2 | 0 | 4 | -30 | 8 |
6 | *S, Sehovic | 14 | 6 | 1/2 | 1/1 | 1/3 | 4 | 3 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | -18 | 8 |
7 | N, Pavlicevic | 15 | 13 | 2/2 | 3/6 | 0/0 | 1 | 1 | 0 | 3 | 1 | 1 | 0 | 4 | -10 | 14 |
8 | *D, Radoncic | 11 | 0 | 0/1 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 2 | 0 | 0 | -15 | -1 |
11 | M, Todorovic | 12 | 4 | 1/2 | 0/0 | 2/4 | 2 | 2 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 5 | -6 | 4 |
14 | B, Dubljevic | 17 | 4 | 1/2 | 0/1 | 2/2 | 4 | 4 | 0 | 2 | 1 | 2 | 0 | 1 | -12 | 7 |
15 | *F, Barovic | 16 | 0 | 0/3 | 0/0 | 0/2 | 3 | 1 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 4 | -24 | -2 |
17 | V, Mihailovic | 21 | 8 | 1/2 | 2/3 | 0/0 | 3 | 2 | 1 | 2 | 0 | 2 | 0 | 3 | -21 | 9 |
20 | N, Ivanovic | 11 | 0 | 0/2 | 0/0 | 0/0 | 1 | 1 | 0 | 2 | 0 | 1 | 0 | 1 | -19 | 0 |
21 | N, Vranjes | 7 | 0 | 0/1 | 0/3 | 0/0 | 2 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | -3 | -1 |
22 | N, Djurisic | 23 | 2 | 1/2 | 0/3 | 0/0 | 2 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 3 | -15 | 0 |
Total | 60 | 15/42 | 8/24 | 6/13 | 31 | 20 | 11 | 16 | 6 | 14 | 0 | 29 | -195 | 45 |