Letonia vuela hasta cuartos arrasando a Montenegro (100-68)

Redacción, 10 Sept. 2017.- Letonia voló, Letonia arrasó, Letonia enamoró. Ni el aficionado letón más optimista hubiera imaginado una forma más bella y contundente de meterse entre los 8 mejores países de Europa, después de sacar de la pista a Montenegro tras 40 minutos de espectáculo y buen baloncesto.

El 3-0 inicial en dos minutos y medio fue engañoso. Engañoso porque a Letonia no le costó anotar, viendo aro con mucha facilidad durante todo el choque. Strelnieks avisaba (12-8, m.6) antes de que Porzingis despertara y entre Blums, Bertans y Timma, con un triple, obligaran a pedir tiempo muerto al técnico rival (23-12, m.9).

Letonia volaba de contraataque en contraataque. Bertans machacaba a una mano, Peiners no perdonaba y la distancia empezaba a parecer muy complicada de remontar (27-13, m.9). Vucevic salvó el primer match ball, aliándose con Dubljevic para despertar a su equipo, con un 0-11 con puntos de ambos jugadores para apretar el marcador (27-24, m.12).

Se quedó en el intento. Peiners seguía sorprendiendo y la respuesta de Dubljevic no bastaba. Timma con un 2+1, Porzingis y su mate, los picotazos de Bertans... y dos tiros libres de Timma antes del descanso para poner la máxima antes de irse a vestuarios: 53-37.

No había forma para Montenegro. Nada más arrancar, triple de Porzingis. Si Dubljevic respondía, ahí estaba Strelnieks para la réplica. Si Mihailovic daba esperanzas desde el exterior, a los 15 segundos Bertans echaba agua fría al deseo de remontada rival. Con el baskonista Timma exhibiéndose, la renta se asentó por encima de los 20 puntos en el ecuador de cuarto (68-46) antes de que los triples del propio Timma y Porzingis, un mate de Smits y dos tiros libres de Peiners elevaran el listón hasta los 30 al final del tercer acto: 82-52.

Ya no hubo más partido, con descanso para los titulares y un notable bajón en el ritmo de puntos. Destellos de Radoncic, Dubljevic y su orgullo, Grazulis culminando alley-oop para llegar a 100 y poner la máxima (100-65) y el bocinazo final para terminar la agonía de Montenegro, que nunca esperó en la previa caer por 32 (100-68) contra un rival al que pensaban hacerle frente.