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Un Marc Gasol colosal para abrir la puerta de semifinales (72-84)

28 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias, 4 triples y unos minutos mágicos, al final del tercer cuarto, para romper un partido dificilísimo durante 30 minutos para España (72-84). Los de Scariolo, con Sastre y el Chacho como escuderos, sobrevivieron a Schroder (28) para cumplir su tradición de estar en semifinales

 (Foto FIBA)
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Redacción, 12 Sept. 2017.- España volverá a luchar por las medallas tras vencer a Alemania (72-84) en otro encuentro mucho más agónico de lo que el tanteo final indica.

Alemania se lo creyó desde el inicio (11-2, m.4) y solo la entrada de Sastre en el segundo periodo cambió el choque desde la defensa (33-34, D). Sin embargo, los puntos de un mágico Schröder (27) y la valentía alemana pusieron el encuentro cuesta arriba para España (47-44, m.26) antes de la irrupción de Marc Gasol, que sumó 13 puntos en lo que restaba de tercer cuarto, con 9 en un minuto mágico que cambió por siempre el partido desde el tercer cuarto (50-62) al bocinazo final (72-84).

España vuelve a semifinales de un Europeo, de donde no sale desde que se subiera al vagón de los más grandes en 1999, encadena 13 triunfos seguidos en los últimos dos torneos continentales y le lanza a Europa la más dura de las amenazas: incluso sin jugar bien, el oro les queda a solo dos pasos de distancia.

Foto FIBA
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Órdago alemán de inicio

Ha llovido desde entonces, aunque era un clásico de cada verano. En cada previa de campeonato internacional, en los tiempos dorados de Nowitzki, el mismo ninguneo de siempre a Alemania. El viejo "Dirk y 11 más", las cuatro 'verdades' de barra de bar quitándole el mérito a ese equipo carismático de los Okulaja, Femerling, Jagla, Hamann o Roller que siempre parecían obligados a ser una compañía digna para la súper estrella alemana. Y lo eran, vaya si lo eran. Bauermann asfixiando en defensa a los equipos rivales y resultados más que dignos de uno de los combinados europeos más infravalorados en tiempos recientes.

Sin Dirk, y sin resultados notables en los últimos años, nuevamente Alemania estaba en el fondo de cada quiniela, como si por ser un equipo en plena renovación les impidiera darle un susto al más pintado. ¿Verdad, Francia? ¿Verdad, España? Y es que, incluso con la victoria, a los de Scariolo no se les quitó el miedo en el cuerpo por culpa de un rival que arrancó el encuentro con un 7-0 en dos minutos y medio y que al cuarto (11-2) ya avisaba que su papel de cenicienta siempre fue irreal.

El físico germano se imponía en defensa, la circulación española era nula y los exteriores no atinaban. El primer fuego lo apagó el de siempre, un Pau que encadenó 8 puntos (13-10, m.7) para despertar a sus compañeros. Sin embargo, como contra Turquía -y ahí mandaba España-, las sensaciones no podían ser positivas. Los titulares no terminaban de arrancar, el juego era vertical, los triples parecían vetados y Schröder daba señales de poder armarla de un momento a otro: De tiro libre a tiro libre, con varios en el limbo para España, el choque se movió en esas latitudes hasta final de cuarto (19-16), con más motivos para la esperanza por el peso de la memoria y los precedentes que por lo visto en pista. Allí, Alemania mandaba.

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El silencioso ruido de Joan Sastre

Si mientras Schröder tomaba aliento en el banquillo, Lo parecía su hermano gemelo berlinés, la Selección Española tenía un grave problema. Y, de paso, 7 puntos (25-18, m.12) de desventaja. En ese instante, Oriola, con dos canastas vitales, le dio el testigo a su "hermano" Joan, al que tanto extrañará en Barcelona. Compañeros de habitación, amigos dentro y fuera de la pista, unidos para siempre por un título y por infinitas vivencias.

Sastre, el mismo que no tenía ningún problema en ser el chofer de Satoransky cuando media Europa ya hablaba de su potencial, siempre fue un tipo puntual. Cada vez menos tímido, cada día menos callado, aunque en pista sea capaz de transformar un partido en el más completo de los silencios. Su triple nada más saltar a pista tuvo mucho menos incidencia que su actitud, que sus ganas, que su brillante defensa. Una jugada que nació de un robo suyo sirvió a Juancho Hernangómez para empatar (27-27) antes de que el propio balear confirmara su golpe de estado con un tapón a Schröder de esos que valen una carrera entera. Inmenso. Icónico.

Definitivamente, la segunda unidad había cambiado la cara de la Selección Española, que empeza a sonreír tras 15 minutos de agonía, fallos incomprensibles y hasta airballs. El Chacho Rodríguez la ponía por fin por delante tras un triple y Marc Gasol se incorporaba al duelo cerrando el parcial de 4-16 (27-32, m.17). Y con tapón de propina. Incluso, Navarro se permitía recordar esos días de gloria en los que él solo le remontaba el partido a Alemania antes de la dolorosa y bella respuesta final de Dirk. Su pase a Pau, pese a la réplica posterior del incisivo Schröder, permitía que el vigente campeón mandara al descanso: 33-34. Habían pasado tantas cosas... que no había pasado nada. Absolutamente nada.

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Schröder asusta, Marc enamora

Desde pequeño, a Schröder lo que le gustaba era el patín. Con tanto talento, quizá de skater hoy fuera leyenda, protagonizando algún videojuego a lo Tony Hawk, mas bendito el día en el que le pusieron una pelota de baloncesto en sus manos. Aunque a veces duela, que diría el genio. Y dolían, cierto que dolían cada uno de sus picotazos al partido, con dos triples de inicio para enterrar del todo aquel momento de inspiración español. Tan lejano parecía ya...

El base, como si quisiera quitarse por siempre la espina clavada de aquel tiro libre errado hace dos veranos que le dio el partido a España, la pedía sin miedo, asumiendo un peso que solo los grandes toman en su país a tan joven edad. Y sus compañeros asintieron, dando el paso al frente para meter más temor que nunca a su oponente. Aroma al 93, con aquel equipo de Chris Welp, siempre víctima en la previa, que iba cargándose in extremis cada obstáculo del camino Theis, omnipresente en todo el choque, palmeaba, Benzing se inventaba una bomba y Thiemann hurgaba en la herida con su velocidad en la zona para dejar a su equipo 4 arriba (47-43) ya superado el ecuador del periodo. El cielo y el infierno, a quince minutos de distancia.

Quizás los duelos contra Alemania no sean los más bonitos de ver, pero siempre regalan instantes para recordar. Estambul vivió uno de ellos, hace 16 años, cuando Nowitzki y Gasol rivalizaron por ver qué dios era más poderoso. Estambul vivió hoy otro, versión 4K, sin censura, con rombos de tanto placer. Su protagonista, Marc Gasol. "¿Por qué no juega como en la NBA?", se preguntaban muchos cuando le ven de colorado. Porque un Eurobasket no es la NBA. Porque su rol es otro. Y porque, incluso así, ya demostró en 2013 que puede ser líder en un campeonato o en un partido si la alarma suena demasiado. Su reacción, otra vez con la sangre fresca española del banquillo a la pista, fue sublime, deliciosa, determinante.

En el peor momento la pidió, forzó falta y puso a 2 a los suyos. A continuación, volvió a encestar, paso previo al triple de Sastre -no hubo mejor escudero- para adelantar, por última y definitiva vez a su combinado (48-50). El Chacho, en otro de esos días, en otra de esas ocasiones en las que cualquier canasta de los highlight nacen directa o indirectamente de sus manos, conectó otra canasta de tres para el +5. Y, entonces, a Marc ya nadie le pudo controlar. Imponente, colosal, su explosión hizo trizas el partido. Fueron 9 puntos en minuto y medio. Fueron dos triples a 7 metros, elegantes y asesinos, letales y a cámara lenta. Fue un 2+1 después de un baile en la zona. Fue un parcial de 3-19 para cerrar el cuarto, con 13 puntos marcados con su sello. Fue un partido roto (50-62). Fue héroe. Fue semifinales.

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Tras los pasos de Yugoslavia

"Steh auf, wenn Du am Boden bist" ("Levántate si estás en el suelo"), canción del grupo de punk-rock Die Toten Hosen, parece el himno que resume el alma de una escuadra que, sea cual sea el campeonato, sea cual sea la época, parece no rendirse nunca. "Y cuando una tormenta haga que te vengas abajo, pon tu cara contra el viento. Levántate cuando estés en el suelo, levántate cuando estés tocando fondo. De alguna manera, todo continuará..." Y todo continuaba si Schröder estaba cerca con sus penetraciones de videojuego trucado, de hombre de fe que supo creer cuando nadie creía (57-65, m.32).

Empero, el choque, por más que el margen fuera tan estrecho, estaba K.O. desde los tres puñetazos de Marc. Sastre, otra vez él, se encargó de recordarlo con canasta y robo para el contraataque. Willy, ahora con Ricky en pista, también se apuntaba a la fiesta para elevar la máxima al f+13 y Marc Gasol se permitía una última delicatessen para anotar con hielo otro de esos reversos que los rivales presienten sin saber cómo frenar (61-74, m.36).

Ahora sí, todo fluía. Ricky, en su día más incómodo del torneo, robaba y asistía. Sergio Rodríguez prolongaba su idilio con el triple (62-79, m.37), mientras Fleming se desquiciaba en la banda. En una jugada, ya con el choque visto para sentencia, Pau Gasol acabó sentado en la silla VIP para calmarse y no protestar una falta clara. Sin ser consciente de ello, el alma de la España acostubrada a hacer historia, protagonizaba la mejor metáfora posible de un conjunto que volvía a entrar en la zona noble. Otra vez, otro año, otro campeonato.

Qué lejos queda aquella eliminación contra Rusia en el 97. Desde entonces, no hubo semifinales de Europeo sin España, que volverá a luchar por las medallas tras superar a una Alemania que volvió a ser más de lo que algunos pintaron. La ovación a Schröder antes del 72-84 final fue la ovación al equipo que, y ya van tres días 'raros', que cantaría Vetusta Morla, más apuros supieron presentarle al defensor de la corona. Dudas en el camino y momentos de desconexión, sí, mas solo dos pasos de distancia hasta la gloria total. Un registro de 13 victorias seguidas en el torneo que solo supera la mítica Yugoslavia (1987-1997), un 7-0 en este Eurobasket y un sueño del que jamás despertar. Si en octavos hubo que tirar una valla, en cuartos hubo que abrir una puerta. La llave la tenía Marc.



ALEMANIA 72
N Nombre Min P T2 T3 TL RT RD RO AS BR BP T FP M/M EFF
4 M, Lo 23 9 1/2 2/4 1/2 3 3 0 0 1 2 0 0 -20 7
7 *J, Voigtmann 17 2 1/2 0/3 0/0 7 4 3 0 1 2 0 1 -14 4
8 L, Staiger 14 1 0/0 0/4 1/1 0 0 0 0 1 0 0 0 -10 -2
9 *K, Tadda 22 0 0/0 0/2 0/0 5 5 0 4 1 0 0 2 5 8
10 D, Theis 30 15 6/10 0/1 3/6 4 3 1 1 0 0 0 5 -2 12
12 *R, Benzing 25 4 1/2 0/2 2/3 3 3 0 0 1 0 0 2 -8 4
17 *D, Schroder 33 27 9/19 3/4 0/1 4 3 1 8 0 7 0 3 -7 20
18 I, Akpinar 5 0 0/0 0/0 0/0 0 0 0 0 0 0 0 0 -1 0
22 *D, Barthel 12 6 0/0 1/2 3/3 3 3 0 1 3 2 0 5 13 10
32 J, Thiemann 12 8 2/2 0/0 4/6 1 0 1 0 0 0 0 3 -11 7
33 P, Heckmann 0 0 - - - 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
55 I, Hartenstein 3 0 0/0 0/0 0/0 0 0 0 0 0 1 0 2 -5 -1
Total 72 20/37 6/22 14/22 32 25 7 14 8 14 0 23 -60 69


ESPAÑA 84
N Nombre Min P T2 T3 TL RT RD RO AS BR BP T FP M/M EFF
4 *P, Gasol 28 19 7/12 0/3 5/6 4 2 2 2 0 2 1 1 -3 15
6 S, Rodriguez 26 11 0/2 3/6 2/2 2 2 0 7 1 3 0 3 23 13
7 *J, Navarro(C) 13 0 0/0 0/2 0/0 0 0 0 1 0 0 0 1 -11 -1
9 *R, Rubio 26 2 1/5 0/3 0/0 4 3 1 8 2 5 0 3 -6 4
13 *M, Gasol 30 28 6/9 4/6 4/5 10 9 1 4 1 2 2 2 11 37
14 W, Hernangomez 14 7 3/3 0/0 1/2 4 4 0 1 1 0 0 1 10 12
15 J, Sastre 18 8 1/1 2/3 0/0 2 2 0 2 3 0 1 1 13 15
16 G, Vives 1 0 0/0 0/0 0/0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0
18 P, Oriola 6 4 1/1 0/0 2/2 3 2 1 0 0 1 0 4 5 6
19 *F, San Emeterio 16 3 0/1 1/2 0/0 1 1 0 0 0 1 0 2 -11 1
41 J, Hernangomez 20 2 0/1 0/0 2/4 5 4 1 1 0 0 0 1 28 5
Equipo/ 0 - - - 2 0 2 0 0 0 0 1 0 0
Total 84 19/35 13/30 10/16 74 58 16 52 16 28 8 40 60 107