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Abriendo camino: Esperanza Mendoza, árbitra de la Liga Endesa

Cacereña de 34 años, ha dedicado casi todos al baloncesto. Sigue la estela de Pilar Landeira y Anna Cardús como árbitra de la Liga Endesa. “Siempre digo lo mismo: Las niñas de hoy en día necesitan mujeres referentes para poder soñar. Si ha llegado una, yo también puedo”, explica a ACB.COM

Esperanza Mendoza, árbitra de la Liga Endesa (ACB Photo/Á. Martínez)
© Esperanza Mendoza, árbitra de la Liga Endesa (ACB Photo/Á. Martínez)
  


Redacción, 8 Mar. 2018.- Esperanza Mendoza cumple su primera temporada en la Liga Endesa tras ascender de las categorías FEB el pasado verano junto a Alfonso Olivares, Arnau Padrós, Alberto Sánchez Sixto y Javier Torres. Cacereña nacida en 1984, profesa una genuina pasión por el baloncesto que ahora canaliza en lo que ella misma denomina un sueño hecho realidad.

Tras una trayectoria en progresión de manual, Mendoza continúa la senda iniciada por Pilar Landeira (árbitra ACB desde 1992 hasta 2004) y Anna Cardús, que el pasado verano dejó la Liga Endesa tras quince campañas. Para ella, su posición, además de ser la culminación personal de una carrera, puede servir también de ejemplo para las árbitras del futuro: "Siempre digo la misma frase: Las niñas de hoy en día necesitan mujeres referentes para poder soñar. Si hay una, si una ha llegado, yo también puedo llegar".

Siempre dentro de la cancha

"Desde que salí de mi madre he tenido pasión por el baloncesto", explica la colegiada, que sigue narrando la historia de su vida: "He jugado al baloncesto desde que tengo uso de razón. Empecé en las escuelas de baloncesto del Cáceres, en mi ciudad. Hasta los 17 jugué al basket, participando incluso en Campeonatos de España. A esa edad, en parte porque en aquella época no había muchos equipos senior en Cáceres, decidí arbitrar. En realidad, primero probé a arbitrar y entrenar, pero eso de ponerme en la banda no me convencía mucho… Prefería estar dentro de la pista".

Así arrancó, en 2001, una carrera progresiva en el arbitraje que le llevó a arbitrar en 16 Campeonatos de España, ascender a Primera en dos años, a Liga EBA en 2006, a ligas LEB en 2010 y a la Liga Endesa en 2017. "Recuerdo la llamada en la que me notificaron (el ascenso) y es la sensación de haber conseguido un objetivo impensable cuando empecé. Es un sueño hecho realidad", recuerda ahora. Además, desde esta campaña Mendoza también es árbitra internacional en la Eurocup femenina.

"Llevo 17 años arbitrando y nadie de mi entorno comprende mi vida sin el arbitraje. Pero sí es cierto que a veces, por el hecho de ser mujer, parecía raro que estuviera en este mundo", reconoce. "Eres una especie rara en un mundo de hombres. Cuando empiezas nadie te entiende. 'Será algo temporal', piensan. Al final se ha convertido prácticamente en una profesión a la que le dedico casi todo mi tiempo. Ya está más normalizado", asegura.

Debutó en la tercera jornada de la presente campaña, arbitrando un Real Madrid-Tecnyconta Zaragoza en el WiZink Center. "Cuando ascendí a ACB tenía miedo de que a lo mejor se me mirara diferente por ser mujer o que los jugadores te respetaran menos. Pero al final yo creo que los jugadores piensan que si estás ahí es porque tienes una trayectoria detrás de mucho esfuerzo y te respetan igual que a todos los compañeros. No he tenido ninguna situación, ni mucho menos, de presencia de machismo", explica.

Campazzo le entrega la pelota a Esperanza Mendoza (ACB Photo/Á. Martínez)
© Campazzo le entrega la pelota a Esperanza Mendoza (ACB Photo/Á. Martínez)

Mendoza apunta a Susana Gómez, colegiada que se retiró en 2017 tras casi veinticinco años en el arbitraje, como su máximo referente e inspiración para llegar donde está hoy. "Es verdad que en el arbitraje hay pocas mujeres. Mi máximo referente fue Susana; la primera que yo conocí. Luego coincidí con ella en esta profesión y fue una excelente compañera. Más tarde he tenido a Víctor Mas, mi padre arbitral. Una persona muy defensora del arbitraje femenino que ha hecho mucho porque yo esté donde estoy y para que otras mujeres estén arbitrando en competiciones FEB", relata.

La extremeña atisba un crecimiento en el número de mujeres arbitrando en competiciones masculinas, aunque cree que todavía falta. "Está siendo un crecimiento paulatino. Cuando yo empecé había pocas mujeres arbitrando. Recuerdo ir a Campeonatos de España y yo era la única. Ahora mismo en Liga Endesa estoy yo, en el Grupo 1 de la FEB son 5 y en Liga EBA ya llegan a 12. Cada vez la presencia es más representativa", explica.

Llegar a la máxima competición la convierte en una suerte de pionera, aunque la palabra ejemplo le parece un poco grande. "Cuando yo empecé me impactó mucho ver a una persona como Susana Gómez arbitrando. Me hizo pensar: 'si ella está ahí, ¿por qué no voy a poder yo?' Por eso digo que las niñas de hoy en día necesitan mujeres referentes para poder soñar", sostiene. Mientras, se centra en su carrera recién empezada en la competición, alegrándose también por nombramientos como el de Anna Montañana dentro del cuerpo técnico del Montakit Fuenlabrada. "Es un pequeño paso, pero al fin y al cabo un paso más para que la presencia de la mujer se normalice".