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Jaime Fernández: Paciencia descontrolada

Supo esperar casi 9 años, con 236 partidos por el camino, para estrenarse en un Playoff. Lo hizo con descaro, llevando la batuta de su MoraBanc para conquistar el Palau, con los mismos ingredientes de su mejor curso en Liga Endesa. El baloncesto más solido de su carrera deja a los suyos a un solo paso de la historia

Jaime Fernández, con Clark pocos meses después de debutar
© Jaime Fernández, con Clark pocos meses después de debutar
  

Redacción, 28 Mayo 2018.- Mucho ha llovido desde aquel 17 de octubre de 2009 en el que un adolescente de 16 años, de nombre Jaime Fernández, se estrenaba en la élite de la mano de Estu de toda la vida.



En aquel momento, radiante de felicidad, seguramente hubiera firmado estar casi 9 años sin pisar un Playoff con tal de consolidarse entre los grandes y vivir una sólida carrera profesional. 3.145 días después, el fin de la condena terminó. Y es que, hasta este domingo, Jaime Fernández era el jugador que acumulaba más partidos en Liga Endesa sin haberse estrenado en un Playoff.

Siete temporadas completas, días grandes o grises, un aprendizaje continuo, sí, pero sin conocer el aroma que impregna cualquier partido de la lucha por por el título. Así, hasta 236 veces, el número de encuentros de fase regular que el base del MoraBanc Andorra disputó antes de su anhelado debut en un Playoff. Llegó su momento, que pareció ir gestándose desde el verano más intenso de su vida.

Todo empezó a finales del pasado junio, justo ahora 11 meses, cuando un día 28 su nombre fue incluido en la lista de Sergio Scariolo. Un día después se publicaba su acuerdo con el MoraBanc Andorra, justo una semana antes de que el Movistar Estudiantes igualara la oferta y se iniciara el culebrón que él nunca hubiera vivir.

Foto FEB
© Foto FEB


Por el camino, su sensacional debut con la Selección Española frente a Israel (13 puntos en el primer cuarto y 17 al término del choque), lo mejor de un periodo estival en el que su futuro estuvo en el aire hasta el ya avanzado 18 de agosto, cuando se confirmó su aterrizaje en Andorra. Carta de despedida a su club de toda la vida y llega a un club que apostaba por él como base, una posición en la que prefería jugar más minutos que en Madrid.

"Me he sentido raro al jugar con otra camiseta", reconocía en Moralzarzal, en plena pretemporada, en la que ya iba avisando de que este podría ser su año: "Necesitaba un cambio tras tanto tiempo en el Estu y Andorra me dio la posibilidad, confiando mucho en mí. Estoy muy contento de estar aquí, voy a por todas. Será complicado superar lo del año pasado, pero no nos ponemos límites".

Promesas cumplidas desde el primer día, con el mejor baloncesto de toda su carrera, un hecho reconocido por él mismo. Quizá hubo picos igual de altos en los años previos, si bien nunca de forma tan regular y consistente, como cuando encadenó 10 jornadas sin bajar de los dobles dígitos de valoración o anotó como mínimo 10 puntos en 15 de 17 jornadas consecutivas.



"Salir de mi zona de confort me vino bien", repetía, recordando que en Andorra ya no era el canterano con carta blanca, sino uno más. El empuje de Albicy en cada entrenamiento elevó su nivel, la posibilidad de trabajar en el pabellón más allá de las propias sesiones de equipo, los reportajes, los elogios. El boom. Su brillante papel en las ventanas FIBA, siendo clave para España. Su emocionante regreso a la capital, en el partido más emotivo de su carrera. Esa nueva vida, solo en casa, peleándose con la cocina, o sus escapadas a Lleida para desconectar. La felicidad al otro lado del parqué.

Lógico que cogiera el teléfono. Lógico que hiciera esa llamada.

"A ver... ¿está el Playoff? Que se ponga, por favor". Al más puro estilo Gila, el base del MoraBanc dejaba muy claro que su equipo no iba a desaprovechar de volver a luchar con los más grandes, hasta el punto de acabar en sexta posición en la tabla. Su gran nivel tuvo mucho que ver con ello.





Segundo máximo anotador de su equipo (12), segundo en asistencias (4,03, 11º en Lia Endesa) y más valorado (12,8) del MoraBanc. Segundo de toda la competición en recuperaciones (1,29) y hasta 11º en faltas recibidas (3,91). Su excelente rendimiento le llevó a ser considerado, en los premios de la competición, el 5º mejor base de Liga Endesa, 4º para medios de comunicación y 3º para los jugadores, que le pusieron solo por detrás de Doncic y Heurtel. Ideal para empezar el Playoff pletórico.

Al 237 encuentro ACB, lo consiguió. El 27 de mayo de 2018, 103 meses después de su estreno adolescente en la competición, Jaime Fernández por fin pisó un parqué en la post-temporada. Y lo hizo de forma pletórica, llevando el ritmo del MoraBanc en todo momento, desquiciando al Barça Lassa y logrando un triunfo histórico para su equipo. ¡+18 en el Palau!

El primero a domicilio en Playoff, el 4º como visitante más amplio de la historia, el triunfo del juego coral y de los líderes callados. Porque él, aunque a veces parezca que no quiere hacer ruido, es puro estruendo, capaz de ser determinante incluso en un mal día (2/8) en el tiro. 11 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes, 6 faltas recibidas, 15 de valoración. Y a un paso de semifinales.




"Veníamos con ilusión y hambre. Nosotros seguiremos igual, vamos a soñar e intentar ganar ahora. Está claro que ellos vendrán con el cuchillo entre los dientes, así que se prepare toda la gente de Andorra que nosotros también lo estaremos", aseguró tras el encuentro, con mención especial de su técnico a continuación.

Además de él, solo Jankovic y Sanè ignoraban lo que significa jugar un Playoff de Liga Endesa, algo que provocó el pique interno y las bromas en el vestuario andorrano. "Hubo un poco de cachondeo con eso de que Jaime iba a jugar su primer partido de Playoff", confesaba sonriente Peñarroya. "No está mal lo que hizo. Para su primer partido de Playoff... ganar en el Palau no está mal".

Con sus zapatillas tricolor con los colores de Andorra y la moral por las nubes tras su gesta inicial en la serie, toca mirar al miércoles sin dejar de recordar el pasado. Y es que, en esta misma temporada, Fernández ya recibió al Barça Lassa en La Bombonera con 18 puntos, 6 asistencias y 19 de valoración en solo 20 minutos. Nadie le puede decir que no avisó. Nadie le podía pedir que siguiera siendo paciente.