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¿Qué ha pasado esta madrugada? Los Warriors agrandan su dinastía

Una fantástica actuación de Stephen Curry (37 puntos) y Kevin Durant (20 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias para el MVP de las Finales) otorgó a los Warriors la victoria frente a los Cavaliers. Es el tercer anillo de Golden State Warriors en cuatro años y se confirma su dinastía en la actual NBA

Foto EFE
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Cleveland, 8 Jun. 2018.- ¡Lo volvió a hacer! Golden State Warriors ganó a Cleveland Cavaliers por 85 a 108 y se proclamó campeón de la NBA por tercera vez en cuatro años. El equipo de la bahía de Oakland cerró una serie final fantástica donde barrió a su rival y se ha ganado de pleno derecho el ser considerada una dinastía donde brilla Kevin Durant, MVP de las Finales.



Todo comenzó de manera muy diferente al tercer partido, los Warriors no dieron lugar a ninguna duda sobre su propósito en el encuentro y arrancaron con un parcial 3-13 donde Stephen Curry tomó el control de la anotación (triple desde nueve metros incluido) olvidando su mala actuación previa. Nada salía de inicio ni a los Cavs ni a LeBron James, quien anotó su primera canasta a los cinco minutos de encuentros y cuando Curry ya llevaba nueve puntos.

No obstante, no sólo era una cuestión del base, todos los Warriors llevaban una marcha más y Draymond Green agrió el inicio de noche a los fans de Cleveland con dos triples casi consecutivos. Otro de Curry y un mate de Durant (20 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias) dispararon la ventaja hasta el 13-24.



Golden State Warriors era una máquina perfecta de anotar (seis triples de 10 intentos y 34 puntos en el primer cuarto), pero ésta se atascó en el inicio de segundo cuarto y un airball de Green encendió a sus "queridos" fans de Ohio. Poco a poco, Cleveland fue recortando distancias. Su calidad y energía podían ser inferiores a la del rival, pero agarrándose a la defensa se puso por delante (39-38).

La jugada fue sintomática del momento: rebote, contraataque y mate de un LeBron James que por entonces ya sumaba 13 puntos despertando el éxtasis local. El problema es que el momento fue efímero, no tuvo continuidad en los minutos siguientes y los fallos desde la personal de los Cavs dejaron el marcador en un 52-61 favorable a los Warriors.

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El tercer cuarto no hizo sino confirmar la sensación de dominio visitante y un parcial de 6-0 tras regresar del descanso aventuró lo que fueron los siguientes minutos de partido. Fue estéril cualquier intentó de los Cavaliers por recortar sensiblemente las ventajas porque LeBron James estuvo desaparecido y sus únicos cuatro puntos en el cuarto llegaron desde la línea de tiros libres.

Además, aparecieron los triples de Klay Thompson y los Warriors alcanzaron los 20 puntos de ventaja (65-86). El alero de los Warriors era la estrella que faltaba unirse al festival anotador del equipo (0 puntos al descanso y con problemas de faltas) y, con 10 puntos en este período, comenzó a cerrar la victoria para su equipo.

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A partir de ese momento los minutos fueron cayendo con la misma celeridad que los ánimos y la energía en los Cavaliers, y la sucesión de acontecimientos aceleró el final que todos temían. Cleveland sacó la bandera blanca de la rendición cuando, a cuatro minutos del final, James se marchó al banquillo recibiendo la aclamadora ovación de su afición mientras José Manuel Calderón entró en pista.



Sin embargo, la atención estaba ya en el banquillo contrario, con las estrellas de Golden State festejando su tercer título. El partido acabó siendo tan contundente como el resultado final de la serie ya que es la primera barrida en finales desde que lo hiciera San Antonio Spurs a los propios Cavs de LeBron en 2007.

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A partir de ahora 29 equipos trabajan por destronar a los reyes de la NBA aunque, tras ver lo acontecido este año, se antoja una ardua tarea acabar con su dinastía.