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Se cumplen 20 años del debut acb de José Manuel Calderón

Un 15 de octubre de 2000, José Manuel Calderón comenzaba a escribir su historia como jugador de la acb. Lo hacía en Alicante frente al Cáceres, el equipo de su tierra natal. Hoy recordamos con el propio jugador el inicio de una carrera extraordinaria.

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¿Dónde hallamos la piedra fundacional de nuestros sueños? En qué lugar de nuestro errante itinerario vital marcamos la ‘X’ que marca con exactitud el origen del mayor de los anhelos personales.

El paso del tiempo borra las huellas y resolver esta cuestión se torna la mayoría de las veces en una entelequia difícil de descifrar. Con suerte, vagamente enlazamos coordenadas del rumbo primigenio.

Para José Manuel Calderón la inexactitud es relativa porque tiene vasos comunicantes con su Extremadura natal. Quizá todo empezó en el pabellón donde acudía a los entrenamientos nocturnos de su padre, puede ser que en la canasta del hogar de su tía donde interrumpía las siestas veraniegas con sus lanzamientos a canasta o, sencillamente, se ubique en Alicante cuando debutó en acb un 15 de octubre de 2000 frente al Cáceres.

Por más brillante y longeva que ha sido su carrera, el debut en la máxima categoría no cae en el olvido y siempre esboza una mueca de felicidad y añoranza por los buenos momentos vividos. El recuerdo inevitablemente envejece, pero es tan placentero que sea hace irresistible volver a caer en él.

Era el estreno de un joven jugador que había marchado lejos de casa con 14 años persiguiendo un sueño y había logrado despuntar entre la generación más brillante del baloncesto nacional, pero también el bautismo en acb de una ciudad que vibraba con su equipo antes de pisar la tierra prometida. Los años de inversión silenciosa de jugador y club tenían su recompensa.

La primera vez no es la mejor, pero sí la que se vive más intensamente. Late el corazón más fuerte, sudan las manos y el paso de las horas se hace eterno. Fueron días de ansiosa espera que para José Manuel Calderón se tiñeron de un sentimiento especial pues delante estaría el equipo de su tierra y en el que seguramente alguna vez imaginó jugar. Calderón recuerda los días previos “algo nervioso pero por las ganas de empezar, no por como saldrían las cosas. Además jugaba contra Cáceres, como extremeño era añadir más presión aún”. En cualquier caso, nos confiesa que fueron momentos que vivió “feliz”.

Lógicamente la expectación también fue importante en la tierra donde nació. Vieron crecer a un chico que ya en infantiles llamó la atención de las principales canteras de España y fue inevitable que también en Cáceres vivieran con intensidad el momento. José sabía que estarían pendiente de él “familia y amigos pero, además, más ojos desde casa”.

Nada iba a impedir a José Manuel Calderón disputar el encuentro y el esguince de tobillo que sufrió semanas previas fue sólo un apunte de previa cuando saltó a la pista. No fue titular, pero jugó 20:54 minutos donde anotó tres puntos, capturó un rebote, dio una asistencia y recuperó un balón. Se le vio incisivo y provocó seis faltas en sus rivales, aunque también algo nervioso y eso perjudicó la efectividad de sus lanzamientos (0/4 en tiros de campo y 3/6 en tiros libres). “Jugué bien pero fallé cosas fáciles”, nos reconoce aunque asegura tener “muy buen recuerdo” del encuentro.

La fiesta aquel día no fue completa y el Cáceres rentabilizó los nervios del equipo debutante para llevarse la victoria con Pepe Arcega castigando en la segunda parte la ansiedad por agradar de los locales. “Eran muy veteranos contra un equipo joven”, recuerda Calderón. La venganza llegaría meses más tarde, un 21 de marzo, cuando el base extremeño visitó Cáceres y ayudó a la triunfal remontada de su equipo con 25 puntos, cuatro recuperaciones y 30 créditos de valoración, una de las mejores actuaciones de su carrera acb.

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Dos décadas han pasado de su debut y su carrera se llenó de tantos días y lugares especiales que a veces cuestionan la buena memoria. Para que no se escape ningún detalle están los libros, los recortes de prensa, las zapatillas y camisetas que guarda desde su adolescencia y, cómo no, las fotos que son juezas del paso del tiempo. Calderón reconoce que en ocasiones repasa aquellos años viendo “fotos con mis hijos y, cómo todo el mundo, les llama la atención el cambio físico, por supuesto”.

20 años después, su carrera habla de 186 partidos acb donde ganó una Copa del Rey, de 895 partidos NBA y de 193 internacionalidades con ocho medallas que cuelgan de su cuello. Un palmarés envidiable que tuvo un origen. Un día del que todo nace y, como el mismo asegura todos ellos “son momentos especiales que recuerdas siempre”.