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Lolo Sainz, el acaparador de títulos

Nadie presenta en el baloncesto español el palmarés de Lolo Sainz. Sumados sus títulos de entrenador –que es lo que él se considera– y los de jugador, alcanza nada menos que 17 Ligas, 8 Copas, 6 Copas de Europa, 2 Recopas, una Korac, 3 Copas Intercontinentales, un Mundial de Clubes y una medalla de plata en el Eurobasket de Francia 99. Pero la figura de Lolo Sainz (Tetuán, 1940) va más allá. Dada la igualdad en el baloncesto de hoy, no es arriesgado asegurar que nadie jamás podrá superar este palmarés. Estamos pues ante el baloncestista más laureado que ha habido… y habrá. Paco Torres nos acerca a su personaje en otro capítulo de la serie Históricos de la Liga Nacional

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Estudiar en un colegio con un patio pequeño en el que sólo quepa una cancha de baloncesto, “en el Ateneo Politécnico, de la Prospe” dicho así además, con acento castizo, “que ya no existe, desgraciadamente” tuvo mucho que ver en que Lolo se dedicara a jugar al baloncesto. “Los hermanos Barbero, Alejandro, Carlos y Pepe fueron los que me inculcaron este veneno. Afortunadamente”. Hubo otro detalle: “además, yo jugaba al fútbol de portero y un día me metieron ocho goles. Aquel día supe que no era mi deporte”.

Y no lo fue, desde luego. Porque las canastas que comenzaba a meter en el colegio le llevaron a las categorías de base del Real Madrid. Y de allí al Hesperia, filial madridista, donde llegó a los 18 años. Entonces jugaba de alero, “pero de verdad que de mi época como jugador sólo recuerdo detalles muy confusos. Así como me acuerdo de todo de mi época como entrenador, la de jugador la tengo prácticamente olvidada”. Pero no tanto como no recordar que en aquel tiempo era un alero. “Muy anotador, además. Menudos piques nos teníamos mi compañero Nene González, ahora prestigioso médico, y yo. Andábamos siempre metiendo por encima de los 30 puntos. Eso se acabó cuando, después de un año en el Hesperia, pasé al Real Madrid. Allí Pedro Ferrándiz decidió que de lo que tenía que jugar era de base. Y como base me pasé ya el resto de mi carrera”.

Empeñado en saltarse su época como jugador, de lo que más se acuerda es de que “me saltaba a la torera la reglamentación del Real Madrid, de que los jugadores ´profesionales´ entre comillas lo de profesionales, claro, no podíamos ejercer ninguna otra actividad deportiva que no fuera jugar. No podíamos entrenar. Yo lo hacía en el colegio Claret, que estaba muy cerca de mi casa. Me iba a las cuatro de la tarde a entrenar a los niños y luego ya me iba a entrenar yo con el Madrid. Ya entonces me llamaba mucho más la atención y disfrutaba mucho más entrenando a chavales que jugando”. Y fíjense que estamos hablando nada menos que de alguien que estuvo nueve temporadas como base titular en el Real Madrid. Un base que lideró a jugadores de la talla de Emiliano, Sevillano ó Airen, a las órdenes de Pedro Ferrándiz, y que ganó 7 Ligas, 2 Copas, 4 Copas de Europa, vistiendo en 68 ocasiones la camiseta de la selección española. “El recuerdo más nítido como jugador quizá sea el que casi supuso el instante final de mi carrera como jugador. Y es que, por una lesión de Sevillano, fui el capitán en la cuarta Copa de Europa, la que ganamos en Lyon al Sparta de Brno, en 1968. Me tocó a mí recogerla y es quizá el detalle que más recuerde”. Una extraordinaria manera de poner punto y final a una carrera brillantísima, por más que el propio Sainz la recuerde entre brumas, quizá cegado por la pasión que despertó en el la profesión de entrenador.

“Es con lo que de verdad me identifico. He hecho de todo en el baloncesto, pero yo me veo y me siento como entrenador. Respiro como entrenador y aún sigo notando la llamada del bosque como entrenador”. Imposible realizar una declaración de amor mayor que ésta.

Como entrenador comenzó en la cantera del Real Madrid, en la que estuvo formándose tres temporadas, antes de dar el salto al Vallehermoso en 1972. Pero sólo unos meses después Pedro Ferrándiz lo reclamó a su lado y durante dos intensas temporadas se preparó para tomar el relevo del que era un mito viviente. Ya sabe el aficionado que el maestro Ferrándiz presume de haber sido el segundo español en dejar nombrado a su sucesor. El ´sucesor Sainz´ dice no saber los motivos por los que Ferrándiz ´abdicó´ en él. “Nunca me los explicó. Digamos que fue una sucesión natural. Yo era su ayudante y al retirarse, seguí yo en el equipo… por indicación suya, por supuesto. Pero yo creo que Pedro siempre me vio como un futuro entrenador. Desde que jugara a sus órdenes, quizá ya vislumbrara mis dotes de mando para manejar en la cancha a aquellos extraordinarios jugadores que tenía a mi lado. Además, Pedro sabía de sobra que yo entrenaba en el Claret mientras jugaba y quizá, digo quizá porque nunca le pregunté, intuyo que hubo un detalle que pienso que le gustó: el Real Madrid organizaba anualmente un torneo social, llamado Mahou, en el que cada jugador del primer equipo entrenaba durante un tiempo a unos chavales y luego los dirigíamos en la mismísima cancha de la Ciudad Deportiva. Pues un año, después de volver de una gira por Angola y Mozambique, me operaron de la mano derecha. Coincidió la operación con el torneo y yo, que tenía que estar siete días en la clínica, me escapé para dirigir a mi equipo. Intuyo que aquello debió gustarle a Pedro”.

Y aquella pasión no le abandonaría jamás. El legado de Ferrándiz era, por decirlo de forma suave, abrumador. Podía haber aplastado a cualquiera. Pero no a Sainz, que se sentó de un año para otro en un banquillo ciertamente electrificado. La sombra de Ferrándiz era muy alargada pese a la no excesiva talla del personaje. Y la única forma de conjurar la situación, de no ´traicionar´ la confianza del maestro, era ganar. Ganar y ganar. Y a eso se aplicó Lolo Sainz desde el primer entrenamiento, en el otoño de 1975. Conocía el club y el equipo como nadie. La primera temporada: Liga y Copa Intercontinental. La segunda, Liga, Copa e Intercontinental. La tercera, Copa de Europa. Por si había alguna duda de su valía, ahí estaban sus poderes.

Durante catorce temporadas consecutivas, Lolo permaneció al frente del Real Madrid. Catorce temporadas que se saldaron con 7 Ligas, 2 Copas, dos Copas de Europa, 2 Recopas, una Copa Korac y un Mundial de Clubes. A sus órdenes, los mejores jugadores. “Nombrar a uno es una tarea imposible. Yo he de reconocer que he sido un privilegiado: He entrenado a los mejores. En cada momento y en cada lugar: en el Real Madrid a Emiliano, a Luyk, a Brabender, a Delibasic, a Corbalán, a Fernando Martín, a Petrovic…; en el Joventut a Thompson, a Villacampa; en la selección española, a Epi… Sería muy injusto que yo eligiera a uno, aunque debo reconocer que tengo quizá una especial predilección por Mirza Delibasic, un jugador que no sólo maravillaba en la cancha, sino que podías aprender muchas cosas de él y, luego, como persona, era un ser excepcional”.

Lolo fue el único entrenador que tuvo sus órdenes a Drazen Petrovic. Primero lo sufrió como rival. “Todos me decían que era un tal, que era un cual. Sí, sí, pero lo que era de verdad es un ganador. Luego, cuando le tuve en el equipo, con sus cositas buenas y sus cositas malas, lo que puedo decir es que era un excelente profesional. Tenía muy claro que venía al Real Madrid a triunfar para que fuera su salto a la NBA. Y así fue. De él me sorprendían muchas cosas, por ejemplo, que cuando terminaba el entrenamiento, todos se iban a sus casas, menos él, que se quedaba tirando porque sabía que su tiro era mejorable. Le daba 100 pesetas a un niño para que la pasara balones y hacía 500 tiros. Al día siguiente había siete chicos para pasarle balones”.

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Recuerdos y más recuerdos, vivencias. Muchos éxitos y escasos disgustos. En su carrera como entrenador de club, 416 triunfos y 82 derrotas. Un 87% de victorias. Si exceptuamos las 18 que sufrió en el filial Vallehermoso, en su debut en la que entonces se denominaba Primera División, la temporada que más veces perdió fue en la 91/92 en el Joventut… y se proclamó campeón de Liga. Sería su última Liga. De momento.

“¿Un recuerdo como entrenador? Qué difícil… A mí me gusta recordar todo. Los éxitos y los fracasos. De los fracasos se aprende muchísimo y son muy positivos si tus jugadores ven que los vives con naturalidad y, sobre todo, que sacas provecho y enseñanzas de ellos. Quizá tenga un recuerdo especial de la Copa de Europa que ganamos en 1980 en Berlín ante el Maccabi. Había mucho tiempo para preparar los partidos entonces, porque el calendario europeo era menos exigente. Preparamos con mucho esmero unas defensas alternativas que confundieron a un rival durísimo…, además teníamos entonces a Randy Meister, que no se enteraba nunca de las cosas y eso ayudó a despistar todavía más al contrario”. Y ríe al evocarlo Lolo Sainz.

Hay otro momento muy importante en la vida de Sainz: cuando sale del Real Madrid… treinta y cuatro años después de haber llegado por primera vez. Tras dejar de entrenar en la 88/89 pasó a los despachos como manager general, con George Karl, como entrenador. Unos meses le bastaron para saber que lo suyo era el banquillo, que necesitaba volver a entrenar. Que sentía la llamada del bosque… Y el bosque era verde. Y negro. Estaba en Badalona, en la cuna del basket. Y allí Sainz descubrió algo muy importante: que había vida después del Real Madrid. Que había cosas que ganar lejos de la casa blanca. Y tengo para mí que aquellas tres temporadas en el Joventut de Badalona le enseñaron muchísimas cosas. Entre otras, que sería siempre un entrenador ganador, estuviera donde estuviera. Que también podía serlo en un club no tan poderoso como lo era en el que había desarrollado hasta entonces toda su carrera. Y las dos Ligas consecutivas en las temporadas 90/91 y 91/92 y la disputa de la gran final de Final a Cuatro en Estambul en el año olímpico de Barcelona, le sirvieron para sentir unas emociones muy distintas. “Indudablemente fueron tres temporadas magníficas, maravillosos. Vividos intensamente como entrenador y como persona. Seguiré siendo madridista todo al vida, ¡qué se le va a hacer!, por culpa de gente como Bernabeu, Saporta y Ferrándiz, pero la época en el Joventut me dio pie a creer en mí de nuevo como entrenador”.

La etapa como seleccionador nacional habría de poner la guinda “¿o quizá no?” a su carrera como entrenador. Sustituyó a Antonio Díaz Miguel, tras 27 años al frente del equipo español. Y lo hizo en un momento muy complicado después del fiasco en los JJ.OO. de Barcelona. A Lolo le tocaba la tarea de generar nuevas ilusiones. Y lo hizo a partir del Europeo de Alemania en 1993. Momentos brillantes junto a momentos duros. Felicidad por el quinto puesto en el Mundial del 98 en Atenas y desilusión por el Eurobasket de Barcelona en el 97 o en los Juegos Sydney de 2000. Se queda con la medalla de plata en París, en 1999. “Para un entrenador no hay mayor motivo de orgullo que poder dirigir a la selección de tu país. He sido muy afortunado de poder hacerlo. Por mi manera de entrenar, soy más hombre de día a día, de temporadas completas y en la selección hay muy poco tiempo para preparar cosas, pero no obstante ha sido para mí una experiencia única e inolvidable”.

Después de 2000 se quedó como director técnico de la Federación Española, hasta que el Real Madrid volvió a llamar a su puerta. Y no pudo decirle que no. Le fueron a buscar, ya comenzada la temporada 02/03, para regenerar una sección ayuna desde hacía tiempo de éxitos. La consecución de la Liga ACB hace tres meses ha sido su punto final, su broche de oro desde el puesto de Director General de la sección de baloncesto. “También estoy muy orgulloso de haber participado en la firma del convenio entre la ACB y la ABP. De haber ayudado un poquito a que haya paz y consenso en el baloncesto español”.

Jugador, entrenador, dirigente… El más laureado baloncestista español que ha habido y habrá sigue sintiendo, eso sí, la llamada del bosque. Esa irresistible llamada que conoce como nadie “desde que tocó un balón por primera vez en un colegio de la Prospe que ya no existe” un entrenador llamado Lolo Sainz.

Ficha del jugador

Nombre: Manuel Sainz
Lugar y Fecha de nac: Tetuán (Marruecos), 28/08/1940

Trayectoria deportiva (Jugador):

Comenzó a jugar en el Real Madrid en los equipos de cantera en 1955.
-1958-59: Hesperia

  • 1959-60: Real Madrid
  • 1960-61: Real Madrid
  • 1961-62: Real Madrid
  • 1962-63: Real Madrid
  • 1963-64: Real Madrid
  • 1964-65: Real Madrid
  • 1965-66: Real Madrid
  • 1966-67: Real Madrid
  • 1967-68: Real Madrid

Palmarés:

7 veces campeón de Liga con el Real Madrid (61, 62, 63, 64, 65, 66 y 67).
5 veces campeón de Copa (61, 62, 65, 66 y 67).
4 veces campeón de la Copa de Europa (64, 65, 67 y 68).

Internacional en 68 ocasiones.

Trayectoria deportiva (Entrenador):

  • 1969-70: Cantera del Real Madrid
  • 1970-71: Cantera del Real Madrid
  • 1971-72: Cantera del Real Madrid
  • 1972-73: Vallehermoso, 1ª División
  • 1973-74: Real Madrid (2º entrenador)
  • 1974-75: Real Madrid (2º entrenador)
  • 1975-76: Real Madrid
  • 1976-77: Real Madrid
  • 1977-78: Real Madrid
  • 1978-79: Real Madrid
  • 1979-80: Real Madrid
  • 1980-81: Real Madrid
  • 1981-82: Real Madrid
  • 1982-83: Real Madrid
  • 1983-84: Real Madrid
  • 1984-85: Real Madrid
  • 1985-86: Real Madrid
  • 1986-87: Real Madrid
  • 1987-88: Real Madrid
  • 1988-89: Real Madrid
  • 1990-91: Joventut Badalona
  • 1991-92: Joventut Badalona
  • 1992-93: Joventut Badalona
  • 1993-94: Selección Española
  • 1994-95: Selección Española
  • 1995-96: Selección Española
  • 1996-97: Selección Española
  • 1997-98: Selección Española
  • 1998-99: Selección Española
    -1999-00: Selección Española

Palmarés:

8 veces campeón de Liga con el Real Madrid (76, 77, 79, 80, 82, 84, 85 y 86).
2 veces campeón de Liga con el Joventut (91 y 92).
2 veces campeón de Copa (77, 85 y 86).
2 veces Campeón de Europa (78 y 80).
2 veces campeón de la Recopa (84 y 89).
1 vez campeón de la Copa Korac (88).
3 veces campeón Intercontinental (76, 77 y 78)
1 vez campeón Mundial de Clubes (81).
1 medalla de plata en el Eurobasket de Francia (99).