Redacción, 20 Abr. 2006.- Joseph McNaull no es una estrella, tampoco un hombre espectacular o que llame la atención. Es uno de esos jugadores anónimos, trabajadores y que se limitan a hacer lo que el equipo necesite. Él llegó a Lugo en verano con contrato temporal, como sustituto del lesionado Tyrone Grant y, unos meses después, se ha ganado el corazón de la afición lucense gracias a su entrega, sacrificio... y excelente rendimiento.
Porque McNaull, que anoche colocó seis tapones en el crucial triunfo del Leche Río, lleva semanas jugando lesionado y con fuertes dolores. Tiene una tendinitis en el tibial derecho, explica el doctor Miguel Giao, que ensalza la actitud loable y digna de admiración del jugador. No quiere parar, ha puesto todo de su parte y ha aguantado todo lo que ha sido necesario.
Ha hecho un esfuerzo enorme por la situación actual. En Sevilla tenía mucho dolor y con el partido roto y casi llorando, me pedía seguir jugando porque el equipo lo necesitaba, afirma Moncho López, que lamenta su prolongada ausencia en los entrenamientos y que ya toca a su fin ante su paulatina mejoría: él necesita bastante el día a día, y podría haber dado más rendimiento de no ser por la fatalidad de la lesión. Si no se hubiese lesionado, creo que hubiéramos ganado un par de partidos más en este mes y medio.
Quiero tratar a la gente como me gustaría que me tratasen a mí. Tengo un gran respeto por este club y Lugo, por mi trabajo, y haré siempre lo posible por ayudar. Si tengo que jugar con dolor, lo hago, y si no es necesario que anote sino que defienda, rebotee o tapone como anoche, pues también, se justifica McNaull, todo un profesional que llegó a Lugo de rebote.
Se lesionó Tyrone Grant en pretemporada y buscábamos un 4 de manera temporal, pero no lo encontramos y nos hablaron de McNaull y le trajimos por un mes. Vino muy mentalizado y enseguida vimos que nos daría mucho, señala Moncho López.
McNaull es como una botella de cava, la descorchas y revienta con 4-5 minutos en los que va a estar al 200%, le ensalza su entrenador.
McNaull no es ajeno a la difícil situación que atraviesa el Leche Río. Comprometido hasta el punto de jugar lesionado, hace suyo el objetivo de la permanencia: Nos vamos a salvar, nos quedamos en esta liga. Ayer necesitábamos ganar, era muy importante y lo hemos conseguido. Quedan unos cuantos partidos y creo que podemos lograrlo. Tenemos buen equipo pero hemos tenido mala suerte a la hora de definir los partidos, hemos perdido demasiados por poca diferencia, es frustrante.
6,6 puntos y 5,2 rebotes en 17 minutos de juego avalan a este jugador estadounidense de 2,08 metros, que a sus 33 años ha tenido la primera oportunidad de jugar en una gran liga europea. Me pregunto qué hubiera pasado si hubiera venido hace cinco o seis años, pero ahora tengo más experiencia y creo que puedo adaptarme mejor. Creo que es la mejor liga de Europa y, como creo que lo estoy haciendo bien, espero quedarme el próximo año. El pasaporte polaco me ha abierto las puertas.
¿Pasaporte polaco? Sí, polaco. Joe McNaull ha jugado 10 años en Polonia, donde conoció a su mujer, Katarzyna, hermana de la jugadora del USP CEU Estudiantes Marta Dydek... y de la famosísima Margot, estrella europea y jugadora WNBA. Vivo a caballo entre Estados Unidos y Polonia. Mi mujer es entrenadora ayudante en el Lotos Gydnia, equipo de Euroliga, y además acabamos de tener una hija. Maria, se llama, y con la altura de sus padres (2,08 y 1,95 metros) y la historia familiar, no va a tener elección, bromea Joe.