Girona, 15 abr. 2007.- El primer título siempre se recuerda por encima del resto. Y más si tiene el sabor tan especial que ha tenido la consecución de la FIBA EuroCup por parte del Akasvayu Girona. En casa, rodeado de los suyos y sufriendo hasta el último momento, la alegría y la emoción no podían ser mayores.
Desde que sonó la bocina hasta media hora después, ni un alma se movió de Fontajau. Cánticos para cada uno de los jugadores y el canto a coro de la canción "L'Empordà" del grupo Sopa de Cabra, todo un símbolo en la capital catalana, erizó el vello de los presentes. Ni siquiera los jugadores, algunos de ellos curtidos en mil batallas, podían esconder las lágrimas. La plantilla del equipo gerundense se juntó en el centro de la pista como una familia, en comunión con un público que por fin se sabe grande, por fin tiene un título.
Y en esta familia no podían faltar los niños: los hijos de Fucka, Middleton y McDonald saltaron a la cancha y celebraron como uno más el título. Svetislav Pesic, una de las almas de este proyecto, también fue aclamado, correspondiendo a la afición con gestos de agradecimiento.
Pero el verdadero protagonista fue Arriel McDonald, MVP de la competición, que recogió el trofeo en un mar de lárgrimas y con su hijo a cuestas. Su cara no reflejaba otra cosa que cansancio... y profundo agradecimiento. Aunque es normal que la euforia se desate entre la afición, la verdad es que pocas veces se ha visto un público tan satisfecho y contento por un título. Así lo reconocían los propios jugadores. Algunos, como Fucka, saben de qué hablan: "Tengo muchos títulos, pero este es especial por culpa de la afición. Ellos lo han convertido en verdaderamente especial".
El catalán Víctor Sada añadía que el compromiso es máximo: "Nos hemos dejado la piel en cada jugada y en cada balón porque ellos se lo merecen. No podíamos hacer otra cosa que ganar el título por ellos". Agradecimiento es la palabra que se repite, especialmente en el caso de Darryl Middleton, quien cierra una exitosa etapa volviendo a sus orígenes en España: "Quiero agradecer a todo el mundo, a Girona, al club, a los aficionados, la oportunidad de haber participado en algo tan grande".
Ha sido un triunfo sufridísimo, pero perfecto al fin y al cabo. Así lo reconocía Marko Marinovic: "Esto es sencillamente perfecto. ¿Cómo quieres que me sienta? Pues perfecto". Finalmente, San Emeterio apostillaba que "un triunfo así de difícil lo hace aún más valioso".