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Playoffs NBA 2008: Conferencia Oeste

Este sábado comienzan los Playoffs de la NBA. Toda la emoción de la liga americana condensada en dos apasionantes meses donde los 16 mejores equipos pelearán por lograr el anillo de campeón. José Calderón con Toronto Raptors y Pau Gasol con Los Angeles Lakers lucharán con Nowitzki, Garnett, Iverson, Howard, James y Duncan por reinar en la NBA

Allen Iverson y sus Nuggets desafían a Pau Gasol y Kobe Bryant (Foto EFE)
© Allen Iverson y sus Nuggets desafían a Pau Gasol y Kobe Bryant (Foto EFE)
  
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  • LOS ANGELES LAKERS – DENVER NUGGETS

    La durísima conferencia Oeste reserva como premio a Los Angeles Lakers, mejor clasificado, un enfrentamiento trampa con Allen Iverson, Carmelo Anthony y sus Denver Nuggets.

    El equipo angelino llega a los Playoffs en un momento dulce de juego y resultados; no en vano ha logrado vencer en ocho de los nueve últimos encuentros. Clave en esta mejoría es la reincorporación de Pau Gasol tras su lesión. En menos de tres meses, el pívot español se ha convertido en una pieza clave dentro del triángulo ofensivo angelino y ha elevado las prestaciones que ya de por sí estaba ofreciendo Andrew Bynum (se prevé que regrese en segunda ronda) como fuerza interior.

    En los Lakers, el rol de Pau Gasol ha variado ligeramente ya que no es la única referencia ofensiva sino que comparte responsabilidad anotadora con Kobe Bryant pero eso no se ha notado en sus números (18,9 puntos) y sí se ha visto una evolución positiva en una mayor implicación en el rebote (a pesar de registrar menos capturas) y, sobre todo, en el pase ya que Gasol se ha convertido en un excelente pasador tanto para los compañero del perímetro como para Lamar Odom el gran favorecido de la llegada de Gasol.

    Por que sí, Odom no es ni la primera ni la segunda opción del ataque angelino pero su papel es fundamental en el devenir del equipo. Es el máximo reboteador del equipo, un excelente pasador y fundamental a la hora de generar espacios para Gasol y Bryant.
    Dejando de lado el que Kobe Bryant es, hoy por hoy, el jugador más desequilibrante de la liga y difícil mente un equipo puede pensar en pararle, los Lakers deben exprimir el talento ofensivo de sus dos pívots para imponerse a unos Nuggets donde lo que destaca de su juego interior es lo contrario, la defensa y la intimidación.

    Lakers y Nuggets protagonizarán un duelo de altos puntos; frente a frente se encuentran el cuarto y el segundo equipo que más puntos han promediado este año. Esta fortaleza anotadora se explica en parte por el talento exterior pero, sobre todo, por el juego en transición que desarrollan a partir de su dominio reboteador. Los angelinos son cuartos en este apartado, justo por encima de unos Nuggets que confían en que Marcus Camby y Kenyon Martin puedan dominar los tableros para surtir de balones a los rapidísimos Allen Iverson, Carmelo Anthony y JR Smith.

    No nos engañemos, Denver tiene un gran equipo, quizás más de lo que indica su octava plaza, pero por las manos de estos tres excelsos anotadores pasan las opciones de derribar la defensa de los Lakers; y es que no hay que olvidar que Denver con Iverson y Anthony reúne al tercer y cuarto máximo anotador de la liga sumando entre los dos más de 52 puntos por partido.

    A falta de saber como afectará la reciente detención de Melo Anthony por conducir bajo los efectos del alcohol, JR Smith se presenta como una bocanada de aire fresco y un peligroso revulsivo que desde el banquillo mantiene la anotación y en los escasos minutos donde descansas las estrellas de Denver. Pero ojo, porque la suplencia de JR Smith es puramente por cuestiones tácticas ya que Anthony Carter es un base titular forzado y su incidencia con forme avanza el partido es testimonial.

    Dejamos para el final al factor que puede desequilibrar la eliminatoria: Allen Iverson. El pequeño anotador tiene una cuenta pendiente con los Lakers desde que perdiera en 2001 la final de la NBA con los Sixers y no quiere esperar más tiempo y ver como una vez más los Nuggets sucumben en Playoffs frente a los Lakers.

    Iverson es la megaestrella del equipo y aunque se empeñen en decir desde dentro y fuera que Anthony es el jugador franquicia, verdaderamente si hay un hombre a vigilar ese es “The Answer”. Iverson combina la anotación compulsiva y electrizante (26,4 puntos) con una dirección cada vez más sabia y serena (7,1 asistencias) cuando le toca jugar de base.

    Los Lakers deberán encontrar una solución defensiva como lo fuera Tyronne Lue en aquellas finales si quieren parar a un jugador prácticamente imparable, pero sobre todo, la clave de la eliminatoria está en conocer qué equipo impondrá su estilo de juego; en estático los Lakers son mejores y deben evitar que los partidos se conviertan en correcalles, Denver sabe manejar perfectamente las situaciones de descontrol.


    Chris Paul y Jason Kidd protagonizan el duelo más destacado de la eliminatoria (Foto EFE)
    © Chris Paul y Jason Kidd protagonizan el duelo más destacado de la eliminatoria (Foto EFE)
    NEW ORLEANS HORNETS – DALLAS MAVERICKS

    Campeones divisionales, el mejor récord de la franquicia, segundos en el Oeste, pero ¿favoritos? Ese es el dilema con el que afronta New Orleans Hornets su eliminatoria frente a Dallas Mavericks.

    Los números y las sensaciones indican que no debería de haber color, los Hornets, que de principio a fin han dominado el Oeste realizando un juego sobrio (son el tercer equipo que menos balones pierde) que, estadísticamente no acaba de destacar en ningún apartado pero que acaba resultando un rodillo difícil de parar sobre todo en casa.

    En el otro lado, los Mavericks han mostrado este año su peor cara, la de un equipo roto, sin equilibrio entre el juego interior y el exterior, con carencias en la dirección y falta de defensa de los hombres grandes. Tras el All Star, el eterno empeño de Mark Cuban por obtener a Jason Kidd tuvo su recompensa pero quizás a un precio demasiado caro. El genial base ha bajado todos sus promedios desde que está en Dallas y hay un dato demoledor que habla bien a las claras de su juego desde el intercambio: en 29 partidos con los Mavericks ha conseguido un único triple doble, mientras que en los Nets logró 12 en 51 partidos.

    Pero si el juego de Kidd no es el mismo, el de Dallas tampoco. Lejos de mejorar en la anotación, el equipo ha bajado su rendimiento ofensivo, Jason Terry y Jerry Stackhouse no se han acoplado a la extraña y múltiple rotación (se espera que Devean George, Antonie Wright tengan menos peso en Playoffs) y Josh Howard, enfadado con todo el mundo por no estar en el All Star, ha sufrido una especie de bloqueo mental sólo superado con la necesidad de anotar durante la lesión de Dirk Nowitzki.

    Porque es Dirk Nowtizki la única esperanza deportiva que tienen los aficionados tejanos para pensar en una segunda ronda. El alemán se lesionó en el tobillo y durante su ausencia se temió lo peor para el equipo. De hecho,y empujado por la acuciante necesidad de triunfos, regresó sin estar plenamente recuperado, pero, como los héroes deportivos modernos, su vuelta ha sido decisiva y en el recuerdo permanece el último cuarto en Phoenix y el partido frente a los Jazz, triunfos que aseguraron la presencia del equipo en Playoffs.

    Para frenar al pívot teutón, New Orleans cuenta con hombres de calidad contrastada y tanto Tyson Chandler como David West deberían dominar a unos Mavericks que sin DeSagana Diop sólo encuentran respiro interior para Nowtizki en la agradable sorpresa que ha sido Brandon Bass.

    Más allá de Nowitzki, en New Orleans preocupa la inexperiencia del equipo y las ganas de revancha de unos Mavericks que no podrían asimilar una segunda eliminación en primera ronda. Para hacer frente a este déficit, el equipo cuenta con argumentos deportivos más que suficientes.

    Chris Paul tiene difícil ser el MVP de la temporada, aunque por números (21,1 puntos y 11,6 asistencias) e influencia en el equipo bien lo pudiera ser. El base de tercer año es ya un jugador dominante en la liga; rápido como pocos, su control del partido, juego de uno contra uno y dos contra dos nos recuerda al de grandes bases de antaño. Forma una pareja sensacional con Chandler y West en el ataque, pero es que en defensa es un consumado defensor y sus manos son un peligro constante para el base rival (2,7 robos de balón). Será interesante ver como se resuelve la diferencia de peso, altura (en favor de Kidd) y rapidez (Paul) entre los dos bases.

    Si otros años los Hornets carecían de anotación exterior, esta temporada la recuperación física de Peja Stojakovic y las incorporaciones de Morris Peterson y Bonzi Wells han resuelto este problema. Los tres son veteranos aleros que encajan en el sistema de Byron Scott y que deberán ser determinantes cuando en partidos ajustados donde la el factor experiencia pueda entrar en acción.


    Amaré Stoudemire y Robert Horry, protagonistas de la eliminatoria del año pasado (Foto EFE)
    © Amaré Stoudemire y Robert Horry, protagonistas de la eliminatoria del año pasado (Foto EFE)
    SAN ANTONIO SPURS – PHOENIX SUNS

    De cuantas series encontramos esta primera ronda, es ésta la que más interrogantes, emoción, tensión y lucha promete deparar. Para empezar uno de los grandes candidatos al anillo, sí o sí quedará eliminado, pero es que además se van a medir dos enemigos íntimos desde que el año pasado Robert Horry agrediese a Steve Nash y Amare Stoudemire fuera sancionado por la trifulca ocasionada.

    Sin embargo, no es esta la única cuenta pendiente que mantienen ambos equipos, ya que los Spurs siempre se han presentando como esa montaña infranqueable que Phoenix es incapaz de abordar ya sea con el Plan A o el Plan B… veremos si el Plan C es el definitivo.

    La llegada de Shaquille O’Neal marca el análisis de la eliminatoria. A pesar de las dudas y recelos ocasionados en un comienzo O’Neal se ha revelado como un gran acierto por parte de Steve Kerr ya que con el plus de motivación que supone luchar por el anillo, “The Big Cactus” (nuevo apodo para la ocasión) ha mejorado sus números y ha incrementado la seguridad de un equipo que no corre como antaño pero con Shaq jugando a ser quarterback, domina el rebote defensivo y anota en transición.

    San Antonio no lo tiene fácil y por eso ya parecía pensar en lo que se le avecina cuando se fichó a Kurt Thomas para reforzar el juego interior. Lo cierto es que San Antonio siempre dominó las series frente a Suns jugando a pocos puntos y siempre se impuso en los partidos apretados, dinámica que, al menos en los dos últimos enfrentamientos, parece haber cambiado. Ya con O’Neal en forma (15 puntos y 12 rebotes en los dos encuentros), Duncan no ha jugado cómodo tal y como evidencia el 15 de 40 en tiros de campo.

    Pero si en la pintura el duelo entre ambos conjuntos se iguala, donde también saltarán chispas será en la dirección. Steve Nash no se quiere retirar sin un anillo y, una temporada más, ha desarrollado un sensacional juego que le ha vuelto a poner entre los mejores de la competición. Sin embargo enfrente estará el MVP de las finales del año pasado. Tony Parker ha disputado una competición irregular, con unos meses de enero y febrero por debajo de lo esperado. Ahora ha vuelto a mostrarse “enchufado” y siempre que se ha visto las caras con Nash ha rendido a gran nivel, ambos jugadores poseen rapidez, habilidad para penetrar, aunque a Parker le falta la cabeza y el tiro exterior del canadiense.

    Una vez más, el factor desequilibrante será manu Ginobili. Candidato a mejor sexto hombre, comenzó a un gran nivel, pero al igual que el equipo su juego se diluyó en lo crudo del invierno. De nuevo en forma, su carácter ganador y la improvisación con la que dota a todas sus acciones le hace ser el rival más difícil de parar para unos Suns donde Raja Bell y Grant Hill van a sudar intentado minimizar el daño que ocasione.

    Por sensaciones, el escolta argentino y Duncan parecen tener quien les sujete en los Suns, pero ¿quién detiene a un Amare Stoudemire extraordinario e imparable jugando de “cuatro”? por suerte para los Spurs, en ocasiones, las sensaciones nos engañan.


    Carlos Boozer tratará de repetir el resultado de la temporada pasada (Foto EFE)
    © Carlos Boozer tratará de repetir el resultado de la temporada pasada (Foto EFE)
    UTAH JAZZ – HOUSTON ROCKETS

    Utah y Houston se vuelven a encontrar un año más tarde en iguales circunstancias, cuartos y quintos en el oeste aunque los tejanos quieren hacer valer, esta vez sí, el factor pista y lograr que, por primera vez, Tracy McGrady juegue una segunda ronda de Playoffs.

    La empresa parece difícil pues psicológicamente Utah es inexpugnable y en Houston hay demasiados fantasmas que rondarán las cabezas de aficionados, técnicos y jugadores cuando las cosas se compliquen. Jugar contra un rival que te ha vencido es complicado pero además hacerlo sin tu jugador más determinante lo es aún más.

    Yao Ming dejó a un equipo en forma, los Rockets no notaron su ausencia (22 triunfos consecutivos), pero el final de temporada ha sido muy largo. Con Boozer y Okur amenazando la pintura tejana, un rookie es el principal bálsamos para los problemas de Houston.

    Rookie sí, pero no uno cualquiera, ni más ni menos que todo un campeón olímpico y subcampeón mundial como es Luis Scola. El pívot argentino ha mostrado en el segundo tramo de temporada que es todo un jugador NBA y sin duda que su carácter ganador impregnará a un equipo que ahora más que nunca necesita de T-Mac.

    McGrady versus Kirilenko, o lo que es lo mismo, magia y talento contra esfuerzo y sobriedad. El año pasado el alero de los Rockets sucumbió más por sus miedos y egoísmo que por números, mientras que el ruso no brilló pero fue clave para que los Jazz se colasen en la final de conferencia.

    No tiene el glamour de otros duelos, pero el enfrentamiento entre Deron Williams y Rafer Alston promete ser apasionante. Es su tercer año, pero los galones de Deron Williams en el equipo y la liga son los propios de un veterano. El año pasado junto a Boozer dinamitaron la defensa de los Rockets y este año ha mejorado en todos sus porcentajes de tiro siendo más difícil e imprevisible defender el pick and roll que realiza con un Carlos Boozer que por fuerza y calidad dominará la pintara en esta eliminatoria.

    El caso de Rafer Alston es curioso, durante años se le supuso una calidad propia de playgrounds pero imposible de trasladarse a las pistas de NBA y no ha sido hasta el momento de la lesión de Yao y las dudas de McGrady cuando se ha mostrado como un base del nivel de un aspirante al anillo. A la capacidad innata para el pase, Alston ha sabido añadirle un mayor atrevimiento y soltura en ataque.

    Una cuestión, la de la alegría ofensiva, en la que sin duda algo ha influido la presencia de Rick Adelman. Sin el corsé al cual sometía Van Gundy al equipo, los Rockets anotan más y hay una mayor aportación de los jugadores. La anotación de Battier, Head, Jackson y el novato Landry es esencial a la hora de entender la mejoría conjunta de un equipo que sueña con eliminar a su pesadilla (los Rockets han perdido dos de los tres encuentros donde se han visto las caras este año).