Cáceres, 14 Feb. 2009.- Tenemos que dominar el rebote. Será clave. Esa supuesta obviedad la repiten entrenadores y jugadores una y otra vez en las previas de los partidos de baloncesto. Es un axioma muy sobado, pero que se cumple casi siempre: el que recoge con más contundencia lo que cae de los aros ya sea el suyo o el ajeno tiene mucho ganado en un partido. Sin embargo, hay excepciones y de hecho el récord de rebotes en un partido de la fase final de la Copa del Rey, compartido con la tremenda cifra de 21 entre Kevin Magee (edición 90-91) y Warren Kidd (95-96) no les sirvió a sus respectivos equipos, CAI Zaragoza y Caja San Fernando, para llevarse sus encuentros de cuartos de final ante Estudiantes y Real Madrid.
Lamentablemente, sólo es posible entrevistar a uno de los dos protagonistas para que lo cuenten. Magee murió el 24 de octubre de 2003 en accidente de tráfico, a los 44 años, aunque su estampa siendo levantado en hombros dos décadas antes, en la primera fase final copera, disputada en Zaragoza y con triunfo del CAI, será muy difícil de borrar. El récord lo consiguió en su
Hay una triste casualidad: otro gran reboteador ACB y exjugador del CAI Zaragoza como Eugene McDowell también falleció (25 de agosto de 1995, en Orlando). Ganó una Copa del Rey con el Barcelona, la de Valladolid-88, completando tres buenos encuentros en el apartado que nos ocupa: 9 rebotes en cuartos ante el Estudiantes, otros 9 ante el Fórum en la semifinal y 7 en la final ante el Real Madrid. Es el sexto mejor especialista de la historia de las fases finales con un promedio de 8,4 por partido. La clasificación la lidera Arvydas Sabonis con 11,6.
Currante de los tableros
Echo de menos el baloncesto, pero ahora estoy entrenando a mi hijo. Creo que llegará a ser mejor que yo, cuenta Kidd entre risotadas. El 23 de febrero de 1996, en Murcia, sí se cumplió el pronóstico y, pese a su exhibición reboteadora, el Real Madrid batió a un Caja San Fernando que sí llegaría luego a la final de la Liga ACB. Un horrible 38% en tiros libres (8/21) acabó de enterrar las opciones de los andaluces hasta el 85-72 final.
Me gustaba mucho la Copa del Rey, era un torneo muy especial para jugar. Una pena que nunca pudiese ganarla, pero me enorgullece tener todavía el récord de rebotes en un partido. 21 son muchos, pero cuando estás en el campo no lo piensas, sólo quieres ganar, afirma el exjugador. ¿Cuál era su secreto? Sobre todo, tener determinación y estar concentrado e ir con mucha fuerza a por todos los balones, creer que podías cogerlo por muy difícil que fuese, que el balón era tuyo, responde el americano, cuya única experiencia en la NBA se redujo a 68 partidos en la temporada 93-94. Con los Sixers casi sumó más rebotes (233) que puntos (247). En Europa pasé muy buenos años. Fue una buena elección para mí. La gente, sobre todo en Valencia y en Sevilla, me trató siempre fenomenal, remarca.
-> El récord de Magee
-> El récord de Kidd