Crónica

Haislip despierta a tiempo y Berni mete a Unicaja en la final (71-78)

El Unicaja consiguió una sufrida victoria (71-78) ante MMT Estudiantes en un encuentro muy apretado que se decidió tras un gran último cuarto de Haislip (13 puntos) y un triple final de Berni Rodríguez que sentenció el envite. El cuadro colegial estuvo soberbio, olvidó su situación en la liga y jugó de tú a tú con uno de los grandes de la liga, pero no supo rematar a su rival y lo acabó pagando con una derrota que le aleja del sueño de la final de Copa

Berni sentenció con un triple al final
© Berni sentenció con un triple al final
  



Madrid, 21 Feb. 2009.- Dos de los conjuntos que llegaban al torneo con menos moral se tenían que ver la cara en un marco incomparable, todas unas semifinales de Copa. Los malacitanos recuperaron la confianza perdida en las últimas semanas 24 horas antes con la victoria ante el Kalise Gran Canaria mientras que el MMT Estudiantes, en una nube desde el final de su partido ante el DKV Joventut, aparcaba por cuarenta minutos todos los sinsabores ligueros. Tocaba vivir un sueño.

Después de las canastas iniciales de Suárez y Jasen, Cook le daba por primera vez el mando a Unicaja con una canasta de tres. No podía imaginar Omar mientras regresaba celebrándolo a defender, que ese momento sería el único en el que los de Aíto iban a estar por delante en el marcador en la primera parte. Pronto, cinco puntos consecutivos de Rancik recuperaban el dominio para los madrileños mientras que Brewer, con un triple lejano, estiraba la ventaja a cinco.

En el bando visitante, Boniface Ndong se propuso, él solito, virar el rumbo que empezaba a tomar el choque y por poco lo consigue. Un par de mates, con esa fe que le ha permitido pasar de temporero a insustituible en Málaga, bastaron para animar a su equipo. Y, por qué no decirlo, también al partido: 19-16, min.8. Rancik recordaba al de los mejores días mas el Unicaja, con un triple de Kelati y otro de Welsch, conseguía nivelar el encuentro al término del primer periodo a 23.

La armonía de lo anárquico

El cuadro de Aíto García Reneses salió más agresivo en defensa, en parte por el desgaste del senegalés. Ndong las olía todas, rozando cada palmeo, dificultando la salida del rival y eclipsando a los pívots rivales en la pintura. Aunque el ataque no acompañaba al buen hacer defensivo y, tras tardar dos minutos y medio en anotar la canasta, MMT Estudiantes no desaprovechó la siguiente oportunidad. Una nueva pájara ofensiva de los costasoleños y media docena de puntos consecutivos de Petar Popovic alejaron a los estudiantiles a seis (31-25) en el ecuador del segundo periodo.

Los andaluces, tan erráticos desde la zona como desde más allá de 6,25, hacían la goma cual ciclista en el Tourmalet, consciente de que su momento podría llegar de un momento a otro. Con tiros libres de Gomis y de un Archibald inmenso, inquietaban a su rival e incluso llegaban a igualar en el marcador (35-35, min.17), aunque Iturbe, con el punto de mira ajustado, rompió hasta en tres ocasiones las reacciones malagueñas con triples. El robo final de Cook aprovechado por Jiménez en forma de tiros libres, no hacía más que aplazar la tensión y la emoción hasta después del descanso: 43-41.

Había sido una primera parte difícil de calificar. Como aquella canción que te gusta que, fuera de su disco original, te suena rara. Arrebatos de calidad de Iturbe, Ndong, Popovic, Archibald o Jasen. Puro desorden, pura anarquía. Pero un encuentro armónico en su conjunto, una degustación de buen baloncesto.



Sequía ofensiva e inciativa estudiantil

Lástima que el guión cambiara imprevisiblemente en la reanudación. Y eso que el show inicial de Robert Archibald parecía anunciar lo contrario. El pívot británico forzó una falta, empató en el luminoso con un mate, robó la bola, sacó otra falta y marcó dos tiros libres. 8 de valoración. 43-45 y máxima ventaja malagueña, que por fin completaba la remontada. Todo en minuto y medio. El Unicaja no logró rentabilizar la inspiración de su pívot y el choque entró en una vorágine de fallos que no estaba dentro de lo esperado. Las defensas eran fuertes y lo que había en juego era igualmente importante, pero se fallaron demasiados tiros fáciles, lo que propició que en la mitad de cuarto el parcial fuera de un pírrico 0-4. Por ello, al MMT Estudiantes le bastó con un triple de Corey Brewer para ponerse por delante. Llegar y besar el santo.

El cuadro malagueño disponía de segundas opciones por su fortaleza en el rebote ofensivo aunque se encontraba sin referente en ataque. Haislip estaba desaparecido en combate por la exhibición defensiva de Rancik, que ni le dejaba tocar balón, y el cuadro colegial, sin alardes en su juego, se ponía seis arriba (53-47, min.28), una ventaja que quedó en cuatro al término del tercer periodo: 55-51.

Haislip aparece y Berni remata

Por si faltaran alternativas y tensión en el marcador, a Marcus Haislip se le ocurrió despertar. El norteamericano, que sólo había podido mirar dos veces a canasta, encadenó una falta recibida, dos tiros libres, un rebote en defensa y un triple para darle la vuelta al encuentro (55-56, min.32). Justo cuando más falta le hacía a su equipo. A partir de ahí, festival. Un último cuarto de calidad puede borrar cualquier mal recuerdo de un encuentro mediocre. Pues imaginen lo que puede lograr con todo un envite de semifinales de Copa, nivelado a más no poder y con tantos momentos de calidad. Petar Popovic recogió el guante con un “2+1” e Iturbe volvió a mostrarse certero desde el exterior para poner el 61-58.

El encuentro era un toma y daca, con cambios defensivos y canastas de todos los colores. Aíto ensayaba una zona 3-2 con Jiménez omnipresente dentro y fuera y Haislip prolongaba su racha con una canasta a falta de cinco minutos (63-64). Udrih replicaba los puntos de Jiménez y el Unicaja, con Welsch tocando cada rechace que escupía el aro, asistía a Archibald para que, con un mate a falta de un minuto, tiñera de verde el encuentro: 68-73. Sin embargo, el MMT Estudiantes, jaleado por su afición y lleno de ilusión y desparpajo, volvió a aumentar exponencialmente la grandeza del duelo con el sexto triple de Iturbe.

Quedaban treinta segundos. El balón había pasado por las manos de varios jugadores de Unicaja y la posesión podría ser determinante. En esas, le llegó a Berni. El capitán malagueño no se lo pensó, tirando un triple que podía cambiar un partido, podía cambiar una Copa. El tiempo parecía detenerse. Los estudiantiles, ricos en orgullo y casta, podían tener la última posesión para la victoria en caso de fallo de Berni. Pero el malacitano, presente y clave en todos los momentos grandes del Unicaja en la última década, no falló. Un mate de un Haislip que acabó el cuarto con 13 puntos, culminó el final de locura y puso la sentencia: 71-78. El TAU espera. Una vez más.