Regal FCB: La cabeza alta y el tercer puesto en el bolsillo (79-95)

En el deporte, hay derrotas que engrandecen y victorias que no convencen. En cambio, en ocasiones, hay triunfos que lo tienen todo para engrandecer y convencer. Éxitos logrados a base de esfuerzo, con solvencia y hasta con espectáculo que, sin embargo, no terminan de llenar el vacío de los que las consiguen. Todo un trabalenguas de sentimientos. Regal Barça volvió a saborear este domingo esa cara del deporte, esa otra vertiente del basket. Otra vez. En otra Final Four. Victoria amarga. Tan amarga hoy -por lo que pudo ser y no fue tras la remontada del CSKA- como ilusionante mañana, por la buena imagen mostrada durante todo el torneo por el cuadro catalán, algo que se valorará más con el paso del tiempo. Y de la decepción.

Arranque similar al del viernes

En la final de consolación, la menos deseada siempre, Regal FCB salió lanzado desde el primer minuto, con la intención de encarrilar pronto la victoria y terminar la Final Four con buen sabor de boca. Sólo dos tiros libres de Vujcic en los instantes iniciales conseguían que el luminoso reflejase igualdad entre ambos contendientes: 2-2. A partir de ahí, el show de un inspiradísimo Daniel Santiago y un par de canastas con adicional de Navarro dejaron el marcador en 4-12. Y sólo habían pasado tres minutos de juego.

El inicio blaugrana recordaba al de dos días antes frente al CSKA. Juego fluido, basket agresivo y acierto constante. Una canasta de Andersen elevó la renta a diez, entrando el choque en una fase en la que el partido no dejaba de moverse por esos guarismos. El Olympiacos despertó en ataque y se fajó más en defensa, aunque el incombustible Santiago (9 puntos con 4 de 4 en tiros de campo en el primer cuarto) se encargaba de contener las ansias de su rival. Sin embargo, la mínima relajación barcelonista fue aprovechada por el conjunto heleno que, con un parcial favorable de 6-0, se acercó peligrosamente: 19-22. Regal Barça rompió esa dinámica con un par de canastas para poner las cosas en su sitio, aunque le faltó algo de acierto exterior para que su ventaja fuese más cómoda a la hora de entrar en el segundo acto del partido: 19-26.

El equipo suma, Olympiacos sucumbe

Los barcelonistas terminaron de devolverle el parcial a Olympiacos con un mate de Fran Vázquez, mientras que otro de Ilyasova ponía en pie al pabellón berlinés por su bella factura. A los de Xavi Pascual les salía todo y Trias, que salía desde el banquillo, ayudaba con un par de canastas a poner la máxima en el minuto 16: 19-37. El cuadro griego llevaba más de seis minutos sin ver aro y llevaba casi la mitad de puntos que su oponente. Tuvo que ser Printezis el que saliera al rescate de los de rojo con una canasta, pero, por si le faltaba poco al Olympiacos, Basile anotó desde más allá de 6’25, rompiendo una racha de diez triples errados entre ambos conjuntos. El humillante 23-44 que puso Andersen fue replicado de inmediato por un 7-0 heleno, aunque Barrett aprovechó su escaso tiempo en la pista para poner a los suyos con 16 de ventaja al descanso: 30-46. La primera mitad había sido toda una exhibición de recursos y únicamente el casillero de Grimau estaba a cero en el intervalo por parte barcelonista.

Si los dos primeros cuartos habíana sido un "quiero y no puedo" en el lanzamiento exterior, el paso por vestuarios afinó la puntería de ambos contendientes, con Navarro inaugurando el tercer periodo con un triple y Green respondiendo pocos segundos después. Un nuevo enceste de tres puntos, en esta ocasión de Borousis, culminó un parcial de 9-2 para volver a bajar, tras un buen rato con diferencias abultadas, de la barrera psicológica de los diez puntos: 42-51.

Greer retomó pronto el testigo anotador, mas en el conjunto catalán otro base aceptó el reto. Y es que el norteamericano y Jaka Lakovic hicieron disfrutar, durante estos minutos, de un pique bastante atractivo. Si uno anotaba, el otro respondía al momento. Y viceversa. El choque de trenes le sirvió a Olympiacos para respirar (50-58, min.26) hasta que Sada le echó un cable al esloveno y Lakovic puso la puntilla desde lejos: 52-66. Regal FC Barcelona acreditaba, superado el ecuador del tercer periodo, un increíble 80% en tiros de dos puntos y, encima, ahora acertaba con asiduidad desde el exterior, como Grimau con su triple que dejó el marcador en 52-69 en el minuto 28. Ante eso, Olympiacos poco podía hacer. Menos aún con Papaloukas gris, Pargo, Childress y Vassilopoulos ausentes y con sus aficionados más pendientes de responder las burlas de sus archienemigos de verde que del propio choque.

Casta sin premio de Borousis

Borousis disminuyó la desventaja griega a quince (58-73) antes de entrar en un último cuarto en el que, con el encuentro bastante encarrilado para Regal Barça, el pívot tirase de garra y de casta para evitar irse de Berlín con la moral aún más baja. Si el enfrentamiento estelar de antes había sido de bases, en esta fase del partido tocaba un duelo en las alturas entre el propio Borousis y Andersen. El australiano tomó ventaja con siete puntos anotados de forma casi consecutiva, mas Ioannis no tiró la toalla y, con su sexta canasta en sus sexto intento, dejaba el luminoso en 72-85. Sería el último signo de vida de un Olympiacos que ya estaba listo para la sentencia. El último en cuanto a baloncesto, claro, porque a Borossis no se le olvidaban las burlas y abucheos que los aficionados de Panathinaikos les estaban dedicando y replicó, tras un nuevo enceste, con gestos desafiantes a la grada. La impotencia del ganador derrotado.

Derrotado por la profesionalidad y fe de un Regal Barça que acabó rozando el centenar de puntos por su apuesta ofensiva y que cerró el choque con optimismo y un marcador contundente (79-95) que le hace regresar a la Ciudad Condal con la cabeza bien alta y con un simbólico bronce que querrán convertir en oro en la próxima Final Four. Terceros de Europa.Las cuatro veces anteriores en las que el conjunto barcelonista cayó en semifinales, también sucumbió en la final de consolación. Hasta hoy. No servirá de consuelo pero hay victorias que le dan más lustre si cabe a un club. Aunque sepan amargas.