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Los 12 artífices de la leyenda de oro

Doce han sido los hombres que han logrado la primera medalla de oro en un Europeo para España. Repasa, a continuación, su rendimiento en la cita polaca

  

4. PAU GASOL
Pívot | 215cm | 1980 | Los Angeles Lakers

Inténtese abordar con palabras lo que supone Pau Gasol para la selección española, si no es su vida misma. Es la historia, el todo. Contemplar la segunda fase de Pau es ver a tiempo real una de esas historietas de estrellas añejas del baloncesto europeo que cuentan los mayores del lugar. Estrellas a las que Gasol jamás tendrá nada que envidiar.

Porque la vida en Pau seguía teniendo un matiz perdedor que ha quedado triturado en 2009. Las Finales NBA de 2008, el Europeo de Suecia, el de Madrid, Pekín... Japón, sí. Pero él no jugó. Presente. En cuerpo y alma, sí. Y con escayola. La victoria también es suya, luce medalla, pero los ganadores saben mejor que nadie que el triunfo es la pista. Es el ganárselo, es el yo estuve allí y lo logré. Con la ayuda de todos ellos, sí, pero jugando. A buen seguro que Pau recordaba aquella escayola de Saitama. Como recordará, a partir de ahora, el anillo y el oro. Si es que nada más se añade en una carrera para la que la historia y el periodismo español tardarán todavía años en estar preparados. Porque Pau es la Historia.

Llegado completamente fuera del ritmo de competición, sin disputar un partido desde que se enfundara el anillo, con un dedo que molestaba a cada tiro libre, en un equipo que había sabido ganar sin él, pero en el que él, la pieza más importante, todavía no estaba. Lo hizo, nadie sabía en qué estado de forma, pero se presentó en Polonia. Y los primeros partidos confirmaron los malos presagios. La lesión le había impedido seguir una preparación a la altura. Su juego mostraba cierta falta de forma física y de tacto en el juego colectivo. Además, no parecía encajar en la dinámica orquestada durante la preparación y, lo que era peor, esa dinámica quedaba completamente desencajada.

Fue la competición la que le devolvió su nivel. O él le devolvió el nivel a la competición, el orden es difuso. Lo que sí es evidente es que Pau volvió y su rendimiento permitió ver el mejor nivel de España. Una España que, sin su concurso, jamás sería la que es. Podría jugar bien, pero Pau es la forma del equipo, el espíritu, el líder que permite que todo esté tan bajo control que puedan dedicarse, simplemente, a disfrutar haciéndolo bien. Él ha metido a España en la Historia. Él gana campeonatos.

Sus cuartos contra Francia son de antología. Es su mejor carta de presentación, como un vídeo musical de Youtube, sin música y sin seleccionar ni desechar jugadas. Todos sus movimientos son certeros. El gancho a la media vuelta (con ambas manos), tiros a media distancia tras fintar el bote, superar a sus rivales por la línea de fondo... Hasta ha anotado desde 6,25. Las armas ofensivas que conoce las ejecuta de manera imparable. En la fase final, allí donde todo estaba en el aire, no ha habido defensor capaz de contener su huracán. En las dos primeras fases llegó a sufrir ante las defensas que le atacaban en el 2x1 una vez iniciado el bote. Pero entonces –desconociendo si causa o consecuencia– el equipo todavía no era el que fue.

Y es que a partir de ahí, lo de Pau fue recital tras recital. Imparable al poste bajo, referencia ofensiva inigualable, tanto para los rivales como para sus compañeros (y para sus facilidades). Su importancia defensiva fue mayor que nunca desde la intimidación, en un equipo que llegó a sufrir lo nunca visto ante juegos interiores potentes. Sus brazos, el espacio que ocupa en la zona y la inteligencia de sus movimientos constituyen una baza defensiva por sí mismos, plasmada numéricamente en sus más de 2 tapones por partido. Su poderío en el rebote defensivo aportaba un fundamento para la carrera y la creatividad de sus hombres exteriores. Ante ello y cómo cambió el panorama del juego interior con su presencia, que sus pares le anotaran algunas canastas fáciles puede hasta olvidarse.

Lo que no se olvida es ver convertido en canasta cada balón que alcanzaba a tocar sus manos. Ni esa seguridad que imprime su sola presencia. Ni verlo salir al último cuarto para que todo el pabellón coreara el “¡MVP, MVP!”. Esta vez, jugando. Y cómo.

Estadísticas: 25,7 minutos, 18,7 puntos, 61/92 tiros de dos (66,3%), 4/9 triples (44,4%), 34/61 (55,7%), 8,3 rebotes, 2,2 tapones.
MVP, líder del torneo en puntos, tapones y porcentaje de tiros de dos


5. RUDY FERNÁNDEZ
Escolta | 195cm | 1985 | Portland Trail Blazers

Quinteto ideal desde su inusual posición de tres, en la que ha revelado que, pese a ciertas incompatibilidades tácticas y pérdidas en otras facetas del juego, es capaz de participar al lado del otro gran escolta español. Titular, encargado de la defensa de hombres más altos, fuertes y corpulentos que él, ha sufrido en algunos instantes de esa primera semana de competición por este desequilibrio, que rápidamente se olvida en el resurgir de la gran potencial mundial que es España.

Segundo máximo encestador del equipo, ha liderado la anotación exterior mano a mano con Navarro. Más constante pero menos genio e imaginativo que su compañero en las alas y de lo que ha mostrado en otras ocasiones, ha sabido adaptarse a una posición que no se acaba de corresponder con sus características. Útil en otras facetas del juego, como especialmente el rebote, ha continuado siendo ese punto de brillante espectáculo que representa el mejor fotograma de la mejor España. El máximo ladrón del campeonato, para correr ese contraataque que termina con él colgado del aro, en esa estampa que se ha vuelto tradicional del divertido dominio español.

Para él un reconocimiento individual que merece, que necesita un jugador de su estatura, al que la ACB ha visto en esplendor máximo, pero que debía demostrar poder vivir sin luna llena, medio en eclipse. Acompañado del jugador del Regal Barça, no han llegado al despliegue máximo de sus cualidades, pero su nivel conjunto ha sido superior al que podía ofrecer sólo uno de ellos. La intercalación de sus actitudes vitales y baloncestísticas en pista ha provocado una hermosa mezcolanza de talento con diferentes enfoques y con afán de ser sostenible en el tiempo.

Estadísticas: 28,4 minutos en 8 partidos, 13,6 puntos, 21/34 tiros de dos (61,8%), 15/41 triples (36,6%), 22/25 tiros libres (88%), 3,5 rebotes, 2,1 asistencias, 2,1 robos.
Alero del quinteto ideal del campeonato. Líder del torneo en robos y porcentaje de tiros libres.


6. RICKY RUBIO
Base | 190cm | 1990 | Regal F.C. Barcelona

El más joven de Polonia, con el peso de dirigir a la selección ultrafavorita... que no lo estaba demostrando. El reto al que se enfrentaba Rubio era tan complicado como su verano y el balance es tibio por las considerables complicaciones de los primeros partidos, limpiadas con grandes actuaciones en la recta final del campeonato.

Su inconsistencia en el juego, los problemas en el tiro exterior y los desequilibrios que eso generaba, la incapacidad para hacer correr al equipo y hasta problemas en la defensa en estático fueron carencias que se le achacaron al base del Regal FC Barcelona. Acabaron creando un enorme desconcierto respecto a la posición de base, teniendo en cuenta que el rendimiento de sus dos compañeros de posición tampoco estaba respondiendo a las expectativas. Si bien es cierto que el juego de Ricard Rubio vivía acotado a un planteamiento táctico con ataques estáticos y con intenciones de larga elaboración que no conjugan demasiado con él y que España era de todo menos España, Ricky no se sentía cómodo y su rendimiento era bajo.

Los primeros avisos de su recuperación llegaron en la segunda fase, ante Lituania, con 9 asistencias en un partido en el que el equipo empezaba a recobrar sensaciones. Aunque su explosión definitiva no llegó hasta que España desplegó por completo su arsenal y plasmó su incontestable superioridad. Algo que no sucedería hasta los cuartos de final ante Francia, donde su majestuosa defensa secó el motor francés, instalado en las piernas y el cerebro de Tony Parker. El base de los Spurs ni corrió ni pensó y buena parte de culpa reside en el planteamiento defensivo con Ricky como estilete. Desde esa superioridad, en ataque sí que acabó de responder, contraatacando, reboteando, asistiendo, rompiendo, transitando, robando, en ese Ricky está en todas partes que tan bien define su juego.

Nadie esperaba que por su anotación pasara el vivir de la selección. No lo ha hecho, pero por el rendimiento del base de El Masnou ha pasado, paralelamente, la recuperación de una España en depresión.

Estadísticas: 22,7 minutos, 5,9 puntos, 12/25 tiros de dos (48%), 6/21 triples (28,6%), 2,2 rebotes, 3,9 asistencias, 1,9 pérdidas, 1,4 robos.

7. JUAN CARLOS NAVARRO
Escolta | 192cm | 1980 | Regal FC Barcelona

Bien podría haber sido Navarro el que estuviera en ese quinteto ideal en lugar de Rudy, con el que ha compartido el puesto de anotador exterior, que parecía único e indivisible. Su media anotadora ha estado por debajo tan sólo cuatro décimas, alternando partidos sublimes (7 triples ante Polonia), con otros en menor estado de exposición. Pero el estallido anotador de Navarro siempre ha estado presente y, si no, latente. Su facilidad para el desborde, para ser un peligro con su sola presencia, ha facilitado el trabajo a interiores y exteriores. Ocupando esa posición de escolta enfocado exclusivamente a tareas ofensivas, ha podido exprimir su explosión, sin el peso que puede suponer para él tener que jugarse cada balón por ser el único capacitado para ello.

No es el caso en esta majestuosa selección, donde, si algo existe, son múltiples opciones en el campo de ataque. Así, Navarro ha sido un lujo anotador, reservado a lo que mejor sabe hacer, un especialista en anotar, sin mayores obligaciones. Un fuego que ha podido y sabido compartir pista con otra llama, y lo ha aprovechado para generar tanto juego de ataque como ha sabido. Envuelto siempre en un carácter de competición que sale a relucir cada verano, con más ganas que nunca de tapar bocas. Y haciéndolo, en un año que engrosa su palmarés y echa gas a sus brasas.

27,8 minutos, 13,2 puntos, 16/38 tiros de dos (42,1%), 21/55 triples (38,2%), 24/29 tiros libres (82,8%), 1,9 rebotes, 2,6 asistencias, 1,3 robos.

8. VÍCTOR CLAVER
Alero | 207cm | 1988 | Valencia BC

Exitoso debut en un campeonato senior para un alero llamado a participar año tras año con la camiseta de la selección. Tras una preparación con rol y posición cambiantes, su papel en Polonia ha sido meramente testimonial. Saltando a pista en 7 partidos, sólo tuvo una importancia real ante Gran Bretaña, donde anotó 12 puntos en 17 minutos. En el resto, minutos de la basura con el partido ya resuelto. Testimonial inicio de camino para alguien llamado a heredar una posición de alero en la que se ha abierto un hueco en el combinado nacional.

Estadísticas: 5,6 minutos en 7 partidos, 2 puntos.

9. FELIPE REYES
Pívot | 203cm | 1980 | Real Madrid

Esa indisociable cualidad para rendir por igual en la guerra más cruda y en la placidez más absoluta ha convertido al sexto hombre con minutos de titular en un jugador de extrema utilidad, encumbrado a las cimas de lo imprescindible. Con las etapas tan diversas que ha sabido vivir España en el torneo, Felipe ha sido esperanza en las sombras y aplauso en la luz.

Eterno reboteador, anotador en batalla, elemento de desgaste y desquicio, piedra interior de naturaleza insondable, el más material de los jugadores, siempre con una percepción visual de rendimiento que no hace justicia a su trabajo y aportación. Sin prejuicios: si Felipe no existiera en esta selección, habría que inventarlo. Cuarto anotador, tercer reboteador, más allá de festines tácticos y de genialidad creativa, las estancias de Felipe en pista aseguran sin excepción un mínimo común de aportación tan alto que se vuelve imprescindible en este oro y en la leyenda de la generación nacida al calor de los 80.

Estadísticas: 19,7 minutos, 8,1 puntos, 25/54 tiros de dos (46,3%), 5,3 rebotes, 1,1 asistencias.

10. CARLOS CABEZAS
Base | 186cm | 1980 | Khimki

Por minutos, ha sido el tercer base del equipo (el jugador que menos ha jugado, tras Víctor Claver), pero la práctica le coloca como segundo base en unos partidos –sin jugar en otros–, aunque Raül López ha mostrado un mayor grado de utilidad en determinados encuentros.

Durante la fase depresiva de la selección, Cabezas no fue una solución ni ayudó a encontrarlas, como el resto de sus compañeros. Su incidencia en el juego ha sido menor a lo largo del torneo, a excepción del partido de semifinales ante Grecia, donde sus 20 minutos fueron destacados en la colaboración para alcanzar la final. Anotó 8 puntos (hasta ese momento sólo había logrado dos en todo el campeonato), con dos triples, y sirvió 4 asistencias, siendo una alternativa válida para un Ricky Rubio encontrado a sí mismo. Algo que no ha sido así durante todo el Eurobasket, cuando Scariolo rotó sin parar a sus tres bases buscando una solución que no encontraba en ninguno de ellos. En la final, salió en tromba, desplegando esa felicidad que desprendía el conjunto español al completo. Llegó a sonreír; final feliz también para él.

Estadísticas: 10,9 minutos en 7 partidos, 2,4 puntos, 1,4 asistencias.

11. RAÜL LÓPEZ
Base | 182cm | 1983 | Khimki

En similares circunstancias que Carlos Cabezas, ha sido el segundo base, por minutos, por rendimiento en algunos partidos y por su mayor incidencia en el balance general del juego español. Junto a Cabezas y a Ricky, formó parte de esos cambios del entrenador italiano en la primera y la segunda fase, buscando un base que lograra, no mantener el orden del equipo, sino lograr que éste desplegara ni que fuera una escasa parte de su potencial.

No fue Raül López la respuesta, aunque se encontrara más cómodo en un ataque estático de lo que se le veía a Rubio. Con la segunda semana, su nivel como alternativa se incrementó, al igual que despertaron varias de las piezas del banquillo español. Especialmente destacable su papel en el partido ante Francia, donde colaboró con Ricky en la defensa de desgaste y contención de Tony Parker (y en la de Teodosic; Cabezas l hizo ante Spanoulis), y supo manejar el tempo del partido, acumulando certeros pases de canasta a sus compañeros. En la final, después de no saltar a pista en semis, volvió a bordar su papel. Especialmente manejador, creativo, una delicia verle jugar a pesar de haber anotado sólo 2 puntos. Volvió a ese nivel en el que es capaz de tener la mayor de las repercusiones en un partido pese a anotar tan sólo dos puntos. Y es que no ha estado anotador pero, durante momentos, sus fases de creación, movimiento y pase, han sido una buena baza para el conjunto español, en su alternancia con Cabezas.

Estadísticas: 13,3 minutos en 7 partidos, 1,4 puntos, 2,7 asistencias.

12. SERGIO LLULL
Escolta | 190cm | 1987 | Real Madrid

Secundario en la plantilla y en la planificación del equipo, Llull ha cumplido el papel para el que se le había elegido. Potencia de piernas en la defensa del uno contra uno, facilidad para ese juego en carrera donde es capaz tanto de llevar la transición como de finalizarla, puntual lanzamiento exterior en el que ha acabado con buenos porcentajes (44%). Encerrado en la posición de escolta tras dos estrellas como Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández, finalmente Scariolo no ha acabado de apostar por las variantes tácticas que permitía el menorquín y que ensayó en la preparación, pero ha confiado en él como hombre desequilibrante en finales de cuarto y partido. Aunque no acabara de forma exitosa –el final de partido ante Turquía será recordado largos años–, su capacidad para desbordar, el factor sorpresa que supone desde su condición de outsider y una remarcable determinación en momentos calientes han valido esa confianza del míster.

Llegado como ajeno a la gloriosa generación española, es una piedra más en la mirada al futuro de un conjunto que confirma tener mecha para años. En el perfil que ha cumplido en este Eurobasket, puede tener hueco durante varios campeonatos.

Estadísticas: 11,8 minutos, 4 puntos, 10/16 tiros de dos (62,5%), 4/9 triples (44,4%).

13. MARC GASOL
Pívot | 213cm | 1985 | Memphis Grizzlies

Complicada la darwiniana mutación de referencia al poste bajo en la preparación a suplente especialista. Más cuando su incompatibilidad al formar pareja interior con Pau fue esgrimido como uno de los muchos argumentos que despreciaban el rendimiento del equipo en su fase oscura. Ni Marc se encontró a sí mismo en los primeros partidos –errático, desubicado– ni el equipo supo encontrarlo a él. Pero, con el despegue de la selección, no hay pasado que valga ni futuro que no anime, por lo que Marc pasó a encabezar una segunda unidad que, como venía siendo tradicional, mantenía el nivel de la primera.

Pilar reboteador (segundo del equipo, tras su hermano), los balones recibidos fueron siendo convertidos, progresivamente, en opciones de canasta o desequilibrios ofensivos. Para ello, requería de unos espacios en la pintura que no siempre ha tenido. Eso sí, sus rebotes ofensivos y su rebote y primer pase –escalón primigenio de las transiciones en las que España volvió a ser ella– constituían una gran aportación en la vuelta a empezar del juego español. Y en su renacer desde la pista y desde los micrófonos, que de todas partes se nace, hasta de relevo del mejor jugador del... De Europa.

Estadísticas: 18,9 minutos, 6,7 puntos, 21/41 tiros de dos (51,2%), 5,7 rebotes, 1,4 asistencias, 1,3 tapones.

14. ÁLEX MUMBRÚ
Alero | 202cm | 1979 | Bizkaia Bilbao Basket

Trayectoria ascendente la del nuevo jugador bilbaíno. Llegado con una lesión de la preparación, arrastró molestias durante los primeros partidos y, entre los escasos minutos de que dispuso –España jugaba prácticamente sin alero clásico– apenas aportó al juego colectivo.

No fue hasta el final de la segunda fase y la fase final que se volvió a ver al Mumbrú más útil desde la posición de tres, anotador no más que puntualmente, como requiere un equipo con el potencial ofensivo del español, sin absorber más balones de los que le pertocan, aportando ocasionalmente en el rebote. Y, también destacado, devolviendo una estructura de quinteto clásica, con un tres más o menos tradicional, lo que libera al escolta en pista, ya sea Navarro o Rudy. Con él sobre el parqué, vuelve un equilibrio en defensa que se perdía juntando a dos escoltas en las alas, y se concentra todo el potencial anotador en ese 2, sea Navarro o Rudy, con infinitas posibilidades para ver aro. Eso sí, manteniendo la amenaza que supone dejar a Mumbrú solo en la esquina.

Su nombre es de los primeros en surgir al promover un posible proceso de regeneración de la selección, aunque en la fase en la que ha estado recuperado, ha mostrado su utilidad en el colectivo.

Estadísticas: 14,6 minutos en 8 partidos, 4,1 puntos, 7/15 tiros de dos (46,6%), 6/11 triples (54,5%), 1,8 rebotes.

15. JORGE GARBAJOSA
Ala-pívot | 206cm | 1977 | Real Madrid

Afectado por un edema en la rodilla derecha tras el primer partido del campeonato, el ala-pívot de Torrejón se ausentó en los dos últimos partidos de la primera fase (Gran Bretaña y Eslovenia). Su incorporación al equipo a partir de la segunda fase se plasmó con la merma que suponían esos problemas físicos. Los números denotan que su rendimiento no ha llegado, por ejemplo, al de los JJOO de Pekín, pero es acostumbrado resaltar el salto que da al equipo. Aunque su omnipresencia en las ayudas defensivas ya no sea tal y a pesar de que no haya mostrado fiabilidad en la baza del lanzamiento exterior (26%), la ascendencia de Garbajosa en un grupo donde siempre ha sido una pieza importante puede verse como un factor emocional importante de cara al salto cualitativo del equipo a partir del final de la segunda semana de competición.

A pesar de sus escasos 3,7 puntos y 2,9 rebotes por partido, Garbajosa ha cumplido con ese rol táctico de 4 abierto, tan necesario en una plantilla en la que los otros interiores tienen un perfil tan marcadamente interior como Felipe, Pau y Marc. Es precisamente esa valía, en una posición donde es el único jugador, la que le ha tenido en pista unos valiosos 20 minutos de media.

Estadísticas: 19,3 minutos en 7 partidos, 3,7 puntos, 4/11 tiros de dos (36,4%), 6/23 triples (26,1%), 2,9 rebotes, 1 asistencia.