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Grupo B: Cenicienta, incógnitas, alternativas y un monstruo

Explosivo grupo donde hay de todo. El renovado Unicaja se medirá a un Olympiacos que ha hecho un equipo a golpe de talonario dispuesto a ganar por fin la Euroliga, a un Efes Pilsen ambicioso y con sabor ACB, a dos incógnitas que han perdido piezas importantes como son Partizan y Lietuvos Rytas y a un modesto, Entente Orleanaise, que sueña con sorprender

Joel Freeland puede ser una de las revelaciones de la Euroliga (ACB Photo / M. Pozo)
© Joel Freeland puede ser una de las revelaciones de la Euroliga (ACB Photo / M. Pozo)
  

Redacción, 21 Oct. 2009.- El B es un bonito grupo mas llega en mal momento. El Unicaja encara su estreno en la primera fase de la Euroliga en una difícil situación, inmerso en una crisis de resultados que le han costado un 0-3 adverso de balance. La competición europea se presenta, pues, como un arma de doble filo, que puede ser su tabla de salvación que le permita recuperar la confianza o una catapulta que agrave la espiral de malas sensaciones que rodea al conjunto de Aíto García Reneses.

Es el trofeo de la Euroliga la máxima aspiración del técnico cajista, que ha rozado en numerosas ocasiones el título continental sin haber podido aún levantarlo. El técnico está al mando de una nave que presenta un renovado proyecto en el que se apuesta por jugadores con hambre y con juventud. De las nuevas incorporaciones, sólo Giorgios Printezis tenía experiencia en esta competición, mientras que Pooh Jeter, Taquan Dean, Saúl Blanco, Guillem Rubio y Joel Freeland escucharán por primera vez este jueves el ya famoso ‘Devotion’ desde la cancha.

Pese a su mal inicio en ACB, del Unicaja se espera mucho más. Su equipo puede ser inferior por nombres al de otros rivales, aunque su potencial, por alto, es aún desconocido y no se pueden descartar sorpresas. Jugadores como Freeland o Saúl pueden explotar en cualquier momento y, a pesar de la intuición de que el proyecto cajista es a medio plazo, por la juventud e inexperiencia de muchos jugadores de su plantilla, habrá que tenerles esta misma temporada, especialmente si se muestra firme en casa.

Es esa solidez como local la clave de las posibilidades del Unicaja en Euroliga. Hasta que Panathinaikos rompiese la magia del Martín Carpena el pasado febrero, el Unicaja acumulaba 23 victorias seguidas delante de sus seguidores y más de dos años invicto en casa. Casi todos los monstruos europeos cayeron en ese periodo en el feudo malacitano, que espera volver a convertirse en infierno verde para llevar en volandas a los suyos. El sueño de la Final Four, que se logró en 2007, queda algo lejano aún. El equipo prefiere cumplir el objetivo (obligación) del Top16, suspira por pasar a cuartos y, una vez ahí, ya se vería.

Josh Childress debe dar más que el año pasado (Foto Euroleague/Getty)
© Josh Childress debe dar más que el año pasado (Foto Euroleague/Getty)
Un monstruo europeo

El camino hasta esa fase no será fácil. El Grupo B es atractivo, un cocktail explosivo que combina a un gigante, un histórico, un trío de aspirantes sólidos y una cenicienta repleta de ilusión. El nombre subrayado en rojo es, sin duda, el del Olympiacos. La escuadra griega ha conformado un equipo realmente potente, presionado para llegar como mínimo a la Final Four para que no se tilde su campaña de fracaso y que presenta una profundidad y cantidad de alternativas espectacular.
Si el año pasado era el proyecto de Childress, en este el equipo de El Pireo va mucho más lejos. Conserva a Josh, del que se espera mucho más en su segunda temporada en Europa. Le añade caché NBA con las incorporaciones, a golpe de talonario, de Von Waffer y Linas Kleiza. Siguen los Papaloukas, Halperin, Vasilopoulos, Vujcic y Borousis y también continúan, aunque se espera que terminen de explotar definitivamente, dos de las estrellas del Eurobasket: Milos Teodosic y Sofoklis Schortsanitis ,mucho más delgado y activo.

Se fueron Greer, Erceg, Pargo y uno de los pilares del nuevo Unicaja, Printezis, que no será muy bien recibido en tierras griegas pues dolió bastante su fichaje por el equipo andaluz, todo un golpe de efecto a uno de los grandes del continente. No obstante, Panagiotis Giannakis cuenta con un equipo temible, con un par de estrellas por posición, jóvenes que pueden salirse en cualquier momento y veteranos curtidos en mil batalla que quieren darle al Olympiacos una Euroliga que ansía desde hace 12 años.

Un aspirante y dos incógnitas

El primer rival del Unicaja en esta Euroliga será el Partizan. El Pionir, cancha maldita para el odiado Cook con el Estrella Roja y el propio Unicaja, aunque la única pista que visitará en esta fase en la que ya ha ganado. Sin embargo, pesa mucho más la eliminación en el último Top16, de manos de un Partizan que venció por partida doble a los malagueños. Con ánimo de revancha, los de Aíto intentarán asaltar la cancha de un equipo que parece estar un escalón por debajo del año anterior. Se marchó Stephane Lasme, aunque más aún duele la partida de sus tres perlas, Uros Tripkovic, Milenko Tepic y Novica Velickovic. El cuadro de Belgrado es consciente de que con esos mimbres, un año más maduro, podría ser una de las principales alternativas al poder en Europa, aunque asume su situación económica y volverá a confiar en los jóvenes para ver si salen otros chicos maravilla.

Vujosevic tendrá que lidiar con el equipo más bisoño del torneo. Para colmo, el fichaje de Milt Palacio se malogró, apostándose por ‘Bo’ McCalebb como base. Llegan varios jóvenes serbios destacados en la competición doméstica, regresa Dusan Kecman, con presencia testimonial en el Panathinaikos y sorprendió el fichaje de Aleks Maric, que tras no triunfar en el CB Granada se estrenará en Euroliga después de dar grandes sensaciones en pretemporada. Si el pívot de 19 años Vesely da un paso al frente y los Zarko Rakocevic, Petar Bozic y Aleksandar Rasic asumen que deberán tirar del carro, podrán dar más de un disgusto, especialmente en el Pionir.

Igor Rakocevic y Daniel Santiago, juntos en el Efes Pilsen
© Igor Rakocevic y Daniel Santiago, juntos en el Efes Pilsen
Más solidez presenta el Efes Pilsen, un equipo que ha invertido bastante dinero con la esperanza de poder alcanzar la Final Four. El fichaje de Igor Rakocevic asegura puntos para dar y regalar, el de Bostjan Nachbar confirmaba que el proyecto iba en serio y los experimentados Daniel Santiago y Erman Kuqo pueden dar bastante solidez en la pintura. Tres ex ACB más que se unen a los Tunçeri, Arslan, Smith, Thornton, Peker y Kasun en una plantilla con pocos puntos flacos, muchos nombres contrastados y donde la mayor duda reside en saber cómo se adaptará tanto jugador ilustre revueltos en un mismo equipo.

Un par de bases que conoció bien España en su derrota ante Turquía en el Eurobasket, exteriores con defensa, tiro y liderazgo, un juego interior con veteranía, centímetros y kilos, quinteto, banquillo, y un Enrgin Ataman en el banquillo que buscará explotar esa cantidad de virtudes para que el Efes Pilsen siga siendo el “orgullo de Turquía”, como se les denominó tras su mayor éxito continental, la Korac de 1996. El Unicaja cayó como visitante en las tres ocasiones en las que se midieron en Moscú. Otra revancha más para apuntar en la lista.

Por si fuera poco, el Unicaja también tiene en su debe el vencer en la pista del Lietuvos Rytas, aunque en este caso sólo cayó allí en la única ocasión en la que jugó. Al igual que el Partizan, el equipo de Vilnius despierta dudas por la importancia de los jugadores que se han marchado. Notará especialmente la baja de Chuck Eidson, clave en el triplete del pasado año (Eurocup, Liga Báltica y campeón en Lituania), aunque también se echará de menos a Lukauskis y Petravicius.

Arturas Jomantas, uno de los líderes del Lietuvos Rytas (Foto Euroleague/Getty)
© Arturas Jomantas, uno de los líderes del Lietuvos Rytas (Foto Euroleague/Getty)
Llega la hora de que Jomantas, a sus 24 años, pase de complemento de lujo a referente y de que Bjelica, una pieza importante en los éxitos de la anterior campaña, sea más regular y constante en su juego para que el Lietuvos pueda volver al Top16. El australiano Aron Baynes puede ser el termómetro en un equipo que puede flojear en el puesto de base, si el recién fichado Bojan Popovic no recupera el nivel que dio en el Dynamo, en lugar de mostrar su versión más gris, vista en ACB en estas últimas dos temporadas. El Lietuvos vive un lustro idílico, con excelentes resultados en la Eurocup y buenas sensaciones en la Euroliga y no quiere que este año sea una excepción.

La cenicienta quiere soñar

Otro equipo con una trayectoria breve pero intensa es el Entente Orleanaise. El equipo francés, la cenicienta del grupo B, se fundó hace 16 años y, desde entonces, ha vivido un ascenso meteórico. Hace una década ascendió a la Nationale 2, la cuarta división de su país. Al año siguiente, a la N1, en 2002 a la ProB y, en 2006, a la ProA, máxima categoría del país vecino. Su buen papel en la elite se confirmó la pasada campaña, donde quedaron subcampeones de liga y copa, lo que les otorgó el billete para la previa de Euroliga. En ella, los de Hervé eliminaron al Spirou y sorprendieron a la Benetton de Treviso, venciendo en Italia y sabiendo sufrir en la vuelta para conservar los nueve de ventaja, a base de triples y de buena defensa.

El conjunto francés conserva la exitosa base de la pasada campaña, con el mítico Laurent Sciarra al frente con 36 añitos de nada, el tirador Cedrick Banks y el pívot ex Alerta Cantabria Ryvon Covile a la cabeza. Sus tres fichajes, además, parecen realmente ilusionantes. Justin Doellman aterriza tras agradar en Besancon, Austin Nichols se aburrió de anotar en Toulon (21,4 puntos por partido) y el joven de veinte años Ludovic Vaty, una de las mayores esperanzas del baloncesto galo, llega procedente del Pau Orthez para crecer en un conjunto Euroliga. Con humildad e ilusión, afrontará junto a su equipo una fase en la que clasificarse jugando con dos campeones de Europa y tres vigentes campeones de sus ligas nacionales, parece una utopía.