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Nemanja Bjelica: mente de base, cuerpo de alero... posibilidades infinitas

Alero serbio con mente de base, máximo reboteador de Serbia en el Eurobasket y apenas dos años en la élite. Esa es la atípica carta de definición de Nemanja Bjelica, el nuevo fichaje del Caja Laboral, de la mano de Iván Fernández

Bjelica, cuerpo privilegiado (Foto Adriatic League)
© Bjelica, cuerpo privilegiado (Foto Adriatic League)
  

Redacción, 16 Ago. 2010.- El fichaje de Nemanja Bjelica por el Caja Laboral levantó la polvareda que lleva consigo todo proyecto de estrella que llega a la ACB. Y más en un conjunto que, tras la pérdida de su estrella y guía, se rehacía por milésima vez con un proyecto de ilusión. Tras ello, Iván Fernández, profundo conocedor del baloncesto europeo y autor y colaborador de diferentes guías (la última, para la Final Four) en la web Basketme.com, nos descubre el cómo y el por qué de la atípica carrera de Bjelica. Tan atípica como el potencial que atesora.

Tras protagonizar uno de los culebrones del verano, Nemanja Bjelica aterrizará en la liga ACB de la mano de un Caja Laboral que, una vez más, ha vuelto a demostrar su tino en los entresijos del mercado, consiguiendo a la joven perla serbia por encima incluso del propio Olympiacos.

Con 22 años y 2.09, intentar clasificar a Bjelica resulta tan arduo como injusto, pues dentro de un cuerpo de alero se encierran una mente de base y unas posibilidades casi infinitas. Ver a Bjelica moverse por la pista es una delicia para los sentidos que en los últimos meses se ha agudizado. Al calor de los problemas del Estrella Roja, Bjelica se convirtió en el líder absoluto del club rojiblanco, completando una segunda mitad de temporada fantástica. Erigido en el referente del equipo, Bjelica destiló confianza, subiendo el balón tras rebote, dirigiendo de facto al equipo y consiguiendo generar mucho juego, sobre todo asistiendo a los interiores. Capaz de anotar en el poste bajo a través de una efectiva media vuelta, el nuevo jugador baskonista carga con solvencia el rebote ofensivo, de donde saca grandes réditos y es un gran manejador de balón, sobre todo en campo abierto. En los aspectos que ha de seguir trabajando, junto con un mayor tono físico (adolece de cierta falta de explosividad), el tiro exterior parece ser el más llamativo ya que, pese a gozar de una mecánica natural y fluida, no ha acabado de encontrar una regularidad que lo convierta en una amenaza definitiva. Con todo, sus progresos son evidentes y, si bien aún peca de cierta precipitación en la selección, ya ha sido capaz de encadenar varios partidos a un buen nivel de acierto, hasta el punto que en la temporada pasada llegó a anotar hasta 4 triples en seis partidos distintos.

Defensivamente es un jugador esforzado que, aunque sufre ante jugadores rápidos consigue, minimizar los daños gracias a su capacidad de recuperación y una envergadura y tempo de salto que le permiten colocar no pocos tapones, tanto llegando por detrás como en las ayudas. Ese aspecto, unido a su capacidad reboteadora, punta de lanza en muchas ocasiones de contraataques que él mismo conduce, le convierten en una gran ayuda para al juego interior.



Con estas premisas ¿Qué rol puede desempeñar en el Caja Laboral? Aunque es prematuro juzgarlo, el salto cualitativo y físico que existe entre la Liga Adriática y Liga Serbia con la ACB o la Euroliga, permite presuponer que el papel de Bjelica en los primeros meses pueda asemejarse más al desempeñado en la selección serbia, donde con bastante menos protagonismo ofensivo, su labor en las labores oscuras (máximo reboteador de su selección en el pasado Eurobasket) le vayan permitiendo una progresiva adaptación desde la que generar la confianza necesaria para poco a poco ir mostrando toda la amalgama de recursos de los que goza, hasta finalmente ser lo que parece apuntar: un jugador auténticamente diferencial. La estructura del conjunto baskonista puede jugar a su favor, ya que en los minutos que Marcelino Huertas no esté en pista, su labor en la subida de balón puede ser de gran ayuda. Además, el tutelaje de Dusko Ivanovic –clave en el progreso individual de muchos de los grandes nombres que han pasado por el Baskonia–, sus automatismos ofensivos, el ritmo de juego y la tendencia de Mirza Teletovic a jugar abierto juegan a favor del estilo de Nemanja.

Con todo, la paciencia ha de ser el abono perfecto para que Bjelica explote definitivamente y es que no conviene olvidar que se trata de un caso excepcional, ya que su carrera hasta la fecha no se ha movido por los cauces más habituales en estos tiempos.

Inencasillable Bjelica, puede jugar desde el 1 hasta el 4 (Foto FIBA Europe/Castoria-Parausic)
© Inencasillable Bjelica, puede jugar desde el 1 hasta el 4 (Foto FIBA Europe/Castoria-Parausic)
Formado en las categorías inferiores del Partizan, una lesión de codo y el poco nivel medio de su generación en el club blanquinegro (hasta el punto que el Partizan deshizo el equipo), hacen que Bjelica no llegue a participar en ningún torneo de formación con su selección, limitando su currículo internacional a un par de amistosos con la selección serbo-montenegrina Sub18 en 2006, sin conseguir entrar en la lista definitiva ni para el torneo de Mannheim ni para el Europeo de Amaliada, donde sí estarían varios de sus actuales compañeros de selección, como Miroslav Raduljica, Milan Macvan y Stefan Markovic, así como Boban Marjanovic o el montenegrino Vladimir Dasic.

Tras pasar por el Superfund Bp de la segunda división serbia, Bjelica entra en la órbita del Rimini, pero su fichaje queda finalmente desestimado. Desde este anonimato y dirigido por su agencia de representación, Bjelica da el salto al profesionalismo en la modesta liga austriaca, siendo acogido por el Arkadia Traiskirchen, donde si bien no puede jugar de inicio por problemas burocráticos, acaba convirtiéndose en un jugador importante (8,5 puntos y 3,7 rebotes, con grandes porcentajes de tiro) y llegando a disputar las semifinales ligueras en su segunda temporada. Tras su paso por el Arkadia, y de esto hace tan solo dos veranos, Bjelica decide presentarse a las pruebas de selección del Estrella Roja, enamorando a un Svetislav Pesic que le hace un hueco en el equipo. De la mano del que fuera campeón mundial en 2002, Bjelica dispone de minutos y confianza y según avanza la temporada comienza incluso a oficiar como base. Lejos de ser una boutade de Pesic, el paso de los meses muestra el acierto de la decisión y los 4 puntos y 2,4 rebotes por partido que firma no alcanzan a medir su verdadero impacto en el juego, hasta el punto de ser seleccionado para disputar la Universiada, donde no sólo se cuelga el oro sino que llama la atención del propio Dusan Ivkovic, que termina por llevárselo al Eurobasket.

Ya en Polonia, y pese a que una lesión de tobillo le impide estar al 100% en la fase decisiva, Bjelica cumple hasta el punto de ser el máximo reboteador serbio. Tras el Europeo, su comienzo de temporada no es el ideal pero, tras la salida de varios de los jugadores clave en el Estrella Roja (Videnov o Dragicevic por ejemplo), asume el papel de líder, dibujando una segunda mitad de temporada fantástica, lo que contribuye a que sea elegido en la segunda ronda del Draft NBA, número 35, por los Washington Wizards, que traspasan sus derechos a Minnesota.

En resumen, parece claro que la capacidad de progresión del serbio dista de darse por concluida, lo cual induce a pensar que, una vez más, el Baskonia ha vuelto a acertar permitiéndonos a los espectadores de la ACB gozar de uno de los mayores talentos que se vislumbran en el viejo continente.