¡Feliz sorpresa! Nueva Zelanda gana a Francia y España sonríe (82-70)

Esmirna, 2 Sep. 2010.- ¡Qué bello es el baloncesto! Tras un genial partido Nueva Zelanda ha vencido a Francia (82-70) y ha hecho felices a dos países. España buscaba su carambola, la derrota de Francia, y la encontró tras ver por televisión la más bella versión de la cenicienta.

Y es que ya desde el principio se presuponía que el duelo sería cuanto menos interesante. Cuando Francia concluyó el primer cuarto con una ligera ventaja de tres puntos (17-20 podía) intuía que su partido no iba a ser fácil pero nunca se podía imaginar la pesadilla que se le avecinaba. Y eso que el partido comenzó bien y bajo la sabía batuta de Nando de Colo (ocho puntos en el comienzo).

Pero todo cambió en los siguientes 10 minutos y Francia se derrumbó como un castillo de naipes. No es sólo que únicamente fuera capaz de meter cinco puntos, sino que su defensa hizo aguas por todos los lados. Nueva Zelanda completó un brutal parcial de 20-3 y alcanzó el descanso con una renta de 14 puntos (39-25). Todo el mundo podría suponer que Kirk Penney estaría enchufado, pero nada más lejos de la realidad. El escolta no anotó en este cuarto y fueron el resto de compañeros quienes dinamitaron el partido. Los triples de los pivots Mika Vukona, Casey Frank y Pero Cameron llevaba el nerviosismo a Francia y por entonces ya peligraba hasta su tercera plaza (si perdía de más de 12 puntos sería cuarta).

Como se suponía, el equipo galo salió a la reanudación mucho más metido en faena, sabía que había jugado con fuego y que estaba a punto de quemarse. Subió líneas defensivas, mejoró en ataque y redujo las diferencias, pero cuando pensaba en la realidad de la remontada apareció Penney (25 puntos). No era normal verle tan lejos de la acción y de los puntos así que decidió pasarse por el pabellón Halkapinar y echar una mano a su equipo ¡y vaya si la echó! Nueve puntos en el tercer cuarto para aumentar incluso en uno la ventaja de Nueva Zelanda (58-43)

Cinco puntos consecutivos de Francia en el comienzo de último cuarto llevaron la emoción al encuentro, pero rápidamente Phill Jones devolvió la estabilidad al marcador y la tensión al encuentro, aunque no por la victoria sino por la renta final. Con España como segunda clasificada, el duelo dirimiría quien sería la tercera. Nueva Zelanda ya no quería conformarse con pasar de grupo, quería obtener la mejor clasificación posible pero tenía serios problemas para contener la rabia de Francia.

En ataque ya no veía el aro, pero al menos los nervios franceses le hacía entrar en el último minuto con seis puntos de ventaja. Una diferencia suficiente para que la victoria cayera del lado oceánico pero no para ser tercera aunque había tiempo y un increíble triple de Penney con falta ponía el partido al rojo vivo, todos en el pabellón sabían de la importancia del momento (79-68). La diferencia del basketaverage sólo era de un punto y quedaban 20 segundos. En el siguiente ataque Bokolo acertó con sus tiros libres, pero le dejó un balón para que Thomas Abercrombie, la auténtica revelación de Esmirna, anotara el triple del milagro neozelandés. En menos de dos horas Francia pasó de ser segunda a cuarta.