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Pau y Navarro congelan el corazón polaco (83-78)

¡Peligro! Polonia le puso la victoria carísima a España. Ganó (83-78), pero por los 52 puntos combinados de Pau y Navarro. España se confió a las estrellas para resolver un partido complicado. Demasiado.

(Foto EFE)
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Redacción, 31 Ago. 2011.- Dicen que sufriendo se saborea mejor un triunfo mas no es el caso de un España-Polonia al que le sobró emoción y le faltó buena dosis de regularidad por parte del combinado español, que vivió a base de destellos y únicamente de la mano de sus estrellas Pau Gasol (29 puntos) y Juan Carlos Navarro (23).

La exhibición de Pau en el primer cuarto -11 puntos seguidos- tiró de un equipo que comenzó a distanciarse a poco que apretó en defensa (22-15, min.10). La dirección de Sada, la sobriedad de Ibaka y, especialmente, el despertar de Navarro parecieron dinamitar el partido en el segundo periodo (42-25, min.19), aunque Polonia se agarró al encuentro con fuerza y, tras un tercer cuarto gris en el que hizo la goma, llegó al último periodo con opciones: 61-52.

Allí, con España muy nerviosa y practicando un baloncesto muy espeso, Kelati guió a los suyos hasta la remontada, metiendo el miedo en el cuerpo de su oponente. Seis puntos, cuatro, tres... e incluso dos (80-78) en los últimos compases del partido, antes de que, cómo no, Navarro y Pau apagasen para siempre las alarmas de un estreno que dejó un sabor agridulce para España.


Pau baila, España despega

Hace dos años, España se vistió de España, ya tocaba, para cambiar su irregular rumbo en el Eurobasket 2009 y convencerse de que siendo ella misma no habría rival que le alejase del oro. Esperaba entonces Polonia en un contexto muy diferente al de este partido. Infierno rojo el del anfitrión, que se escudaba en su público para amenazar a los de Scariolo con una ecuación muy sencilla. Una victoria era un pasaporte a cuartos. Una derrota, el mayor de los fracasos.

Con menos sonido de ambiente -¿dónde os metistéis, lituanos?- y sin tener la presión de antaño, si bien caer de inicio hubiera provocado un estado de sitio, España se enfrentaba a Polonia en su primer partido del Eurobasket 2011. Un par de pestañeos de Kelati, con pase para mate de Szewczyk en la primera jugada del encuentro y triple a la siguiente oportunidad (4-5, m.2) fueron el mayor grito de guerra de un conjunto que empezó a morir muy pronto de manos de un Pau Gasol sideral. El de Sant Boi, delicioso, se sentía dueño en su zona a base de intimidación, y muy pronto extendió su dominio a la pintura rival. Un posteo por aquí, un par de tiros libres por allá, movimiento de pies en la zona, reverso, gancho. Y vuelta a empezar. Se reía de sus rivales, los dominaba sin disimulo. Canasta. Dos más uno. Canasta. Burlesco. Abusón. Pau.



El Cisne Negro vestía de blanco y bailaba, bailaba, bailaba hasta el éxtasis, con 11 puntos consecutivos que no dinamitaron el partido tan solo por la blandeza defensiva de sus compañeros (13-9, m.5). Parecía cuestión de tiempo el primer despegue español y no tardó en llegar. Se acabó el dominio de Pau pero no el de los Gasol, con Marc tomando el testigo antes de que varios chispazos defensivos de Rudy, muy activo y un par de acciones positivas en la zona polaca, elevaran la renta al final del primer cuarto: 22-15.

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Navarro también quiere fiesta

El choque se coloreaba de blanco y solo España podía tumbar a España. Con ayuda polaca en ocasiones, sí. Porque cuando la presión atrás de los de Scariolo disminuyó y Leonczyk se coló con alfombra roja para poner a su equipo a tres tras un 0-6 de parcial (22-19, min.11), las dudas volvían a aparecer. Habría que mover más el banquillo.

Por ahí andaba un tal Sada, ese del que cuentan que un día realizó una acción sin sentido en una cancha de baloncesto. Es difícil creerlo. Puro imán, capturó un rebote en ataque en su primeros segundos en pista y con sus ganas y excelente dirección contagió a un equipo que, con tanto sigilo como Polonia antes, alcanzó la máxima (29-19, m.13) tras un 7-0 tan rápido como sencillo. Ibaka confirmaba la dictadura de los interiores españoles, haciéndolo todo muy fácil y causando pavor con sus infinitos brazos en defensa. El último que se apuntó a la fiesta un Navarro que se quitó el corsé para regalar su esencia. No apto para menores.

Koszarek
seguía inventando pases, viendo en ataque lo que nadie veía en su equipo. Poco argumento para parar a un rodillo. Navarro, como hace dos años frente a Polonia, como tantas y tantas veces desde su niñez, se convertía en el mejor escudero de Pau Gasol con otra demostración de recursos tan poco terrenal como la de su mejor amigo.

Un pase mágico que acabó con canasta de Ibaka en la mejor jugada del partido, dos tiros libres, un tiro de 5 metros tras finta, un coast-to-coast finalizado con bomba y un triple, el primero de España, para hacer saltar el encuentro inaugural por los aires: 40-25 (min.17). Con el viento a favor, España encontraba su mejor juego tirando de paciencia para mover el balón y explotar a la perfección sus virtudes en ataque. Más madera para la pintura.

Pau volvió a aparecer tras su mágica puesta en escena con otro baile exquisito, esta vez un tango, culminado en su enésimo 2+1 (42-25) pero, en lugar de irse a vestuarios sonriendo, España perdonó la vida a Polonia, que con un 0-6 de parcial se creció, justo antes de que Marc dejase el resultado en 44-31 al descanso. Unos tranquilos y los otros con vida, aunque fuese poca. Y todos contentos.

Un cuarto gris para sobrevivir

No había sido una primera mitad para recordar mas a España le había bastado con una pizca de coherencia y un buen puñado de destellos para cocinar la receta del éxito. Quizá el conocer de forma tan clara el camino hasta la victoria, tan despejado, coloreó de gris el tercer periodo, extremadamente monótono.

¿Qué les valía con detellos? Pues ahí estaban un canastón de San Emeterio seguido de otros picotazos de Navarro y Marc. Poco más. Polonia resistía a duras penas, siempre haciendo la goma, agarrándose a la fe de Szewczyk -5 puntos consecutivos con su firma establecían el 53-41 en el ecuador del cuarto- y a los fallos de su rival, que no acababa de encontrarse cómodo en ataque.

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No había dos jugadas de mérito seguidas para ningún equipo, por lo que ni unos remontaban ni los otros rompían. El resultado, el tedio. Encuentro trabado, sin ritmo, cuyo atractivo iba en consonancia con el aspecto de las gradas.

Polonia mitigaba por momentos la sangría en el rebote que estaba sufriendo y con Koszarek y Kelati como capitanes de la nave, sentían en sus manos por fin el ritmo del encuentro. Siempre por encima de los diez de distancia, eso sí, una circunstancia a la que puso fin sobre la bocina Hrycaniuk, con un palmeo que le daba a los últimos diez minutos de partido una emoción que pocos esperaban: 61-52. Tocaba para Polonia creerse de una vez su propia remontada.

Kelati asusta, las estrellas vuelven

Sergio Llull
simbolizaba a la perfección los nervios de aquel que se vio con la victoria en el bolsillo para acabar temblando ante aquel al que sientes inferior. Y Polonia será peor, pero cuando España se quita su disfraz de España, cualquiera tiene derecho a sentirse poderoso. Un pase a la nada del balear precedió a una jugada tragicómica, con el balón con vida propia brincando en las manos de Llull antes de acabar en las de Skibniewski, que encendía con su canasta todas las alarmas y le daba, definitivamente, vida al partido: 63-57 (min.33). De trámite a thriller sin pestañear.

Otra vez apareció él. Cuando el balón más quemaba. Cuando el murmullo se hacía más alto y los latidos se sucedían de forma más rápida. Pau, siempre Pau. El Pau de los títulos, el de los anillos, el del récords. El del carisma, el de la historia. Aquel del triple salvador en aquella pesadilla agónica contra Gran Bretaña de 2009… el mismo que media hora antes había abusado de todo el juego interior rival. Sin pensárselo, cuando el balón le llegó a las manos, se levantó más allá de 6,75. Anotó. ¿Alguien lo dudó con el balón en el aire?

Polonia vio cortada sus alas pero no se rindió tan pronto. Al fin y al cabo, su oponente solo se alimentaba a base de chispazos. Peligrosa dieta aquella. Con pocos argumentos baloncestísticos para aguantarle el pulso a España, habría que tirar de corazón. Y hoy el que vestía de rojo era Polonia. Un triple de Pamula prolongaba las constantes vitales polacas que comenzó a inhalar aire, ya sin respiración asistida, con un tiro a tabla y sobre la bocina de Koszarek. Y aún faltaba la traca final de su mejor hombre, Tomas Kelati. Horrible durante la preparación del Europeo, el ex de Unicaja y Valencia Basket se creció hasta el punto de que su sola presencia, por momentos, pesaba tanto como la de Pau en España.

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Imparable en la penetración, ese norteamericano de orígenes eritreos que parecía haber nacido en la mismísima Varsovia, convertía en sencillo el baloncesto. Si alguien salía al paso de su cabalgada hasta el aro, pase para canasta fácil del rival. Si no, él mismo se comía su guiso (73-69, min.38). No obstante, un triple en contraataque de Navarro parecía despejar el tormentoso cielo a falta de minuto y medio (77-69) pero España no estaba por la labor de las cosas fáciles y entre sus errores y la inspiración de Koszarec -5 puntos en 15 segundos-, definitivamente el final sería de infarto: 77-74.

El que dijo que la historia es ciclica pensó en partidos como este. Marchando otra de dejà vu. Pau Gasol llegaba a los tropecientos 2+1 con una canasta que parecía salvadora (80-74) pero que no contaba con la enésima pérdida de concentración de España, que alimentaba el amor propio de una Polonia inmensa que se colocó a dos tras tiros de Kelati: 80-78. Sería su último coletazo.

Navarro, el otro héroe del día, como en aquel partido al límite en 2009, no erraba desde la línea de personal y la última opción polaca murió en manos de Llull, que se desquitaba con ese robo de sus nervios de inicio de cuarto. Cuando Pau lanzaba los tiros libres finales, ya con el reloj a cero, desde el banquillo se secaban el sudor, mitad esfuerzo y mitad nervios, tras un partido cómodo que derivó en thriller por acumulación de fallos (83-78).

Hay estrellas, sí. Hay nivel, también. Y baloncesto, cuando quieren, baloncesto. Empero, los destellos ganan partidos, que no campeonatos. Eso sí, de los errores, es siempre mejor aprender ganando…

ESPAÑA 83
N Nombre Min P T2 T3 TL R.T. RD RO AS BR BP T FP VAL
*4 Gasol, P. 30 29 7/11 1/1 12/16 7 3 4 0 2 1 2 2 29
*5 Fernandez, R. 12 4 2/3 0/0 0/0 1 0 1 0 1 0 0 0 5
6 Rubio, R. 16 0 0/2 0/3 0/0 0 0 0 0 2 2 0 0 -5
*7 Navarro, J. 32 23 3/4 2/7 11/12 3 2 1 2 1 2 0 1 19
*8 Calderón, J. 12 0 0/1 0/1 0/0 4 3 1 2 1 0 0 5 0
9 Reyes, F. 6 1 0/2 0/0 1/2 2 2 0 1 0 1 0 1 -1
10 Claver, V. 9 0 0/0 0/1 0/0 1 1 0 0 0 3 0 1 -4
11 San Emeterio, F. 16 3 1/1 0/1 1/2 1 1 0 3 0 1 0 5 -1
12 Llull, S. 17 0 0/2 0/1 0/0 0 0 0 1 1 3 0 3 -7
*13 Gasol, M. 23 16 4/7 0/1 8/10 7 5 2 0 0 3 1 3 12
14 Ibaka, S. 14 7 3/4 0/0 1/1 1 1 0 0 1 1 0 2 5
15 Sada, V. 13 0 0/0 0/0 0/0 5 3 2 3 0 0 0 0 8
Total 83 20/37 3/16 34/43 32 21 11 12 9 17 3 23 60

POLONIA 78
N Nombre Min P T2 T3 TL R.T. RD RO AS BR BP T FP VAL
*4 Berisha, D. 21 0 0/1 0/4 0/0 2 0 2 2 2 1 0 3 -3
5 Lapeta, A. 10 0 0/0 0/0 0/0 1 1 0 0 0 0 0 5 -4
6 Skibniewski, R. 7 4 2/2 0/1 0/0 0 0 0 0 0 1 0 2 0
7 Waczynski, A. 1 0 0/0 0/0 0/0 0 0 0 0 0 1 0 0 -1
8 Pamula, P. 5 3 0/0 1/2 0/0 0 0 0 1 0 0 0 2 1
9 Leonczyk, P. 21 6 3/5 0/0 0/0 3 0 3 0 0 0 0 5 2
*10 Szewczyk, S. 16 10 3/4 1/7 1/1 5 5 0 1 1 2 0 5 3
*11 Kelati, T. 35 18 5/6 1/5 5/5 3 1 2 7 3 3 0 4 19
12 Szczotka, P. 16 6 2/2 0/0 2/3 3 3 0 0 0 0 0 3 5
13 Wisniewski, L. 3 0 0/0 0/1 0/0 0 0 0 0 0 1 0 0 -2
*14 Hrycaniuk, A. 30 12 5/11 0/0 2/5 9 5 4 0 1 3 0 5 5
*15 Koszarek, L. 33 19 5/7 1/5 6/7 2 2 0 2 2 5 0 1 12
Total 78 25/38 4/25 16/21 28 17 11 13 9 17 0 35 37