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Terrell McIntyre dice adiós

"La salud es una prioridad... ni un partido más". Con estas palabras, el genial base, ex del Unicaja, anuncia su retirada inmediata tras una gran carrera en Europa donde se convirtió en leyenda en Siena. Eso sí, T-Mac avisa su futuro tras colgar las botas: "En el basket pasé toda mi vida y voy a continuar"

Foto Euroleague/Getty
© Foto Euroleague/Getty
  

Redacción, 24 Nov. 2011.- T-Mac dice adiós. “Ni un partido más”. Aquejado por los dolores de las lesiones que le han lastrado en los últimos años, el genial base norteamericano ha anunciado su adiós definitivo al baloncesto en una entrevista en Italia.



Nacido en Fayetteville, North Carolina, superó una infancia difícil donde tuvo que crecer demasiado rápido, si bien el otro tipo de crecimiento, el de los centímetros, no le ayudaba precisamente a destacar en este deporte.

“Los bajitos tenemos que demostrar más siempre”
, repetía una y otra vez. Y lo hizo, vaya si lo hizo. En Clemson, donde se convirtió en leyenda, con más de 18 puntos y 5 asistencias de promedio en su última temporada, demostró que podía ser alguien en este deporte a pesar de no gozar de un físico privilegiado. Pero el tren de la NBA se le escapó y el acabó muy decepcionado.

“Llegué a Francia pero mi mente no estaba allí, estaba frustrado por no estar en la NBA. Fueron años muy malos los primeros”.
Sus números le hacían destacar en el Gravelines francés y en el Braunschweig alemán, si bien la morriña le empujó a volver a casa para jugar en los Fayetteville Patriots, donde su juego no era el del Clemson.

Foto Unicaja B. Fotopress
© Foto Unicaja B. Fotopress


En Estados Unidos, paradójicamente, recondujo su carrera. Por fin supo lo que quería. “Ahí me di cuenta de que lo que necesitaba era Europa”.

Sin nombre, volvió en 2003 sin hacer ruido y a un equipo modesto, el Carife Ferrara italiano, de la Lega 2, donde volvió a jugar con la alegría de antaño, rozando la veintena por partido. Otro equipo de la división de plata italiana, Capo d’Orlando, le firmó en la siguiente campaña y su buen rendimiento le permitió estrenarse al fin, en 2005, en la LEGA con el Reggio Emilia.

Más talento. Más McIntyre. Montepaschi Siena se dejó seducir por su potencial y ahí comenzó uno de los idilios más bonitos que el baloncesto europeo ha visto en la última década. T-Mac se convirtió muy pronto en el líder del equipo. Liderazgo, compromiso, valentía… y tarifa plana de exhibiciones, que se repetían sin cesar.

Foto Euroleague/Getty
© Foto Euroleague/Getty


“Mi objetivo es entrar en el círculo de los campeones, los que han ganado y hecho historia. Quiero ser campeón de Europa como Langdon, Holden, Bodiroga y otros. Quiero tener una imagen de jugador ganador, es por lo que trabajamos todos los días y elegimos nuestros caminos”,
afirmaba.

4 temporadas, 4 Legas. Y 3 Supercopas, amén de 2 Copas y un idilio con Europa, donde con él como pieza clave, Siena se hizo un nombre, llegando incluso a la Final Four, donde no se amilanó ni un poco: 21 puntos y 8,5 asistencias de promedio. ¡Hasta le puso a su hija de nombre Siena!

En 2010, el romance se detuvo y McIntyre aterrizó en la ACB de la mano del Unicaja, que apostó muy fuerte por el base norteamericano. La edad no fue un problema. La actitud y el talento, tampoco. Las lesiones, sí. Y qué problema. Medias muy pobres (6,9 pt por partido, 3,4 asistencias), algún destello y, eso sí, un instante que no se olvidará jamás en Málaga, el “dime-que-no-estoy-soñando”.



Este pasado verano llegó a un acuerdo con el Unicaja para romper su vinculación con el conjunto malacitano y retornó a Italia, a las filas del Canadian Solar Bolonia, donde continuaron sus problemas físicos. Aún así, su calidad le ha permitido promediar 10,6 puntos y 3,9 asistencias por partido en los 7 primeros partidos de liga. Hasta hoy.

Su cuerpo dice basta. “El dolor está ahí y no me deja jugar al nivel que me gustaría”, reconocía hace unos días. La mala noticia ha llegado esta semana. Y es que, para T-Mac, “la salud es la prioridad. Ni un partido más. Iré a Las Vegas en verano pero de vacaciones, no para jugar".

ACB Photo / M.Pozo
© ACB Photo / M.Pozo


Eso sí, más que un adiós, se trata de un hasta luego. “En el basket he pasado toda mi vida y voy a continuar. Como he dicho, no sé exactamente cómo, ya que todo sucedió muy rápido, pero todas las opciones son posibles: ayudar a los niños, enseñar mini-basket, convertirme en entrenador asistente, montar mi propio campus…”

El baloncesto esperará con ansias el regreso de uno de sus mejores intérpretes.