Redacción, 21 de agosto de 2012.- Ya sean los aficionados en Lleida, en Menorca o en Ávila. Cualquiera hablará bien del Charles Ramsdell jugador y, sobre todo, del Charles Ramsdell persona. De ese tipo afable y rubio de Oklahoma cuya altura es la única pista para adivinar su profesión. Porque, como él mismo afirma, es una de esas personas que no se llevan el trabajo consigo.
Sus años en España y su respeto hacia la cultura se reflejan en un efusivo ''¡hola!'' con el que responde a la llamada telefónica para la entrevista. Su simpatía innata se traduce en una llamada de vuelta cuando a un servidor que escribe estas líneas se le acaba el saldo del móvil. "No sé qué ha pasado tío, se ha cortado" dice preocupado. Así de ''buena gente'' es Charles Ramsdell.
El mayor reto de su carrera
"Es genial estar de vuelta en España" dice este ala-pívot de 2,08 metros y 27 años de edad. Cumplirá su sexta temporada en nuestro país, pero será su primera experiencia en la Liga Endesa. Hasta ahora ha jugado en LEB Plata y LEB Oro. Pero, cuando llegó hace un lustro al Beirasar Rosalía, ya pensaba en jugar en la élite. "Siempre ha sido mi objetivo, sí" afirma. "Mi meta era llegar a ser miembro de esta liga" dice con admiración.
Sin embargo, el cambio es significativo. "Creo que mi adaptación será buena, eso espero" comenta con voz segura. "Hay muy buenos entrenadores aquí, y junto a los jugadores, seguro que me ayudarán a aprender mucho esta pretemporada", y que así sea rápida para "llegar todo lo fuerte posible al primer partido oficial".
Según él, las mayores diferencias que encontrará entre el baloncesto de la Liga Endesa y el de Adecco Oro será "el tamaño y la fuerza de los jugadores", que se transcribe en un "mayor nivel competitivo". Ramsdell compara el ritmo y el nivel baloncestístico de la Liga Endesa con ''el de la NBA" porque "son más físicos, altos, fuertes,...". Transición en la que le ayudarán, como ya decía, "el gran grupo de personas que hay en el equipo".
Un equipo que ya conocía antes de firmar su nuevo contrato. "El año pasado, en Lleida, coincidí con varios jugadores que han pasado por el Assignia Manresa" señala, a la par que recuerda que "mi entrenador allí, Ricard Casas, fue entrenador en Manresa". "Todos hablaban de lo bien que se trabajaba aquí y de cómo disfrutaron sus años: Miqui Feliu, Paco Vázquez,... siempre estaban hablando de Manresa".
La apuesta de Oro del Assignia
"Hay inexperiencia, pero creo que se puede compensar, y es una buena apuesta". Es lo que piensa uno de los protagonistas de la gran jugada de este Assignia Manresa en el mercado de verano. Los manresanos han incorporado a cuatro jugadores provenientes de la Adecco Oro, siguiendo la línea de fichajes arriesgados de jugadores sin experiencia alguna en Liga Endesa. Aunque Ramsdell no lo ve así. "Salva Arco ya había jugado aquí, Oliver Arteaga me ha parecido un muy buen jugador cuando me he enfrentado a él y creo que se adaptará bien,..." piensa, mientras que añade que "creo que aprenderemos de los que ya han jugado en la liga, y nos adaptaremos rápidamente".
En cuanto a la apuesta manresana específica en su persona, Ramsdell se define como jugador como un ''ala-pívot que tira mucho en suspensión, que juega muy abierto", señalando que "me gusta abrir la cancha y correr a las contras". Aunque admite cierta desventaja física que contrarresta con su brega, apunta que "soy muy rápido y me gusta tirar de tres".
Para el jugador de Oklahoma, el simple día a día de la Liga Endesa será un gran reto para él. Al fin y al cabo, "este es el nivel de baloncesto más alto en el que he jugado hasta ahora" y por eso afirma que "sinceramente, tengo ganas de enfrentarme a todos los rivales y todos los jugadores". Para él, "cada rival será un reto y estoy deseando jugar cada uno de los partidos".
Un ''nerd''... malgache
Era imposible formular la pregunta de otra manera que no fuese la siguiente: ¿Cómo demonios un tío de Oklahoma acaba jugando para la selección de Madagascar? ''Oh", dice sin evitar reírse, "el entrenador de Madagascar es español (Ángel Manzano) y, como me conocía y tenía una plaza para un jugador nacionalizado, me invitó a participar con ellos" explica. Sin embargo, la opción no sale de la nada. "De hecho mis abuelos vivieron en Madagascar durante cinco o seis años, así que tengo una historia con Madagascar" indica, y añade que "mi padre también estuvo un año allá, y algunos de mis tíos también".
Si bien él nunca había estado antes en el país africano, recuerda que "cuando fui por primera vez, mucha gente recordaba a mi familia", lo cual convierte Madagascar en "un sitio especial para mí". Con su selección jugó el Afrobasket de 2011, torneo que significó "una experiencia increíble para mí". Ya no solo por el baloncesto, sino por todo lo que trascendió de él. "Estuvimos concentrados en Madagascar medio mes, o algo así, y fue genial conocer a la gente de allí, y la cultura. Jugar para su país fue increíble, y me lo pasé muy bien. Tengo ganas de repetir la experiencia" sentencia.
Todos los aficionados hablan maravillas de él. "Agradezco esas palabras" ríe, como avergonzado. "Creo que es porque no soy un jugador de baloncesto normal y corriente". ¿Qué significa eso? "Cuando no juego al baloncesto paso el tiempo leyendo libros. Diría que soy un poco ''nerd'', de hecho'' ríe al admitirlo. Su libro preferido es ''Catch-22'' (''Trampa-22'' en español), una sátira contra la guerra de Joseph Heller, uno de los clásicos de la literatura estadounidense que critica con dureza e ironía las contradicciones de los conflictos bélicos.
Además de la lectura, le gusta jugar al billar y "la historia, conocer diferentes culturas,..." En definitiva, hace cualquier cosa antes que "ver partidos, como los jugadores normales". Prefiere siempre "desconectar" y, por ejemplo, "aprender el idioma", que le gusta mucho y que controla con mucha fluidez. "Me encanta la gente de España y adoro este país, estoy muy cómodo aquí". Tan importante es España, que asegura: "Tengo más amigos aquí que en Estados Unidos".
La ciudad antes que el club
"Objetivos..." Se lo piensa para responder a la pregunta. "Puedo hablar por todo el equipo cuando digo que queremos que esta ciudad esté orgullosa de su equipo", y cree que el Nou Congost disfrutará con "la ética de trabajo y el esfuerzo que pondremos en cada partido". Todo esto porque, tal cual afirma sin dudar ni un instante, "el equipo se debe a sus aficionados".
"Me es difícil decir objetivos personales" dice Ramsdell, que insiste en la idea de "dar el cien por cien en cada partido para que la ciudad esté orgullosa de su equipo". Un verdadero jugador de equipo que dará un toque intelectual y exótico a la inminente Liga Endesa que se nos viene.