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Hopkins pisará de nuevo la pista de la Fonteta, quizás por última vez

Bernard Hopkins vuelve a la Fonteta con 39 años con el Blusens Monbus, último en activo, y todos tienen la sensación de que será el último baile del americano en Valencia

Bernard Hopkins con el balón
© Bernard Hopkins con el balón
  

Valencia, 18 Oct. 2012.- Este domingo, el partido entre invictos entre Valencia Basket y Blusens Monbús (12:15, Fonteta, Canal9) servirá para recibir a una leyenda taronja como Bernard Hopkins, en el que puede ser su último partido en la Fonteta como jugador en activo.


Se acerca la hora de comer en año nuevo y se van consumiendo las piezas en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena, Austria. Llega en Danubio Azul, preludio del fin, toca disfrutar de lo que queda.

Una inoportuna lesión de Robbie Hummel obligó a Blusens Monbús a volver a tirar mano de Bernard Hopkins, que llegó a Santiago de Compostela el pasado 23 de septiembre con un contrato de dos meses. Las casualidades de la vida, el azar, y quizás la ironía del destino, ha hecho que en esos dos meses, Hopkins vuelva a visitar la cancha del equipo que más veces ha defendido. El domingo, Bernard Hopkins volverá a pisar la pista de la Fonteta. Quizás sea la última, “podría serlo, sí”, dice "Hop".



En 2 o 3 días, decidirse, “fue así de rápido, estaba sin equipo en Estados Unidos, entrenando a chicos de la High School (16 años) y ya había cambiado el chip. No me llegué a creer que estaba retirado, y en el fondo me decía que aún me quedaba un año para jugar”. Y llamó el Blusens Monbús, “tenía una oferta de Alemania, pero es empezar de cero en otra liga, en otro país, cuando me llamaron de Santiago fue diferente, es un equipo que conozco, en el que ya estuve 2 años, así que decidí que me iba allí a jugar”.

Fue casi como empezar de cero, “porque no estaba en forma, ahora ya estoy mucho mejor, ya puedo jugar. Conozco a este equipo, a esta sociedad y eso lo ha hecho mucho más fácil”.

Y se embarcó en un proyecto ilusionante que ya acumula tres victorias seguidas, el del Blusens Monbús “es un club muy pequeño, pero se ha creado un buen grupo, de gente joven, y bueno, yo no estuve en pretemporada cuando se crea un poco esa química, pero estas cosas se ven”.

Este domingo, Hopkins volverá a la Fonteta, en la que será su vuelta número ocho desde que en verano de 2003 pusiera fin a cinco años en Valencia, ¿será la última? “podría ser la última, sí, aún queda por ver qué pasa cuando acabe el contrato y si hay alguna opción de seguir aquí o en España. Lo que parece claro es que este va a ser el último año jugando, así que es más probable que sea la última”.

Desde Santiago también se valora el inicio valenciano, “han hecho un equipo muy completo, con un buen entrenador y con buenos jugadores, eso lo va a hacer aún más difícil”.

También difícil será jugarlo, “siempre he tenido la sensación de que mi carrera empezó como tal en Valencia. Hubo un año en Gran Canaria antes, pero fue en Valencia cuando sentí que todo había comenzado”.

¿Y la gente? “Me gustaría que se me recuerde como alguien que jugó siempre a tope, que siempre quise ganar, que quise ser un líder. Posiblemente no fuese el más alto, ni el más fuerte. Y creo que eso lo valora la gente, hice muchos amigos dentro y fuera de la pista allí, y primero en las derrotas y luego ganando un título, la gente lo recuerda con cariño. Mis 5 años allí han sido los mejores dentro y fuera de la pista”.

A sus 39 años, Hopkins tendrá tiempo de bailar en su Sala Dorada particular, un último vals. Cuando el Danubio Azul finalice, sólo quedará levantarse y aplaudir al compás de la Marcha Radetzky.