Eslovenia deshace a España (78-69)

Redacción, 5 Sep. 2013.- Eslovenia había sufrido ante un equipo menor como la República Checa y España se había mostrado autoritaria ante un conjunto más potente como Croacia. Pero el Eurobasket ha demostrado atender poco a lógicas precedentes y Eslovenia, llevada en volandas por su público, ha derrotado a la bicampeona España (78-69).

Tras un trabajo de duro desgaste y de coerción del referente Marc Gasol (pese a todo, terminó con 17 puntos y 7 rebotes), Eslovenia rozó la excelencia ofensiva en la segunda mitad, donde anotó 51 puntos. Castigó a España al contraataque, sacó frutos de su agresividad en ambos lados de la cancha y terminó haciéndose con el control moral del encuentro, deshaciendo a España, que volvió a sufrir en ataque, sosteniéndose solo se sostuvo en el sufrimiento de Gasol y en los flashes de José Manuel Calderón.

Eslovenia se coloca líder en solitario del Grupo C, con 2-0, por el 1-1 de España. Una derrota en la primera fase. Nada nuevo, al fin y al cabo, en el guion de la selección española. Ni nada inesperado.


Inicio descafeinado

El ritmo trepidante del inicio no tenía relación alguna con el acierto. Tuvieron que pasar dos minutos para que Uros Slokar rompiera el desacierto. Teórico tercer interior, Slokar partió como titular, tratando de aprovechar un rango de tiro (el único de entre los pívots eslovenos) que alejara a Marc Gasol de la pintura. Con Slokar abierto, Eslovenia encontraba tiros relativamente fáciles y sacaba al coloso de la pintura, dejando más espacio para el juego de cuchillo de Goran Dragic. Aunque la facilidad de sus primeros ataques no iba reñida con el marcador.

La selección española anotaba desde el interior. Una canasta de Marc y una continuación de Víctor Claver precedieron a un triple de Rudy Fernández que daba la primera ventaja roja (7-4). Un tiro de larga distancia de Gasol –ahora con Mirza Begic como pareja de baile– completaba el parcial de 0-7, dejando patente el peligro del mediano de los Gasol tanto bajo el aro como a seis metros.

La velocidad eslovena, con el trío Dragic-Blazic-Dragic arrancando a toda velocidad, desarmaba la calma española, que sí era capaz de frenar a su rival en estático. Solo el triple de Jaka Lakovic rompía el desacierto esloveno, para empatar el encuentro a 9. Pero una acción de Ricky Rubio y otra del referente Marc Gasol sacarían el encuentro de la alergia anotadora para colocar el 9-14 con el que terminó el primer periodo.


Del atasco a Calderón

En el segundo cuarto, Lakovic ofrecía a Eslovenia una clarividencia en el estático que facilitaba la creación ofensiva, lo que obligaba a España a cometer faltas para frenar una certera circulación de balón. Precisamente, lo opuesto a lo que le sucedía a los ibéricos. Después de que anotaran Pablo Aguilar y Álex Mumbrú para poner el 12-19, Eslovenia se encontró con el acierto y la selección española empezó a sufrir de un exceso de circulación exterior, mal que viene persiguiendo al combinado de Juan Antonio Orenga a lo largo de este verano. El resultado era el acercamiento esloveno: 17-19, con fiesta en el repleto Celje Arena.

Ni el tiempo muerto de Orenga invertía la tendencia, que Bostjan Nachbar se encargaba de acrecentar (20-19). La actitud eslovena en defensa, con un punto de dureza, desarmaba a España, cuyos jugadores ya habían hecho mención a un problema en ataque tras el partido ante Croacia: “Tenemos que mejorar en ataque, porque hemos estado un poco espesos” (Sergio Llull), “No hemos estado acertados en ataque” (Marc Gasol).

Y, como si esas frases resonaran en los miedos, apareció José Manuel Calderón. Con dos jugadas de creación propia, el extremeño se inventó dos triples consecutivos que descargaron la rabia, expulsaron los temores y devolvieron la ventaja (20-25).

Volvieron a pasar minutos sin que el marcador se moviera, con la dureza aplicada sobre Gasol como elemento central de un juego de desgaste de la estrella (descansó solo cuatro segundos en la primera mitad) urdido por Eslovenia, que se colocaba en zona para tratar de obligar a España a circular eternamente. Pero volvió a salir Calderón con otro triple para resolver las dudas españolas y deshacer sin aparente esfuerzo los sacrificios rivales.

Fernando San Emeterio se encargó de disimular el tímido despertar final de Goran Dragic, y conseguir que España se marchara al descanso ocho puntos por delante (25-33). El trabajo continuamente entorpecido de Marc Gasol y el genial acierto aislado de Calderón sustentaban a un equipo que no recibía tantas facilidades como las de la jornada inaugural ante Croacia.


La doble alegoría

El tercer periodo se deslucía por completo en la dinámica de falta tras falta, que empantanaba el juego. Con Gasol atado muy en corto (al límite del reglamento), el encuentro constantemente parado y España trabajando para no desquiciarse, el marcador se colocaba en cifras ridículas. Y Eslovenia aprovechaba para recortar distancias: 31-34, tras canasta de Gasper Vidmar y Nachbar.

Después de la respuesta de un tiro de Rubio (31-36), llegó la perfecta alegoría del partido: Vidmar caminaba hacia el banquillo con la boca ensangrentada y un diente en la mano, perdido en un lance del encuentro con Marc Gasol.

Nachbar trataba de sacar ventaja de su versatilidad jugando de fuera hacia dentro, Goran Dragic desbordaba al defensor que tratara de apretarle en el 1x1... y Eslovenia seguía en el partido, aunque siempre a una distancia suficientemente lejana como para concederle a España el derecho a maniobra, teniendo en cuenta el pobre movimiento del marcador.

Entre la pobreza plástica del encuentro, surgió Ricky Rubio para inventarse una asistencia que culminó en 2+1 Marc Gasol, colocando los ocho de ventaja (34-42), máxima del encuentro. Pero apenas pudo disfrutarla, con el triple de Edo Muric y el contraataque combinado de los hermanos Dragic (39-42).

Y llegó la segunda alegoría del partido. Un choque entre Nachbar y Rudy terminaba en pique y provocaba múltiples protestas que quedaban sin sanción, en el culmen de la tensión del choque. El partido más bronco del Eurobasket, con una afición encendida y un nivel de contactos elevadísimo.



Puntos, al fin

Repentinamente, el encuentro se multiplicó. De golpe, la calidad se redobló y el marcador empezó a parecerse a eso, un marcador. Con su movimiento y su velocidad. España sacaba partido de los tiros libres, mientras que Eslovenia seguía recortando, con un nuevo triple de Muric (44-45). Hasta que los locales culminaron el trabajo de largo recorrido, poniéndose por delante a falta de un minuto para la finalización del tercer periodo: Mirza Begic anotó un 2+1 que hacía enloquecer Celje (48-47).

Eslovenia vivía su momento de máxima comodidad ofensiva, con Zoran Dragic sacando partido de su velocidad en penetración. Pero ahí, como si del segundo periodo se tratara, apareció un triple con ansias redentoras. El de Sergio Rodríguez, inédito hasta el momento. Pero la salvación repentina fue enterrada por la punta de lanza del ataque esloveno en los últimos minutos. Zoran Dragic se vio obligado al lanzamiento forzado de seis metros sobre la bocina de posesión. Y entró. Eslovenia empezaba el último cuarto por delante (52-51), tras un magnífico tercer periodo en el que anotaron 27 tantos, más que en toda la primera mitad.

Y empezó la orgía triplista. Cuatro triples consecutivos: Zoran Dragic, Pablo Aguilar, Jure Balazic y José Manuel Calderón sacaron una sonrisa al espectador. Más larga en la del español, que veía como Calderón aplacaba la pasión eslovena con un tiro tras bote que confirmaba su estado de gracia en la relación con el aro (58-61).

La misma que parecía contemplar a Goran Dragic, que primero por su velocidad al contraataque (un arma mucho más rentable para los eslovenos que para los hispanos) y luego por su facilidad para el desborde, volvieron a poner a Eslovenia por delante (63-61).


El tercer base que entraba en liza terminaba de elevar el nivel del encuentro. Eran también cuatro puntos consecutivos los de Sergio Rodríguez, que devolvían el liderazgo a España, en un encuentro ya de alternancias constantes.

En pleno terremoto de cambios en el marcador, Eslovenia tomó el liderazgo moral. Nachbar había devuelto el efectivo (70-68), cuando Sergio Llull perdió el balón y acto seguido cometió falta; Eslovenia falló el tiro, pero cogió el rebote en ataque y, pese a que no anotó, le robó el balón a España para que Goran Dragic volviera a volar al contraataque y colocara el 72-69 a falta de 1:36 para el final.

A partir de ahí, cada acción era una fiesta en Celje, de una marea verde saltando. Bostjan Nachbar (14 puntos) y Goran Dragic (18 y 7 asistencias), tormento español, hicieron el resto. España fuera de sí, en manos de una Eslovenia que culminó un trabajo de largo y deslucido recorrido (78-69).