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La ABA (y XX): Baloncesto en estado puro

Igual que la competición, esta serie que durante semanas nos ha ido presentando G Vázquez sobre la historia de la ABA llega a su fin. Un último repaso a algunos de los momentos que marcaron toda una época y a los personajes más importantes de esta liga, encabezados por Julius Erving, MVP de la historia de la ABA

Julius Erving, MVP de la historia de la ABA
© Julius Erving, MVP de la historia de la ABA
  

Corría el mes de enero de 1991 cuando en las profundidades del Denver Post aparecía un pequeño artículo a modo de entrevista (a Claude Terry) que firmaba Donna Carter bajo el sugerente título de 'The most incredible final'. Venía a relatar que el 8 de enero de 1975 restaban 11 segundos en el reloj del McNichols de Denver cuando los visitantes Spurs ganaban por 128 a 125 y el local Ralph Simpson, tras unos botes apurados, rifó desesperado un lanzamiento que repelió el aro con fuerza enviando el balón por encima del tablero y más allá de la línea de fondo. El propio Simpson se arrojó al vacío para salvar la bola y consiguió la proeza de hacerse con ella y soltarla hacia atrás precisamente donde se encontraba su compañero Claude Terry, a nueve metros del hierro. Sin pensarlo dos veces arrojó una bomba que milagrosamente fue a colarse dentro' a falta de tres segundos. El reloj se paró. El 'spur' Swen Nater creyó que el partido había terminado y habría prórroga. Se deshizo enfadado del balón desde línea de fondo (en realidad puso el balón en juego) arrojándolo de espaldas al campo; la bola fue apuradísimamente cazada por Bobby Jones, quien sin tiempo lanzó como pudo (cayéndose) y anotó una de las canastas más increíbles de toda la década. Marcador: 130 a 128. 'Entonces y sólo entonces sonó la bocina. Habíamos ganado después de anotar cinco puntos en tres segundos. La pista se llenó de gente y todos, todos, salimos a celebrar aquella locura, Fatty Taylor, Bobby, yo mismo y por supuesto, Larry Brown y Doug Moe. Nunca lo olvidaré', confesaba emocionado Claude Terry.

Entre puñados de milagros hemos relatado en realidad muy pocos en estas veinte entregas. Apuremos algo más:

Va de anotaciones conjuntas

El 1 de febrero del 69 Indiana derrota a Los Angeles por 171 a 143. No hubo prórrogas. Los Pacers anotaron 51 puntos en el último período; 60 de 70 tiros libres entre ambos; Los Angeles sumó 42 faltas personales y cinco jugadores expulsados. El 28 de octubre del 73 San Diego se impone a Memphis por 146 a 133; tampoco hubo prórrogas y ambos conjuntos registran la friolera de 117 canastas anotadas en 48 minutos. El 10 de enero del 76 Denver vence a Virginia por 155 a 128 sin tiempo extra. 18 de los 19 protagonistas sumaron más de diez puntos al término, anotando Virginia 53 puntos en el último cuarto de juego, los mismos que Pittsburgh ante los Floridians el 18 de marzo del 72 (155 a 139); 52 en doce minutos anota Memphis el 14 de enero de aquel año para perder ante Indiana por 135 a 120. Los mismos Pacers alcanzarán los 177 puntos sin prórroga para dejar a Pittsburgh en 135 el 12 de abril de 1970. Unos meses después, el 22 de diciembre, Texas anota 160 puntos registrando diez de sus jugadores dobles figuras dejando a Carolina en 132 puntos. Precisamente Carolina pierde ante Utah el 19 de octubre del 71 por 150 a 93, pero es que al iniciarse el último cuarto, la diferencia era tan sólo de diez puntos.

Sigamos (resumiendo drásticamente). El 30 de noviembre del 74 Kentucky derrota a San Diego por 109 a 100. En todo su casillero hay que reseñar únicamente 6 tiros libres anotados de tan sólo 9 intentados: todo lo demás son canastas en juego. El 8 de diciembre del 72 New York se impone a Virginia por 126 a 124 con un 70 por ciento de acierto en tiros de campo. Puede que la mayor orgía anotadora de aquella liga se desatara en el primer cuarto del San Antonio-Memphis del 5 de febrero de 1975: cuando suena la primera de las cuatro bocinas, el marcador reflejaba un 49 a 45 (¡94 puntos! en 12 minutos). En realidad, ¿qué cabe suponer de una competición donde la mínima anotación conjunta en nueve largos años tiene lugar en el séptimo partido de las Finales del 73 al derrotar Indiana a Kentucky por 88 a 81?

Va de prórrogas

El 28 de diciembre del 69 Dallas vence a Miami por 136 a 134 tras prórroga. Los Chaparrals suman 19 puntos por 17 de sus rivales anotando entre ambos nada menos que 36 puntos en cuatro minutos y medio. Por contra, el 15 de diciembre del 67, Houston se agota brutalmente en el tiempo extra logrando una única canasta ante Kentucky, que anota 16 y vence por 109 a 95. Houston parece evadirse inexplicablemente por momentos pues tres semanas atrás, el 24 de noviembre, Pittsburgh cierra ante ellos el primer cuarto con un parcial de 43 a 9.

Va de' ABA

El 15 de febrero del 68, la máquina de disparar 'triples de racimo' más alocada de la historia, el pequeño Les Selvage, de los Amigos de Anaheim, se tira nada menos que 26 (acertaría 10) para perder con Denver por 142 a 108. El 29 de noviembre de aquel mismo año Oakland pierde hasta 40 veces el balón y aun así vencen a Kentucky por 133 a 109 (como tocados por la divinidad, los Oaks ganarían el anillo aquel año).

Les esperaron dos años a la vuelta de la esquina

El 26 de octubre de 1972 tiene lugar en Hammtrack un partido infame, desgraciado, maravilloso. Cuando sonó la campana, el marcador del 'ring' reflejó un Virginia 155, Denver 111. Entre patadas y puñetazos, los Squires consiguen anotar 53 puntos en el último cuarto. Siete jugadores de Denver fueron expulsados tras cometer nada menos que 56 faltas y se acude 92 veces a la línea (74 puntos en tiros libres). Fue tal la confusión que la ABA cortó por lo sano y declaró aquel caos como partido nulo. El resultado oficial fue de 2 a 0 para Virginia.

Dos años después, el 23 de noviembre del 74, ambas bandas reverdecen una cuenta pendiente, esta vez, en Colorado. Denver se lleva ahora el gato al agua: 122 a 110, pero nadie se irá de rositas. El partido se juega nuevamente en un cuadrilátero donde se reparten entre todos nada menos que 67 faltas, muchas de ellas flagrantes, provocando una decena de tanganas y ¿tan sólo' cuatro expulsados por devolver intencionadamente puñetazos' dos años después. 'Suspender el partido? 'Sanciones? Qué va, nadie coge ya el teléfono en los despachos.

Nada como estos desesperados ejemplos para llegar al fondo de lo que se pretende en esta última entrega, subrayar por última vez, con más fuerza que nunca, que no ha habido en el siglo largo de Historia de este juego una competición más naturalmente inclinada a explorar el inmenso continente de lo posible que es el Baloncesto' que la ABA. Ninguna. Con apenas el 15 por ciento de vida respecto a la NBA (9 años por 57 a día de hoy), puede que la ABA escenificase más del 70 por ciento de los recursos que pueden ofrecer diez jugadores de baloncesto en 48 minutos de juego. Una especulación arriesgada sostenida en el hecho de que muchos registros basados en la producción en tiempo de juego no han sido todavía igualados. Con el triple, con el tricolor, con el 'hagamos el amor al aro y la guerra a la NBA', la ABA nació libre sin querer, como una hermosa Revolución, animando a sus nativos (y a quien llegase) a una disposición libertina, relajada, generosa, creativa' violentamente libre.

La rebeldía de la ABA alcanzó tal grado que todos sus milagros se produjeron ante la escandalosa paradoja de articular el juego en un tiempo de posesión inútil, 30 segundos, un reclamo general a la desobediencia. Los luminosos de pista apenas si dejaron en cueros un solo dígito del tiempo de juego.

Puede que la explosiva combinación de autoridad relajada y Talento fuese el detonante de que en la ABA, con decenas de ligas fallecidas atrás, se desatara un Baloncesto ardiente, abierto, anarquista (no anárquico), por primera vez desde 1891. 'La NBA era una sinfonía; todo estaba escrito 'señala Ron Grinker, representante de jugadores entonces-. La ABA era puro jazz, improvisación. En esta liga, la gente no sabía muy bien qué es lo que haría al tener ocasión de hacer algo, así que por lo general sentían algo y lo ponían en práctica. Así era la ABA'. Subraya igualmente Peter Vecsey que al asistir a algún partido de la ABA, uno 'sabía que iba a ver algo especial'.

Resulta fácil entender que cuando en los últimos setenta Díaz Miguel ilusionaba a sus alumnos del Ramiro con los tesoros del otro lado del charco, cuando no eran ni Smith ni Carnesseca ni ningún otro hermético estratega quien mostrase la pantalla, espetara urgente: '¡Ojo, que esto no es serio!', como queriendo salvar a los chicos de aquel 'baloncesto de dos rombos'. En efecto, no era serio, formal, sangre europea, cuadriculado baloncesto de pizarra. Era NBA o en el mejor caso, un mal necesario para Antonio, ABA: 'Entretenéos ahora'. Claro: y es que no ha habido jamás una divergencia mayor entre dos baloncestos que el que se ha llamado FIBA y aquel armónico desorden de la ABA. El analista americano, de urgente teclado comercial, a menudo olvida que ignora mucho. Cuando los Knicks de Pitino presionaban el triple en los últimos ochenta, se abalanzó la prensa a considerar aquello una novedad grandiosa cuando la mitad de los equipos de la ABA ya desplegaban no sólo esa presión al perímetro, sino las 'pressing deffenses' por todo el campo y las 'trapping' con dos y tres hombres. Esto viene a subrayar el histórico desahucio a que fue sometida la fértil experimentación de aquella liga muerta ('Sólo existe lo que la Televisión exhibe', sanciona el maestro García Calvo). Cuando el 3 de febrero de 1973 Virginia derrota a Memphis por 142 a 125, el casillero de los Squires registra nada menos que 51 asistencias. En la ABA, el tricolor circuló libre como ningún balón en ningún otro modelo de juego. Los jugadores, como piezas vivas, parecían deslizarse con patines en todo momento.

No extraña así esta aplastante sentencia de Charlie Scott: 'Cuando aterrizamos en la NBA, nos dimos cuenta de que allí se jugaba' andando'. O esta otra de Billy Cunnhingham: 'Jugué en las dos ligas y puedo decir sin duda que el impacto de la ABA sobre la NBA fue tremendo. Los jugadores y técnicos de la ABA forzaron un ritmo mucho más rápido de juego, elevaron mucho el balón sobre el suelo, crearon un tipo de baloncesto mucho más excitante, que es el que hoy se puede ver en la propia NBA'. La NBA no tuvo ningún reparo en humillar a la ABA y a la ABL de los primeros sesenta al considerar el triple como una estupidez intolerable, pero curiosamente erotizada por el juego abierto que la nueva amplitud de espacios ofrecía, resucitó la idea tres años después. 'Si ves algunos jugadores del último tercio de ABA 'reclama Hubbie Brown- compruebas cómo disponíamos de mayor talento que la NBA. Nos enfrentamos a ella en varias cosas y recursos que no utilizaba. Les arrebatamos incluso a los mejores árbitros (Vanak, Madden, Drucker, Rush). Menos el balón, todo aquello lo recogería después la NBA'. El hoy entrenador de Memphis, con más de una década de experiencia después en la liga rica, se muestra aún expeditivo sobre su más preciado tesoro: 'Sigo pensando que el mejor equipo que he tenido jamás a mi disposición fueron aquellos Colonels', sus campeones del 75, Dampier, McClain, Wil Jones, Issel y Gilmore.

La implacable ley del Tiempo irá segando lenta y segura las vidas de todos aquellos supervivientes de la única comuna libertaria que ha dado nuestro Juego (muchos han muerto ya' pero casi todos hablaron). Brindémosles con urgencia la tribuna para dar término a este homenaje:

GENE LITTLES (1969-75) Jugador

'Teníamos el sentimiento, acertado o no, de que éramos iguales sino mejores que la NBA. La única diferencia de verdad es que ellos tenían Televisión y nosotros no'.

LARRY BROWN (1967-76) Jugador y Entrenador

¿Amo y siempre amaré la ABA. Fue la mejor cosa que pudo sucederme en toda mi vida porque me dio la oportunidad de entrenar a nivel profesional cuando todavía era yo apenas un jugador. De no haber sido por la ABA, puede que nunca hubiese entrenado, pero observa estos nombres a quienes les sucedió algo similar a mí: Hubbie, Moe, Loughery, Bianchi, KC Jones, Nissalke, Albeck... Piensa en sus carreras después en la NBA. 'Cuántos de ellos hubiesen tenido la oportunidad de no haber sido por la ABA?'. Al año de morir la ABA, Tom Nissalke es nombrado técnico del año al elevar a sus Rockets al podio de la Midwest.

BILLY CUNNHINGHAM (1972-74) Jugador

'Abandoné Philadelphia en la NBA para recalar en la ABA y en Carolina pasé dos de los años más divertidos de toda mi carrera. La gente miraba allí mucho por los demás. Todo era como más auténtico. Me sentí como si hubiera vuelto al ambiente universitario. Era esa clase de atmósfera la que nos rodeaba a todos. Terminé mi carrera en la ABA y me siento orgulloso de haber podido contribuir al menos algo a su supervivencia'.

RICK BARRY (1968-72) Jugador

'Llegué a jugar partidos en los que había más gente en los banquillos que en las propias gradas. Tienes que amar mucho este juego para sobreponerte a situaciones así y seguir dándolo todo en pista'. Esto lo dice quien se casó con la hija de su entrenador en la Universidad de Miami, Bruce Hale, y siente en 1967 el feliz ánimo de prometer a su suegro un favor, algo especial, firmar por el equipo que él dirigía desde el banquillo, Oakland. Un año después, suegro y yerno coinciden allí y delegan en Hannum la tarea de pista. Como en un sueño, los Oaks logran ganar el título ese mismo año.

DOUG MOE (1967-76) Jugador y Asistente de Larry Brown

'Sin duda alguna, uno de los disgustos más grandes de mi vida fue asistir a la muerte de nuestra liga y entrar a formar parte de la NBA. La NBA era una liga de señoritos (los dos últimos partidos del McNichols (4 y 11-V-76), Denver y New York juegan con el mismo balón con que entrenan, y la cuña blanca aparece incluso manchada por mero desgaste). Escucha, esto que digo es muy serio. Vimos mucha basura en aquella poderosa liga. No había camaradería de ningún tipo. Muchos jugadores de la NBA iban a lo suyo y estaban convencidos de que sabían jugar a esto y hacerlo además duro. ['] Fue en los años ochenta cuando la NBA estalló de veras internacionalmente como una competición de espectáculo puro, pero curiosamente todo aquello por lo que destacó la NBA lo habíamos hecho ya en la ABA, desde los All Star a la línea de tres puntos e incluso los shows más bizarros. Ahora la NBA es como la vieja ABA. ¡Diablos! La ABA perdió la batalla pero ahora me doy cuenta de que ganamos la guerra porque la NBA de hoy día sobre la pista es un reflejo de nuestra añorada ABA'.

Del 21 de septiembre de 1971 al 21 de octubre de 1975, equipos NBA y equipos ABA se enfrentaron en 154 ocasiones. La NBA obtuvo 76 veces la victoria, la ABA, 79.

BOB COSTAS (1974-76) Locutor St Louis Spirits

''La mística de todos aquellos jugadores de la ABA que no tuvieron nunca una oportunidad en la NBA. Nadie nos veía salvo los que asistíamos en directo. ['] La ABA estaba llena de artistas que nunca fueron apreciados porque no podían ser vistos. Esto dolía de veras pero todos intuíamos que algún día todo lo que allí se hacía sería mostrado como una obra maestra en el Louvre'. ¡Que ACB.COM tome, pues, tan majestuoso reclamo!

JULIUS ERVING (1971-76) Jugador nombrado unánimemente MVP de la Historia de la ABA

¿'Qué había de malo en que todos corriéramos como locos dando así ocasión de jugar a muchos jugadores pequeños? ['] Amaba cada minuto que jugaba. Y creo que todos participábamos de esa misma sensación. Allí se jugaba para ganar, de acuerdo, pero también para divertirse, para entretener a la gente, quizá más todavía que en la NBA de hoy día. ['] Cuando nos fusionamos, notamos como una cierta condescendencia de la NBA con nosotros', cuando en realidad equipos como Denver (campeón de la Midwest) o San Antonio (44-38) se colaron con tremenda facilidad en Playoffs. ['] Creo que la NBA posterior fue una versión ampliada y segura de lo que fue la ABA. Empezaron a jugar después con el estilo libre que nosotros pusimos en práctica. La verdadera diferencia estribó en su mayor número de recursos. La NBA no fue después más que una ABA a una escala mucho mayor'.

Cuando la poderosa NBA desarma por completo al rival ya muerto y comienza la temporada 1976-77, 63 de los 84 últimos jugadores de la ABA pasarán a la liga rica. La ABA muere aplastada por una losa de entre 50 y 75 millones de dólares, la deuda más grande en la historia de una competición de baloncesto. Victoriosa y cruel, la NBA se ensaña con la debilidad de los cuatro prisioneros supervivientes y les estrangula con un canon de 3 millones de dólares para poder entrar en la liga rica. Del 22 de mayo al 5 de junio, Portland y Philadelphia disputarán las series Finales de la NBA. Cinco de los diez titulares presentes en los seis partidos, serán jugadores ABA (Erving, Lucas, Twardzik, McGuinnis y Caldwell Jones).

El 13 de febrero de 1977 la Mecca de Milwaukee acoge la 27ª edición del All Star Game de la NBA. Julius Erving despliega un partido tremendamente serio, compitiendo como al margen de la fiesta, y consigue anotar 30 puntos y capturar 12 rebotes. Al término Larry O'Brien baja a la pista para hacerle entrega del trofeo al jugador más valioso. Dr J continúa muy serio, casi hosco. Nadie se ha movido de su asiento y el parqué y graderíos están repletos de gente. Cuando la ovación afloja, alguien le cede un micrófono a Julius. Lo agarra con fuerza. Se toma unos segundos. Va a decir algo. Parece que va a ser breve:

'Acepto este trofeo en nombre de todos aquellos que formaron la ABA y ya no están aquí con nosotros' Thank you very much'.

Sin entenderse demasiado aquella proclama, la inercia del aplauso se hizo como más pesada. Pero en aquel preciso instante George McGuinnis, George Gervin, Bobby Jones, David Thompson, Dan Issel, Rick Barry, Don Buse, Billy Knight y Maurice Lucas, los pocos lisiados de guerra allí presentes, no pudieron evitar conmoverse en silencio ante un gesto' tan enormemente noble.

FIN

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'Tomo el pulso a la vida que rara vez se ha manifestado (al gran orgullo del hombre en sí)'. Walt Whitman (1819-1892)

Gonzalo Vázquez
ACB.COM