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Belgrado Connection (II)

Esta es la segunda parte de la historia de un jugador de Primera División y a la vez entrenador de cantera que en septiembre de 2001 decide marcharse a vivir a Serbia & Montenegro, donde actualmente trabaja (imparte conferencias, ha escrito un libro...), juega (KK Zvezdara-Olimp de Belgrado) y hasta está realizando el Curso de Entrenador en la prestigiosa Escuela Yugoslava (en la web del club UGT Almozara zaragozano se debate frecuentemente sobre estos temas). Hablamos de José David Gros

José David Gros está preparando su futuro como entrenador en la prestigiosa Escuela Yugoslava
© José David Gros está preparando su futuro como entrenador en la prestigiosa Escuela Yugoslava
  

Mi experiencia como jugador 'yugoslavo'

"Sería genial si pudiese competir, jugar partidos. La legislación me impide hacerlo, pero como me he adecuado bastante a la situación igualmente he aprendido muchísimo entrenando durante estas dos temporadas y pico. La competitividad la mato en mis estancias en Barcelona, en el CB Coll, que me tramitó una ficha hace tiempo y después de Navidades participé con ellos en su liga (también en algún encuentro a principios de campaña), lo cual tengo que agradecerles. Ahora, en febrero, estaré tres partidos más para ayudarles en su objetivo de subir a Primera Catalana. Aquí, aparte de la imposibilidad de vestirme de corto los fines de semana, entreno como uno más para intentar aprender lo máximo posible. Además, desde primavera hasta septiembre me gusta patearme el baloncesto callejero. Así lo hice en Novi Sad y pronto repetiré en Belgrado, ya que me han hablado muy bien de un barrio (Nuevo Belgrado), donde me perderé cuando llegue el buen tiempo. Dicen que el famoso látigo de Bodiroga, heredado de Danilovic, lo vieron los jugadores profesionales en las canchas de Novi Beograd.

En cuanto al trato, la recepción ha sido complicada porque, además de la diferencia cultural y de idioma, me he encontrado siempre con otra generacional. Para que os hagáis una idea, mi equipo está compuesto en su mayoría por jugadores del 85 y 86. Y eso se nota. Gente de mi edad jugando hay muy poca y están compitiendo en las dos primeras ligas, en el extranjero o lo han dejado ya. Hay que tener en cuenta que en la tercera y cuarta categorías hay un cupo máximo para baloncestistas que superen una cierta edad (no puede haber más de tres mayores de 24 años por club), lo cual rejuvenece mucho los campeonatos. Con los extranjeros se portan bien: son bastante acogedores y cálidos una vez que te conocen y superan los recelos iniciales.

En cuanto a las diferencias respecto a los jugadores españoles, yo diría que la principal es que son capaces de hacer más cosas y no están tan especializados. El asunto es que en un país donde el deporte fue el opio del pueblo, esa cultura está muy interiorizada. No hay problemas por llevar al chaval cuatro veces a la semana a entrenar. Y luego hay algo innato en esta gente para cualquier actividad. De lo contrario, no se entiende que con las instalaciones que tienen y con lo que han pasado, estén ganando mundiales y europeos en deportes colectivos (en individuales, el déficit económico y de instalaciones se nota muchísimo más). Lo cierto es que aquí todo el mundo sabe jugar al baloncesto, incluso quienes no han estado nunca en un equipo. Muchos no tienen talento o una gran calidad, pero cometen muy pocos fallos. Situémonos cada uno en nuestra ciudad: 'cuánta gente que no ha cogido un balón en su vida juega medianamente bien? Yo creo que muy poca. No sé, es como si en en los Balcanes existiera una especie de sexto sentido para este juego. Bueno, en realidad yo creo que para todos los deportes. Es impresionante. En España, cuando nos viene un jugador con catorce o quince años, el 99% de las veces nos echamos las manos a la cabeza por la coordinación y el conocimiento del juego que demuestra. Suelen ser casos perdidos por la cantidad de movimientos no adquiridos; en Serbia, no. Aquí parece que aprenden en la cuna. Llevan el deporte en la sangre: coordinados, intuitivos, listos... Es uno de los secretos que incluso los profesores de la escuela no saben explicar.

Por otro lado, me ha sorprendido mucho la madurez de los chicos de categorías inferiores, su saber estar en la pista. Fuera de que tengan mayor o menor calidad, desbordan naturalidad, fundamentalmente por dos motivos: uno, obvio, que se pasan muchas horas jugando en la calle; y dos, el mimetismo. Se mejora mucho imitando, sobre todo si estás rodeado o influido por jugadores de gran nivel. Si estás viendo desde pequeño a jugadores serbios, es más fácil que acabes jugando como ellos, 'no? Además estos niños son mucho más responsables. Para entendernos, tienen menos tonterías en la cabeza y ven siempre el baloncesto como una profesión de futuro, algo con lo que uno puede ganarse la vida. Está claro: si un cadete de nuestro país que está en selección no llega a ser profesional, seguramente tendrá otras salidas, pero aquí el panorama está más complicado. Bastante más.

También me gustaría destacar que en todos los equipos que he visto hay un jugador que asume gran parte del juego (y de responsabilidad) por orden del entrenador. A él se le exige más que al resto y todo esto se traduce en que ya desde benjamines o alevines se está intentando buscar quién es el mejor jugador. Se da mucha importancia a la figura del líder deportivo. ¿Qué os parece? En mi experiencia como entrenador de críos, escogí el criterio de repartir el tiempo en cancha de forma más o menos parecida (si tenía diez jugadoras, todas jugaban dos cuartos). Así que podéis imaginar lo que me choca encontrarme con esto cada vez que veo un partido de minibasket".

Un futuro como entrenador

"Creo que, de una forma u otra, siempre voy a estar relacionado con el baloncesto, pero no es nada fácil poder entrenar y vivir de ello en España. Otra opción es la de trabajar en cantera, que es lo que más me gusta. Durante mis experiencias me he dado cuenta del déficit de programación y planificación que existe en los clubes en cuanto al trabajo a desarrollar 'a dónde queremos llegar con los jugadores y cómo queremos hacerlo' para conseguir el mejor resultado posible.

Como técnico, intento ser siempre coherente. Me refiero a no exigir cosas que no hemos entrenado. Es algo que en categorías de formación me saca de quicio: ver a algún colega que exige X y luego ves sus entrenamientos y no entrena X. También me gusta implicar a los jugadores, comunicarme con ellos, ser didáctico y bastante exigente a la vez porque ésta es la única forma de mejorar.

Sobre mis gustos respecto a los más conocidos, me quedo con Phil Jackson (Bulls y Lakers) por su capacidad para dirigir a grandes estrellas y que éstas le respeten. Un entrenador considerado por sus jugadores tiene mucho ganado. De los españoles, Aíto García Reneses me parece uno de los grandes: yo creo que debe tener algún antepasado serbio por lo analítico que parece y, lo más importante, porque casi siempre ha conseguido éxitos jugando buen baloncesto. Por esta unión de juego y resultados, también me gusta Edu Torres. Y por la vistosidad de los equipos que ha dirigido, Alfred Julbe.

Yo aquí en Belgrado no estoy entrenando a ningún equipo. El problema es el idioma. Si bien he conseguido sobrevivir con el serbio, aún no me veo con la soltura suficiente como para trabajar con un grupo de chicos.

Anécdotas con el idioma las tengo a patadas, como cuando vas al mercado y pides que te pongan medio kilo de 'español' (panac) en lugar de pedir medio kilo de 'espinacas' (spana). Claro, la mujer te mira incrédula y tú las primeras cincuenta veces repites la palabra hasta la saciedad, hasta que ella la pronuncia directamente o hasta que se parten de risa en tu cara y te decides por el lenguaje internacional: el digital, es decir, el de señalar con el dedito, y a poder ser con el índice. No hay duda de que semejante handicap reduce mucho mi capacidad de comunicación, máxime con lo expresivo que soy yo.

Mi idea, por tanto, es participar en algún sitio como asistente, para lo que ya he mirado alguna cosilla, aunque no me ha convencido del todo, pues lo que busco es estar con alguien que de verdad pueda enseñarme cosas. A ver si tengo suerte".

La Copa Radovan Korac de Serbia y Montenegro

"Se celebró en Novi Sad entre el 24 y el 28 de diciembre y la épica victoria del Estrella Roja pilló por sorpresa. Eso sí, ganaron a todos los favoritos (Partizan, Refleks y Vojvodina), con lo cual fueron justos vencedores. El técnico Sagadin utilizó su amplio banquillo para llevar los partidos a un número elevado de faltas y a ello se añadió la fe de sus hombres hasta la última jugada (que les llevó a forzar tres prórrogas con partidos casi perdidos). También es verdad que los otros equipos no sentenciaron cuando tuvieron su oportunidad. Y ya sabemos una de las leyes del deporte: el que no quiere ganar, acaba perdiendo.

Sin duda, ha sido la mejor de las tres Copas que he visto desde que estoy en Serbia. El nivel general de los equipos ha mejorado bastante. Te puedes dar cuenta de ello con sólo ver sus prestaciones en Europa. Después de una década de los noventa extraña a nivel de participación en competiciones internacionales, los últimos años están suponiendo un paulatino regreso a la escena continental. Aunque están todos muy alejados de poder lograr triunfos, demuestran que su fórmula con jóvenes nacionales es buena, que realmente siguen trabajando bien. A poco que la situación económica de los clubes mejore, y para ello será importante el papel de los jugadores que han hecho carrera y cartera en la NBA, creo que el campeonato liguero estará entre los cuatro mejores de Europa sin muchos problemas. Tiempo al tiempo".

Seguir el basket ACB desde Belgrado

"Yo lo hago. Ahora, con las retransmisiones de TVE, puedo ver los partidos del domingo a medianoche, en diferido. Y TV3 a veces repite con una semana de retraso algún encuentro de Euroliga o de ACB. Todo por satélite, claro. Luego con las coincidencias en la Copa ULEB también han pasado por nuestras pantallas esta temporada el Etosa Alicante o el Adecco Estudiantes. Sigo con especial cariño, por cierto, la trayectoria del CAI Zaragoza, a ver si sube a ACB, que la ciudad se lo merece. Tampoco me olvido del Centro Natación Helios o del UGT Almozara, por tener en esos sitios una parte de mi corazoncito.

Aquí el interés por el deporte en general es superior al que se tiene en España, así que en los diarios deportivos se presta mucha atención a la ACB, sobre todo al devenir de los equipos entrenados por serbios o donde militan estos jugadores. Además, existe una forma muy curiosa de seguir el deporte español: las casas de apuestas. Aquí se juega por todo, al estilo inglés. Puedes hacerlo a la diferencia de resultado al final del partido, al descanso, al máximo anotador' Una locura. Tengo un amigo danés que se pasó todo el Europeo de Suecia jugándose la pasta. Hay que vivirlo, de verdad".

Nombres propios

"Como dice un profesor de la escuela, un talento es aquel al que a la calidad que atesora le añade capacidad de trabajo. Ese es el auténtico talento porque tiene margen de mejora en el futuro. La calidad nunca podrá mejorarse sin capacidad de trabajo. Por eso dudo de Milicic y, sin embargo, apuesto por Krstic.

El crack que viene parecer ser Aleksandrov (campeón de Europa cadete en Madrid durante el pasado mes de julio). Empecé a oír cosas de él a partir de este verano, así que cuando le vea jugar 'aún no lo he hecho, disculpas por no traer los deberes terminados' enviaré algún articulillo a acb.com. De momento, por aquí ya se dice que podría ser el primer europeo en ser número uno del draft. Ya se verá.

Pero volvamos a Milicic, un joven todo potencial, pero que nunca dominó la Liga Yugoslavia ni convirtió en campeón a su equipo. Hace poco leí una entrevista con Larry Brown, entrenador de los Pistons, en la que decía dice que Darko ¿número dos del draft, recuerdo' «es demasiado joven y no está preparado para jugar». Y ahí lo tienen, calentando banquillo en Detroit, mientras ve jugar a Rebraca, Okur y Wallace. Por eso yo me pregunto: 'para qué te fuiste? Sin ir más lejos, Vujanic (máximo anotador de la Euroliga en la primera fase de la temporada pasada con el Partizan y actualmente en el Skipper Bolonia), argumentó que no se iba a los Knicks para estar sentado, que no tenía prisa, que prefería curtirse en Europa un par de años más, con mayor carga de entrenamiento que de competición, pero mejorando lo que aún le falta (defensa y dirección) para marcharse como un base importante. Sin embargo, Milicic se cegó con la NBA, no quiso ir al Europeo para preparar la temporada (le llovieron chuzos desde Serbia por esto) y ahora se demuestra que un añito en el banco no va a ser lo mejor para su evolución. No olvidar que sólo tiene 18 años. 'Estoy preparado? Esa debería ser la eterna duda de los que quieren ir a la NBA, competición que da un margen de mejora desde la cancha de juego, pero no desde el entrenamiento. Distinto caso es el de Cabarkapa, que ha hecho como Milicic, pero cuya madurez mental 'y también un mayor minutaje en su equipo' le confieren una progresión superior en este mismo ejercicio.

Sobre Gurovic, parece ser que su decisión de venirse a Serbia se debió a que su padre está enfermo. Sé que ya había firmado con el Tau, pero por aquí no se le dio mayor trascendencia al tema. Lo importante para la prensa es que ha venido a la Liga Nacional un gran jugador que siempre lo da todo cuando juega con la selección y, precisamente por eso, es muy apreciado entre la gente. Yo creo que ha hecho más competitivo a su equipo, el Vojvodina, porque aporta cierto carácter ganador. Eso sí, en la Copa la fastidió fallando un tiro libre a falta de ocho segundos con el que, de haberlo transformado, no hubiesen llegado a la prórroga contra el Estrella Roja. Hace poco realizó otro buen partido ante el Partizan (36 puntos, 20 de ellos en el último cuarto), para infligir a los blanquinegros su primera derrota. Seguro que dará lo mejor de sí en la segunda fase y, especialmente, en los Playoffs. Es el líder del plantel, sin lugar a dudas. Ahora se oyen comentarios de que podría estar a punto de firmar un preacuerdo con un club griego (¿Olympiacos?). Claro que para lo que vale su firma...

Y poco más me queda por contaros. Que sepáis que me gustaría volver a España y que mi experiencia sirviera, aunque sólo fuese en un uno por ciento, para que se dé mayor importancia a la formación de los nuestros entrenadores. Y a nivel personal, mi sueño sería vivir por y para (y también de) el baloncesto. Hay una de esas frases grandilocuentes que viene a decir que un hombre tiene que saber para qué ha venido a este mundo. Pues bien, yo cada vez estoy más convencido de que mi pasión y mi espíritu se hallan en este juego. Por eso seguro que toda la vida estaré relacionado con él. Espero que vosotros lo veáis.

De sueños se vive. José David".

Belgrado Connection (I)

Mateovic
ACB.COM