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Una semana en el nido de los "EuroRaptors"

Toronto se ha convertido en el centro de atención para los aficionados españoles en la NBA. La presencia de Jorge Garbajosa y José Manuel Calderón y unos Raptors que apuestan decididamente por el “European Style”, acerca a los seguidores a la joven franquicia canadiense. Pero.. ¿cómo es el mundo NBA en Toronto, única ciudad canadiense con un equipo en la liga y con el hockey hielo como deporte estrella? Javier Ortiz, periodista extremeño, nos cuenta su experiencia y anécdotas tras una semana en el “nido” del dúo español

El Air Canada Centre de Toronto, visto desde el CN Tower
© El Air Canada Centre de Toronto, visto desde el CN Tower
  

La silueta del Air Canada Centre no destaca en la zona cerca del lago Ontario. Incrustado en el distrito financiero de Toronto, conectado directamente con la Union Station –el Atocha o el Sants de aquí, para entendernos--, el exterior del pabellón palidece al lado del Rogers Centre Skydome –la típica “arena” americana con techo voladizo—y, sobre todo, la espigadísima CN Tower, la torre más alta del mundo con 553 metros. Sin embargo, el interior del Air Canada impresiona la primera vez que entras dentro: no es el hangar acristalado que promete desde fuera, sino un tremendo recinto excavado en el suelo con capacidad para 20.000 espectadores, con palcos privados y una galería comercial bajo las gradas en la que destaca el olor a palomitas de mantequilla. Es donde se cuecen los sueños y se escenifica el momento decisivo de las carreras de dos españoles que han llegado a la ciudad más importante de Canadá para hacerse un sitio en la NBA. José Manuel Calderón, que aterrizó hace un año, y su socio, Jorge Garbajosa, hacen historia estos días convirtiéndose en la primera pareja de compatriotas que actúa en la liga norteamericana. Los Toronto Raptors los tienen como actores principales de una experiencia inédita: han formado un equipo con cinco jugadores europeos, además de Anthony Parker, el alero dominador de la Euroliga en los últimos años con el Maccabi.

No es extraño ver banderas españolas en las gradas del Air Canada Centre
© No es extraño ver banderas españolas en las gradas del Air Canada Centre
“Uno, dous, tres, Joge Gabayosa”. El speaker del ACC celebra en un esforzado español los triples del exjugador de Tau y Unicaja, que en pocos días se ha ganado la consideración de aficionados y medios de Toronto. Indiscutiblemente es el primer relevo interior para suplir a Chris Bosh y al esloveno Rasho Nesterovic, por delante del número uno del último “draft”, el italiano Andrea Bargnani. El aceptable papel de Calderón la pasada campaña en equipo perdedor, sólo enturbiado por las lesiones, le ha allanado indudablemente el camino.

La relación entre ambos es casi simbiótica, también dentro de la cancha. Viven en el mismo edificio, en dos funcionales apartamentos en John Street, muy cerca del pabellón. Casi podrían ir andando a entrenar si no fuera porque a cada paso tienen que firmar autógrafos. A pesar de la fuerte competencia de los Toronto Maple Leafs de hockey sobre hielo –curiosamente, propiedad que la misma empresa que los Raptors--, el baloncesto se ha convertido en un
Las camisetas de Calderón y Garbajosa, juntas en las tiendas de los Raptors
© Las camisetas de Calderón y Garbajosa, juntas en las tiendas de los Raptors
deporte de referencia en la ciudad. Poco importa que el equipo lleve cuatro años sin jugar los Playoffs y que pocos hayan olvidado el traspaso de Vince Carter a los Nets hace año y medio: el Air Canada Centre se llenó en el primer partido en casa de la temporada, ante los Bucks, y casi lo hizo en el siguiente ante San Antonio.

La buena pretemporada –con siete victorias y una derrota—ha influido positivamente. Los Raptors aparecen como un elemento integrador en una sociedad multicultural que acoge a numerosísimos inmigrantes. “Hoy me he sentido como en casa, casi como cuando celebro los goles del Steaua”, contaba tras la victoria ante Milwaukee Andrei Furnica, un rumano que lleva un par de años en la ciudad. A él también le encantan Calderón y Garbajosa, que participan a menudo en actividades que organiza el club para la comunidad.

El esparadrapo y la cena
Hay quien ya ha puesto un esparadrapo y el nombre de Garbajosa sobre el de Carter
© Hay quien ya ha puesto un esparadrapo y el nombre de Garbajosa sobre el de Carter
Algunos hasta han sustituido el nombre de Carter por el de Garbajosa en sus camisetas. El pívot de Torrejón de Ardoz eligió el mismo número que el del antiguo ídolo, el 15, y el ingenio de los aficionados les ha llevado a utilizar un esparadrapo para hacer el cambio. “En un partido de pretemporada, Carter me dijo que le sorprendía verme con el 15, pero no me lo reprochó”, cuenta Jorge, que ya lo usaba en el Unicaja.

En la tienda oficial de los Raptors por supuesto que pueden encontrarse camisetas de Garbajosa y Calderón por 60 euros aproximadamente. Estos días están vendiendo más del primero, pese a que en los dos partidos iniciales no estuvo acertado en el tiro: sólo “clavó” dos de sus 14 intentos, pero eso no parece preocuparle. “Si fuese por otra cosa como la defensa, estaría preocupado, pero sé que los tiros acaban entrando”, afirma. Seguramente su adaptación será más rápida que la de “Calde”, ya que cuenta con la ayuda del extremeño para pequeñas cuestiones y además habla mejor inglés que él cuando llegó.
José Manuel Calderón, camarero circunstancial
© José Manuel Calderón, camarero circunstancial
Por si fuera poco, coincidió con el esloveno Uros Slokar y el propio Bargnani en el Benetton Treviso cuando apenas eran “juniors” y parece tener cierta ascendencia sobre ellos.

Los dos españoles fueron de los más reclamados en una cena benéfica de gala organizada por los Raptors en la noche del lunes en un lujoso restaurante italiano, Alice Fazooli. Lo curioso es que eran los propios jugadores, con sus mandiles (¡), los que servían el vino, el agua y alguno de los platos a los regocijados comensales, que habían pagado 250 dólares por asistir y que luego también podían participar en una subasta de objetos firmados por el equipo. A Calderón se le vio más acostumbrado, pero Garbajosa estuvo más avergonzado. “Esto no pasa en España”, decía entre risas el madrileño, que, entre comanda y comanda, no paró de hacerse fotos y firmar en servilletas, al igual que Calderón.

“European style”
Jorge Garbajosa, fotografiándose con una aficionada
© Jorge Garbajosa, fotografiándose con una aficionada
En la céntrica Yonge Street hay un local de “strip-tease” con grandes fotos de esculturales mujeres. Entre los alicientes que se anuncian en los carteles exteriores hay uno en letras bien grandes: “European style”. “Es que aquí para darle prestigio a algo sólo hay que poner que tiene estilo europeo, es sinónimo de buen gusto”, afirma Andrés Pérez Simón, un periodista almeriense que llegó a Toronto en el 2005. Al encanto de la “Vieja Europa” se han agarrado los Raptors, que incluso han fichado al director deportivo del Benetton, Maurizio Gherardini, como ayudante del nuevo “general manager”, Bryan Colangelo, “arquitecto” de los voraces Phoenix Suns.

Fichar jugadores europeos no sólo tiene que ver con el juego. “Hay buen rollo en el vestuario. A menudo salimos de cena buena parte del equipo”, señala Calderón, que reconoce que este hecho era totalmente inhabitual la pasada campaña, cuando sólo ganaron 27 partidos de los 82 de la liga regular. Aquella plantilla estaba dominada por los egos de Jalen Rose y Mike James, que ya no están en el equipo. Todos entregan los galones a Chris Bosh, que se entiende especialmente bien con los españoles y parece sentirse más cómodo con “Garbo” –como lo llaman aquí a menudo—que con Nesterovic como compañero en la pintura.

Así se ven
Jorge Garbajosa y José Manuel Calderón, amigos y compañeros
© Jorge Garbajosa y José Manuel Calderón, amigos y compañeros
El oro del Campeonato del Mundo de Japón ha ayudado enormemente a que su “estatus” no sea el de jugadores criados en un baloncesto lejano que tengan que ganarse cada minuto. El entrenador, Sam Mitchell, ha prometido que la “segunda unidad” del equipo será muy importante en las victorias que se consigan, y dentro de ellas tanto Calderón como Garbajosa son decisivos. A ambos se les ve felices.

“A Jorge le dije antes de decidirse que la ciudad era estupenda, mucho mejor que muchas de Estados Unidos. Hay mucha gente que te ayuda para todo. No necesitas saber inglés perfectamente. Y dentro del club te lo resuelven todo, sólo tienes que centrarte en el baloncesto”, declara el base, contento de la “buena pinta” que tiene el proyecto. “No vamos a pasar ganar 27 partidos a ganar 60, pero hay buen equipo, una buena base para funcionar. Tenemos que aspirar a Playoffs y sólo hay que mejorar un poco para conseguirlo”.

Para Calderón, más que echar de menos España, lo que más añora son las personas. “Las demás cosas se pueden conseguir. Hasta el jamón de mi tierra”, dice entre risas. Estos días está teniendo la visita de su hermano Carlos y un grupo de amigos. Se mantiene muy informado de lo que sucede en nuestro baloncesto principalmente a través de ACB.COM y el teléfono es algo fundamental en su vida.

Acostumbrado a ser titular, no ve como un drama ser el suplente de TJ Ford. “Eso lo sabía yo. Sé mi rol y estoy contento por cómo estoy jugando, creo que muy bien. Yo voy a seguir así, intentando convencer al entrenador de que tiene que darme más minutos. Que me los dé o no, eso ya no es cosa mía”.

Garbajosa escucha atentamente a su lado y asiente. “Aquí se vive muy bien. Tampoco he tenido mucho tiempo hasta ahora de conocer a fondo la ciudad con el ritmo de entrenamientos, viajes y partidos, pero va bien”, cuenta. En su opinión, su inglés “no es tan bueno” como ha destacado la prensa local. “Yo pensaba incluso que lo tenía mejor. Intento hacerme entender y entiendo más o menos bien. Cada día va mejor”.

El creciente trasvase de jugadores Europa-América ha revelado que “baloncesto es baloncesto” en todos los lados. “Sí, eso está claro, pero lo que rodea es diferente y la manera de jugar también. No hay que ser tremendista”, opina el pívot, al que dice “no importarle” el hecho de que el tiro de tres puntos –su especialidad en ataque—esté más lejano en la NBA. “No estoy preocupado”, responde, sin conformarse con el papel que le da Mitchell. “Siempre aspiras a más. No me refiero a jugar 21 minutos en lugar de 20, sino a cosas como ser cada día más intenso. Pero estoy trabajando bien y todo requiere su tiempo”.

También es un habitual internauta, no sólo visitante de las páginas de baloncesto, sino también de las de los periódicos de información general españoles. “Soy muy curioso”, reconoce. “Hay que estar informado”, agrega, mientras “devora” la revista Gigantes que le ha llegado a las manos.

Así los ven
El respeto que tienen en el club es incuestionable. Sam Mitchell sabe que la prensa española siempre va a pedirle que dé más protagonismo a “sus” jugadores, pero él destaca que ya son “importantes”. “Juegan muchos minutos y creo que va a ser así durante toda la temporada. Aún estamos construyendo un equipo y que ellos sigan mejorando es lo que necesitamos”, declara.

El técnico dice estar ilusionado”en que Calderón recoja esta temporada lo sembrado en la pasada. “Cada vez juega con más confianza y ha demostrado ya que puede estar en la NBA”, asegura. Según él, es “normal” que en encuentros como ante San Antonio sólo estuviese en pista doce minutos. “Algunas veces estará eso y otras estará 30, según cómo esté el partido”, remarca.

Mitchell también “mima” a Garbajosa. “Estoy convencido de que va a tirar mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora. De momento, me gusta el trabajo que está haciendo y no creo que para los triples sea importante que en España la línea esté un poco más cerca. Él puede ser un triplista en la NBA y lo va a ser”.

Muy cerca de los dos españoles está Bargnani, del mismo espíritu “latino”. “Son amigos míos. A Garbajosa ya le conocía de Treviso y siempre nos hemos llevado bien. Para mí es muy bueno habérmelo encontrado aquí. Y a Jose Calderón me había enfrentando cuando estaba en el Tau y es un gran jugador, sin duda”, explica el italiano, que ve “especial” estar en un equipo con tantos jugadores europeos. “Estoy bien aquí, mejorando cada día, con paciencia. No es bueno tener prisas”, apunta.

Especial resulta la opinión de uno de los ayudantes de Mitchell en el equipo: Alex English es uno de los máximos anotadores de la historia de la NBA y la etapa central de su carrera, en los Denver Nuggets, coincidió con el inicio de las retransmisiones televisivas de esta competición en España, a finales de los 80. Su aura de leyenda no le impide estrechar calurosamente la mano a todos los que le requieren. “Para mí Jorge y Jose están capacitados para jugar en la NBA. Se ve que han competido al máximo en Europa y ya vimos lo que hicieron en el Mundial. Además, son buenos chicos, escuchan cuando les hablas y tienen muchas ganas de aprender”, declara.

Hasta en un medio “oficial” como la Raptors TV piden más tiempo en cancha para los españoles, particularmente para Calderón. En el medio trabaja como comentarista un exjugador de la ACB: Leo Rautins, que jugó en el Ourense y el Mayoral Maristas a principios de los 90 y que actualmente es seleccionador nacional de Canadá.