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Mateovic: "A la conquista del Perú"

No se llama Francisco Pizarro, sino Javier Castroverde; nació en La Coruña, que no en Trujillo; y nada de partir junto a 'los trece de la fama' (1531), pues lo hizo sin compañía alguna (2001)' No obstante, al entrenador del Regatas de Lima le están ocurriendo un sinfín de aventuras, en su particular reto por el basket peruano, que alguien debía recoger. Una nueva historia de basket-aventura detectada por el radar de Mateovic

Javier Castroverde nos cuenta su experiencia en Perú
© Javier Castroverde nos cuenta su experiencia en Perú
  

Redacción, 16 sep. 2002.- Otro gallego emigrante. Uno más. Si alguna vez se pasan por Lima, pregúntenle a Javier Castroverde por el lugar de mariscos que acaba de descubrir, donde el kilo de percebes no pasa del euro. ¡Tráeme diez, querido! Entre que allí no los comen y que el veinticinco por ciento de la nación se encuentra en una situación de pobreza extrema... Buena oferta ésta, la gastronómica, para convencer al profesor Moncho Monsalve y lograr su participación en el próximo clinic de entrenadores que ya planea nuestro protagonista.

Y eso que el Regatas de Lima le regala escaso tiempo libre: 'Sobre las 11 de la mañana, después de haber hecho algo de deporte (pero poco, que conste en acta), veo lo más importante del entreno anterior, estudio la programación para el nuevo día y echo un vistazo a los vídeos que nos llegan procedentes de varios estados. Después de comer, los chicos que marchan bien en los estudios vienen a hacer un trabajo específico individual, hasta las 16:30, hora de comienzo de los entrenamientos en las diferentes categorías, que también suelo presenciar en su totalidad. Luego, después de cenar algo, empezamos con el primer equipo (de 21:00 a 23:00). Y sí, al final caigo rendido'.

Pero hablemos de su club, el más antiguo del continente (celebró su centenario hace 29 campañas. Casi nada), que 'a las órdenes del técnico español- se proclamara campeón del Torneo de Apertura peruano. Peor suerte corría en la Liga Profesional Sudamericana (la Euroliga de allí), donde cayó eliminado en la liguilla de octavos de final: 'Hombre, no es por poner excusas, pero en nuestro grupo se encontraban los vencedores de las Ligas Paulista (COC Ribeirao Preto, donde juegan seis brasileños fijos para Indianápolis, entre ellos vuestro amigo Guilherme Giovannoni), Argentina (Estudiantes de Olavarría) y Chilena (C. B. Valdivia)'. Actualmente, los capitalinos se hallan en plena pugna por el Torneo de Clasificación, con dos partidos semanales (lunes o martes y viernes o sábados).

De lo que sí presume este impenitente viajero de 47 primaveras (antes de saltar el Atlántico, pasó por Tenerife Canarias, Ourense, Sondeos del Norte o Helios Zaragoza) es del cambio generacional que anda experimentando su bloque de jugadores, cuya media de edad se ha transformado de los 31.0 años de la temporada pasada a los 22.5 de la actual.

Nos resta hablar de la competición ('digamos que el nivel es de LEB en los cinco primeros y de EBA para los siete restantes'), de los jugadores ('el sudamericano sabe que comer cuesta dinero, por lo que valora y cuida lo que tiene mucho más que el europeo, cuya educación deportiva es muy superior. De todas formas, aquí están menos mecanizados, explotan continuamente su talento y condiciones físicas naturales'), del baloncesto en sí ( 'como consecuencia de lo anterior, la esquematización y especialización es bastante inferior a la que estamos habituados en nuestro país y alrededores. Se fomenta una barbaridad la creatividad de los chavales') o de sus compatriotas en Perú ('bueno, en mi equipo juega Enrique Hurtado, y no vayáis a pensar que está completamente solo. Aquí la comunidad española es muy importante. Basta ver la expansión de algunas empresas para darse cuenta de ello').

Luego está lo de la morriña (del gallego-portugués 'morrinha', ojo), que aparece en muchas ocasiones, como aquel día en que al Deportivo, club de su ciudad, no se le ocurrió otra cosa que ganar la Copa del Rey de fútbol en el mismísimo Bernabéu, acontecimiento que motivaba una riada de coches con banderas y bufandas blanquiazules que no pararon de hacer sonar sus bocinas hasta bien entrada la madrugada. '¡Madre mía! Creí que estaba en la fuente del Cuatro Caminos''. Esa, y otras anécdotas sucedidas ya en la cancha ('es sabido por todos que nosotros tenemos en el contraataque una de las armas más importantes. Pues bien, imagínate mi sorpresa cuando, en un partido de Liga, el entrenador rival coloca un líbero estático. Vamos, que cuando les tocaba atacar lo hacían con cuatro, ya que uno se quedaba en su zona para proteger el aro de un posible contragolpe'), tendrá tremendas ganas de relatárselas a cada uno de sus hijos, esos que antes presumían allá en Coruña de que su papá era quien había llevado al equipo de Primera Provincial hasta la mismísima LEB, y ahora estudian a Francisco Pizarro, Diego Almagro, Vasco Núñez de Balboa u otros conquistadores. El último de ellos, Javier Castroverde.