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La ABA (XIII): Los mejores (I)

Retomamos la serie de G Vázquez sobre la ABA adentrándonos en un selecto y cuidado glosario de jugadores que merecen especial atención por el volumen y calidad de su legado a esta competición. Por estricto orden alfabético, el lector tendrá acceso a una serie de rápidos perfiles con los datos básicos y un breve trazo técnico sobre cada uno de ellos. Decenas de jugadores fabulosos, algunos lamentablemente desconocidos para el gran público hasta ahora. Hagámosles justicia

Rick Barry, uno de los mejores tiradores de la ABA
© Rick Barry, uno de los mejores tiradores de la ABA
  

Rick BARRY (1968-72) / 2.00 m

1968-69 Oakland
1969-70 Washington
1970-72 New York

Sin duda el primer nombre de peso en dar el salto desde la liga rica pese a costarle un año en blanco por la irregularidad del traspaso. Barry, uno de los mejores tiradores en movimiento que ha dado el baloncesto jamás, disputó cuatro temporadas en la liga logrando el campeonato del 69 para un equipo, los Oaks, de sólido eje blanco con Larry Brown, Doug Moe y Jim Eakins. Si Barry venía ya de ser un anotador puro en su Miami universitaria y San Francisco profesional, se convierte en la ABA en el único jugador de la historia en acaparar el título de máximo anotador en NCAA, NBA y ABA. En aquella temporada del 69, nadie anota más puntos que él dejando la marca en 34, ocupando las tres siguientes el segundo puesto con 27.7, 29.4 y 31.5. Con ello Barry será incluido cada uno de sus cuatro años en el quinteto ideal de la temporada y el All Star Game.

Como no podía ser de otro modo para uno de los mejores lanzadores de libres de todos los tiempos, termina líder de la especialidad en el 69, 71 y 72, llegando a lograr 23 consecutivos el 7 de febrero del 69 ante Kentucky y 20 de 20 el 9 de diciembre del 68 ante New Orleans, por supuesto, todos a cuchara.

Barry volvería en 1972 a la NBA en plenitud de facultades para lograr tres años después un anillo para Golden State. En su periplo de la ABA, el ecuador de su carrera, Barry amplía lo que fuera un abuso de la suspensión en su etapa anterior de San Francisco para tratar de dominar otros aspectos más que de su juego, del entorno del equipo, convirtiéndose en líder indiscutible tanto de Oakland allí como de Golden State después. Su presencia y aportación en aquel título del 69 fueron claves para el desarrollo y esplendor de una ABA aún no moribunda.

Marvin BARNES (1974-76) / 2.05 m

1974-76 St Louis

Inclasificable ejemplar salvo por su hosco temperamento, muy violento y en ocasiones incomprensible, se negaba a volar no tanto por miedo a despegar del suelo como por entender que era intolerable salir a una hora y llegar antes de la hora de partida ('No montaré en ninguna máquina del tiempo', solía decir). Apodado 'Bad News' porque siempre se esperaba alguna de él en los momentos previos tanto de entrenos como de partidos, Barnes disputó dos temporadas en la ABA con sobradísimo doble dígito.

En su año de novato logra unos promedios asombrosos de más de 24 puntos y 13 rebotes, lo que termina por brindarle el premio al mejor rookie además de ser incluido en el quinteto ideal del año. La temporada siguiente es aún mejor y supera los treinta puntos de media y, pese a su escuálida musculatura cargada, eso sí, de fuerza y voluntad, supera los 14 rebotes por noche.

Barnes solía pegarse con los interiores; le encantaba el choque en la pintura y se manejaba muy bien en esas distancias cortas para hacer uso de la tabla y luchar por todos los rebotes posibles. Dejó la ABA con un preciso porcentaje del 50 por ciento, crédito formidable para la aportación de un anotador en ocasiones salvaje. El 16 de abril del 75 consigue frente a Memphis la friolera de 54 puntos y 23 rebotes, anotando nada menos que 25 canastas de dos, pero es que dos meses atrás, el 8 de enero y precisamente contra Memphis, suma 26 puntos y captura nada menos que 31 rebotes. En aquella primera temporada los Spirits lograron la hazaña de batir a cinco partidos en las semifinales de la Este a los campeones, los Nets de Erving, reuniendo un trío de aleros de lo más temible e indómito por su violenta condición: Marvin Barnes, Mo Lucas y Fly Williams.

Zelmo BEATY (1970-74) / 2.06 m

1970-74 Utah

Uno de los jugadores más serios y de mayor rigor productivo que dio no sólo la ABA sino incluso la NBA de aquella época. Pese a tener que bailar siempre con las más feas (Chamberlain, Reed, Bellamy, Russell), Big Z promedió siempre el doble dígito y llegó a jugar once Playoffs en sus doce años de profesional. Fabuloso fajador en la pintura con una habilísima suspensión media y lucidez para las rotaciones del balón, su gran temporada fue sin duda la del 71, donde lidera el porcentaje de tiro de toda la liga y consigue el ansiado título para sus Utah Stars con Boone, Freeman, Robbins, Wise y Hightower (ex del Madrid). Todo ello pese a venir de la NBA (17 ppp) con una temporada en blanco por lesión (fue intervenido hasta nueve veces de las rodillas). Incluido en el segundo quinteto de la 71 y 72, a Beaty pareció acompañarle siempre una etiqueta de segunda fila que no le brindaba nominaciones de estrella en ninguna liga. Pero en Utah fueron justos con tan formidable pívot (undersized) y llegó a ser apodado 'The Franchise'. Aquel negro de tosco rostro cortado por dos abiertas patillas que acariciaban el cuello, jugó tres veces el All Star sin mayor ánimo que ganar siempre el partido donde jugase. Incluso la propia NBA y su erotismo por el pasado ha llegado a olvidar a un jugador que llegó a anotar 63 de los 149 puntos de Utah (a los 140 de Pittsburgh) el 21 de febrero del 72 en un partido sin prórrogas. Beaty llegó a ser más tarde uno de los cinco entrenadores que visitaron el banquillo de Virginia cuando la ABA agonizaba allá por abril del 76.

Byron BECK (1967-76) / 2.04 m

1967-76 Denver

Junto a Dampier, uno de los dos únicos jugadores en vestir la misma camiseta en los nueve años que duró la ABA, la de Denver, de quien fue el primer jugador en la historia de la franquicia, y con ella murió en pista en aquellos últimos instantes de ABA del 13 de mayo de 1976. Titular indiscutible desde el 69 al 75 promediando dobles figuras en todas ellas, Beck promediaría casi catorce puntos en los siete años de Playoff de los de Colorado. Incansable trabajador de pista, Beck participaría en dos All Star (69 y 76) anotando catorce puntos en cada uno. El recuerdo de toda una era de los Nuggets no puede prescindir de aquel aguerrido blanco de poblada melena y bigote que logró sumar 8353 puntos de un mismo color; de ahí que el 16 de diciembre del 77 tuviera lugar una ceremonia para dar retiro a su camiseta. Otro que sumar a la escueta lista de tres (Dampier y Freddie Lewis) originales de nueve años en la ABA que vestirían después camiseta NBA.

Ron BOONE (1968-76) / 1.88 m

1968-70 Dallas
1970-71 Dallas-Utah
1971-75 Utah
1975-76 St Louis

Este aguerrido descendiente de indios dio un rendimiento excepcional allá donde estuvo desde el primer momento. Incluido en el quinteto ideal de novatos será traspasado a mitad de la 71 de Dallas a Utah para unirse a Freeman y Beaty y lograr el campenato de aquel año. Boone supo aprovechar su fuerza y velocidad, superior a la mayoría de jugadores de su estatura, para imponer su viva anotación por el exterior (siempre en torno a la veintena) sin llegar a ser nunca un organizador puro. Solía tomar la responsabilidad de penetrar en los ataques espesos y de ahí que visitara en multitud de ocasiones la línea de libres, llegando a anotar 32 consecutivos sin fallo. Boone fue incluido dos años en el quinteto ideal de la liga y cuatro veces en el All Star Game. Antes que Randy Smith, Laimbeer o A.C. Green en la NBA, Boone fue apodado 'The Ironman' por su eterno rodaje sin lesiones. Como ocurriera con Beaty, tampoco Ron Boone fue nunca excesivamente reconocido, ni siquiera en la franquicia donde legó sus mejores momentos y es que Utah, ya en la NBA, lo vuelve a recoger en 1980, y un año después, le obliga a la retirada cuando el 26 de enero le corta de modo fulminante. Pese a trece años de durísimo rigor profesional no disfrutó de la más escueta ceremonia saliendo por la puerta de atrás. Como teniéndolo en cuenta, los 'Register' anuales de la NBA le incluyen en su apartado 'All Time Great Players', del que fue excluido con dudoso criterio su compañero Beaty.

John BRISKER (1969-72) / 1.95 m

1969-72 Pittsburgh

Es justo incluir en cualquier registro de jugadores de la ABA a quien brindamos un perfil más por sus psicopatías (La ABA (XI): Estado salvaje (IV)) que por su legado como jugador. Brisker era un felino competidor de músculo compacto que poseía una fuerza extraordinaria y una motivación casi anormal para tomar el baloncesto como un desahogo personal. Veloz y rocoso como ninguna pieza de su estatura, muy pocos jugadores han logrado anotar con tal facilidad en aquella década que John Brisker, pero no puede destacarse esta virtud sin apuntar su defecto de tiranizar al extremo su bagaje ofensivo llegando a dejar inermes a sus propios compañeros. El 12 de noviembre del 70, al año de ser incluido en el quinteto de novatos, endosa 53 puntos a Indiana y al día siguiente 50 a Texas, equipo sobre el que dos meses después, el 5 de enero, logra la hazaña de sumar 47 puntos sin un solo tiro libre (19 canastas y 3 triples). Si bien fue incluido aquella campaña en el segundo quinteto de la liga con más de 29 puntos de media, resulta difícil disociar en este caso al jugador de la persona, pues el ánimo le bailaba discontinuo y esto se veía reflejado en su rendimiento, marcado por frecuentes piques que llegaron a convertirle ocasionalmente en un reboteador imparable ante jugadores mucho más altos que él; así captura 17 rebotes en su All Star del 70. En suma, todo su juego era una feroz voluntad de competir al extremo. A destacar quizá una de las mejores suspensiones medias de toda la liga, de elevada armadura de brazos para evitar el tapón de los interiores, con quienes gustaba especialmente enfrentarse.

Larry BROWN (1967-72) / 1.76 m

1967-68 New Orleans
1968-69 Oakland
1969-70 Washington
1970-71 Virginia-Denver
1971-72 Denver

A quien con cierta lógica se ve hoy como un prolífico entrenador, fue allá en la ABA un jugador extraordinario, uno de los mejores bases del baloncesto americano de aquella época y casi con seguridad, el mejor pasador que dio la corta historia de la ABA. Sus números en este apartado le avalan no tanto por la pura estadística (2509 asistencias en 376 noches y mejor pasador del 68, 69 y 70) como por integrar su visión de juego en la mayor de sus virtudes, la de organizador puro. Con su escasísima estatura, fue sin duda el cerebro en pista de aquellos campeones del 69, los Oaks, junto a Barry, Armstrong (Jabali), Harge, Eakins y Moe. Fue tres veces All Star y MVP del primero, celebrado en el 68 en Indianápolis. Era tal su entendimiento del juego que estaba cantado que entrenaría al retirarse, pero sorprendió la rapidez con que cuajó iguales éxitos como ténico que como jugador. Su primera temporada como entrenador, meses después de vestir de corto, es nombrado el mejor con Carolina y tras dos años allí, coge a Denver en el 74 y deja una marca de 79 a 5 en el McNichols colándoles en la última final de la liga. Aquellas dos campañas es nombrado igualmente técnico del año. No se puede hacer ningún registro histórico de la ABA sin mencionar a un hombre clave en los dos aspectos claves de pista, juego y banquillo. Larry Brown lo fue todo allí.

Roger BROWN (1967-75) / 1.95 m

1967-75 Indiana
1974-75 Indiana-Memphis-Utah

Esta leyenda del playground neoyorkino fue el primer jugador de la franquicia de Indiana y acreedor a uno de los más brillantes palmarés en la historia de la liga. Miembro fundamental de los tres equipos campeones de Indiana en los años 70, 72 y 73, fue otras tantas incluido en el quinteto ideal, cuatro veces All Star, MVP de los Playoffs del 70, máximo anotador de la franquicia de los Pacers con 12118 puntos en la mejor marca de minutos jugados (24364) y segundo en alcanzar en la ABA los diez mil puntos. Ostenta además el récord de canastas sin fallo en la liga con 21, lejos de las 35 de Chamberlain pero con un repertorio, todo hay que decirlo, mucho mayor.

Aquella liga prodigó en perfiles físicos del tipo Roger Brown, alero estilizado de músculo natural, sin alardes, entregando todo el peso técnico a la habilidad y el talento, y en el caso de Brown, su mayor virtud fue la de ser un integrante muy activo (en torno a 18 puntos, 6 rebotes y 4 pases) en todas las rotaciones titulares con que jugó, formando en el 70 un trío abrumador con Netolicky fuera y Daniels dentro, y posteriormente con McGuinnis por el exterior en los dos títulos siguientes. Ágil y escurridizo a las defensas cerradas, fue apodado el 'Rajah' por su rostro cobrizo de arabesco bigote fino. En 1996 se convierte en el primer jugador de exclusiva carrera ABA en ser nominado para el Hall of Fame.

Mack CALVIN (1969-76) / 1.82 m

1969-70 Los Angeles
1970-72 Floridians
1972-74 Carolina
1974-75 Denver
1975-76 Virginia

Explosivo base al que nunca acompañó la suerte de recalar en un equipo en plenitud salvo en los Cougars del 73, apeados por los subcampeones Colonels en la Final de la Este a siete choques. Calvin nunca estuvo más cerca de disputar una final, una sola, en sus siete años en la ABA, pese a dejarse literalmente la piel desde Los Angeles hasta aquel agónico y desastroso equipo de Virginia. Si se permite la comparación, Calvin pudo ser un ligero anticipo de lo que Iverson e incluso Marbury son hoy día por la escasa estatura de pasmosa facilidad para anotar en continuo movimiento. Una prueba del tremendo descaro de aquel pequeño anotador al que le faltó cierta serenidad para la organización y una gran franquicia, es el hecho de que nadie anotó más tiros libres que él en la historia de la ABA con 3554 de 4105 intentados, logrando además el mejor porcentaje en el 75 y de toda una sola carrera. Pese a ser incluido en el quinteto ideal de novatos del 70, cuatro veces en el cinco ideal de la liga, cinco en el All Star e incluso dominar en el 75 las asistencias, Calvin viajó demasiado por equipos que, o bien no eran grandes o bien no era su momento, como la fallida ocasión de quedarse en los ya formados Nuggets tras el 75, teniendo que emigrar a Virginia (15-68) mientras Denver alcanzaba las últimas Finales.

Sus tremendas ganas por llegar lejos vienen avaladas por un incremento estadístico en todos y cada uno de los aspectos del juego en Playoffs, desde el porcentaje de tiro hasta incluso el rebote. Muchos años después se le haría justicia incluyéndole casi con unanimidad en la lista de los 30 mejores jugadores de la liga.

Darel CARRIER (1967-73) / 1.90 m

1967-72 Kentucky
1972-73 Memphis

Miembro de los Colonels subcampeones del 71, llegó a formar con Louie Dampier la pareja de tiro exterior más demoledora de toda la liga. Sirva el ejemplo de que el 6 de noviembre del 68 contra Minnesota se marcan entre ambos la friolera de 13 triples anotados de 14 intentados. Aquel escolta blanco tirador especializado como nadie (salvo el propio Dampier) en el tiro de larga distancia, lideró de 1968 a 1970 el porcentaje de triples dejando la marca al término de su carrera en 37.7, el mejor de todo el campeonato. Ubicado para el tiro en el más lejano perímetro, rondó siempre la veintena de puntos en sus seis años de ABA llegando a disputar en tres ocasiones el All Star Game. Como la suspensión de su 'frontal bajo' era más bien corta y parecía posible taponarle los tiros, Carrier acudía muy a menudo a la línea donde superaba con facilidad el 85 por ciento liderando la disciplina del campeonato en 1970 en aquellos Colonels extraños, pues incluso los interiores como Issel parecían eludir la pintura y unirse al salvaje perímetro Carrier-Dampier, cosa que cambió a la llegada de Gilmore en el 71.

Billy CUNNHINGHAM (1972-74) / 2.00 m

1972-74 Carolina

Otro de los grandes lujos que se permitió la ABA al poder contar, siquiera dos años, con el último lapso de la carrera de 'El Canguro', apodado así por su incombustible motivación para saltar a todos los balones sin ceder a uno solo, al más puro estilo Havlicek.

De no clasificarse ni siquiera para el Playoff el año anterior, Cunningham lleva a los Cougars a terminar primeros de la Regular en su primera campaña, firmando 24 puntos, 12 rebotes y más de 6 asistencias. Aquel año del 73 no sólo es incluido en el quinteto ideal sino que termina siendo el MVP de la temporada, cuyo final se cierra perdiendo en siete duros partidos con Kentucky en la Final de la Este. Su segunda y última campaña fue un calvario de lesiones y tan sólo disputa un tercio de los partidos con similar bagaje estadístico.

El Cunningham de la ABA es un veterano de guerra que encabeza en pista la organización técnica del equipo de Larry Brown. Sabe cuándo tirar, cómo mover al resto, sigue corriendo a todos lados sin pausa y los rectificados de su zurda alcanzan su mejor nivel técnico allí en la ABA, donde ya sin Chamberlain, Greer o Walker, sus excompañeros de Phila, se invita a brillar como una verdadera estrella. Cunningham acertó sin duda en darse retiro en la ABA y disfrutar al menos un año con una actuación digna del veterano jugador que se brinda un último homenaje en el juego del que estuvo profundamente enamorado.

Gonzalo Vázquez
ACB.COM