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Laia Palau: “Este regalo me lo trabajo yo”

De la emoción a la competición. Las palabras de Laia Palau destilan sentimiento y ambición a partes iguales a las puertas de disputar unos nuevos Juegos Olímpicos. Serán sus últimos, pero no por ello pierde la voracidad por ganar. “Sigo con hambre”, asegura.

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“Laia es feliz”. Antes de responder, Laia Palau se da un segundo, piensa y suspira. En su respuesta hay una carga emocional que delata lo que supone vivir una nueva experiencia olímpica a sus 41 años. “El otro día bajé al comedor a tomar un café y, lo que pasa en los Juegos Olímpicos…, vi a tanta gente de todas las partes del mundo que hay que ser consciente de que estamos aquí y somos personas privilegiadas por vivir esta experiencia única. Tengo esta conciencia de que va a ser mi última olimpiada como jugadora, pero estoy al 100% disfrutando de cada momento: la casa, las compañeras, las comidas… todo”, confiesa.

La figura de Laia Palau escapa meramente a lo deportivo. Conversar con ella es hacerlo con alguien que traspasa barreras emocionales y conecta con el oyente a través de un discurso sereno y cargado de contenido. Es consciente que su reloj deportivo inició la cuenta atrás. En 2017, el Eurobasket de la República Checa debía ser su adiós a la selección. Había firmado por un equipo australiano, había ganado el torneo continental y podía despedirse en la última ciudad donde había competido y ganado la Euroliga.

Sin embargo, ella dribló a todos (y, seguramente, a ella misma) y se dio un tiempo extra en un deporte por el que procesa un respeto profundo y una enorme pasión. A mí hace rato que el baloncesto me está dado cosas extras, pero en realidad es porque yo quiero que sea así. Me lo tomo como un regalo, pero este regalo me lo trabajo yo, no es gratuito. Sigo con la mentalidad de que cada día me tiene que importar lo que estoy haciendo y sí que es cierto que cada vez tengo menos proyección, pero como ya dejé de mirar al futuro ahora estoy más en el día a día. Pienso: ‘Esto puede ser lo último, esto otro puede ser lo último...”, señala.

"Sigo con hambre porque no puede ser de otra manera."
Laia Palau

Para Laia este sentimiento “si no caes en la melancolía, que es lo que no estoy haciendo, es bueno. Llevo un verano bastante emocional, pero para bien. Me han pasado muchas cosas superbonitas. También estoy recogiendo cosas de mi carrera, pero tengo la sensación de estar muy centrada en ver qué toca cada día. Sigo con hambre porque no puede ser de otra manera”.

Esta es la parte emocional de experiencia, pero más allá Laia Palau es una competidora innata, reconoce su voracidad competitiva y en Tokio tiene “ganas de ver de qué somos capaces de hacer como equipo. Es un equipo en construcción, pero que ha enseñado cosas muy chulas también y, obviamente, tenemos todas las oportunidades de hacer bien las cosas”.

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“ME ENCANTARÍA UNA MEDALLA”

La selección femenina llega al inicio del torneo a la expectativa. Hace cinco años jugó la final olímpica y fue tercera en la Copa del Mundo en 2018. Sin embargo, recientemente se llevó una decepción al quedar séptima en el Eurobasket disputado en España. Es difícil saber qué equipo veremos en Tokyo 2020, pero “esperemos que él séptimo de Europa, no”, sentencia Laia. La capitana de la selección sabe que cualquier comparación con el pasado es imposible y afirma que “es muy difícil otorgar posiciones a un equipo que no es el que era antes. España es España, pero no es ese equipo. ¿Queremos tender a eso? Obviamente. ¿Tenemos el material para hacerlo? También”.

La base de la selección confía en el potencial del equipo y asegura que “si el equipo es capaz de mantener la constancia, que creo que es lo que le falta al equipo este… la constancia en su ataque, en su defensa, en su compromiso…, somos un equipo muy difícil de ganar. Esto es lo que tenemos intentar alcanzar. Encontrar el equilibrio entre la agresividad máxima y las correctas lecturas del juego; saber encontrar lo que toca cuando toca. Es una oportunidad de aprender lo que nos ha pasado en el Eurobasket. Tenemos suerte que en un mismo verano tenemos una doble oportunidad”.

La ambición y la confianza están grabadas en el discurso de Laia Palau. Como líder del equipo es la primera que anima al equipo… y la que más le exige. Quizá por ello su discurso también es prudente. “Hay que tener mucho respeto a los otros equipos y pensar y ser muy consciente que este equipo no va a jugar de memoria, no. Tú ves a una Maite, a una Raquel y son una maravilla, pero no las hemos visto. No sabemos lo que son capaces de hacer, pero porque no lo saben ni ellas. Hay que volver a buscar las asociaciones y esa química que se construye con el trabajo. Ahora, lo que sí sé es que son jugadoras, que ya por ADN, hacen cosas que España hace: defender, pelear, comprometerse un montón con el equipo. Esto lo tenemos ya”.

Laia sabe que este equipo en construcción tiene muchas posibilidades, pero algunas de ellas están incluso por descubrir. “Tenemos algunos quintetos que son la hostia en defensa. Son locura, pero no sé si podemos jugar todo el rato a esto porque no se puede jugar a lo mismo y hay que saber tener varias versiones de esta España”. Para la capitana “estamos intentando saber cuál es nuestra mejor versión y aferrarnos a ella con mucha fidelidad”.

Sobre el resultado del pasado Eurobasket, más que crear dudas, espera que haya creado “más motivación. Debería ser más motivación porque al final no es que te hayan barrido de 20; es que perdimos de dos (contra Bielorrusia), perdimos en una prórroga (contra Serbia) y perdimos contra Rusia que es el partido que a mí más me pesa porque es el que tienes que sacar por lo civil lo criminal. Es el partido donde da igual cómo juegues, pero debes hacer los deberes y ganar. Esto me duele por lo que significa para el futuro. Espero que a la gente se le haya quedado mucha espinita; es lo que debería ser si este equipo quiere volver a ser un equipo ganador”.

Sin embargo, el camino de España para regresar a los puestos de honor no será fácil. El torneo se presenta más abierto que nunca y Laia Palau lo sabe. “Aquí somos ocho que somos lo mismo: podemos derrotarnos y podemos ser derrotadas. Vamos a intentar hacer bien la fase de grupos para tener un buen cruce de cuartos y gozarlo”.

"Sería muy bonito que la vida me sorprendiera otra vez."
Laia Palau

Consciente de ello, el equipo tiene claro que debe salir desde el primer día a dar el máximo y evitar que se repita la derrota inaugural del Eurobasket que acabó lastrando el resultado final. “El primer partido hay que ganarlo. El otro día habla con Lucas y le decía: ‘Esta es una obsesión muy tuya…’ Recuerdo que el año de Rio 2016 comimos Serbia desde el primer día de la concentración. Era Serbia, Serbia y Serbia. Ahora sí, estamos trabajando Corea, Corea y Corea… pero hay que ser conscientes que ese partido definirá muchísimas cosas porque en el Europeo nos pasó muchísima factura ya no para la resolución de cuartos, sino para la confianza del equipo. Esto es algo que siempre hemos hecho muy bien”.

Para Laia Palau, “hay que ser muy duras en los finales de partido y, a medida que te vas encontrando las piedras, saber sortearlas. Para el corazón no es bueno empezar con una derrota, lastra mucho”.

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El lógico análisis y la reflexión objetiva, siempre se mezclan los días previos de cualquier competición con las emociones y la subjetiva ensoñación. Las barreras entre la realidad y la expectativa se difuminan, y todas las deportistas tienen legitimada la licencia de cerrar los ojos y ver la fotografía que quieren llevarse en estos Juegos Olímpicos. Laia también.

“Me encantaría una medalla”. Su última respuesta es rápida y sin pensar. Laia tiene tan clara la imagen que quiere tener de estos Juegos Olímpicos, como el recuerdo imborrable de su experiencia olímpica. “Cuando cierro los ojos me viene siempre la foto en la que estoy con Alba, Marta, Sílvia y yo estoy como gritando en el podio. Esa foto para mí es muy representativa de la sorpresa de encontrarse allí y decir: ‘hostia, lo hemos hecho’. Sería muy bonito que la vida me sorprendiera otra vez”, concluye. Ojalá que así sea porque pocas deportistas más que Laia Palau se merecen el mejor resultado en estos Juegos Olímpicos. Laia, que así sea. Que el 8 de agosto cierres los ojos y vuelvas a sentirte orgullosa de lo que tú y este equipo ha logrado.