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España se agarra a la magia de Ricky Rubio (81-71)

La selección masculina superó a Argentina (81-71) de la mano de un Ricky Rubio sensacional (26 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias). En Argentina, los 27 puntos de Nicolás Laprovittola se quedaron sin premio.

  

España derrotó a Argentina 81-71 y sumó su segunda victoria en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 gracias a una nueva actuación estelar de Ricky Rubio, autor de 26 puntos (récord con la selección), cinco rebotes y cuatro asistencias.

España pagó un pésimo inicio de partido (3-12 a los tres minutos) con un calentón extra y en el que Ricky Rubio ejerció de apagafuegos. Con los años nos hemos acostumbrados a las intermitencias de esta selección y sabemos que más pronto que tarde llega la reacción. Pocos equipos dominan los tiempos de la competición y de los partidos como España.

A eso se unió que Argentina fue un equipo efervescente, con un Nicolas Laprovittola magnífico en el inicio (15 puntos al descanso para un total de 27), pero que fue perdiendo fuerza según el cansancio y la adaptación del rival fueron sellando sus vías de anotación.

Al descanso, España dominaba el marcador, pero perdía pequeñas batallas como la del rebote (Argentina capturó 10 en ataques en los dos primeros cuartos, pero solo dos en la segunda parte) y el cuidado del balón. Detalles que en cuanto se corrigieron permitieron el despegue español porque, hoy por hoy, la profundidad y calidad de su plantilla es superior a la argentina.

Laprovittola aguantó a su selección todo lo que pudo, pero cuando se le agotó la energía, Argentina se quedó sin gasolina para competir con una España que dio muestras de solvencia en la segunda parte. Controló los arrebatos de su rival con un Ricky Rubio magnífico y solventó la victoria sin pasar apuros gracias a una actuación coral donde brilló la defensa de Rudy Fernández y la aparición ofensiva de Sergio Llull (10 puntos) y Willy Hernangómez (ocho)

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LO QUE MAL EMPIEZA...

Todo lo que aconteció a hasta que Rudy Fernández anotó la primera canasta del partido para la selección fue un cúmulo de errores que llevaron a perder cuatro balones y permitir en defensa que Nicolás Laprovittola abriera el partido con un esclarecedor 0-7.

La brecha argentina se abrió hasta el 3-12 momento en el Sergio Scariolo decidió parar el encuentro y dar un toque de atención a sus pupilos. Pero más que la palabra del técnico, lo que cambió la cara al inicio de partido fue la prodigiosa aparición de Ricky Rubio. El base de El Masnou encadenó 11 puntos (tres triples incluidos) casi consecutivos para liderar un parcial de 13-3 con el que España se colocó por delante (16-15) por primera vez en el encuentro.

La selección española había encontrado el chispazo de un genio, pero seguía yendo por detrás en intensidad, permitiendo segundas opciones a Argentina y sumando nuevas pérdidas de balón. La consecuencia lógica de todo ello fue que el paso por el banquillo de Rubio bajó la anotación española y Argentina retomó el mando del marcador al cierre del primer cuarto (20-25).

La energía de Argentina dominaba el partido, buscaba constantemente el dos contra uno y eso, de vez en cuando, dio licencias que España aprovechó para encontrar a Sergio Llull y situarse nuevamente en el marcador (31-29). Los españoles habían vuelto por segunda vez al partido, a la par que cierto agotamiento se empezó a percibir en los erráticos lanzamientos argentinos.

Era evidente que la defensa española había ajustado marcas y aumentado su intensidad, pero Argentina también puso de lo suyo fallando tiros librados. De los 25 puntos que anotó en los primeros 10 minutos, se pasó a los cuatro que sumaron los hombres de Sergio Hernández en los siguientes seis minutos.

Laprovittola seguía viviendo un idilio con el aro, pero más allá del base no había consistencia en la ofensiva. Bajo estas premisas el marcador entró en un columpio que iba sonriendo a uno u otro equipo según se acertaba con el aro. El problema para Argentina es que su goteo de canastas fue decayendo, mientras que la aparición de Willy Hernangómez le dio la suficiente contundencia en la zona a España para consolidar una pequeña diferencia al descanso (40-34). Renta corta pero que sabía a gloria visto el devenir de los primeros 20 minutos.

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...BIEN ACABA

El arranque de tercer cuarto apenas aportó nada a la historia del partido. El triple inicial de Álex Abrines dio una máxima ventaja para España (43-34) qué rápidamente minimizó un Laprovittola que seguía ofreciendo una exhibición anotadora. El base serpenteaba para colarse en la zona o acertaba desde el triple y lograba poner a Argentina a cuatro puntos (49-45), pero todavía seguía siendo insuficiente para revertir el resultado.

El paso de los minutos caía sin que las noticias cambiasen, pero la entrada de las segundas unidades evidenció que la manta argentina era mucho más corta que la española. Los puntos de Sergio Llull y Pau Gasol por fin conseguían romper la barrera psicológica de los 10 puntos (61-47).

A menos de dos minutos para terminar el tercer cuarto, ese debía haber sido el punto de inflexión definitivo, pero un triple de Luca Vildoza y un dos más uno de Nico Brussino recordaron a España que el corazón argentino es tan grande como su talento.

Así lo entendieron los Sergios que dieron la pausa necesaria a los siguientes ataques. El Chacho bailó con el balón para mayor desesperación de quién quiso robárselo y Llull leyó el pase adecuado. Juntos dominaron la situación y Pau Gasol la remató con una canasta y un rebote ofensivo que Víctor Claver convirtió en canasta. Detalles individuales que en conjunto devolvieron la tranquilidad al banquillo español y crearon pura impotencia en una Argentina cuyo único objetivo en los minutos finales de choque fue minimizar la desventaja.

El ogro español volvió aparecer, en esta ocasión mutó de piel, no arrolló desde el principio, sino que contuvo marchas hasta superar al rival por simple superioridad. El domingo será el turno Eslovenia quien testeará la verdadera fiabilidad de España en estos Juegos Olímpicos.