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Dominique Sutton: El volcán de Durham

El que quería llegar a la NFL, el que cambió de universidad por sus hijos. Aquel que pocas veces se sintió comprendido, como si siempre tuviera que demostrar algo más por su falta de cms. En cada país, en cada viaje, en cada liga. Hoy Burgos está a sus pies tras 6 partidos. El volcán Sutton, por Daniel Barranquero

Foto Dominique Sutton
© Foto Dominique Sutton
  

Redacción, 26 Mar. 2019.- La Durham del tabaco, con su distrito histórico desafiando al tiempo. La del rhythm and blues afroamericano, del soul al funk. La Durham de contrastes, de IBM a las artes escénicas. La Durham de la estatua del toro, la 'Bull City'. La Durham de Duke, claro, donde la universidad es trabajo y casi religión. Y la Durham de Dominique Sutton, nacido allá un 20 de octubre del 86 entre carteles gigantes de Lucky Strike, como si fuera pidiendo fuego desde su niñez en Carolina del Norte.

Él quería ser jugador. Él quería ser profesional. Él quería ser una súper estrella. A poder ser de fútbol americano, deporte que le apasionaba y eclipsaba al baloncesto, rezagado en su listas de preferencias. Bien larga, por cierto. Sin embargo, como en otros casos, un estirón a tiempo prendió la mecha. De rozar el 1,80 al 1,94 en el instituto. No crecería mucho más. Tampoco le hizo falta.



En el Jordan High School Dominique forjaba un estilo con sello propio. Como si llevara a un jugador de la NFL dentro, en el alma, en las ganas, en la dureza y la rabia. Y siempre contra el más alto de la clase. "Cuando mides más de 1,90 a esas edades, siempre juegas como 4 o 5 y contra gente más alta. Para mí es más sencillo hacerlo, no tengo problemas. Está en mi naturaleza", confesaría años más tardes en la web de la Eurocup.

Ágil, físico y guerrero, firmó 19,7 puntos antes de ir The Patterson School, en Lenoir, al sur de las Brushy Mountains. Con el aval de haber entrado en el segundo mejor quinteto del estado, su intensidad encajó en su nuevo equipo, del que pronto se hizo líder. De su mano, firmó un 36-4 de balance en la 2006-07 para llegar a las semis nacionales, cayendo contra la Notre Dame de Michael Beasley.



De Connecticut a Wake Forest, de Florida State a Illinois, muchas fueron las universidades que intentaron convencerle. Kansas State, la que lo consiguió. Sutton tardó en entrar hasta diciembre de 2007 por motivos académicos, con solo 13 minutos de media (3,3 puntos, 2,5 rebotes) con los Wildcats, un equipo potente que llegaba a la segunda ronda del March Madness 22 años después.

Resultaron años positivos, si bien faltaba algo. Tanto en la en la 2008-09 (7,5 pt, 5,4 reb) como en la 2009-10 (7,2 pt, 5,8 reb) sus números fueron sólidos, mas se notaba que su límite quedaba aún lejano. Un día un tornado arrasaba su apartamento (verano del 2009) y al otro (marzo de 2010) su equipo se colaba entre los ocho mejores del país, con Jacob Pullen haciendo estragos en el March Madness. Su cabeza, más que en el baloncesto, estaba en casa, echando de menos a sus dos hijos que ya tenía.

Por ello, en verano de 2010 decidió cambiar de universidad, aún asumiendo el año en blanco que debía cumplir por normativa, para jugar cerca de los suyos. "Me voy dejando atrás todo lo que ayudé a construir. Es duro decir adiós a todo esto, pero hay cosas más importantes", reconoció al anunciar su acuerdo con North Carolina Central.



Como cuando era niño, Sutton cerraba los ojos y se veía en la élite. ¿Por qué no soñar con la NBA cuando en esos torneos en los que se medía con los John Wall -pique muy comentado incluido-, Austin Rivers o Harrison Barnes no desentonaba? ¿Acaso era osad imaginarlo cuando dio por fin el paso al frente esperado con 16,4 puntos, 7,4 rebotes, 2,2 robos y 1,7 asistencias de media en su temporada del adiós? Una noche del caluroso junio de 2012 despertó. Y aún le duele: "Para mí fue una decepción no salir en el draft NBA". Tocaba vestirse de trotamundos.

Un periplo redentor

Orgulloso y poco amigo de la falsa modestia, Dominique no se sentía menos que nadie, si bien empezaba a preguntarse si el resto veía lo mismo que él. Al menos no ocurrió ni en la Liga de Verano de Orlando, ni siquiera en Chalon, donde no pasó ni siquiera una prueba con el equipo galo, antes de buscarse el pan en los Tulsa 66ers de la NBDL. Allí, en esa feria de números y sueños incompletos, protagonizó un estreno profesional sólido (9,8 pt, 6 reb, acabando en el segundo quinteto rookie), con la guinda de llevarse el concurso de mates.



En verano, su camino le llevó a República Dominicana, rozando el título con los Titantes del Licey. Un 19-14 con su firma puso el 3-2 para su equipo en la final, antes de la remontada de los Indios de San Francisco Macorís. Decepción para su espalda y otro billete a Europa, tras su paso por Orlando y las Vegas. Grecia esperaba. En la 2013-14, con la elástica del Ikaros Chalkidas, Sutton seguía oscilando en la línea que separa al que cumple (9,7 puntos, 7,5 rebotes) con el que se hace un nombre en el viejo continente.

"En mis primeros años fracasé, la gente pensaba que no era lo suficientemente bueno y que no podía tirar. Me preguntaba a mí mismo qué tipo de jugador quería ser. Mis hijos fueron inspiración y me quité lo negativo de la cabeza, pasando de lo que dijera la gente. Nada es fácil en esta vida y me gusta que la gente me diga que no puedo hacer cosas, me pone. Uso lo negativo como algo positivo", admitía recientemente, intentando explicar el porqué de tanto cambio.

En mayo de 2014, una escala en Filipinas, alcanzando los cuartos de final ligueros con los Mayo Air Express, promediando 25 puntos, 15,1 rebotes, 3,1 asistencias y 2,4 robos, suficientes para regresar a la D-League con confianza. En los 2014-15, jugando al lado de los Ogjen Kuzmic, Blake Ahearn, James McAdoo o Elliot Williams con los Santa Cruz Warriors, el de Durham alcanzó los 12,9 puntos, 6,1 rebotes y 1,4 robos de media. No solo acabó en el tercer mejor quinteto defensivo, sino que los resultados acompañeros y su equipo se proclamó campeón, tras vencer a Fort Wayne en la final. Un título para su padre, fallecido poco antes. Un recuerdo emocionado.

Foto Dominique Sutton
© Foto Dominique Sutton


Después de la gloria, brilló por fin en una Summer League y se ganó otra oportunidad en Europa. El Aquila Trento de la Serie A apostaba por su físico, su versatilidad y su energía y él respondió con 9,1 puntos y 4,8 rebotes de media en Eurocup, cifras algo mejores que las mostradas en la competición doméstica. A final de temporada, firmaba por los GlobalPort Batang Pier de Filipinas, donde registró 26 puntos, 14 rebotes y 5 asistencias de media en los dos partidos que jugó antes de dejarle marchar. "Le han ofrecido trabajar con los Cleveland Cavaliers y, ya que su sueño es la NBA, hemos decidido concedérselo", aseguró el director deportivo del cuadro filipino, ignorando que una vez más Sutton se iba a quedar a las puertas de su anhelo.

Llegaba la 2016-17 y, para variar, la temporada le había reservado más viajes y cambios. Dos meses en Alemania (7,4 pt, 4,5 reb) con un Ratiopharm Ulm en el que se hicieron famosos sus mates, otro paso por Francia para ayudar a un Nancy en apuros (11,2 pt, 6,6 reb) y, finalmente, vuelta a su segunda casa para despegar al fin. De regreso en Trento, Dominique desplegó de una vez el mejor baloncesto de su carrera, con la constancia y regularidad que parecía buscar desde sus días de universidad.

"Cuando me lo comentaron pregunté que donde había que firmar. Ellos ya saben mis características, puedo cubrir cualquier posición, del 2 al 5. Me emociona volver", aseguraba Sutton, que se reencontraba con Craft, con el que ganó el título de D-League. Su impacto fue máximo, con 12 victorias en los 15 partidos de regular que quedaban y él ejerciendo de líder absoluto, con una versión muy mejorada de sí mismo. 15,7 puntos, 6,9 rebotes, un 44% en triples. Un volcán en erupción: "Fue una primera parte de temporada complicada. Jugué en Alemania y Francia y tuve que volver a casa en Estados Unidos para descansar y para evaluarme a mí mismo. Me di cuenta de que jugaba con una carga en mis hombros para demostrarle a todo el mundo que puedo triunfar en Europa. Soy diferente al año pasado. No juego para ser MVP sino para ganar partidos... y ojalá, un campeonato".



A punto estuvo de hacerlo. El de Durham llevó a su equipo a las primeras semis, con 26 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias y 4 robos. Más tarde, eliminó al favorito Armani Milano con 32 de valoración en el partido decisivo para volver a hacer historia con el primer billete a la final. Ahí, la desgracia, con una lesión en la cadera en el segundo encuentro que acabó poniendo cuesta arriba la serie para su equipo. Aún tuvo tiempo, cargado de dolor, de hacer 23 puntos y 13 rebotes en un duelo de la serie final que se acabó llevando Venezia por 4-2. La derrota le dolió más que su lesión. "No he podido dormir en dos días, veo una y otra vez el partido en mi cabeza. Estoy seguro que, sin mi lesión, seríamos campeones. Podría garantizarlo".

Quizá con ganas de quitarse esa espinita clavada, Dominique Sutton acabó renovando para protagonizar otra temporada de ensueño con el conjunto italiano, en una temporada que tuvo de todo. Junto a los Shields, Hogue y Beto Gomes, Sutton se lució en Eurocup, en la que terminó 5º en anotación (15,5), 8º en rebotes (6,3) y 5º también en valoración (18,2), alcanzando las semifinales. En liga, Sutton daba que hablar en cada partido, tanto por sus mates como por sus números. Incluso, a veces, por la polémica, como cuando acabó encarado con Slaughter tras una pelea entre Jorge Gutiérrez y Gentile que acabó conllevándole una sanción de 3.000 euros y sus disculpas públicas. 13,4 puntos, 7,8 rebotes y su público en el bolsillo, que no dejaban de ponerle apodos: "Dominator", "Demon-ique" o "El Lebron James de Trento". Palabras mayores.

Otra vez a Playoff. Otro billete a semifinales. Uno nuevo a la final, venganza incluida contra Venezia. Y, de déjà vu en déjà vu, un guion similar en la finalísima, con derrota contra Olimpia Milano pese a su gran defensa a Goudelock. Un adiós agridulce y lleno de rabia, que no empañó su gran paso por Trento: 11,5 puntos de media en 144 partidos. Máximo anotador del club en Serie A y Eurocup el día de su marcha, extranjero con más presencias, top en rebotes, segundo en recuperaciones. Simplemente, como bien apunto el diario local La Voce del Trentino, el mejor jugador de la historia del joven club. Su reconciliación con Europa. Su reconciliación con el baloncesto.



El calor llega a Burgos

"Es el tipo de jugador que queríamos", señalaba Linas Kleiza, director deportivo del Lietuvos Rytas, a la hora de valorar su llegada, en uno de los movimientos más importantes del mercado estival en Europa. Y él demostró desde el principio responder a esa confianza, con exhibiciones defensivas -"¡Puede defender las cinco posiciones!", exclamaba su técnico- y unos números en ataque notables: 11,3 puntos y 5 rebotes por duelo. "Creo que no hay nadie en Eurocup o Europa que pueda defenderme, es solo mi opinión. No pueden hacerlo y el 85% del tiempo están haciéndome dobles defensas en la zona", sentenciaba en la web de la Eurocup. Entonces... ¿qué falló?

Dicen que la vida de un profesional puede dar muchas vueltas y está repleta de subidas y bajadas, si bien el de North Carolina es capaz de llevar el tópico hasta el extremo. La última vez, el pasado enero, cuando Sutton apareció en todos los medios por haber retuiteado en Twitter críticas a su entrenador, que pronto confirmó su suspensión y que no iba a jugar más en el equipo. En ese momento, a más de tres mil kilómetros de Vilnius, en Burgos se decía adiós a un ídolo, Deon Thompson, con la difícil tarea de estar a la altura a la hora de sustituirlo.



Su nombre salió a la palestra y, de la mano siempre, las dudas sobre su estatura (1,96) para ocupar la posición de 4. En cuanto su fichaje por el San Pablo se confirmó, Dominique reivindicó que el club no se arrepentiría. "Sé de lo que soy capaz de hacer. Todo el mundo es más grande que yo, pero puedo defenderlos. Uso mi rapidez y soy atlético, ellos también tienen que preocuparse".

"Lo que más destaco de mí es la dureza, hago trabajo sucio y cosas que no salen en las estadísticas. Puedo ser base, tirador o distribuidor, todo a la vez. Me veo a mí mismo como un generador que puede anotar cuando hace falta, rebotear o defender, del base al pívot, y eso es importante en Europa. No soy solo bueno en una cosa", añadió, justo antes de comenzar su revolución.

El de Durham se estrenó en Liga Endesa con una victoria clave en un duelo por la permanencia contra el Delteco GBC, con 19 puntos, 11 rebotes, 2 robos, 7 faltas recibidas y 28 de valoración. Al limbo el topicazo de la aclimatación y la adaptación a un nuevo equipo. A continuación, sumó 20 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias y 26 de valoración para asaltar la cancha del Iberostar Tenerife y llevarse, junto a Shermadini, el MVP Movistar de febrero justo antes del parón copero.



"No me sorpende nada cómo he jugado estos dos partidos. Más que adaptarme al equipo, el equipo lo hizo conmigo , dejándome jugar como sé, subir y bajar la pista, jugar a campo abierto. Me han permitido ser yo y eso es lo que hice toda mi carrera. Para ser honesto, estoy encantado de volver a jugar al baloncesto viniendo de una situación complicada. Así que me siento genial por ser de nuevo capaz de competir y de disfrutar jugando. Hubo equipos que no confiaron en mí, así que poder llegar a la mejor y más respetada liga de Europa y poder jugar así es genial", comentó tras conocer su galardón, en unas declaraciones alejadas de las frases hechas recitadas con este tipo de galardones.

"Sé que hubo dudas sobre mi fichaje, sobre mi estatura... pero yo sé lo que soy capaz de hacer. Así es como he jugado desde que empecé en el baloncesto. Soy un jugador sin posición, que simplemente juega al basket demostrando versatilidad. No me guardo nada en defensa ni en ataque. El basket me divierte y lo demuestro, intentando demostrar que los que dudaban se equivocaban. Juego para reivindicarme. Juego con un propósito", añadía, antes del guiño final más ambicioso: "Nuestro objetivo debe ser ahora mismo intentar llegar al Playoff".

En cada partido, Sutton demuestra que no iba de farol. 19 puntos, 7 rebotes y 28 de valoración en el triunfo frente al Herbalife Gran Canaria, otros 17 (20 val) en la derrota en el Palau. Un doble-doble (10-10) para ganarle al MoraBanc Andorra y otros 15 puntitos y 6 rebotes en plena remontada burgalesa para conquistar el Nou Congost. Media docena de encuentros sin bajar de los dobles dígitos ni en puntos ni en valoración, con unos promedios excelsos: 16,6 puntos, 7,6 rebotes, 2,5 asistencias, 1,6 robos y 21,3 de valoración. Cinco victorias y una sola derrota, contra el líder. Puro fuego.




"Nos está ayudando mucho y ha sido una sorpresa para la Liga Endesa", reconoce su técnico. "Albano confiaba en que iba a darnos mucha energía y sabía que era un jugador totalmente diferente. Fuimos dos veces a la carga y a la segunda sí pudo ser. Mereció la pena", explicaba el presidente en El Correo de Burgos. Los aficionados son aún más enfáticos. "Es increíble su nivel, ni en los mejores sueños pensaba que íbamos a traer un recambio a Thompson que casi no nos haga acordarnos de él", apuntaba en el Foro ACB.COM el usuario invictuss. "Lo de Sutton no tiene nombre. Es que lo hace todo: no solo son números, es intenso en ambos lados, se deja todo. Su carácter es un volcán, pero le tienes que querer así", explicaba Mykhailiuk, altavoz del sentir general de la fiel afición burgalesa.

Si en el terreno de las sensaciones el calor no deja de aumentar, en el terreno de los datos el volcán ya ha erupcionado. Seis partidos, seis. Y dos mundos muy diferentes antes y después de su llegada. Cuando aterrizó, el San Pablo Burgos se encontraba a 1 partido del descenso y a 4 del Playoff. Hoy el San Pablo se encuentra 4 partidos por encima de la quema y a tan solo 1 triunfo de las plazas de lucha por el título. Y es que, en esta pequeña era Dominique Sutton en Burgos, nadie presenta mejores resultados que el San Pablo. Simplemente, con él, ha sido el mejor equipo de la Liga Endesa en estas últimas 6 jornadas:

Clasificación desde la llegada de Sutton (Jornadas 19-24)
Posición Equipo Balance
1 San Pablo Burgos 5-1
2 Barça Lassa, Real Madrid, KIROLBET Baskonia y Unicaja 4-2
6 Valencia Basket, Divina Seguros Joventut, BAXI Manresa, MoraBanc Andorra, Tecnyconta Zaragoza, Monbus Obradoiro, Montakit Fuenlabrada, UCAM Murcia y Delteco GBC 3-3
15 Movistar Estudiantes y Herbalife Gran Canaria 2-4
17 Iberostar Tenerife y Cafés Candelas Breogán 1-5


"Conocía la situación del equipo antes de mi llegada y deseaba ayudar a aportar victorias, aportar felicidad y ayudar para llegar al Playoff. Cuando fiché, muchos dudaron por mi altura o por lo que podía hacer tras la marcha de un jugador como Deon. Yo tenía claro que, una vez pudiera tener esa oportunidad, iban a disfrutar viéndome jugar y a empezar a respetar lo que hago", confesó hace días en El Diario de Burgos, compartiendo méritos con seguidores y compañeros: "La afición nos lo pone fácil. Ver sus caras fue una gran experiencia ya que seguramente sea la afición más intensa para la que he jugado. Es así en todos los partidos. Disfrutan y te hacen disfrutar. Además, entras en el vestuario, ves las conversaciones y el buen rollo sale solo. Me acogieron con los brazos abiertos. Mostrándome tal y como soy me han abrazado y hecho sentir uno más. Hablamos y bromeamos a todas horas".

ACB Photo / Alberch
© ACB Photo / Alberch


Son tan solo 6 jornadas y el reto del Playoff sigue siendo enorme, mas parece complicado encontrar muchos casos similares al suyo, poniendo una ciudad a sus pies en tan solo 6 partidos. Cambiando tanto, mejorando tanto, demostrando tanto. "Solo soy un chico de Bull City recorriendo el mundo", escribía en redes sociales, donde deja claro constantemente todo lo que echa de menos a sus hijos. Ya son cuatro, el menor de abril pasado y la mayor con trece añitos. A ellos les dedica cada paso, como si en cada partido construyera su futuro, consciente de que, más allá de las mil y una personas con las que se cruzó en su camino, nada importa si no es con ellos.

"Desde que llegó al San Pablo, en Burgos ya no llevamos jersey", escribió certero aquel acerca del chico de las gafas que se transforma en pista. El fan incondicional de Wade, el amante de los automóviles, a poder ser americanos, que, camino de los 33 años, volvió a encontrar su lugar. Hoy Durham tiene catedral gótica. Hoy las escaleras de Trento te llevan al Castillo de la ciudad que soñó el conde Diego Porcelos. Hoy Burgos tiene volcán, de fuego, calor y cenizas. La lava de Dominique. Ruge el volcán de Durham.