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Bourousis, el momentum, creer y la suerte

"We were lucky" "una canasta de creer", "ha sido un pase increíble", dicen los protagonistas sobre la canasta de Bourousis. "No es nada nuevo para nosotros", dice Bertans sobre el increíble partido del griego, que marca un punto que cambia el momentum de la serie

ACB Photo / I. Martín
© ACB Photo / I. Martín
  


Redacción, 9 Jun. 2016.- "And... we were lucky", repetía Ioannis Bourousis a la salida del pabellón al borde de la medianoche, cuando una decena de aficionados todavía le esperaban. "La última acción sucede pocas veces, pero nos sucedió a nosotros", había dicho el entrenador rival, Xavi Pascual en rueda de prensa minutos antes.

Pero Velimir Perasovic no albergaba mención alguna para lo azaroso. "Incluso esta última canasta de Bourousis es una canasta de creer, de no querer acabar la temporada con un 3-0 que sería bastante injusto pensando en la temporada que hemos hecho". Porque la canasta que forzaba la prórroga y acababa siendo el icono del triunfo de los vitorianos contiene, como mínimo, dos cosas. Por un lado, el carácter irredento que se asocia interminablemente a todo lo baskonista. Por el otro, lo que se ha más se asociado a Baskonia a lo largo de la temporada: Ioannis Bourousis.



"Eso es lo que hace... Hoy ha metido más triples de lo habitual, pero ha estado liderando al equipo durante toda la temporada, así que no es nada nuevo para nosotros", declaraba Davis Bertans tras el partido, pero todavía con esa media sonrisa del que es consciente del carácter extraterrestre de la actuación de su compañero. El griego terminó con 32 puntos, 6 triples, 10 rebotes, 4 asistencias, 2 tapones y 39 de valoración. Números escandalosos de por sí, que toman si cabe más sentido si se atiende a los precedentes: es la mayor anotación en Playoff desde Igor Rakocevic en 2007, la mayor valoración desde Marc Gasol en 2008, ha doblado su tope personal de triples en la competición...

Kim Tillie también se deshacía en elogios hacia el griego, que obró un recital de juego abierto y al poste, de liderazgo y de capacidad para transformar (mejorar) lo que hay a su alrededor: "Ha jugado muy duro durante todo el partido. Nunca se ha parado, nunca se ha rendido. Le hemos encontrado abierto muchas veces en la línea de tres puntos, ha metido muchos triples. En el interior recibe muchas ayudas, y puede pasar el balón al exterior para que otros conviertan tiros abiertos".



Pero todo el sentido lo otorga esa canasta al filo del tiempo reglamentario. Ese pase de 27 metros de Hanga, esa recepción en lo alto ante la incredulidad de Tomic, y ese tacto para ejecutar ese golpe de mano, desequilibrado, iniciando la caída. "Ha sido un pase increíble de Adam, como un quarterback de fútbol americano: toda la pista a una mano. Ioannis la cogió perfectamente y pudo convertir la bandeja. Ha sido una jugada increíble", lo resumía con sonrisa plena Kim Tillie. La misma que Davis Bertans, que vivió la jugada final de forma diferente: "Acordamos con Bourousis que él quería que yo hiciera otra cosa. Yo entendía que él quería otra cosa. Y al final ha salido perfecto...".

La canasta culminaba una remontada épica, de 10 puntos en los últimos tres minutos de partido, para forzar la prórroga. En instantes finales de locura, en los que el Laboral Kutxa voló y el Barça Lassa no estuvo a la altura del resto de su partido, pese a la gran capacidad de resolución de un Tomas Satoransky que bien podría haber sido el héroe de la noche. El robo y contraataque de Toko Shengelia que levantó al Buesa Arena y Perasovic describió como el momento en el que "todo se vuelve una locura", los triples consecutivos de Darius Adams y Bourousis, la canasta de uno contra todos de Mike James, el rebote ofensivo y canasta de Bourousis o el triple vital de Bertans. Todos ellos instantes de un equipo que parecía ya eliminado y que resurgió. "Hemos luchado hasta el último minuto. Hemos logrado dos 'crazy shots' para forzar la prórroga. Y en la prórroga hemos jugado con mucha confianza y así hemos ganado el partido", lo explicaba Tillie.

Esos crazy shots transformaron la dinámica del partido, que ya fue baskonista en la prórroga. Y pueden suponer un cambio también en la serie. En esa pugna entre la ansiedad y el momentum que se libra siempre en los días entre partidos, Laboral Kutxa parte ahora con ventaja, después de el Barça Lassa no lograra certificar el pase a la final con la dinámica alcista que traía de la ciudad condal. "Nosotros salimos reforzados después de hacer tres muy malos cuartos y poder ganar el partido", lo explicaba Velimir Perasovic. "El equipo después de ganar un partido así tiene que tener una energía diferente", decía el croata. "No teníamos opción. Era ganar el partido o irnos a casa. No queríamos irnos a casa todavía", lo tenía claro Bertans. El viernes, a las 21:00 horas, el Laboral Kutxa Baskonia vuelve a enfrentarse a la posibilidad de irse a casa. Aunque ahora, en una dinámica bien distinta.