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F4: Villanova confirma su hegemonía (62-79). Donte DiVincenzo (31p), MVP

Ganó el mejor. De forma incontestable (desde 1992 no existía una diferencia tan grande en una final universitaria), Villanova se proclamó campeona de la NCAA ante una Michigan que nunca fue rival y acusó demasiado la dependencia de Moritz Wagner. Una primera mitad fantástica del MVP Donte DiVincenzo, con 18 de sus 31 puntos, fue la chispa que encendió a unos Wildcats que fueron de menos a más para acabar sumando el tercer título de su historia

Villanova, ¡campeón universitario! (Foto Villanova.com)
© Villanova, ¡campeón universitario! (Foto Villanova.com)
  


Redacción, 3 de abril de 2018.- Antes de empezar la temporada, Villanova ya era una de las grandes favoritas al título. Y tras varios meses de dominio y algún que otro altibajo, los Wildcats han regalado una imparable fuerza y consistencia en el momento decisivo. Los de Jay Wright han firmado un March Madness a primerísimo nivel, ganando todos sus partidos por dobles dígitos (diferencia media de 17 puntos), incluyendo una final que apenas tuvo emoción. Tras 8 minutos de cierta igualdad, la explosión ofensiva de Donte DiVincenzo, MVP de esta final con 31 puntos, engrasó a una Villanova que, cuando empezó a funcionar, fue infinitamente superior a una Michigan demasiado dependiente de un desquiciado Moritz Wagner.



Michigan Wolverines (#3) 62 - Villanova Wildcats (#1) 79

Nivel de ambición máximo desde el primer segundo de unos Wolverines sin presión. Y, en especial, de su mejor dúo. Moritz Wagner consiguió 9 de los 11 primeros puntos de su equipo y, cuando el alemán tuvo su descanso, hoy sí apareció en el relevo un agresivo Muhammad Ali Abdur-Rakhman. Pero Villanova, pese a su desacierto desde la larga distancia (1 de 8 en triples en los primeros diez minutos), sobrevivía gracias a los tiros clave de Donte DiVincenzo y a su gran capacidad para no perder ni la intensidad ni la concentración (21-20, min. 12).



Y el llamado (y no es broma) "Michael Jordan de Delaware" sería la chispa que haría encender a sus compañeros. Ya no únicamente por sus triples, también por contagiar de energía a unos Wildcats que tomaban el control del marcador ya al descanso (28-37) con un 2-16 de parcial con doce puntos (de sus 18 en una fantástica primera mitad) casi de forma consecutiva de DiVincenzo. Villanova empezaba a entender cómo frenar a Michigan y, por otra parte, empezaba a sumar más argumentos al título.

El siguiente, Eric Paschall y en dos minutos. Cinco puntos consecutivos del ala-pívot seguían ampliando la renta (30-44) y agigantando los problemas de unos Wolverines superados en defensa y con más fe que ideas en ataque. Y más con la tercera falta (en forma de técnica) de un cada vez más desquiciado Moritz Wagner, tras un rifirrafe con Omari Spellman. Villanova nunca dejó de tener dobles dígitos de ventaja en toda una segunda mitad en la que Donte DiVincenzo confirmó a lo grande su más que merecido MOP (Most Outstanding Player), llegando hasta los 31 puntos y firmando la jugada del partido con un tapón sideral a dos manos a Charles Matthews. Una actuación inigualable: mejor anotación de un sexto hombre en la historia de la Final Four y unas cifras inéditas en una final de la NCAA desde 1989, cuando el exACB John Morton (cayendo con su Seton Hall ante Michigan) llegó a los 35.

Lo mejor del torneo en el ya clásico One Shining Moment