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Mike Tobey: Un viaje inesperado

Llegó como temporero en un final de liga del que salió campeón de Liga Endesa. Desde entonces no ha dejado de crecer en Lenovo Tenerife y, de regreso, a Valencia Basket. En su quinta temporada, Mike Tobey es uno de los jugadores más destacados del actual equipo taronja.

acb Photo / M. Pozo
© acb Photo / M. Pozo
  

Cuando aterrizó Mike Tobey en Valencia el día de San José de 2017 venía ligero de equipaje como el turista que quiere vivir el día grande de las Fallas y, sin embargo, llegaba cargado de ilusión. No tenía un destino final, pero sí un rumbo fijo. Deseaba que su aventura no fuera tan efímera como un monumento fallero, mas nunca se imaginó que cuatro años después fuera referente del club que le trajo a Europa.

Pensó que Valencia podía ser una estación de pasó, un cruce de caminos en un momento donde el rumbo los marcaba con pasos cortos, pero, de repente, se ha convertido en un vecino más de sus calles. “Cuando llegué no podía imaginar que estuviera hoy aquí. Cuando eres joven y has tenido experiencia en la D-League, llegas aquí a Europa y piensas que puedes volver. No piensas mucho en el futuro, pero honestamente, cuando vine aquí, después de dos semanas estaba muy sorprendido. Lógicamente tuve que hacer unos ajustes en mi juego, pero después me he sentido muy feliz todo este tiempo”, nos cuenta el pívot de Valencia Basket.

ACB Photo / M. Á. Polo
© ACB Photo / M. Á. Polo

A la ciudad llegaba un jugador con buen cartel. Un talento en ciernes con un paso destacado por la Universidad de Virginia que tenía, además, en su palmarés el título de campeón del Mundo U19. Tobey formó parte de un equipo donde también estaban jugadores como Marcus Smart, Aaron Gordon, Montrezl Harrell o Rasheed Sulaimon, base de Casademont Zaragoza. “Fue genial estar con la Selección de Estados Unidos. Fue la primera vez que jugué en una competición internacional y tengo un gran recuerdo de competir al máximo nivel contra grandes jugadores europeos. En la final jugamos contra Serbia que tenía grandes jugadores como Vasilje Micic, Nikola Milutinov o Nikola Jokic”, dice. Precisamente, en esa final pudo medirse a uno de los grandes pívots de la actualidad como es Jokic. “Fue interesante. Definitivamente no podía pensar en el jugador que es ahora. Por supuesto, le veías que era un jugador con talento, pero no podía pensar que se llegara a convertir en el jugador que es. Un jugador que incluso es candidato a MVP en la NBA”.

Y así, el viajero Tobey llegó con cartel de temporero con el objetivo de cubrir la lesión de Viacheslav Kravtsov y, la verdad, no parecía que su estancia pudiera ser tan felizmente prolongada. Solo disputó tres partidos donde no acumuló ni 30 minutos sobre el parqué, aunque eso poco le pudo importar el 16 junio en plena celebración por el título de ligero. En tres meses vivió un máster en cómo es y cómo celebra el pueblo valenciano las grandes fiestas. “Fue increíble. Me siento extremadamente afortunado que en mi primera experiencia en Europa hubiera podido recalar en este fantástico club y poder ganar. No es normal llegar y tener el éxito de primeras”, cuenta. En mitad del jolgorio que se desató una noche interminable en la Fonteta, Mike Tobey era un jugador feliz que trataba de retratar cada instante con la cámara de sus ojos.

Y así se cerró su estancia en Valencia. Hubiera sido bello de haber sido su final en Valencia y en España. Tendría una gran historia que contar cuando regresara a casa, pero algo bueno había hecho para que la siempre avispada dirección deportiva del CB Canarias quisiera ficharle para la siguiente temporada. Tobey ya no era un turista accidental o un forzado recambio; en su segunda temporada se convirtió en el pívot revelación de la Liga Endesa y en el MVP de la Copa Intercontinental que Iberostar Tenerife conquistó con 21 puntos y nueve rebotes del pívot en la final contra Guaros de Lara.

Tras la adaptación inicial, Mike Tobey demostró que, con la correcta mentalidad, el cambio del baloncesto americano al europeo no es difícil y, sobre todo, evidenció que hay vida más allá de la NBA. Para el pívot, la clave de su exitoso paso fue “saber que llegas a un equipo de baloncesto. Para mí lo importante en el baloncesto europeo es aportar al equipo tanto en defensa como en ataque. No debes preocuparte por tu éxito personal, si el equipo funciona seguro que las cosas te van a ir bien. Especialmente en España es importante compartir el balón y sentir que todo el mundo se siente integrado” .

MIKE’S TIME

Firmar ACB Photo/A. Perez
© Firmar ACB Photo/A. Perez

El conocer su afable carácter y ver el potencial que tenía su baloncesto fueron dos virtudes que lo convirtieron en objetivo de deseo en Valencia uno año después de su salida. Hubiera sido impensable que el camino de ida y vuelta fuera tan rápido, pero Valencia ya no le era ajena y en tres años la ha hecho suya. “Me siento muy cómodo jugando especialmente aquí en Valencia”, asegura.

Sus números ratifican esa sensación de estar ante un jugador que ha echado raíces, que se siente integrado en el proyecto de club y donde, además, siente que también se trabaja para potenciar su talento. “Cada temporada que ha pasado me he sentido más cómodo y mi objetivo siempre es el de seguir creciendo como jugador cada año. Quiero ser el mejor jugador que pueda ser y potencial cada faceta de mi juego. Para mí estar aquí tanto tiempo e ir mejorando, es fantástico”.

Mike Tobey siempre ha destacado por su facilidad anotadora, ya en la Universidad de Virginia fue designado sexto hombre de la potente Atlantic Coast Conference y evidenció que su velocidad de movimientos y buena mano podían ser habilidades muy útiles en su conversión al baloncesto europeo. Aquí, ha ido desarrollando cada año su abanico de movimientos en ataque y este año está en un 41,3% desde el triple. Sin embargo, si hay una acción del juego que mejor le define, esa es el bloqueo directo, principalmente desde la cabecera de la zona. Ahí explota al máximo su puntería abriéndose para lanzar triples o su velocidad de movimientos para desbloquearse y correr hacia el aro donde es habitual verle culminar pases con estéticos alley-oop que evidencia su buena coordinación.

La sociedad creada especialmente con Sam Van Rossom tiene marca registrada en la Liga Endesa, no en vano, Mike Tobey es el segundo jugador que más mates realiza en la competición (1,7 por encuentro). “Llevo mucho tiempo jugando con Sam y creo que hemos desarrollado una química especial jugando el pick and roll. Creo que nos buscamos mutuamente, tratamos de ejecutarlo con el timing correcto y eso solo se consigue entrenamiento tras entrenamiento. Solo a través de la práctica su puede crear esta conexión o la que tengo con el resto de bases”. Ahora bien, en caso de elegir ¿Cómo le gusta culminar el bloqueo directo? ¿Con un buen mate o un lejano triple? “uf… no lo sé. A veces hacer un mate es agradable”, contesta esbozando una sonrisa.

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© acb Photo

La confirmación de su progresión llegó con una espectacular Fase Final de la Liga Endesa donde promedió 14,3 y 10,5 rebotes. La brillantez de sus números y versatilidad de su juego le convirtió en un jugador muy valorado por otros clubes, fue legítimo que persiguiera su sueño de niño y buscara regresar a la NBA, pero entonces renovó por dos temporadas y ratificó su idilio con la ciudad y el club.

Buena parte de culpa de su desarrollo como jugador, y quién sabe si también de su renovación, la tiene Jaume Ponsarnau. El técnico siempre ha evidenciado su confianza en él y el desarrollo de sus habilidades esconde horas de trabajo del jugador, pero también empeño de los entrenadores por hacerle crecer. Sobre la química construida con su entrenador, Mike señala que “llevamos tres años juntos y hemos ido desarrollando nuestra relación. Siempre me ha apoyado y siento especialmente que este año me ha dado mucha confianza. Ahora tengo que demostrar su confianza sobre el parqué”.

El pívot, semana tras semana, está confirmando que fue todo un acierto que club y técnico apostaran por él y le ayudaran a desarrollarse. En la actualidad está completamente asentado en el equipo, fue designado jugador de la jornada por segunda vez en su carrera y volvió a demostrar que es un pívot de plenas garantías durante la ausencia de Bojan Dubljevic.

Mike Tobey es una rara avis en un mundo que, en demasiadas ocasiones peca de personalismos y egos injustificados. El gran mérito de los logros del pívot quizá radica en que su progresión no se ha separado ni un centímetro del camino que se propuso recorrer. Sabe que delante suyo tiene a una leyenda del club y acepta con total normalidad su rol como referente de la segunda unidad. “No me importa salir del banquillo”, asegura. “Cuando volví de Tenerife sabía que tenía que aportar otro ritmo, otra energía y durante estos años me he sentido cómodo saliendo desde el banquillo y aportando mi energía al equipo. Ser titular o salir del banquillo no es importante; tienes que estar preparado en todo momento para hacer el mejor trabajo posible”.

Calmado y casi siempre con una sonrisa, Mike es un buen tipo, el prototipo de jugador que siempre se necesita en un banquillo que aspira a grandes cosas porque aporta talento sobre la pista y hace equipo fuera de ella. Supo adaptarse en los meandros de su curso natural por el baloncesto y aceptar su rol siempre con la perspectiva de mejorar y ser grande allí donde ha encontrado un hogar. “Mi única intención es seguir siendo mejor. Quiero crecer en este club porque el club también está creciendo. Queremos jugar muchos años en Euroliga y para nosotros el principal objetivo es volver el año que viene a Euroliga”.

Mike habla con sentido de pertenencia. Se ha hecho un hueco en la historia del club y comparte su ambición. Su nombre ya pertenece por méritos propios a la historia y siente que también tiene ganado el afecto de la afición. Muchos logros para un chico que venía de paso, pero que se ha mimetizado con el adn taronja … Y lo mejor de todo es que el viaje inesperado de Mike todavía no ha terminado.