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Rafa Martínez: 600 días de garra

Este fin de semana Rafa Martínez cumplirá 600 partidos en Liga Endesa. Escolta de garra y facilidad anotadora, el jugador de Santpedor ha labrado una brillante carrera en Manresa, Valencia y Bilbao.

acb Photo / J. Alberch
© acb Photo / J. Alberch
  

El baloncesto es cuestión de estrellas y de genios, pero también de currantes y tipos honestos que, a base de pico y pala, se labran brillantes carreras deportivas. Con los primeros saltamos de nuestros asientos, pero nos enamoramos de los segundos.

Raras avis son aquellas figuras del baloncesto que conjugan la virtud del talento y la actitud del esfuerzo, pero Rafa Martínez lleva 599 días demostrando que una trayectoria basada en el pundonor no está reñida con la magia.

El escolta de Santpedor ha cosechado una carrera brillante con picos de notable éxito, pero que nunca le ha alejado de un perfil afable y cercano. Hombre de discurso sereno, sobre la pista siempre ha mantenido la máxima del trabajo como único juez y la alegría como gran recompensa; fuera de ellas, nunca ha perseguido el foco mediático o el titular fácil.

Ha alcanzado momentos de gloria personal, como las veces en las que grandes clubes europeos trataron de firmarle, pero siempre prefirió jugar, sentirse importante y, sobre todo, feliz. Lo es en Manresa, lugar de origen y destino de su baloncesto, y lo fue previamente en Bilbao y en Valencia donde echó raíces hasta convertirse en hijo adoptivo.

LOS 600 PARTIDOS DE RAFA MARTÍNEZ

Club Número de partidos Temporadas
Valencia Basket 397 10
BAXI Manresa 174 7
RETAbet Bilbao Basket 28 1
TOTAL 599 18

En un mundo con demasiadas excentricidades y donde sobran las máscaras, con Rafa todo es sencillo. En las conversaciones no hay fuego de artificios y sí complicidad magnética en los detalles. Es respetado y admirado por compañeros, entrenadores y aficionados de cualquier equipo. Ser genuino es su gran virtud… su gran éxito.

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LA LEYENDA DEL PITBULL

Debutó un nueve de octubre de 1999. Con carnet de júnior, lo suyo fue un estreno clásico: con el partido resuelto por un marcador claro. Lo malo es que le tocó jugar en una derrota (57-79 contra el FC. Barcelona) y su hoja estadística registró dos lanzamientos fallados, un balón perdido y una falta personal. Un estreno nada premonitorio porque ya la siguiente temporada fue un habitual de la rotación y el tercer año fue el de su confirmación.

Luego lamentó la bajada a los infiernos deportivos en una temporada para olvidar y de la que rápidamente se resarció con el ascenso a la acb en 2007, ya como capitán. Por entonces, su carrera ya estaba en la rampa de lanzamiento y Valencia Basket le firmó en el verano de 2008. Como todo fichaje que se precie de ser contado, el de Rafa incluye anécdota: firmó con Pamesa Valencia tras reunirse con su presidente en un restaurante e insinuarle este que, a modo de precontrato, estampase su firma en una servilleta. “Era muy importante venir a un club como este. [Estoy] Con muchas ganas y muy ilusionado por darlo todo a este club”, dijo en su presentación. Palabras comunes en cualquier presentación que suelen estar vacías de contenido, aunque no en su caso. Las ganas y la ilusión fueron sus compañeras de viaje. Fue un 17 de julio y el 17 le acompañó durante toda su estancia.

En Valencia sintió la camiseta, el escudo y la idiosincrasia valenciana, y respondió con entrega, trabajo y esfuerzo. Fue el líder del equipo cuando se le requirió, el héroe de los últimos balones cuando estos quemaban en otras manos, el compañero que animó cuando su trabajo no lucía en pista y, sobre todo, fue el gran capitán que levantó alguno de los trofeos más importantes de la historia en Valencia Basket.

Le costó porque en varias ocasiones la maldita fortuna le fue esquiva cuando vislumbraba las puertas del Ajuntament abrirse a su paso. Incluso en pequeños círculos se hizo la promesa de que no abandonaría Valencia sin levantar la tan deseada copa, pero no fue una, ni dos, ni tres… Su persistencia y la del club le valió momentos de incalculable felicidad porque antes había sentido la amargura de la derrota. El deporte tiene estas cosas, la derrota y la victoria tienen algo en común: son efímeras.

Rafa lo pudo comprobar en 2017 cuando una maldita noche de primavera se le escapó el que estaba predestinado a ser su gran momento: levantar la Eurocup ante su gente. No lo fue y muchos pensaron que ese año quedaría en el barbecho emocional de todos. Sin embargo, vivió en primera persona uno de los títulos más inesperados de Liga Endesa. Casi tanto como el que festejó de niño cuando el TDK Manresa ganó la liga.

acb Photo / A. Arrizabalaga
© acb Photo / A. Arrizabalaga

Narrador de las más bellas historias deportivas de la entidad valenciana (ganó cinco títulos), Rafa hizo de su capitanía un orgullo y saldó todas las cuentas que hubo pendientes con los títulos de Eurocup y Supercopa Endesa. Cierto que se quedó sin levantar la Copa del Rey y quizá eso sea algo que le recuerde a su amigo íntimo Sergio Llull cuando rememoren la final de 2017.

El 10 de junio de 2019 decía adiós a Valencia Basket. No fue una decisión fácil para Jaume Ponsarnau, otro hombre honesto que no quiso privar a Rafa de una justa despedida. Fue en una eliminatoria contra el Real Madrid cuando, y tras no jugar en todo el encuentro, tuvo ocho segundos para que su gente, sus compañeros y sus rivales rindieran pleitesía a su legado y lo hiciera como se merecía: de corto y sobre el parqué que tantas veces defendió con bravura y honestidad a partes iguales.

Quebrado por la emoción, seguro que Rafa sintió que todos los esfuerzos físicos, que todas las veces que renunció a tentadoras ofertas… que todo, absolutamente todo, cobraba sentido al llorar las mismas lágrimas que brotaban de su fiel afición. Se marchó siendo el máximo anotador del club y el jugador con más títulos en la historia de la entidad… pero su historia todavía no había concluido.

UN JUGADOR PARA EL RECUERDO... DE DOS CLUBES

Clubes Partidos Puntos Asistencias Triples Valoración
Valencia Basket 397 (2º) 3692 (1º) 725 (3º) 636 (1º) 3618 (3º)
BAXI Manresa 174(10º) 1413 (11º) 230 (14º) 202 (7º) 1383 (10º)
  • Entre paréntesis el puesto que ocupa en la clasificación histórica del club

Bilbao y Manresa son el epílogo de una carrera que no tiene fecha de caducidad. Puede ser que el físico no le permita ser el exuberante jugador de sus inicios en el club del Bages, y quizá su valor se halle más en lo intangible del día a día de un vestuario acb que lo que muestra una estadística. Pero si hay algo que no ha cambiado es su garra y genio. Los años no han temperado su afán competitivo y, por ello, pelea y protesta como siempre lo ha hecho. Hay cosas que no cambian con la edad.

Sabe que el final deportivo es inevitable y en su caso está cerca. Incluso este verano bromeó con la idea de la retirada, pero mientras el cuerpo y la mente le animen a jugar, el baloncesto seguirá siendo una pasión solo superada por el amor que siente por su mujer, Olatz, y sus hijos Paula y Adur.