En el Estudiantes siempre es un momento difícil, sentencia. José Ramón Ramos subió con sólo 16 años al primer equipo del Estudiantes porque, según las crónicas el equipo, pasaba un momento complicado que lo obliga a tener una economía de guerra. Ramos lo desmitifica: El Estudiantes siempre pasa por un momento complicado y nunca hay mucho dinero. Yo subí al primer equipo porque fui uno de los primeros en España que practicaba el tiro en suspensión. Además, era un buen reboteador. El tiro en suspensión se presentó en sociedad en Europa en los Juegos de Roma de la mano de la selección de Estados Unidos, dirigida por Lester Lane, y fue una revolución en un baloncesto donde se lanzaba con los dos pies en el suelo o, como mucho, levantando uno para tirar escorado. Ramos llegó un poco después que Chus Codina y un poco antes que Juan Antonio Martínez Arroyo. Los tres bajitos, dirigidos por Jaime Bolea, un enamorado de la táctica, sacaron al Estu de la crisis y consiguieron varias victorias frente al intratable Madrid. Entre ellas, la Copa de San Sebastián de 1963. El Madrid tenía un dominio abrumador. Nuestra opción era intercambiar canastas porque teníamos muy pocas posibilidades en el rebote. Bolea sacó a los altos de la zona e hicimos un tres para tres, como en los entrenamientos.
Tras el título, como siempre en el Estu, hubo problemas por ofertas de otros equipos. Para evitar la marcha de Codina, el club optó por ofrecerle el puesto de entrenador/jugador, el único cargo en el que se cobraba. A pesar de la aparición de Aíto, José Luis Sagi-Vela o Vicente Ramos, el hermano pequeño, la temporada resultó muy movida. Como todas en Estudiantes, vuelve a desmitificar Ramos. La decisión no logró evitar la marcha de Codina la siguiente temporada. Sagi-Vela, Aíto y los dos hermanos Ramos seguirían su camino fuera del Ramiro. José Ramón optó por el Picadero, donde se reencontró con Codina. No fue por él. Yo era muy amigo de Miguel Albanell desde que habíamos coincido en unos juegos escolares y me dijo que estaban interesados en mí. Fui a conocer al presidente y a su familia, que me trataron estupendamente y decidí irme al Picadero. Pude haber fichado por el Madrid pero es que en Barcelona me ofrecían 20.000 pesetas al mes y el Madrid, sólo 6.000. El dueño del Picadero, Joaquín Rodríguez, era un predecesor de los directivos estrella con fichajes sonados y declaraciones altisonantes. La 65-66 fue la temporada que estuvo más cerca de quitar el título a los blancos; quizá le pudo el deseo. El Picadero, que afrontaba la recta final de la Liga con ventaja sobre el Real, al que había derrotado en su cancha por 32 puntos cayó sorprendentemente en Mataró en uno de los partidos más famosos de la Liga Nacional.
Sobre ese partido hay muchos rumores, de sobornos, pactos y traiciones que Justo Conde puso por escrito en su mítico libro 70 años del basket nacional. José Ramón Ramos explica que el Picadero dio dinero a un directivo del Mataró para que facilitaran la victoria. Éste, cuenta Justo Conde, pidió a cambio que no jugaran los extranjeros del club barcelonés. Cuando el Picadero reaccionó ya era tarde. O casi. Estábamos empatados y, en la última jugada, Theo Cruz, nuestro portorriqueño, cogió un rebote defensivo pero Soler se la quitó y la metió. Perdimos de dos. La posterior derrota del Picadero en su visita al Madrid, muy polémica por la actuación arbitral, dio la Liga a los blancos por un punto. Tras el fracaso, el Presi Rodríguez decidía ajustarse el cinturón y Ramos fue uno de los damnificados. Pude ir al Joventut con Kucharski pero decidí volver a Madrid porque estaba mi familia y mi novia.
En el pecado, llevó la penitencia el Madrid porque le costó mucho volver a encontrar un pívot como Aiken. Su primer sustituto, Bob Whitmore, no llegó a debutar porque fue sorprendido por la brigada de estupefacientes en un piso cercano a la base de Torrejón. Brietelle, Signorille o Muller tampoco cuajaron en la cancha. Ese año, en el que su hermano Vicente llegó desde Estudiantes, tuvo que reconvertirse en alero por la gravísima lesión de Brabender en un partido con la selección. En la siguiente temporada, el Madrid, que veía como el Varese le cerraba las puertas de la Copa de Europa, sufrió para hacer doblete y logró ambos títulos en finales de Liga con arbitrajes polémicos. Cuando estaba en Estudiantes pensaba que los árbitros nos robaban, cuando estaba en el Picadero, también, y, cuando estuve en el Madrid, lo mismo. Visto con perspectiva, está claro que el Madrid ganaba porque era el mejor pero también porque los árbitros lo respetaban muchísimo. Los títulos nacionales siguieron cayendo hasta un día nefasto. En el Madrid se disputaban partidos benéficos entre las secciones. Jugábamos un partido de fútbol y, en una disputa con Marañón, me rompí la rodilla.
José Ramón Ramos Cecilio
Madrid, 2 de febrero de 1943
1,80 Alero
Trayectoria como jugador
Formado en las categorías inferiores de Estudiantes
16 temporadas en Primera División
Estudiantes (59-60 / 64-65)
Picadero (65-66)
Real Madrid (66-67 / 71-72)
Estudiantes (72-73 / 74-75)
Trayectoria posterior
Entrenador de Estudiantes (76-77 / 77-78)
Tras su retirada de los banquillos, ocupó diversos puestos en el organigrama del Estudiantes.
Palmarés
5 Ligas (67-68, 68-69, 69-70, 70-71 y 71-72)
5 Copas de España (62-63, 66-67, 69-70, 70-71 y 71-72)
2 Copas de Europa (66-67 y 67-68)
1 Copa Latina (66-67)
Selección Nacional
67 veces internacional