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M. Shakur: Una antigua estrella del High School que no olvida sus raíces

Mustafa Shakur es la última apuesta del TAU Cerámica. Un jugador más conocido por los amantes de la NCAA que por los seguidores del basket europeo, donde en su primer año no ha tenido demasiada suerte. Pero Shakur quiere hacerse un nombre en la ACB, recuperar a base de buenos partidos la fama que tuvo hace relativamente poco, lo que le valió ser mediático e incluso protagonizar reportajes televisivos, como el que realizó en los días previos a un draft que le dio la espalda

Mustapha Shakur no tuvo suerte en su experiencia europea (Foto Euroleague/Getty)
© Mustapha Shakur no tuvo suerte en su experiencia europea (Foto Euroleague/Getty)
  


Redacción, 18 sept. 2008.- Poco antes del draft 2007, las cámaras de Presspass TV se fijaron en Mustafa Shakur. Se quería ver cómo vivía un joven los días previos a un acontecimiento tan importante en la trayectoria de un jugador norteamericano como es el draft y Shakur fue el elegido.

El nuevo base del TAU Cerámica repasa, a lo largo de nueve minutos, sus ilusiones, su trayectoria y nos deja ver que es una persona muy apegada a su familia, a sus amigos de toda la vida y a su barrio de origen. De hecho, el vídeo comienza con Mustafa mostrando a la periodista su barrio, el lugar donde sus “sueños de baloncesto comenzaron”, en la vieja calle Warnock de Philadelphia.

Shakur presume de casa, que destaca sobremanera por su color rojo en una hilera de casas blancas. Allí fue el lugar dónde comenzó a dar los primeros quebraderos de cabeza a su padre por su amor al baloncesto. ¿Y qué decir de sus vecinos, que no dejaban de escuchar el sonido de la pelota botando?

El de Philadelphia aprovecha la entrevista para dar a conocer a sus amigos de la infancia, aquellos “que juegan al baloncesto todo el día durante cada día” de sus vidas. Afirma que habiendo 25 o 30 chicos de su edad en su calle, era complicado no jugar a cualquier deporte. “Jugábamos al baloncesto, al fútbol, al baseball, a todo”. Además, lo verdaderamente divertido eran los piques entre chavales del propio barrio, los encuentros contra chicos de otras calles, etc.

En los campus previos al draft, trabajó con técnicos de hasta doce equipos, que ni siquiera acerta a numerar. “Houston, Sacremento, Detroit, Seattle, Portland, Miami… cada franquicia con un modo de trabajar, cada cual un estilo. Algunos técnicos quieren ver cómo te mueves en la pista, otros prefieres ver cómo tiras…”. Mustafa Shakur regresa junto a los periodistas de PresspassTV al mítico Cherashore Playground, en el que los más jóvenes juegan con ilusión con la intención de emular a jugadores del nivel de Cuttino Mobley, Flip Murray o el propio Shakur, que crecieron entre las canastas de Cherashore. Amigos no le faltan a Mustafa, que se cruza con ellos allá por donde va. Continúa el relato mostrándonos la primera pista de baloncesto donde tiró a canasta, cuando tenía cuatro o cinco años. Su primer recuerdo de baloncesto es él machacando el aro. Con un “poco” de ayuda, claro.

El sustituto de Goran Dragic es un apasionado del baloncesto que, nada más regresar de Arizona a casa, se fue a la pista de al lado “jugar uno contra uno al basket”. Al fin y al cabo, muchos de los chicos que él conoce han crecido mucho en estos cuatro años, sin dejar de acudir a esas canchas. “Nunca están vacías, siempre partidos uno contra uno o concursos de tiro”.

A Shakur no le importaba su destino en el draft. “Lo importante no es de donde me llamen, sino que me llamen. Seré feliz cuando digan mi nombre. Todo el mundo me pregunta a qué sitio iré, quién me va a draftear”. Y él no se inmutaba porque la noche del draft, simplemente, era “un día más”. De hecho, el estadounidense confiesa no tener “preferencias. Mi único objetivo es recalar en un equipo que confíe en mí y me deje demostrar lo que puedo hacer, es lo más importante”. Una noche tan importante podía ser motivo de fiesta o de celebración especial, pero Mustafa es un chico hogareño. “No hare grandes fiestas la noche del draft, sino que lo veré en casa con mi familia”. Esa noche muchos familiares irán a su casa, incluidos “dos sobrinos y cuatro sobrinas. Niños pequeños que irán de un lado a otro y con los que tendré que jugar”.

Si algo queda comprobado en el vídeo es que a Shakur no le falta gente que le aprecie. Entre ellos, un amigo que confiesa quererle “como un hermano. Le deseo lo mejor, que acabe en la mejor posición posible. Es mi base favorito en todo el mundo, lo digo de corazón”. La siguiente escena del vídeo es en su casa, su santuario personal. Allí, nos enseña sus trofeos, las instantáneas de sus momentos más grandes como jugador, su MVP, sus fotos con Jordan (“Fui dos veces a su campus”) y, especialmente, una foto que le llena de “orgullos” del McDonald’ s High School All American de 2003.

En ese encuentro, compartió equipo con los mejores jóvenes de su generación, en la que destacaban nombres como Chris Paul, Travis Outlaw, Charlie Villanueva, Brandon Bass, Ivan Harris, Luol Deng o LeBron James. No hay que extrañarse, ya que para muchos expertos, en ese año Mustafa era el base con más proyección, por delante incluso del propio Chris Paul. Uno de los mejores jugadores de instituto de todo el país.

Mustafa Shakur salió de las calles de Philadelphia y en su primer año de junior se fue al Friend´s Central High School, donde promedió 27 puntos y 7 asistencias por partido. Anotó más de mil puntos (guarda aún el balón de recuerdo del día que lo superó), con mates como el de la foto que enseña con emoción. Independientemente de lo que pasara en el draft, Shakur deja claro que no olvida sus raíces. “Espero regresar algún día a la comunidad que me dio tanto”.

Su nombre no se oyó en el draft y su primera experiencia en Europa no fue tan buena como pretendía pero ahora tiene una nueva oportunidad de demostrar todo lo que lleva dentro. Quince meses después del vídeo, Shakur aterriza en la ACB dispuesto a recuperar el tiempo perdido y volver a demostrar todo el baloncesto que lleva dentro. Que no es poco.