Crónica

El Real Madrid anula a un Caja Laboral diezmado (62-87)

El Real Madrid de Ettore Messina demostró un mejor momento de forma y consolidación matando el partido desde el primer cuarto e imponiéndose al Caja Laboral, demasiado justo de fuerzas y efectivos, por un claro 62-87. Habrá clásico y habrá una final disputada, porque ambos equipos llegan asustando por su consistencia. Teletovic (17) y San Emeterio (14) fueron los baluartes baskonistas, pero el juego de conjunto de los blancos fue demasiado

Sergio Llull (15 val.) fue una de las piezas de un Real Madrid bien engrasado
© Sergio Llull (15 val.) fue una de las piezas de un Real Madrid bien engrasado
  



Las Palmas, 3 Oct. 2009.- La segunda semifinal de la Supercopa ACB dejó claro que el Real Madrid tiene el equipo a punto, mientras que el Caja Laboral necesita más tiempo… y más jugadores. Las lesiones de jugadores claves lastraron al equipo de Dusko Ivanovic, que no pudo competir en un partido que los blancos dominaron a placer, marcando el ritmo y la intensidad.

En el primer cuarto se rompió el choque, con un Real Madrid muy sólido, muy inteligente, muy completo, que empleó y dosificó a todos sus hombres y que empezó a mostrar de lo que será capaz en el nuevo proyecto Messina. El Caja Laboral, por su parte, no encontró en ningún momento la comodidad en ataque ni la presencia física en defensa necesarias para llevarse el partido y acabó cayendo con contundencia (62-87).

Apenas hubo espacio para el morbo, a pesar del buen inicio de Pablo Prigioni y de Fernando San Emeterio. Se echó de menos la emoción en un partido que mató el Real Madrid con su peso de talento y resistencia, con una contundencia mayor. Mañana se enfrenta al Regal FC Barcelona, otro equipo en un buen momento y que probablemente será un competidor más parejo.

Viejos conocidos, nuevas sensaciones

En un arranque controlado y pausado, Pablo Prigioni no tuvo paciencia para empezar a reivindicarse. El jugador argentino sumó seis de los primeros nueve puntos de su equipo, además de repartir una asistencia en los primeros compases. En el bando contrario, otro jugador con ganas de reivindicarse era Fernando San Emeterio, que anotó cinco puntos casi consecutivos (7 en total en el primer cuarto) en el inicio errático del Caja Laboral (9-15 tras los primeros cinco minutos).



El sabor a morbo (tres jugadores con pasado baskonista en el cinco inicial blanco) se mantuvo con la entrada de Sergi Vidal y con el acierto de Prigioni (9 puntos en el primer periodo y 12 de valoración) que sacó el máximo partido a los constantes pick&rolls del Real Madrid y de la conexión con Louis Bullock (7). Tanto Ettore Messina como Dusko Ivanovic rotaron al máximo, por lo que el cuarto se cerró con 18-30 para el Real Madrid y 17 jugadores habiendo saltado a cancha.

Dos realidades, dos velocidades

El Caja Laboral acudió a la Supercopa con una plantilla corta debido a las lesiones de Herrmann, Oleson, Eliyahu y Huertas, lo que obligó a Ivanovic a jugar con Pau Ribas de base durante muchos minutos y con Micov de cuatro. Con circunstancias diferentes, los dos equipos se presentaron con dos realidades diferentes, dos velocidades.

El Real Madrid de Messina jugó a placer, rotando el banquillo, moviendo el balón, con ideas claras y frescura en defensa, lo que le permitió estar cómodo ya durante el segundo cuarto, tanto en el marcador como en la propia pista. El Caja Laboral no podía hacer gala de su intensidad habitual para complicar la vida a los madrileños y parecía perdido: es un equipo que no sabe jugar sin competir.

Regresó Prigioni en el minuto 13, con 15 puntos de ventaja ya en el marcador (21-36) y demasiada poca tensión en la cancha, aunque los vitorianos no supieron aprovecharlo para remontar, a pesar de aumentar la tensión defensiva. El partido parecía muerto en este tramo porque, a pesar del empeño de los dos equipos, el marcador estuvo parado durante cuatro minutos, hasta que el Real Madrid lo rompió con cinco puntos consecutivos (Hervelle y Bullock) y estableció una diferencia de 20 puntos (21-41) que incluso incrementó al descanso (25-48).

El Caja Laboral saca su orgullo

Un equipo campeón no muere al descanso. Por eso, liderados por Teletovic, que anotó siete puntos en dos minutos y medio (y 10 en todo el cuarto), el Caja Laboral estableció un parcial de 11-4 que les devolvía por lo menos el hambre de ganar. El Real Madrid tardó en despertar, mientras que los baskonistas habían recuperado la claridad de ideas que no tuvieron en el primer parcial. 42-53 y el partido está de vuelta.

Messina, que había dado pistas de cómo jugará su Real Madrid (mucha circulación de balón, constantes bloqueos y continuaciones en el centro para iniciar jugadas, defensa sólida e inteligente…), tuvo que enderezar el ritmo con un tiempo muerto pasados sólo cuatro minutos. Y lo hizo durmiendo el partido, devolviéndolo a un sitio en el que el Caja Laboral no encontraba canastas fáciles y el intercambio de canastas de talento era la pauta. Y sin casi darse nadie cuenta, el partido volvió a irse más allá de los 20 puntos (45-67).

Ajustes y preparación

Carl English anotó sus primeros puntos en el minuto 32 de partido, arrancando tímidos aplausos de la que fue su afición la temporada pasada. Él y Barac, intermitente pero muy activo, mantuvieron el Caja Laboral vivo y dentro del margen de remontada (53-66), pero las sensaciones nunca llevaron a pensar en que fuera posible dar la vuelta al marcador.

Los últimos minutos sirvieron para que los jugadores con menos minutos en ambos equipos cogieran confianza y se integraran con sus nuevos compañeros. pero ya sin disputar la victoria. Apuntes interesantes sí quedaron para el recuerdo: la presencia de Velickovic y Hervelle, que desquiciaron a Tiago Splitter y el apagón de Prigioni, que lanzó a su nuevo equipo al principio y lo dejó seguir rodando después. Acabó una semifinal demoledora; o mejor dicho, demolida.