Artículo

Raül López, el base que todos quieren tener

Calderón, Nash, Parker, Rondo, la lista de ausencias es interminable. El base está en peligro de extinción en este Mundial pero por suerte siempre quedan pequeños grandes talentos que nos recuerdan a la figura clásica del director de juego. Raül López es uno de ellos, un tipo diferente, con magia en sus manos e inteligencia en sus decisiones… es el base con el que todos quieren jugar

Raul López, repartiendo juego (Foto Cipriano Fornas / enCancha)
© Raul López, repartiendo juego (Foto Cipriano Fornas / enCancha)
  

Esmirna, 28 Ago. 2010.- Parece que en este mundial les ha mirado un tuerto y que la mala suerte les acompaña. Parker, Rondo, Nash, Cantero, Atsur… la lista de bajas en su puesto es interminable, es como si el base estuviera en peligro de extinción en este Mundial. Por desgracia, España tampoco se ha podido salvar de esta dinámica y poco antes de iniciarse el campeonato perdía a José Manuel Calderón.

“En España tenemos una gran cantidad de bases y de calidad, lo que sucede es que las circunstancias ahora mismo hacen que tenga que estar aquí, desgraciadamente, por la lesión de un compañero como es José que todos sabemos que, con permiso de Ricky, es el mejor base que tenemos aquí pero esto son cosas que pasan”, dice Raül López, su relevo en la selección. El base de Vic, que ahora milita en el Khimki, sabe muy bien lo que se dice porque en el 2002 vivió la triste circunstancia de lesionarse antes del Mundial y por so tiene claro que “se tiene que trabajar para que se note lo menos posible su ausencia”.

Si ahondamos en la realidad del torneo y, más concretamente en el grupo de España, nos encontramos con la enorme dificultad que han tenido las selecciones para encontrar bases de garantías (Lituania va sólo con un base, Canadá ha tenido lesionado durante varias semanas a Jermaine Anderson y Nueva Zelanda no encuentra a un base puro). Un problema, éste del base, que en el baloncesto moderno cada vez lo vemos con más frecuencia. “Cada vez el base de antes, el que siempre conocemos se ve menos. Ahora son jugadores más físicos que son capaces de jugar de base y de dos, con un físico más grande al que estamos acostumbrados y esto hace que cada vez haya menos bases puros”, comenta Raül.

¿Evolución del juego o empobrecimiento táctico? Está claro que el baloncesto de hoy no es el mismo que el de hace 20 años y el debate está servido. Muchos adoptarán un posicionamiento darwiniano del baloncesto, pero otros sentirán la nostalgia de no vivir un tiempo pasado. “A mí me gusta el base clásico, siempre me he fijado en ellos y siempre he intentado aprender de estos bases, lo que pasa es que no se puede hacer nada contra la evolución del juego y está claro que ahora cada vez es más físico” señala un Raül López que tiene claro que “ahora cada vez se necesita pensar menos y actuar mucho más rápido”.

Pensar menos y anotar mucho más. Ahora cada vez más se tiene a ponderar la calidad del partido del base en función de los puntos conseguidos aunque Raül piensa que esto va en función del “tipo de jugador”. Hay bases como Derrick Rose o Tony Parker que por formación y físico “tienen que anotar para jugar bien, pero hay otros bases que no necesitan anotar tanto para hacer funcionar a sus compañeros que es la función básica del base, pero cuando tienes tanto talento como Rose tienes que aprovecharlo para anotar”.

Por suerte siempre saldrán bases fieles a la vieja escuela y, como comenta el jugador de Vic, España se encontrará en el Mundial con alguno de ellos. “Siempre saldrán jugadores de este nivel, quizá en el grupo, al no estar Tony Parker, se piensa que no hay tantos bases de nivel, pero en las otras selecciones hay grandes bases que saben jugar los minutos finales y distribuir el juego. Quizá menos pero creo que siempre existirá el base clásico”.

Uno de los jugadores que responden a ese tradicional perfil es Raül López, un tipo al que todos quieren como compañero fuera de la pista y como director de juego dentro de ella. Sólo hay palabras de cariño hacia su persona y de admiración a su juego, está claro que en Turquía los ha vuelto a conquistar. “Esto es algo que es bonito. Para alguien que juega de base es agradable porque es una posición, no sé si sacrificada o no, pero sí donde tienes que pensar en tus compañeros antes que en ti. Esto es algo que todos los bases saben”, asegura un Raül que añade que “también es agradecido jugar aquí porque son jugadores con un gran talento porque no es necesario hacer un gran pase para que ellos lo aprovechen y anoten. Esto facilita mucho nuestro trabajo”.

Y... ¿Cuál es la clave para que todos quieran jugar con Raül López? “Llevo jugando mucho tiempo, intento hacer lo que dice el entrenador y lo que creo que necesitan mis compañero en la pista. Con esto, si te entregas la máximo, ya tienes mucho conseguido”, reconoce nuestro protagonista.

En sus palabras se denota el poso de la experiencia y sabiduría que dan los años, pero quién no recuerda al maravilloso Raül de los pases imposible y desbordante imaginación de comienzos de década. Como dice entre bromas el propio jugador aquella etapa ya pasó y “la inconsciencia de la edad sólo la tienes una vez, luego ya vas creciendo e intentas ser cada vez mejor profesional y hacer las cosas que te piden. Muchas veces te saldría hacer cosas que te pide el cuerpo pero luego lo piensas y…”. El base cerebral y reflexivo al final acaba saliendo.

Pero como la clase y la magia no se pueden esconder y rompen cualquier corsé, seguro que en el Mundial aún tenemos tiempo de volver a ver esos pases imposibles de Raül. “Algún día sale, pero más entrenamientos que en partidos...”, dice con una sonrisa en la cara. Esa misma sonrisa que nos provoca verle de nuevo en el grupo y mandar en la pista. En una época donde el base clásico está cada vez más amenazado por la evolución del físico, Raúl López es un claro ejemplo que con cabeza, calidad y corazón todavía se puede ser un grande… siendo pequeño.