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Copa y March Madness: más similitudes que diferencias

El trío estadounidense del Unicaja (Fitch, Rowland y Darden) reconoce que al March Madness y la Copa del Rey les une un entorno especial. “Es el mismo ambiente, es muy excitante. Hay la misma energía. Para mí, es muy parecido”, explica Fitch, que debuta en Copa del Rey, pero jugó cuatro torneos universitarios

Foto EFEDOS / Aitor Bouzo
© Foto EFEDOS / Aitor Bouzo
  

Redacción, 17 Feb. 2012.- Cuando llega marzo, las miradas del baloncesto estadounidense dejan solo un ojo en la NBA para poner el otro de lleno en el baloncesto universitario. Porque su locura hasta supera las pasiones que desata la NBA.

Las similitudes con la Copa del Rey son reales. Torneo del KO, ganar o ir a casa. Concentración de partidos en pocos días. Y un ambiente de baloncesto que, probablemente, no se respira en el resto del año.

En esos grandes parecidos coinciden los tres estadounidenses del Unicaja: Gerald Fitch, Tremmell Darden, y EJ Rowland. Fitch es todo un experto en la cita estadounidense, pues la disputó los cuatro años que pasó en Kentucky, aunque en ninguna de ellas logró clasificarse para la Final Four. En 2001 cayó en el Sweet Sixteen, igual que en 2002. Al año siguiente alcanzaron el Elite Eight, pero ahí terminó su andadura. En su año senior (2004), no pasó de segunda ronda, al perder contra un punto ante UAB (75-76). Suficiente bagaje para saber lo que se vive en un torneo del KO de esa altura. ¿Qué parecido hay con la Copa del Rey, pues? “Es el mismo ambiente, es muy excitante. Hay la misma energía. Para mí, es muy parecido”, explica Fitch, que cree que “la diferencia con el March Madness es que hay más partidos, pero el ambiente es el mismo”.


Rowland también sabe lo que supone jugar la locura de marzo y, además, ya ha ganado una Copa (lo hizo con el Artland Dragons en 2008). Aunque su experiencia en el torneo universitario es corta: solo un partido en 2005, en el que su St. Mary’s cayó ante Southern Illinois (65-56). “En el March Madness, si pierdes, la temporada entera se ha acabado, esa es la gran diferencia”, reconoce Rowland, que es consciente de que, aquí, como allí, “todo puede pasar, solo tienes que ganar un partido a cada vez. En un partido, puedes ganar a cualquiera, por eso jugamos a este deporte”. En definitiva, “son más similares que diferentes, pero el March Madness es para lo que trabajas durante toda la temporada, esa es la gran diferencia”.

Su compañero Tremmell Darden no llegó a lograr clasificarse en ninguno de sus cuatro años en la Universidad de Niagara, pero sabe perfectamente qué supone la competición universitaria. “La Copa es un torneo muy intenso, es como un torneo de final de temporada”. Así pues, “es ganar o irte a casa. Todo el mundo juega duro, nadie quiere perder. Quien sea que juegue el mejor baloncesto en estos partidos, tendrá su oportunidad”.