Un gran LeBron James guía a los Heat al segundo título de su historia

Viendo la carrera de LeBron James, y su relativa juventud (27 años), la de anoche puede haber sido sólo el principio. De la mano del MVP de la temporada regular, quien consiguió el doblete al conseguir también ser el MVP de las Finales por decisión unánime, Miami consiguió el segundo título de la historia de la franquicia al imponerse con claridad a unos Thunder que nunca parecieron creer en la remontada.

Un espantoso tercer cuarto de los hombres de Scott Brooks, con sólo Kevin Durant (32 puntos y 11 rebotes) dando la cara frente al vendaval de Miami, dejó a Oklahoma City a merced de la inspiración de sus rivales. Y, para su desgracia, no sólo LeBron James (26 puntos, 13 asistencias y 11 rebotes) estuvo enchufado,

Mike Miller se convirtió en el héroe imprevisto del Game 5 con un asombroso 7/8 en triples, para 23 puntos y 5 rebotes. Tampoco los otros dos vértices del "Big Three", Chris Bosh (24 puntos y 7 rebotes) y Dwyane Wade (20 puntos, 8 rebotes y 3 robos) se borraron en ningún momento.

Los Thunder, que de la mano de Durant y algunos chispazos de Russell Westbrook (19 puntos y 6 asistencias) habían aguantado en el partido al descanso (59-49), acabaron agotando sus escasas armas. James Harden (19 puntos), quien sólo apareció con el partido ya perdido, y Serge Ibaka (9 puntos y 4 rebotes) volvieron a estar muy lejos del nivel que ayudó a los Thunder a llegar a las Finales.

El último cuarto, con el partido ya decidido, fue un auténtico paseo para Miami, quien pudo celebrar con antelación una victoria histórica con sus aficionados. LeBron James recibió una gran ovación al ser sustituido a tres minutos del final, ya con un rotundo 118-96 en el marcador. La operación de maquillaje de los meritorios de Oklahoma City dignificó el resultado final (121-106), pero no restó valor al mérito del triunfo de Miami.

El largo y emotivo abrazo al final del duelo entre LeBron James y Kevin Durant, los dos jugadores que protagonizan el presente y, sobretodo, el futuro de la NBA, cerró una intensa serie que terminó con el jugador de Miami, por fin, como a un rey con corona.







Cerrar el "día más feliz de mi vida", como el propio LeBron James lo definió tras el partido, con el primer triple-doble de la temporada es un lujo. El indiscutible MVP de las Finales acabó con la escasa resistencia que anoche dispusó Oklahoma City con 26 puntos, 13 asistencias y 11 rebotes. La historia ya le guarda un hueco de honor.


La rumorología en torno a Mike Miller, desmentidas rotundamente por el alero, hablaban de una posible retirada del alero ante sus problemas crónicos de espalda. Pero Miller no pareció en el momento más importante de su carrera un jugador a punto de colgar las zapatillas. Su espectacular 7/8 en triples para 23 puntos (además de 5 rebotes) fue letal para los Thunder.

Rey coronado. Casi dos años después de abandonar Cleveland para buscar su sueño del anillo en Miami, LeBron James ya es campeón de la NBA. Sólo otros siete jugadores podrán presumir de tener al menos tres títulos de MVP y un anillo de campeón en sus vitrinas. James se convirtió anoche en el primer jugador desde Tim Duncan en 2003 en conseguir el MVP de la temporada y el MVP de las Finales en el mismo año, en el primer jugador desde Magic Johnson en acumular dos triples-dobles en partidos de Finales NBA, y en el sexto jugador en conseguir un triple-doble en el último partido antes de conseguir el anillo. LeBron ya es leyenda.

• Triples letales. Sólo un jugador, Ray Allen en 2008, consiguió más triples en un partido de Finales que Mike Miller anoche. Y nunca nadie tuvo tanto acierto lanzando al menos ocho triples. Su 7/8 (87.5%) no tiene precedentes en la historia de las Finales.
  
  
• Un equipo con corazón. Hasta en tres ocasiones en estos Playoffs los Heat parecían heridos de gravedad. Sólo en primera ronda, ante New York, Miami no llegó a estar con menos victorias que su rival. Tanto Indiana, como Boston (que llegó a tener un 3-2 a favor con el Game 6 en casa) como Oklahoma City tuvieron a los hombres de Erik Spoelstra contra las cuerdas, pero acabaron cediendo. Ningún equipo en la historia había ganado el anillo remontando tres eliminatorias.