Crónica

El Barça Regal se vuelve a sobreponer a todas las dificultades (73-62)

¡Habrá quinto! El FC Barcelona Regal derrota al Real Madrid por 73-62 en un partido intenso e igualado, en el que los azulgranas han brillado defensivamente, con una gran primera mitad de Tomic y donde volvió a sobresalir la capacidad competitiva culé

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Barcelona, 16 Jun. 2013.- Todas las dificultades son pocas para el FC Barcelona Regal. La presión de saber que el rival podía celebrar el título en casa, el enorme trabajo defensivo que parecía desplomarse en un instante, la lesión de Juan Carlos Navarro... El Barça Regal, una vez más, supo sobreponerse a todas las dificultades para forzar el quinto encuentro. Madrid coronará al campeón.



El conjunto azulgrana vivió en la primera mitad con un extraordinario Ante Tomic y una sublime defensa, que noqueó por completo a un Real Madrid que pareció enterrar todo el esfuerzo culé en un breve momento. Al descanso, la ventaja local era exigua; en el tercer periodo, Navarro decía adiós por lesión. Pero la infinita competitividad del Barça Regal les volvió a hacer campeones. Momentos de Huertas, de Mavrokefalidis, de Lorbek. Y, el Real Madrid acabó sin encontrarse a sí mismo en el último cuarto, donde la capacidad azulgrana para sobreponerse a todo y a todos escribió un nuevo capítulo.


El dominio de Tomic y la asfixia defensiva

A la primera, batalla interior. Si el FC Barcelona Regal había estado más pendiente de los exteriores que de los hombres de pintura en los anteriores partidos, el Real Madrid parecía salir dispuesto a aprovecharse de ello. Dos balones: falta personal de Ante Tomic y canasta de Mirza Begic. Y los catalanes que respondían con un doble rebote ofensivo para terminar en canasta del croata.

Precisamente, Tomic, junto a Rudy Fernández se convertía en el gran protagonista de los primeros compases. Aunque el croata acabaría sobrepasando con creces esa modesta condición. El pívot balcánico había recuperado la relevancia absoluta con la que convivía durante la liga regular, la de emblema azulgrana. Con 10 puntos en seis minutos, lograba que los azulgranas se colocaran por delante, ayudado por un triple de Marcelinho Huertas, que había salido de la oscuridad en la que había vivido el anterior partido.

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La concentración e intensidad del Barça Regal habían crecido, lo que no solo se reflejaba en su control del rebote (de los ocho primeros del encuentro, siete eran suyos; 9-2 al final del primer cuarto y 19-8 al descanso), sino también en una defensa que alargaba y enfangaba los ataques del Real Madrid. Solo Rudy, con su actividad ofensiva buscando a Navarro en la penetración (los triples seguían sin entrar), conseguía anotar con relativa constancia. La necesidad de canastas forzadas de Sergio Llull era la mejor representación de las dificultades blancas.

Toda la dificultad que no experimentaba un Tomic superlativo. No solo capturando rebotes ofensivos para convertirlos en canasta, sino conteniendo a Begic en defensa y recibiendo al poste bajo dispuesto a sus mejores bailes. A marcharse con 14 puntos al banquillo con la merecidísima ovación del Palau Blaugrana. Si Erazem Lorbek colaboraba, además, con canastas puntuales, el Barça Regal se escapaba en el marcador: 23-15. Creciendo desde una defensa encendida, asfixiante, desesperante. Una perfección capaz de maniatar a su rival hasta el desquicio. Una exhibición que solo lanzaba a los azulgranas seis arriba al final del primer periodo, tras un enorme mate de Tremmell Darden remontando la línea de fondo.

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Solo un instante

Los hombres de Pablo Laso seguían estrellándose ante la defensa culé, que aprovechaba a la perfección los contactos para castigar a su rival. Y, en ataque, los azulgranas no podían vivir con mayor comodidad. Acostumbrados a que su defensa desahogue la necesidad de anotación, encuentran su estado de esplendor ofensivo. Mientras que, por un lado, solo pequeños instantes de Sergio Rodríguez y una lucha de Felipe Reyes movían el marcador; por el otro, Ante Tomic y Marko Todorovic encontraban aro con relativa facilidad.

El tanteador no era esplendoroso pero no todos los marcadores bajos son tan maniqueos como para favorecer al Barça Regal. Este, favorecedor, sí lo era: los locales desprendían la imperturbable comodidad del equipo que cree en sus facultades defensivas. Del que sabe que su goteo llega y que el rival no será capaz de dar la vuelta. Reyes ponía al Madrid a tres (30-27), pero entonces un robo de Víctor Sada (vital en el derroche defensivo azulgrana) hacía que la comodidad se confirmara.

Sergio Rodríguez recorre la línea de fondo –sin pase–, da la vuelta para adentrarse en el interior de la zona –sin pase, ni rumbo–, la saca hacia el exterior, donde llega un hombre vestido de azulgrana. Y el Real Madrid tira mientras se consume la posesión. Es la imagen de un Real Madrid desnaturalizado por su rival. Llevado a un terreno en el que no es él mismo.

Marko Todorovic tocando balones sin parar en el rebote ofensivo, Tomic recibiendo para repartir juego, Lorbek pivotando para acabar hallando el aro pasado... La variedad local era la de los mejores tiempos; el juego interior parecía tan poderoso e infranqueable como la teoría dictaminaba. ¿Qué más daba que si la diferencia a segundos del descanso era de solo cinco puntos (34-29)? Con el partido bajo control, no había contratiempo posible.

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El problema es el instante. El instante en el que el Barça Regal pueda traicionarse y recibir la puñalada de un Real Madrid que solo dura un instante. El que necesita para poner en duda el buen juego del rival. El triple de Sergio Rodríguez prácticamente al término del segundo cuarto dejaba el encuentro 34-32. Dos puntos de diferencia parecían mucho premio para un Real Madrid que había sufrido (y mucho) durante 20 minutos.


Los isquios de Navarro

Y el instante acabaría llegando en el inicio del tercer periodo. El Real Madrid, que volvía a lanzar en el último segundo de posesión, logró un triple forzado. Dontaye Draper, en su cuota al inicio del tercer periodo, anotó desde 6,75 para poner al Real Madrid por delante (34-35). Contestaría inmediatamente Marcelinho pero, en ese instante, el Real Madrid había gritado que el esfuerzo del Barça Regal durante largos veinte minutos no era suficiente. Que debían también, confiar en una mayor efectividad ofensiva para optar al encuentro. La igualdad era, ahora sí, de facto.

Al momento ofensivo de Huertas le contestaban primero Rudy y después un Nikola Mirotic hasta entonces intrascendente. Y el Barça Regal jugó al acierto. Navarro aceptó y anotó los tres tiros libres de la falta, seguidos de un triple de Brad Oleson (45-39). En la otra mitad de la cancha, Mirotic trataba de asumir la responsabilidad, sacando jugo de balones complicados que permitían respirar a su equipo cuando más necesitaba aguantar en el pulso (47-43). Y, en esa lucha, llegó la peor noticia posible para los locales: Navarro, que hacía gestos de incomodidad tras una bandeja, acabó retirándose al banquillo con un tirón en los isquiotibiales, tras el que no volvería a jugar. La ventaja seguía del lado de los de Xavi Pascual al término del tercer periodo (49-45), pero todo parecía igual de abierto que siempre para el último.

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Momento Mavrokefalidis

Con Darden, el Real Madrid volvía a buscar el ataque al poste bajo. Al buen rendimiento que ya había mostrado Draper en el tercer periodo se le sumaba una nueva bandeja cómoda al contraataque. Los de Laso extendían sus piezas para igualar a 49. Pero el rival reaccionó. Marcelinho Huertas siguió haciendo gala de su capacidad ofensiva para colocar el 54-49 que llevaba al Palau Blaugrana a su tope durante todo el tiempo muerto.

Loukas Mavrokefalidis vivía también su momento. Tres ataques con canasta que ponían una ventaja más que consistente (58-49). Sobre todo, cuando el Madrid se enfrentaba (y fenecía) a cada ataque, frente a cinco hombres y más de siete mil gargantas. El momento de colapso madridista ante una defensa de nuevo excelsa (Felipe Reyes parecía, por momentos, rodeado por mil manos) ponía de nuevo en jaque a los capitalinos, que presentaban una pobre estadística de dos puntos en cuatro minutos. La nueva canasta de Mavrokefalidis (10 puntos en otros tantos minutos) dejaba a los suyos 61-52.


Viajando a Madrid

En ese terreno, con cinco minutos por jugarse, al Real Madrid ya solo le quedaba asirse a la remontada. Negación ofensiva, bonus tempranero en el cuarto, confianza ofensiva azulgrana, Tomic volviendo a la pista para seguir anotando... El Barça Regal parecía tener el partido bajo control (63-56), con su rival recurriendo a una zona para tratar de cambiar el signo de los acontecimientos. Y abandonándose a la necesidad de Felipe Reyes y a la capacidad de Llull para forzar.

Pese a la ausencia de Juan Carlos Navarro, la tranquilidad para circular el balón hasta la falta madridista permitía el control. El tiempo corría en contra de los madridistas, que subían líneas en defensa buscando la precipitación azulgrana... o del robo. Tremmell Darden machacaba en contraataque para poner el marcador en 63-61. Xavi Pascual recurría al tiempo muerto para salvar el apuro de los suyos, que sufrían con su 7/13 en tiros libres. Pero desde esa misma línea del sufrimiento se volvieron a escapar. El Real Madrid, al límite en cada defensa, les volvió a mandar a la línea. Lorbek y Oleson no fallaron, y 67-61 cuando todo parecía más complicado. Tiros libres que valían un quinto partido.

Sergio Rodríguez falló el segundo tiro libre y, tras el rebote ofensivo de Begic, el pase del canario fue interceptado por Huertas. A partir de ahí, el Barça Regal ya solo pudo festejar. Falta de Reyes, técnica a un Rudy Fernández muy molesto con los colegiados y 73-62 final. El Palau Blaugrana pareció acabar viviendo una fiesta.

Madrid decidirá al campeón. ¡Quinto!