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La ABA (XVII): Los mejores (V)

El que pudo haber sido el primer Michael Jordan de la historia, el jugador con el físico más ´particular´, aquel que era conocido por tener como mascota una boa constrictor o el que era todo un maestro en defensa y ataque... Gonzalo Vázquez nos acerca una semana más algunos de los nombres que fueron determinantes en la historia de la ABA. Aquellos jugadores que fueron decisivos en los pocos años de esplendor de una competición de la que salieron muchas de la estrellas de la NBA

David Thompson pudo haber sido toda una estrella, el primer
© David Thompson pudo haber sido toda una estrella, el primer "Michael Jordan"
  

Bob NETOLICKY (1967-76) / 2.05 m

1967-72 Indiana
1972-73 Dallas
1973-74 San Antonio-Indiana
1974-76 Indiana

Como hemos ido viendo, casi toda la plantilla de aquellos Pacers de gloria ha ido apareciendo por aquí; y al hilo, no podía faltar este veterano de guerra de nueve años en la ABA, dos veces campeón con Indiana (70 y 72) y con una curiosa trayectoria, ya que se pierde el título del 73 y regresa la campaña siguiente al equipo de sus cinco primeros años, los Pacers, donde jugará hasta las últimas noche de liga. Incluido en el cinco de novatos del 68 y miembro del segundo equipo ideal en el 70, 'Neto' disputará cuatro ediciones del All Star Game.

Junto con otro Bobby (Jones), uno de los más finos cuatros de todo el campeonato, insaciable trabajador de pista de suave suspensión, buen manejo del gancho más interior (siempre desde la letra derecha) y una coordinación defensiva al hombre envidiable, todo ello aderezado por una nítida visión del juego sobre el que asumía su papel, secundario de anotación y de primer aporte reboteador. Sin embargo y como curioso añadido, aquel apuesto blanco de perfecta dentadura era célebre por otros motivos y es que, como gran amante de los animales, era conocido en la liga por poseer, entre otros, un león y una boa constrictor, y sobre todo, por ser junto a Wendell Ladner, uno de los jugadores más atractivos de la ABA según decía el público femenino. Por lo visto, al volante de su Porsche 911 Bobby causaba estragos fuera de pista.

Billy PAULTZ (1970-76) / 2.11 m

1970-75 New York
1975-76 San Antonio

Campeón de la ABA en el 74 con New York y subcampeón de la NBA con Houston en el 81; curiosamente, de otro jugador de los Rockets (cuando Olajuwon podría haber sido su hijo), recibirá en 1985, poco antes de retirarse, uno de los más terribles puñetazos que se recuerdan en el baloncesto profesional. Durante sus 15 años de carrera, Paultz fue una de las piezas de segunda fila más importantes allá donde estuvo, al más puro estilo Robert Parish pero sin joyas de peso histórico colectivo a su lado (salvo Dr J). Paultz lo hacía todo bien: la sobria defensa a los interiores, su suspensión media (atípica por entonces para un hombre de su altura) académicamente perfecta, sus eficaces ganchos a la antigua usanza de anzuelo bajo (Heinsohn, Hagan, Martin); en definitiva, todo lo concebible para una estatura de peso, con la que se movía como cuatro ligero siendo cinco por naturaleza; las melenas siempre húmedas de aquella pequeña cabeza (para un cuerpo tan grande, tipo Wallace Bryant) daban crédito de un trabajo y rendimiento formidables. Pese a su rendimiento, nunca fue un gran reconocido (salvo en New York) como pívot blanco al tocarle después en compañía Gilmore en San Antonio y Moses en Houston, e incluso Eaton en Utah. Sus seis años en la ABA, tres de ellos como all star, son todos de doble dígito y en el 76 lidera incluso la tabla de taponadores (3.05). Es de hecho uno de los primeros diez jugadores en sumar más puntos, tapones y rebotes en la historia de aquella liga y como fruto de todo aquel trabajo, nunca jugó allí en ningún equipo cuyo porcentaje de victorias fuera negativo. Pese a quince años de carrera, Paultz continúa siendo jugador de auténtico culto. Y como apreciable curiosidad, a medida que transcurrían los años Billy fue cogiendo peso natural, redondeándose, pero jamás subió una sola talla en la indumentaria, de tal modo que a la tensión de su camiseta (Houston, Utah) habría que añadir que con aquellos pequeños calzones, nunca ha quedado mayor superficie de piernas desnudas que en Billy Paultz, Chuck Nevitt y Manute Bol.

Red ROBBINS (1967-75) / 2.02 m

1967-70 New Orleans
1970-72 Utah
1972-74 San Diego-Kentucky
1974-75 Kentucky-Virginia



Uno de los más singulares físicos que haya dado no sólo la ABA sino la historia del baloncesto; desdentado como Issel y como él o Corzine, mucho mayor en apariencia de lo que realmente era, el mítico Babe McCarthy le obligó a jugar de pívot sus tres primeros años (todos all star) en New Orleans y Robbins simplemente lo bordó. Sin apenas alcanzar unos raquíticos 90 kilos de peso, no podía explicarse aquel rendimiento en la pintura (cuarto máximo reboteador en la historia de aquella liga) y fuera de ella (hizo 11 de 12 en tiros en el 7º choque de las Finales del 71 para darle el título a Utah; ganaría su segundo con Kentucky en el 75) sin entender que una férrea voluntad en ocasiones fuera de lo común (llegó a señalársele tres técnicas en más de diez partidos distintos) y una rarísima habilidad (Rambis, Rodman) para brillar en el juego sucio contribuyeran de un modo increíble a perfilar, después de ocho años, una de las piezas más raras y efectivas de toda aquella década.


Para colmo, superaba el 30 por ciento en triples y el 81 en tiros libres, y padeció múltiples lesiones que no le impedían jugar por decisión propia llegando a portar en muchas ocasiones vendajes de lo más curioso. A medida que transcurría su carrera, avejentaba de un modo escandaloso, chupándose de mejillas, aclarándose el cabello y flaqueando sus extremidades como un mendigo huesudo, que era lo que realmente parecía. Si hubo 'freaks' en aquella liga, este fue sin duda uno de los más curiosos. El solo hecho de verse acompañado por Beaty en Utah y por Gilmore y Issel en Kentucky, le dio rienda suelta para convertirse en una especie de esquelético hombre de hierro que desahogaba su particular lucha contra cualquier canon que pareciese académico. Miembro destacado del 'feísmo' estético predominante aquella década. Una reliquia a descubrir.

Charlie SCOTT (1970-72) / 1.99 m

1970-72 Virginia

Otro escuálido negro de pura raza. Rapidísimo y ligero como pocos, Scott se revela en apenas dos años como un anotador imparable (uno de los tres mejores que dio la ABA en toda su corta historia), que no tiene reparo alguno en lanzar a canasta, pese a compartir camiseta en la 72 con Dr J. Ostenta de hecho el mayor número de lanzamientos intentados a canasta en su segunda temporada con 2302. Scott era puro fuego a la carrera y no parecía ver otra cosa que aro cada vez que recibía el balón en movimiento. En dos años promedia más de 30 puntos en la ABA, 27.1 como novato y nada menos que 34.6 (el más alto en los nueve años de liga) en su segunda temporada antes de recalar en Phoenix primero y en Boston después para lograr el anillo del 76 en la liga rica. Pero allí no volverá a ser el Charlie Scott de la ABA porque como él mismo aseguraba en la NBA se jugaba sin correr y la ABA, libertina, relajada y generosa, le venía como anillo al dedo. Fueron tan sólo dos años, pero ambos de puro estrellato en que será nombrado co-rookie del año con Issel en el 71 y miembro del cinco ideal aquel mismo año, e increíblemente del segundo la temporada siguiente con mejores registros, si bien es incluido sin fisuras en el All Star Game sendas campañas. Uno de los escasos jugadores que pese a hacer carrera después en la liga rica, debe ser recordado por su espectacular eclosión en las profundidades de la ABA.

James SILAS (1972-76) / 1.88 m

1972-73 Dallas
1973-76 San Antonio

Uno de los mejores manejadores que alumbró aquella liga y célebre por su frialdad para encarar los últimos cuartos de marcador apretado. Silas sufriría después una grave lesión y con los Spurs de los últimos setenta bajaría notablemente el pistón pese a que sus cuatro años en la ABA legaron al recuerdo el perfil nato de una fiera exterior como pocas, inclasificable entre 'point' y 'shooting guard'. Conviene recordar que venía Silas de dos años de NAIA all american (como Monroe) en la recóndita Austin universitaria donde promedió más de treinta puntos por choque. Los Rockets le draftean en cuarta ronda y lo entregan a Dallas allá por noviembre del 72, perdiéndose a uno de los mejores exteriores puros de la década, otro anónimo sumido en la oscuridad de la ABA, entre otras razones, por una extraña tendencia a ausentarse los tres primeros cuartos y estallar el último (superó varias veces la veintena en el cuarto período), y otra de carácter, pues cuando Donnie Freeman llega a San Antonio, ya con Gervin, indica Silas a su técnico Bob Bass que no quiere lanzar más a canasta. 'The Snake', como era conocido, no deseaba ni atenciones ni estrellatos. Pese a ello, disputará dos veces el all star, será incluido en el quinteto de novatos de la 73 y en el equipo ideal de la liga por dos ocasiones. Otra de aquella cabezas diáfanas curiosamente pobladas por una enorme cantidad de pelo, afro de patilla larga y bigote, todo ello negro sobre piel negra, muy a juego con la indumentaria 'Spur' a domicilio y con la solidaridad estética dominante por aquel entonces.

Ralph SIMPSON (1970-76) / 1.95 m

1970-76 Denver

Explosivo anotador que apuntaba al estrellato desde la High School, donde coincide con Haywood en aquel equipo de Pershing campeón del estado de Michigan tras un partido donde Simpson anota 43 puntos. El equipo olímpico del 68 le invita a formar parte de la plantilla pero diversas circunstancias provocan que rechace aquella invitación sin precedentes. Ya en Michigan State, una década antes de llevarla Earvin Johnson a la gloria, Simpson promedia como sophomore nada menos que 29 dianas por partido. Elige la ABA y viaja a Colorado.

Sus seis años de camiseta en Denver le encumbran allí como el máximo anotador histórico de la franquicia con 9953 puntos; sin olvidar los mayores registros de tiros de campo y tiros libres intentados y anotados, asistencias, robos e incluso pérdidas de balón. Miembro del cinco ideal en la última temporada de la liga, llegó a disputar todos los All Star de 1972 a 1976. Aquel último año forma Denver la mejor plantilla de su historia (Simpson, B.Jones, Thompson, Issel, Beck, Roger Brown) y alcanza el subcampeonato tras perder con los Nets de Dr J. Simpson fue siempre un rapidísimo anotador de rachas cuyo único defecto fue quizá el porcentaje y cierta inconsistencia defensiva. Caso contrario y aun apreciando su valioso legado específico, estaríamos hablando de uno de los más grandes de aquella década.

David THOMPSON (1975-76) / 1.94 m

1975-76 Denver

'Skywalker': su sobrenombre lo dice todo. Si hubiera que extraer de las profundidades del pasado (no tan lejano) un Michael Jordan en potencia, no cabría la menor duda de hacerlo en David Thompson. Lo tuvo todo para brillar como nadie, para ser un nuevo Baylor más alejado del suelo, para distinguirse incluso de Dr J por mayor celeridad al dribbling en el bote, rectificado en el salto a dos piernas y la carrera al defensor/es pegado. Y durante un tiempo así fue antes de precipitarse en un pozo personal de desdichas que acortó drásticamente su carrera en 1984.

Pero aquel año en la ABA, únicamente uno, resultó otra de aquellas paradojas grotescas, pues se alumbran esplendores como él en la inevitable agonía de la una liga que termina eliminando incluso las Divisiones por falta de equipos. Thompson venía de ser tres veces all american en North Carolina y ganar con ella el título universitario en 1974. Es elegido como número 1 en el draft de la ABA por Virginia y también con el 1 de la NBA por Atlanta. Recala sin embargo en Denver junto a Jones, Issel, Simpson y el último Roger Brown para colar a los de Colorado en sus únicas Finales. El 27 de febrero del 76 anota 50 puntos en la victoria contra San Antonio en una serie de 17 de 20 en tiros de campo y 16 de 19 tiros libres.

Thompson era de una vistosidad sin precedentes por sus más 42 pulgadas de salto donde coordinó siempre movimientos con balón que terminaban las más de las veces en mate sobre estaturas mucho mayores, en especial al rechace libre. Pero igual que su gran virtud fue precisamente aquel físico liviano que volaba armónico a cualquier balón, su gran defecto fue querer delegar en ello todo su juego posterior, adoleciendo una falta de talento (y carácter) que no compensó en modo alguno con cualidades técnicas y mentales. Esta fue la única frontera que le separó del gran estrellato de haber sido, de veras, el primer Michael Jordan en toda regla. En el último partido de la historia de la liga, sus 42 puntos (en una terca lucha individual) no pudieron hacer nada por evitar la remontada de 22 puntos de New York en aquel sexto partido. La NBA se alfombró para recibirle.

Cuando el 9 de abril del 78 endosa a Detroit 73 puntos alcanza, sin duda, la cima de su carrera, demasiado puntual, pues la propia perspectiva indica que lo mejor que pudo hacer, al margen de otros aspectos, fue precisamente eso, legar por potencial la tercera máxima anotación en la historia del baloncesto profesional, la más alta por detrás de Wilt Chamberlain, lo que viene a demostrar por lo ocurrido después lo que pudo haber sido' y no fue.

John WILLIAMSON (1973-76) / 1.88 m

1973-76 New York

Procedente de la pequeña New Mexico State, Williamson recala como agente libre en New York el verano del 73 y no tarda en abrirse hueco en la plantilla como estilete anotador de perímetro de Julius Erving. Y esto ocurre de modo curioso pues aquella temporada, nueve insólitas derrotas seguidas dejan a los Nets con un 4-10 de inicio y 'SuperJohn', como era conocido, entra al roster titular para terminar el año con 51-19 y superar a todos en Playoffs logrando el campeonato del 74. Williamson era jugador de minutos de peso como demostraría, especialmente, dos años después en los últimos instantes de ABA: New York llegó a perder en aquel sexto por 22 puntos ante Denver y el último cuarto fue de Williamson después de anotar 16 de sus 28 puntos en aquellos últimos doce minutos. De hecho, la última canasta de la historia de la ABA es una suspensión lateral suya antes de que la pista se viera invadida por el público de la Gran Manzana. Nunca se aprovechó demasiado esta insólita cualidad de SuperJohn, la de anotar increíbles porcentajes del cien por cien en los últimos balones de partido; por desgracia, el legado es tan escaso por su rechazo al estrellato que es de recibo mencionar aquella suspensión imposible de siete metros, ya en la NBA, el 12 de febrero del 78 que rompe en New Jersey el empate a 110 frente a New York, uno de los tres buzzers más increíbles de toda la década, junto con las bombas de Jerry West en las Finales del 70 y del bullet Charlie Johnson en el séptimo de las series del 78.

Williamson poseía un físico extraño; de típicas medias alzadas, parecía no revelar cuello pues su tronco superior, la complexión de hombros, era musculada y compacta y superaba por fuerza a su defensor sin apenas evitar los contactos para poder lanzar a canasta, cosa que hacía como nadie desde la media distancia con el hombre/s encima. El 7 de diciembre de 1990 tiene lugar en Meadowlands la retirada oficial de su camiseta y ocho años después, aparece en la prensa casi a hurtadillas una breve reseña en que se menciona su fatídica muerte fulminante debido a un fallo cardíaco. Williamson había sido diabético toda su vida.

Willie WISE (1969-76) / 1.99 m

1969-70 Los Angeles
1970-74 Utah
1974-76 Virginia

Wise nunca fue drafteado; por un campus brillante fichará por Los Angeles Stars en el verano del 69 y firma con ellos una temporada formidable (subcampeones frente a Indiana) que no escapa a Bill Sharman, técnico de Utah por aquel entonces. Wise es incluido en el equipo de novatos y recala en Salt Lake City junto a Zelmo Beaty; sin sumar ninguno de ambos una estatura imponente, forma con Beaty la pareja interior más seria de toda la liga, especialmente en defensa, lo que lleva a los Stars al campeonato de la ABA de aquel año 71.

Pese a ser un 'tres' en rigor, el alero nato de aquel equipo, Wise parecía manejarse mejor cuanto más cerca estuviese del aro y cuanto más pudiera alejar a su hombre de ataque del suyo propio. Por ello fue incluido dos ocasiones en el equipo defensivo de la liga, a lo que suma otras tantas en el cinco ideal de la ABA y el All Star Game. Otro de aquellos originales ABA por múltiples razones: nadie en la NBA le había prestado atención y rozará siempre un doble dígito de 20 puntos en la liga pobre; su juego sereno y pausado, de movimientos lentos pero eficaces y aquella singular silueta coronada por un afro descuidado y un enorme mostacho mexicano (el equivalente pobre del Phil Chenier de la NBA) le convierten en pieza de recuerdo imprescindible, como todas las anteriores, de la escasísima proporción de imágenes que fueron registradas en aquella liga.

Gonzalo Vázquez
ACB.COM