Redacción, 23 Ago. 2015.- "Los muros están ahí por una razón … están ahí para darnos la posibilidad de demostrar cuánto deseamos algo. Porque los muros están ahí para detener a la gente que no quiere algo suficientemente, para detener a la otra gente", The Last Lecture
Randy Pausch pronunció estas palabras un 18 de septiembre de 2007 en la Universidad Carnegie Mellon. Pausch impartió una conferencia bajo el título "La última lección", un tema muy recurrente entre los académicos norteamericanos. Pero el caso de este orador tenía un rasgo distintivo: unas semanas atrás le habían diagnosticado un cáncer terminal. Randy basó su conferencia en la importancia de superar los obstáculos y de aprovechar cada momento. Unos meses después, recogió esas ideas en un libro, "The Last Lecture", que se ha convertido en un best-seller.
Esta filosofía de luchar ante las adversidades, de derribar los muros que aparecen en la vida, define a Juancho Hernangómez como persona y como jugador. El talento siempre ha estado allí, y es que mamó el baloncesto desde pequeño. Su padre, Guillermo, jugó tanto en ACB como con la selección, y su madre, Margarita Geuer, es considerada una de las mejores jugadoras de la historia de nuestro país. Pero el camino de Juancho no ha sido llano, más bien se ha ido encontrando con muros que ha acabado derribando gracias a su carácter, la determinación y el trabajo.
"Me gusta ser alegre, estar bastante tiempo bromeando, tomarme la vida como una cosa divertida", afirma el hermano mediano de los Hernangómez. "Es amable, cariñoso y alegre", destaca su amigo Alberto Martín, jugador del UCAM Murcia. Juancho también se define como una persona activa, a quien le gusta aprovechar el tiempo. "No me gusta estar parado, busco hacer cosas que me llenen, vivir experiencias".
Esta inquietud le permitió, en su momento, no tirar la toalla y trabajar para descubrir qué había detrás de los muros que se encontró en el camino. La familia y los amigos también fueron clave para no decaer. "Me gusta salir con los amigos, pasar mucho tiempo con la familia porque creo que es una cosa realmente importante". "Para mí es mucho más que un hermano, que un amigo. Pasamos mucho tiempo juntos, nuestra relación es de diez", destaca el mayor de los Hernangómez.
Su necesidad de estar activo le llevó a entrar de bien pequeño en el mundo del deporte. De hecho, tanto él como su hermano Willy comenzaron a jugar al fútbol. "No se nos daba tan mal", bromea Juancho. "Él jugaba por banda izquierda y yo era delantero. Hacíamos una buena pareja porque él tiraba las faltas y de lo fuerte que chutaba metía el portero con el balón dentro de la portería, y cuando centraba pues yo remataba de cabeza y metíamos goles", recuerda Willy. "Nos picábamos para ver quién metía más goles, aunque yo metía más que él al final", añade el mayor con una risa.

Llegó el momento en el que tuvieron que elegir entre el deporte rey y el baloncesto y, los Hernangómez, apostaron por lo segundo. Juancho y Willy metieron sus primeras canastas en las categorías inferiores de Las Rozas hasta que en 2009 el Real Madrid los fichó. El hermano mayor empezó a destacar con los blancos, pero el mediano no disfrutó de oportunidades. "Fue un año muy duro para mí, no jugaba y al final de la temporada me cortaron", recuerda Juancho.
Con tan solo 14 años, Hernangómez se encontró con el primer muro de su carrera deportiva. Fue entonces cuando se fue al Majadahonda y, poco a poco, "empecé a recuperar la confianza y a mejorar". Cuando estaba a punto de derribar el último ladrillo, Juancho se encontró con una pared aún más alta. Y esta amenazaba con acabar con sus sueños.
La rodilla, vital para practicar deporte, es también un quebradero para muchos profesionales. Hernangómez se rompió el cartílago y puso fin a su temporada en Majadahonda. "Las lesiones son lo peor que le puede pasar a los deportistas y para mí fue bastante dura, pero gracias a mis amigos y a mi familia, que estuvo ahí en todo momento, pude superarla y volver a empezar". "Fue bastante duro para mí y para la familia fue un toque bastante importante que hizo que estuviéramos más unidos y nos apoyáramos mucho más aún si cabe", recuerda Willy.
Poco a poco, con trabajo y esfuerzo, Juancho se volvió a sentir jugador. Nueva temporada y destacó otra vez en Majadahonda. La selección ya lo esperaba en verano para disputar el Mundial Sub17, iba a ser su debut con España. Pero la mala fortuna se cebó otra vez con la rodilla y al acabar la temporada se vio obligado a pasar por el quirófano.
"Volver a recaer es lo peor que te puede pasar, tanto anímicamente como físicamente. Es el punto fatídico de cualquier deportista", reconoce Hernangómez. Su fortaleza, el mantenerse siempre positivo y el intentar no caer en esa lesión mentalmente le ayudó. "Soy una persona muy optimista, muy positiva, siempre pienso que cualquier cosa mala siempre tiene algo bueno, hay que verlo de una manera diferente".
"No podemos cambiar las cartas que nos han repartido, sólo podemos tomar decisiones acerca de cómo jugaremos esa mano", The Last Lecture
En "The Last Lecture", Robert Pausch hace hincapié en no rendirse ante las adversidades, más bien afrontarlas y trabajar para superarlas. De esta actitud Juancho, un lector cautivado por el libro de Pausch, ha hecho su idiosincrasia. "La lesión me hizo más fuerte y doy gracias a ello porque me ayudó bastante a cómo soy ahora y a progresar", explica Hernangómez, quien dice ver la vida de otra manera.

No todo el mundo está capacitado para derribar tres muros en tan corto período de tiempo. De hecho, son muy pocos los que pueden superar con éxito estas adversidades. "Superó esos malos momentos por cómo es él. Fueron dos palos muy duros seguidos, pero trabajó mucho y hay que ver lo fuerte que tiene ahora las piernas y las rodillas. Tiene una fortaleza mental muy grande y es muy difícil que decaiga", asegura su hermano. Juancho supo cómo jugar sus cartas y su trabajo se vio recompensado.
El Estudiantes llevaba un tiempo apostando por Hernangómez y en verano de 2012 llegó el momento de recalar en Magariños. "Me dijeron sobre la oferta de Estudiantes y no me lo pensé más". Su voz recoge un cierto tono de emoción cuando habla de su salto al club colegial. Fue clave la confianza que le mostraron. "Me ficharon cuando estaba con muletas. Yo llegué en septiembre en muletas", recalca Hernangómez.
El junior del Estudiantes abrió las puertas a Juancho, que tardó muy poco en destacar y pronto empezó una toma de contacto con la plantilla de EBA. La culminación a la temporada llegó en forma de selección: Hernangómez debutó en un Europeo con la Sub18. Y la guinda a un pastel ya de por sí dulce fue su triple final que le dio a España la medalla de bronce. "Ganamos contra el anfitrión, que era Letonia. El pabellón era increíble, estaba todo lleno".
Hacía ya un año desde que Juancho había superado el último muro. Desde entonces el camino se había allanado y todo parecía ir viento en popa. Poco después de colgarse el bronce del Europeo, Hernangómez firmó un contrato por tres años con el Estudiantes: pasó a ser jugador del equipo EBA y dobló toda la temporada con el ACB.
El hecho de coquetear con la plantilla de Liga Endesa fue un plus en su proceso de formación y mejora, aunque no esconde que, en cierto aspecto, no todo lo que brilla es oro. "Es bastante duro, psicológicamente y físicamente, porque casi no entrenas con el EBA, tienes que ir a jugar el domingo y saberte los sistemas y hacerlo bien, tus compañeros confían en ti, tienes que dar ejemplo y estar al cien por cien, luego doblas todos los entrenamientos con el ACB, quizás te toca viajar para luego no jugar, y te comes la paliza del viaje y luego tienes que volver a jugar con el EBA…".
Aún así, la visión general de los primeros contactos con la Liga Endesa es muy satisfactoria. "Gracias a la confianza depositada en mí de Mariano de Pablos, las cosas salieron fáciles, fue un gran año de trabajo y pude mejorar, fue bastante redondo", valora Hernangómez.
En verano repitió convocatoria con la selección, esta vez con la Sub20, donde coincidió con su hermano Willy. España se colgó la plata del Europeo bajo las alas del mayor de los Hernangómez, pero el seleccionador Jaume Ponsarnau no se olvidó de Juancho. "Es el potencial más grande que tiene esta selección, pero le falta baloncesto, le falta competición. Tiene todas las condiciones para ser un jugador que marque diferencias", aseguraba el técnico catalán una vez finalizado el torneo.
"Es muy emocionante satisfacer tus sueños infantiles", The Last Lecture
Al volver del Europeo Sub20, el Estudiantes comunicó a Juancho que pasaría a ser jugador de la primera plantilla. Todo el trabajo, todo el esfuerzo y sacrificios, toda la lucha para derribar muros había dado su recompensa. "Es una noticia que te cambia porque desde pequeños soñamos con estas cosas". Dos años después de llegar a Magariños en muletas, Juancho ya jugaba en Liga Endesa.
"El paso que hay entre EBA y ACB es muy grande, para ello hay que trabajar muchísimo y estar preparado. Todos los compañeros me ayudaron muchísimo", reconoce Hernangómez, quien también afirma que la primera temporada ha sido de aprendizaje. "Cuando he tenido oportunidades, he demostrado que podía jugar".
Xavi Rabaseda, su mentor | ||||
El alero catalán, que este verano ha firmado con el Herbalife Gran Canaria, no tiene dudas al describir cómo es Juancho. "Es muy simpático, muy alegre. Es lo que tiene que hacer ahora mismo, disfrutar de la vida, del baloncesto, pasárselo bien jugando y aprender". Rabaseda también asegura que Hernangómez ha sido un discípulo dócil. "En la pista es muy trabajador, no se conforma, es competitivo, no le gusta perder. Me lo ha puesto muy fácil para intentar enseñarle cosas que vas adquiriendo con la experiencia". Xavi tampoco tiene dudas de la capacidad que tiene Juancho para llegar lejos. "Tiene mucho potencial y camino por recorrer, pero puede aprender aún muchas cosas, puede mejorar en muchos aspectos". Sobre su futuro, Rabaseda afirma que Hernangómez "lo tiene todo para ser un cuatro abierto muy bueno y, si mejora aspectos de dribling y de visión de juego, puede llegar a jugar de tres alto". La polivalencia que describe a Juancho, esa posibilidad de jugar de alero o de ala-pívot, es en parte gracias a su gran físico. "Le ayuda a tener superioridades con exteriores más pequeños que él y como cuatro tiene mucha facilidad para tirar, es rápido, saca muchas ventajas", finaliza Xavi. |
Juancho se presentó al Draft de la NBA junto con su hermano Willy -él fue seleccionado en segunda ronda por los New York Knicks-, aunque al final retiró su nombre. "Fue una decisión para que los demás equipos y la NBA pongan tu nombre encima de la mesa. Había grandes equipos interesados pero no era tan seguro salir y prefería esperar un año más".
Llegó verano y, por tercer año consecutivo, Juancho se puso la camiseta de España, esta vez para ser la cara visible de una selección que volvió a repetir el éxito de la plata. "No me creo el líder de la selección porque cada uno tiene un papel fundamental, pero quizás sí he estado más completo en todos los partidos", explica Hernangómez, aunque destaca que las plantillas son de 12 jugadores y juegan cinco a la vez, "así que todos tienen que aportar su granito".
Hombres como Dani Díez, Álex Abrines, Guillem Vives o Jaime Fernández aprovecharon sus buenas actuaciones en el Europeo Sub20 para asentarse en la Liga Endesa. Juancho se muestra cauto al compararse con los otros jugadores, siendo consciente de lo complicado que ha sido llegar hasta donde lo ha hecho. "El momento de asentar hay que demostrarlo, no puedo decir que ha llegado mi momento porque luego puede resultar que no. Yo voy poco a poco, partido a partido, y a ver cómo van las cosas".
Quien no tiene dudas es su hermano. "Estoy convencido de que este va a ser su año. La temporada pasada tuvo pocas oportunidades y las que tuvo las aprovechó muy bien. Confía mucho en él como jugador y sin duda esta temporada va a tener un papel importante".
Lo que no le faltará a Hernangómez es trabajo y esfuerzo, dos aspectos que han sido una constante en su camino hacia la Liga Endesa. Tampoco se echará en falta su ambición y determinación, características que le han permitido continuar su trayecto y no tirar la toalla. "Espero que todavía no llegue al tope, todavía siga creciendo, porque me queda muchísimo que mejorar".
"Todo lo que está mejorando y todo lo que está ganando es gracias a su trabajo y dedicación", asegura Willy. Juancho es el primero que llega al pabellón, el último que se va, el que aprovecha los días libres para entrenar. "Sin duda es un trabajador y seguro que vienen muchas más recompensas por delante", añade su hermano.
La carrera en Liga Endesa de Juancho Hernangómez
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Tres años después de llegar a Magariños, Juancho ha evolucionado y se ha convertido en un jugador completo. "Siempre intento dar el cien por cien, intensidad a mi equipo, aportar extras de acciones que a lo mejor no se ven tanto". Su amigo Alberto Martín, con quien ha compartido tres veranos en la selección, explica que "es muy activo, con mucho físico. Es muy versátil, porque puede jugar de fuera a dentro y en el poste bajo, tiene muy buena mano, entiende el juego".
Quien no duda en halagarle es su hermano Willy, posiblemente el que más le conoce no solo como persona, sino también como jugador. "Es muy polivalente, tanto ofensivamente -atlético, rebotea, pasa bien, lee el juego, sabe botar, puede postear, puede tirar- como defensivamente -tapona, intimida, puede defender a exteriores e interiores-. Puede ser un jugador perfecto porque puede hacer un poco de todo. Seguro que con el trabajo que está haciendo y con las ganas que tiene va a llegar muy alto".

Mientras que en Liga Endesa ha jugado de alero, en la selección española ha ocupado generalmente la posición de ala-pívot. En el mundo del baloncesto moderno los límites entre posiciones son cada vez más difusos y Juancho entiende que no se debe encasillar tan solo en un lugar. "La posición no me importa, soy un jugador que cumple lo que el entrenador me pida. Da igual si me quiere poner de base como si me quiere poner de pívot, no me importa jugar en ninguna posición".
En el Movistar Estudiantes se encontrará con un nuevo entrenador, el gallego Diego Ocampo. Juancho aún no ha podido hablar con nadie del club, pero sí es consciente de la apuesta que el técnico hará por los jóvenes. De hecho, su hermano Willy estuvo bajo las órdenes de Ocampo, segundo de Aíto en Sevilla hace dos temporadas, y este curso el gallego también entrenó en Murcia a Alberto Martín. "Les he preguntado bastantes cosas, ambos le están muy agradecidos y todo han sido buenas palabras", destaca Hernangómez.
Juancho está preparado para esta nueva etapa en el Estudiantes. Será su segunda temporada completa en el primer equipo, esta vez con una responsabilidad mayor. "El proyecto me parece fantástico, será muy excitante para los jóvenes. Espero que siga esta rutina, que vuelva la filosofía del Estudiantes". A nivel individual, Hernangómez asegura que tiene que trabajar en todo, puliendo detalles, y para ello hay que dejarse la piel, "pero estoy en el camino adecuado. La temporada es muy larga. Hay que hacer un año completo, tanto a nivel colectivo con los jóvenes como también a nivel personal".
"Vas a arrancar este coche y te vas a ir, esto es real y esto va a ser tu nueva vida", Siete almas
El mediano de los Hernangómez también es un amante del cine. Le gustan todas las películas de Will Smith, en especial "Siete almas". Ben Thomas, el protagonista de la historia, ayuda a mejorar la vida de siete personas que pasan por dificultades. A Juancho, su particular coche que le llevó a su cambio de rumbo, a la oportunidad de ser un deportista profesional, le llegó en 2012 bajo el nombre de Estudiantes. Ni la mala experiencia en el Real Madrid ni las lesiones privaron a los colegiales de confiar en Hernangómez, quien, con muletas, "ni sabía si iba a jugar bien. Le agradezco siempre al club lo que hizo por mí, también a sus preparadores físicos, a Carlos Sosa, que fue el que me recuperó, y estoy muy agradecido a ellos".
El camino de Juancho estuvo durante un tiempo plagado de muros que pusieron en peligro su carrera deportiva. Solo su determinación le ayudó a derribar las paredes, pero es consciente de que debe aprovechar al máximo el presente antes de pensar en el futuro. "Al final te das cuenta de cómo es la Liga Endesa, que no puedes desconectar ni un segundo, aprendes a valorar cada minuto".

El verano que viene supondrá el final del primer contrato profesional del mediano de los Hernangómez, pero el vivir el presente solo le hace pensar en el Estudiantes. "Estoy muy a gusto en el club, me han hecho sentirme como en casa, así que el futuro dependerá de cómo vaya la temporada".
Todas las experiencias vividas le han hecho un jugador mejor pero, sobre todo, una persona mejor. "Lo que ha hecho es que tenga la cabeza mucho más dura y sobre todo sabe reponerse de las caídas", dice su hermano. Juancho sabe de la importancia de seguir entregándose al máximo, ya que "nada es fácil en este deporte, todo se basa en el trabajo y la constancia". Y con esta actitud y este carácter, el mediano de los Hernangómez buscará hacerse un sitio en la Liga Endesa. Un sitio que ya hace tiempo que le pertenece.