Estudiantes jugó con fuego y casi se quema ante el Charleroi (84-91)

Torrejón de Ardoz (Madrid), 17 feb. 2004 (EFE).- Estudiantes salió convencido de que el partido era un mero trámite, tras los dieciocho puntos de ventaja del partido de ida en Bélgica (56-74). Y cuando se quiso dar cuenta, a los cinco minutos, el Charleroi ya había neutralizado la mitad de esa renta y dominaba el marcador por 12-21.

Los belgas salieron a jugar, sin presión mental y sin presión defensiva de los colegiales, por lo que conseguían lanzamientos fáciles. Loncar mantenía el tipo para los locales en la especie de concurso de triples en que se convirtió el partido en los primeros minutos.

José Vicente Hernández decidió mover el banquillo y el Estudiantes comenzó a equilibrar el marcador. El Charleroi se había crecido y resultaba complicado parar a un equipo henchido de moral y con la puntería afinada.

En el segundo cuarto, Estudiantes volvió a las andadas y en apenas tres minutos la ventaja volvió a subir hasta los diez puntos. Hernández comenzó a exigir a sus jugadores y en apenas dos minutos y medio consiguieron un parcial de 8-0 que dejaba las cosas en un 37-39 a falta de más de cinco minutos para el descanso.

Los locales, sin embargo, volvieron a no querer rematar a un rival que, con un Savovic que cada vez lanzaba y anotaba desde más lejos, 18 puntos en el primer tiempo, seguía dominando en el marcador.

La charla del descanso y las buenas intenciones de los jugadores colegiales para la segunda parte se quedaron en nada, porque la historia se repitió y a los 3 minutos de juego la diferencia era de 13 puntos, 46-59. José Vicente Hernández se tuvo que poner serio y llamar a capítulo a sus jugadores en un tiempo muerto.

Meterse a la carrera en un partido nunca ha sido fácil, pero está claro que el primer aspecto a mejorar es la defensa y una zona estudiantil pareció el remedió, pero las muñecas belgas se habían calentado y tanto Savovic, tres triples más en el tercer periodo, como Moors, parecían infalibles.

El Charleroi había alcanzado los 16 puntos de ventaja (53-69) y Adecco Estudiantes vio las orejas al lobo. A falta de dos minutos para el final, la situación estaba igual de complicada (72-88), aunque un triple de Iturbe aclaró un poco las cosas.

El arreón final sirvió para arreglar el marcador, pero no para que se le quitara el susto del cuerpo a más de un espectador.

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José Vicente Hernández, entrenador del Adecco Estudiantes, reconoció que sus jugadores habían estado "despistados en defensa" y la evidencia de que los belgas "son unos buenos tiradores".

"Sabíamos que el Charleroi tiene grandes lanzadores de larga distancia, pero cuando están calientes y las meten todas es muy difícil defender", dijo Hernández.

El técnico madrileño prefirió ser irónico y tomarse la derrota en el partido, que sin embargo sirve para clasificarse para los cuartos de final de la competición, un poco a broma.

"Esta competición es un poco rara, pero está claro que si hubo un equipo sobre la pista fue el Charleroi. En el último cuarto noté al equipo un poco nervioso porque parecía que iban a meter todos los triples que lanzaran", aseguró.

"De todas formas hay que dar gracias porque al final fallaron uno. Debe ser que los astros no estaban perfectamente alineados", finalizó José Vicente Hernández, que aseguró que no se enfadaba nunca y mucho menos con sus jugadores.

Adecco Estudiantes, 84 (24+20+13+27): Brewer (5), Loncar (12), Jiménez (4), Iturbe (11), Patterson (13) -cinco inicial- Reyes (4), Vidaurreta (9), Azofra (10) y Jasen (16).

Charleroi, 91 (29+20+22+20): Moors (13), Riddick (8), Savovic (31), Stats (11), Arsic (20) - cinco inicial-, S. Massot (2), M´Benga (6) y Tison (0).

Arbitros: Spiridonos (GRE), Klaar (SWE) y Chiari (ITA). Eliminaron por cinco personales a M´Benga (min. 33) y Moors (min.36) por parte del Charleroi y a F. Reyes (min. 38) por el conjunto estudiantil.

Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa ULEB disputado en el Parque Corredor de Torrejón (Madrid), ante unos dos mil espectadores, entre los que se encontraban Radomir Antic, entrenador del Celta y suegro de Loncar, y Jovan Stankovic, ex jugador del Mallorca.

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