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España en los JJOO (III): Munich 72

En la ceremonia de entrega de medallas el equipo norteamericano no apareció por el podio… En Seúl’88, cuando los Estados Unidos quedaban apeados de la final, los periódicos de aquel país hablaban de “la primera vez que no se consigue la medalla de oro”… Y todavía a día de hoy, en pleno siglo XXI, doce distinciones plateadas continúan en la caja fuerte de un banco muniqués. Todo por aquellos tres segundos malditos. Fue en Munich 72, campeonato que relatamos en la tercera entrega de la historia de España en los Juegos

Los Juegos de Munich siempre serán recordados por el polémico desenlace de la final
© Los Juegos de Munich siempre serán recordados por el polémico desenlace de la final
  

Queramos o no, tenemos que empezar por ahí. Finalísima de la XX edición de los Juegos Olímpicos. Por un lado, Estados Unidos, que venía de arrollar a Italia en unas semifinales sin historia (68-38); y por el otro, la URSS, que tras superar a Cuba (con algún apurillo más, 67-61, ya que los caribeños se impusieron en la lucha por el rebote: 22-26, con 4-11 en los ofensivos) se enfrentaba al desafío de interrumpir la impresionante racha yanqui de 62 victorias consecutivas, comenzada en Berlín’36 con aquel 52-28 ante Estonia.

Desde luego, toda la presión se concentraba en el mismo bando y esto lo aprovechó Sergei Belov para poner en ventaja a los suyos (26-21 al descanso). Eso sí, cuando peor pintaban las cosas para los americanos (38-28 con diez minutos por jugarse), su entrenador, Henry ‘Hank’ Iba (el tipo que entrenaba a puerta cerrada y que no admitió a Bill Walton en el plantel porque éste ponía como condición no participar en las pruebas de selección), ordenó una presión en toda la cancha que inyectaría de máxima emoción el final del encuentro: 49-46 a 55 segundos del final y 49-48 a falta de tres, cuando Doug Collins recibía una falta personal de Sakandelidze tras interceptar un balón e intentar anotar posteriormente.

Seguidamente, el futuro ‘coach’ de Michael Jordan anota el primero y el técnico ruso Kondrashin solicita apresuradamente el tiempo muerto que le quedaba, aunque la mesa no atiende la petición y el balón se pone nuevamente en juego con un pase hacia Belov (Sergei). Una vez transcurridos dos segundos, con todo el banco ruso chillando por ese minuto requerido, el árbitro Righetto (Brasil) decide parar el juego y reanudarlo desde el fondo, sin conceder el tiempo de la discordia, con tres segundos en el reloj. Entonces la URSS vuelve a sacar y la bola resulta desviada hacia fuera de banda por un defensor americano, la bocina suena y los que parecían y se creían vencedores comienzan a celebrar ya el título.

Pero no. Porque en esto que aparece el mismísimo William Jones, secretario general de la FIBA, y ordena repetir de nuevo los tres segundos. Ningún equipo se retira entonces, por cierto. Total, que Edeshko ejecuta, una vez más, la acción anterior (algunos periodistas escribieron que los colegiados obligaron a McMillen, que se situó justo delante del pasador, a retrasarse unos metros) y, ahora sí, Belov (Aleksandr) agarra la bola del largo envío. ¿Se apoyó sobre Forbes y Joyce para ello? Eso aseguran quienes afirman que el jugador soviético, en su acción previa a encestar, da tres pasos, según apuntan que se aprecia en el vídeo. Sin embargo, URSS 51 – USA 50, el colegiado sudamericano que se niega a firmar el acta (el otro era Arabadjian, de Bulgaria) y para colmo a ‘The Iron Duke’ Iba le desaparece su cartera con 370 dólares entre el enorme tumulto.

Tiempo de quejas

“No es cierto que no aceptemos una derrota porque no perdimos aquel partido”, manifestó quien se sentía doblemente robado. Antes, en la noche de los autos, su Federación redactaría la siguiente protesta, firmada por el presidente M. K. Summers:

Los Estados Unidos de América protestan por los 3 segundos extras, debido a que el juego, según las reglas de la FIBA, ya había concluido.
Estados Unidos estaba tirando el segundo de los tiros libres de una falta personal.
En este punto, y según las reglas de la FIBA, ningún equipo puede solicitar un tiempo muerto.
Los oponentes retenían el balón faltando 2 segundos de acuerdo con las reglas de la FIBA. Éste era el margen que restaba por seguir jugando.
Cuando faltaba un segundo, los espectadores invadieron la pista. Los árbitros pararon el juego. De acuerdo con el Reglamento de la FIBA, actuaron correctamente.
Cuando los espectadores abandonaron la pista, el juego se reanudó transcurriendo un segundo.
Este segundo fue jugado y al sonar la bocina, oficialmente terminaba el partido, con el resultado USA, 50; URSS, 49.
De acuerdo con las reglas de la FIBA, el partido quedaba oficialmente terminado.

Así las cosas, la FIBA se reunía para deliberar (unas dieciocho horas, minuto arriba, minuto abajo), llamando a su Comisión Técnica y a un Jugado de Apelación formado a la carrera por Ferenk Hepp (Hungría), Claudio Coccia (Italia), Rafael López (Puerto Rico), Andrés Kelser (Cuba) y Adam Boglajewski (Polonia), que procedió a interrogar a los árbitros del partido y estudiar las imágenes de televisión de la cadena alemana DOZ y de la estadounidense ABC. Finalmente, tras una votación secreta (3-2), el organismo (en el que tres de las cinco naciones con representación estaban alineadas políticamente con uno de los afectados) emitiría un comunicado en el que confirmaba el resultado de 51-50 favorable a la URSS, alegando que el entrenador soviético estaba en su derecho de pedir tiempo muerto “al estar el balón en las manos del árbitro” y cargando, seguidamente, la responsabilidad sobre los propios jueces y los auxiliares de mesa.

Al poco tiempo, llegaba el breve comunicado del CIO (“El CIO, después de haber estudiado largamente el dossier presentado por Estados Unidos, considera que no podía intervenir en el mismo por tratarse de una cuestión de tipo técnico, mientras que la demanda se hacía en un plan ético y moral”) que incitaba al máximo responsable del Comité Olímpico de los Estados Unidos, Clifford Buck, a proclamar su intención de proponer que su selección no participara más en los Juegos Olímpicos ni en los Juegos Panamericanos, ambos organizados por la FIBA, “para no someter a nuestros deportistas a otro atropello”, amenazas que luego no se llegaron a cumplir.

¿Y España, qué?

Que no lo tuvo fácil para plantarse en Munich del 27 de agosto al 9 septiembre. Y eso que contaba con dos posibilidades: quedar primero de un torneo para selecciones europeas o conseguir una de las tres plazas del Preolímpico de Alemania.

Al primer reto, a celebrarse en Holanda, acudieron 17 países. Divididos en tres grupos de 4 y uno de 5 (a España le tocó en el A, de Groningen, junto a Gran Bretaña, Hungría y Polonia), los dos mejores de cada uno (los chicos de Díaz Miguel quedaron segundos tras perder con la bestia negra eslava por 88-86) pasaban a disputar una liguilla con premio para el vencedor, que sería Italia tras superar a Checoslovaquia por el basket-average.

Así que todo quedaba a expensas de Augsburgo (10-19 agosto), donde el número de inscritos bajó de 16 a 12 una vez confirmadas las retiradas de Francia, Bélgica, Holanda y Taiwan. De nuevo dos grupos… ¡y otra vez España con Polonia (y Canadá, Finlandia, Grecia y Suecia)! Menos mal que esta vez había más de un sitio (nos ganaron 82-78) y el pasaporte pudo ser para ambos.

Ya en los Juegos, tremendamente accidentados (comenzaron con la protesta de los países negros del continente africano porque en Rodesia –hoy Zimbabue- gobernaba una minoría blanca no elegida en sufragio libre; luego se produjo la trágica matanza de deportistas israelíes a cargo del grupo terrorista Septiembre Negro; y terminaron con el primer positivo de un jugador de baloncesto: Miguel Coll, Puerto Rico), la selección nacional ofreció un buen comienzo (79-74 ante Australia), pero poco más. La dolorosa derrota (53-74) ante la futura medalla de bronce, Cuba, a la que en el último precedente se la había derrotado por 40 puntos, minó la moral de un conjunto en el que Luyk se vio aquel triste día completamente impedido por el magnífico marcaje de Chappe, capaz de frenar su tiro de gancho. Sólo se salvó Santillana (14 puntos). Ya frente a Brasil la cosa mejoró notablemente, pero no lo bastante (69-72). Las posteriores victorias ante Egipto (72-58) y Japón (87-76) apenas sirvieron de consuelo antes de caer con Checoslovaquia (74-70, con 28 puntos de Jiri Zidek padre) y Estados Unidos (72-56, en el mejor partido de los nuestros –empate a 50 en la segunda mitad y +8 en la primera- a pesar de no contar ni un solo minuto con Brabender, Luyk ni Ramos).

No obstante, toda la atención se hallaba concentrada en los dos gigantes, capaces de superar la primera fase completamente invictos. Los norteamericanos comenzaron vengándose de los Chappe, Herrera y Urgelles (les habían ganado el año anterior en las semis de los Juegos Panamericanos, en Cali) proponiendo un encuentro más que agresivo en el que sólo ellos firmaron 39 faltas (67-48 en el marcador, con los caribeños comenzando el choque con 1/15 en tiro) y nada pasaron cierto sofoco con Brasil (en el minuto 30, 36-43; al final, 61-54); por su parte, la Unión Soviética, más experta que en la anterior cita (Volnov ya superaba los 300 partidos internacionales) y con Sergei Belov en el mejor momento de su carrera, también barrió en un grupo algo más complicado, aunque sólo fuera por la presencia de Yugoslavia (sin Daneu –retirado- ni Korac –tristemente fallecido-, Cosic –primer europeo del Este en ser elegido en un draft de la NBA- tendría que esperar para sonreír, pues ni siquiera se metieron en semifinales –sí Italia- tras caer ante Puerto Rico por 74-79). Sin duda, el destino les citó en una final en la que más de treinta años después siguen sin ponerse de acuerdo en el resultado.

“Había un sentimiento general de que habíamos ganado, de que nos habían robado el partido y por ello nos negamos a aceptar la plata, como protesta. Quizás también habían un sentimiento de frustración, de saber que no habíamos podido mantener la racha de victorias de los Estados Unidos, pero todos nos sentíamos en el fondo ganadores” (Tom McMillen, congresista por el estado de Maryland y miembro de aquella recordada formación USA). Amén.

Resultados y clasificaciones

PRIMERA FASE

GRUPO A

Resultados
Cuba, 105 (50) – Egipto, 64 (31)
Brasil, 110 (55) – Japón, 55 (35)
Estados Unidos, 66 (34) – Checoslovaquia, 35 (12)
ESPAÑA, 79 (36) – Australia, 74 (41)
Brasil, 110 (63) – Egipto, 84 (39)
Estados Unidos, 81 (36) – Australia, 55 (24)
Cuba, 74 (36) – ESPAÑA, 53 (24)
Checoslovaquia, 74 (27) – Japón, 61 (34)
Brasil, 72 (43) – ESPAÑA, 69 (38)
Japón, 78 (31) – Egipto, 73 (46)
Checoslovaquia, 69 (39) – Australia, 68 (38)
Estados Unidos, 67 (33) – Cuba, 48 (21)
ESPAÑA, 72 (33) – Egipto, 58 (26)
Australia, 92 (45) – Japón, 76 (36)
Cuba, 77 (41) – Checoslovaquia, 65 (32)
Estados Unidos, 61 (26) – Brasil, 54 (26)
Cuba, 84 (42) – Australia, 70 (31)
Estados Unidos, 96 (48) – Egipto, 31 (17)
Brasil, 83 (40) – Checoslovaquia, 82 (42)
ESPAÑA, 87 (45) – Japón, 76 (47)
Australia, 75 (40) – Brasil, 69 (34)
Checoslovaquia, 94 (49) – Egipto, 64 (32)
Cuba, 108 (51) – Japón, 63 (34)
Estados Unidos, 72 (31) – ESPAÑA, 56 (30)
Estados Unidos, 99 (51) – Japón, 33 (18)
Checoslovaquia, 74 (44) – ESPAÑA, 70 (39)
Australia, 89 (44) – Egipto, 66 (42)
Cuba, 64 (30) – Brasil, 63 (39)

Clasificación
Equipo G P PF PC
Estados Unidos 7 0 542 312
Cuba 6 1 560 445
Brasil 4 3 561 490
Checoslovaquia 4 3 493 489
ESPAÑA 3 4 486 500
Australia 3 4 523 524
Japón 1 6 442 643
Egipto 0 7 440 644

Clasificados: Estados Unidos y Cuba.

GRUPO B

Resultados
Polonia, 90 (33) – Filipinas, 75 (29)
Unión Soviética, 94 (50) – Senegal, 52 (23)
Yugoslavia, 85 (43) – Italia, 78 (36)
Puerto Rico, 81 (41) – Alemania Federal, 74 (35)
Italia, 92 (47) – Senegal, 76 (28)
Unión Soviética, 87 (41) – Alemania Federal, 63 (33)
Puerto Rico, 92 (49) – Filipinas, 72 (40)
Yugoslavia, 85 (36) – Polonia, 64 (28)
Polonia, 95 (49) – Senegal, 59 (25)
Unión Soviética, 79 (41) – Italia, 66 (28)
Puerto Rico, 79 (38) – Yugoslavia, 74 (31)
Alemania Federal, 93 (46) – Filipinas, 74 (34)
Unión Soviética, 94 (50) – Polonia, 64 (23)
Italia, 68 (35) – Alemania Federal, 57 (24)
Yugoslavia, 117 (58) – Filipinas, 76 (33)
Puerto Rico, 92 (39) – Senegal, 57 (28)
Filipinas, 68 (29) – Senegal, 62 (30)
Yugoslavia, 81 (43) – Alemania Federal, 56 (21)
Italia, 71 (37) – Polonia, 59 (31)
Unión Soviética, 100 (48) – Puerto Rico, 87 (37)
Yugoslavia, 73 (31) – Senegal, 57 (31)
Alemania Federal, 67 (40) – Polonia, 65 (37)
Unión Soviética, 111 (57) – Filipinas, 80 (40)
Italia, 71 (37) – Puerto Rico, 54 (27)
Italia, 101 (44) – Filipinas, 81 (35)
Puerto Rico, 85 (54) – Polonia, 83 (47)
Unión Soviética, 74 (38) – Yugoslavia, 67 (34)
Alemania Federal, 72 (42) – Senegal, 62 (34)

Clasificación
Equipo G P PF PC
Unión Soviética 7 0 639 479
Italia 5 2 547 471
Yugoslavia 5 2 582 484
Puerto Rico 5 2 570 531
Alemania Federal 3 4 482 518
Polonia 2 5 520 536
Filipinas 1 6 526 666
Senegal 0 7 405 586

Clasificados: Unión Soviética e Italia.

FASE FINAL

POR LOS PUESTOS DEL 13º AL 16º
Filipinas, 2 – Egipto, 0
Japón, 76 (34) – Senegal, 67 (39)
Filipinas, 82 (34) – Japón, 73 (38)

POR LOS PUESTOS DEL 9º AL 12º
Australia, 70 (34) – Alemania Federal, 69 (46)
Polonia, 87 (38) – ESPAÑA, 76 (33)
ESPAÑA, 84 (38, 75) – Alemania Federal, 83 (40, 75)
Australia, 91 (41) – Polonia, 83 (42)

POR LOS PUESTOS DEL 5º AL 8º
Yugoslavia, 66 (34) – Checoslovaquia, 63 (25)
Puerto Rico, 87 (40) – Brasil, 83 (42)
Brasil, 87 (38) – Checoslovaquia, 69 (40)
Yugoslavia, 86 (40) – Puerto Rico, 70 (42)

SEMIFINALES
Unión Soviética, 67 (35) – Cuba, 61 (36)
Estados Unidos, 68 (43) – Italia, 38 (40)

POR EL BRONCE
Cuba, 66 (43) – Italia, 65 (40)

FINAL
Unión Soviética, 51 (26) – Estados Unidos, 50 (21)

CLASIFICACIÓN FINAL
Unión Soviética
Estados Unidos
Cuba
Italia
Yugoslavia
Puerto Rico
Brasil
Checoslovaquia
Australia
Polonia
ESPAÑA
Alemania Federal
Filipinas
Japón
Senegal
Egipto

LOS JUGADORES QUE SUBIERON AL PODIO

Unión Soviética
Anatoli Polivoda, Modestas Paulauskas, Zurab Sakandelidze, Aishan Sharmukamedov, Aleksandr Boloshev, Ivan Edeshko, Sergei Belov, Mihail Korkia, Ivan Dvorni, Gennadi Volnov, Aleksandr Belov y Sergei Kovalenko.

Estados Unidos
Kenneth Davis, Douglas Collins, Thomas Henderson, Michael Bantom, Robert Jones, Dwight Jones, James Forbes, James Brewer, Tommy Burleson, Thomas McMillen, Kevin Joyce y Ed Ratleff.

Cuba
Juan Domecq, Ruperto Herrera, Juan Roca, Pedro Chappe, José Miguel Álvarez, Rafael Cañizares, Conrado Pérez Armenteros, Miguel Calderón, Tomás Herrera, Óscar Varona, Alejandro Urgelles y Franklin Standard.

LA SELECCIÓN ESPAÑOLA
Jugadores: Wayne Brabender, Carmelo Cabrera, Vicente Ramos, Enric Margall, Luis Miguel Santillana, Jesús Iradier, Francisco Buscató, Juan Antonio Corbalán, Rafael Rullán, Clifford Luyk, Miguel Ángel Estrada y Gonzalo Sagi-Vela. Seleccionador: Antonio Díaz Miguel.

La historia de España en los JJOO (II): México 68